Sobre este tema ya se hablado mucho, aunque parece ser que hay gente que siguen repitiendo las mismas mentiras, y por mucho que las repitan no se convierten en verdad.
Por ej. en cuanto a què mujer se refiere en Gènesis 3:15 y Apocalipsis capt. 12, no se refiere a ninguna mujer literal, pues no hay que olvidar que el libro de Apocalipsis està lleno de simbolismos, el cual fuè escrito a finales del siglo I, cuando Marìa, la que fuè madre del Hijo de Dios en la Tierra, ya habìa muerto, y Jesucristo ya habìa nacido, muerto y resucitado, ademàs, el libro de Apocalipsis relata acontecimientos futuros, durante "el dìa del señor", es decir, para nuestros dìas (Apocal. 1:10); por tanto la "mujer" que describe el capt. 12 de Apocalipsis no se refiere a Marìa, porque ademàs todo el contexto nos indica que es una mujer simbòlica, la "mujer" de Dios, que antes de venir Jesucristo a la Tierra, esa "mujer" estaba representada por Israel, que era el pueblo de Dios entonces (Isaias 54:1,5), que era como su "mujer", la cual le daba hijos (los hijos de Israel), enseñados por Dios mismo (Isaias 54:13).
Pero màs tarde, cuando los judìos rechazaron a Jesucristo como el Mesìas, como el Hijo de Dios, fueron, a su vez, rechazados por Dios como pueblo suyo (Mateo 21:43; 23:37,38), y los hijos de Dios pasaron a ser los cristianos fieles (de todas las naciones), adoptados por Dios, "hermanos" de Jesucristo, coherederos con èl, que reinaràn junto con èl en el Cielo (Romanos 8:14-17; Apocalipsis 5:9,10), son los que, como dijo Jesucristo, los que hacen la voluntad de Dios (Mateo 12:50), los hijos de la "mujer" que menciona Apocalipsis capt. 12, a quienes el Diablo persigue (Apocal. 12:17). Y esa "mujer" no puede representar a Israel, porque rechazaron a Jesucristo, por tanto, y ya que los cristianos fieles que reinaràn con Jesucristo en el Cielo seràn seres espirituales, inmateriales, como los àngeles, y puesto que los àngeles no pueden reproducirse como los seres humanos, sin embargo, Dios ha provisto que esos àngeles que sirven fielmente a Dios, tengan su "descendencia", en sentido figurado, pues los àngeles estàn al servicio de Dios, como si de su "mujer" se tratase; de hecho, tanto Jesucristo como el apòstol Pablo dijeron que los àngeles de Dios ayudan y cuidan a los que van a heredar la salvaciòn, a los cristianos fieles, como si de una "madre" se tratase (Mateo 18:10; Hebreos 1:14), y esa "madre" se llama tambièn en la Biblia la "Jerusalèn de arriba o Celestial", compuesta por mirìadas y mirìadas de àngeles al servicio de Dios (Gàlatas 4:26,27; Hebreos 12:22,23); por tanto, la "mujer" de Gènesis 3:15 y Apocalipsis capt. 12 representa a la "mujer" de Dios, es decir, a toda su organizaciòn celestial, compuesta por millares y millares de espìritus fieles a su servicio, que en la Biblia en ocasiones se les compara tambièn a estrellas (Job 38:7; Apocal. 12:1), que da a luz un "hijo", de forma similar a como el Israel antiguo, cuando era la "mujer" de Dios, daba a luz "hijos", produciendo asì una naciòn (Isaias 66:7,8; Ezequiel 47:13,14), de forma similar, la "mujer" de Dios del capt. 12 de Apocalipsis da a luz al Reino Mesiànico de Dios, en manos de Jesucristo, como "Rey de reyes" junto con todos los cristianos fieles coherederos con èl (Lucas 22:28-30; Apocal. 11:15, 12:5); y lo primero que hace ese Reino Mesiànico es expulsar al Diablo y a todos sus àngeles demonìacos del Cielo (Apocal. 12:9-12), lo que significa bien para el Cielo pero ayes para la Tierra, donde permanecerà un poco de tiempo antes de ser expulsado tambièn de la Tierra, cuando por fin sea abismado por mil años (Apocal. 20:1-3).
Asì que, Marìa, la que fuè madre del Hijo de Dios en la Tierra, tuvo un enorme privilegio, y merece todo el respeto, pero es una màs de los que heredaràn el Reino de Dios. De hecho, como mujer judìa que era, y casada, tuvo, ademàs de Jesùs, otros hijos con su marido Josè, ya que un matrimonio judìo en aquella època sin hijos o con un hijo sòlo, era como una maldiciòn de Dios, algo que las Santas Escrituras corroboran (Mateo 1:18,25; 13:55,56; Juan 2:12; 7:2-10; Hechos 1:14); lo que tambièn nos demuestra estos ùltimos textos es que los hermanos, por parte de madre, de Jesucristo, no ejercieron fè en èl antes de que muriese, pero despuès de resucitado, evidentemente sì, puesto que estaban con su madre, Marìa, reunidos con los demàs discìpulos de Jesucristo, despuès de su muerte y resurreciòn (Hechos 1:14), siendo uno de los màs prominentes en la Iglesia o Congregaciòn cristiana del primer siglo, Santiago, uno de los medio-hermanos de Cristo Jesùs (Gàlatas 1:19).
Por otra parte, y como toda la Palabra inspirada de Dios indica, la adoraciòn o veneraciòn sòlo hay que dàrsela a Dios (Mateo 4:10), quien es un Espìritu (Juan 4:23,24), por tanto no se puede comparar a nada material, a ninguna imàgen, estatua o escultura, algo que Dios mismo deja muy claro en sus primeros mandamientos (Exodo 20:3-6), y que se repite a travès de toda la Biblia, como por ej., en Isaias captlos. 40 al 45, Jeremìas 10:1-5; Habacuc 2:18,19; Hechos 17:16, 24, 29-31, etc....).