Re: Fuera de la iglesia católica NO hay salvación?
Conozcamos debidamente...
Las características del Pueblo de Dios
782 El Pueblo de Dios tiene características que le distinguen claramente de todos los grupos religiosos, étnicos, políticos o culturales de la Historia:
Bien, atiendan, porque lo primero que nos es dicho es que el Pueblo de Dios tiene características que le distinguen CLARAMENTE de TODOS los grupos religiosos... y en ellos está incluido el grupo que conforma el catolicismo romano, el cual no es universal, por tanto que su doctrina no es creída por todo el Pueblo de Dios, y a su vez, a tal cual sus pretendidos y conforme vemos que pretenden defenderlo, bien, ello obligaría a todo Israel, para poder ser salvo, a hacerse católicos romanos para lograrlo, y ello, es una necedad tremenda y como no, un agravio serio, muy serio, a Dios mismo, a su Palabra y a sus Promesas.
– Es el Pueblo de Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Pero El ha adquirido para sí un pueblo de aquellos que antes no eran un pueblo: "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa" (1 P 2, 9).
Bien, recuerden que el catolicismo romano es un pueblo y en si mismo, tanto, como que tiene una nación propia y que bien saben se llama Vaticano. La cual nada tiene que ver con el Reino de Dios, pues como bien sabemos NO ES DE ESTE MUNDO. Así pues, el Vaticano, siendo una nación, siendo un pueblo, no puede pretender poseer en exclusiva a Dios, y más, cuando por ello está negando a Israel como verdadero Pueblo de Dios, y bien sabiendo que llegado el tiempo TODO ISRAEL SERÁ SALVO... ello no podemos negarlo PORQUE ESCRITO ESTÁ, y Israel es la raíz, es el olivo verdadero, es el PUEBLO DE DIOS ELEGIDO...
No, el Vaticano es una nación, con sus propias leyes, sus propios preceptos, su propia lengua... y Dios es el Dios de TODAS LAS NACIONES, no de una y en particular, y menos cuando sabemos que la única nación que podría enorgullecerse de ello lo es Israel, que no la nación del Vaticano.
– Se llega a ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento físico, sino por el "nacimiento de arriba", "del agua y del Espíritu" (Jn 3, 3-5), es decir, por la fe en Cristo y el Bautismo.
Bien, vemos que bien nos es dicho como se llega a ser miembro del Cuerpo, y ello no es por el nacimiento físico, sino por el "NACIMIENTO DE ARRIBA", del agua y del Espíritu. Es decir, que no se es Pueblo de Dios por creer y ser católico Romano, no, sino por LA FE EN CRISTO Y EL BAUTISMO...
– Este pueblo tiene por jefe [cabeza] a Jesús el Cristo [Ungido, Mesías]: porque la misma Unción, el Espíritu Santo fluye desde la Cabeza al Cuerpo, es "el Pueblo mesiánico".
Atentos, nadie puede servir a dos amos... escrito está, es Palabra del Señor. Por lo tanto, atentos a este punto, ya que bien les dice...
que para ser pueblo de Dios, UNO HA DE SER SU JEFE [cabeza], y este lo es Jesús el Cristo, como [única] Cabeza de su Iglesia, que como bien saben ES SU PROPIO CUERPO, y el Espíritu y como bien lee, fluye de la Cabeza al Cuerpo... y
no les dice que fluye de la Cabeza, a la segunda cabeza, y de esta al clero, par terminar fluyendo en la muchedumbre.
– "La identidad de este Pueblo, es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo".
Bien, la dignidad y la libertad de los hijos de Dios. Somos hijos de Dios, Dios es nuestro Padre. En nosotros, en nuestros corazones, habita el Espíritu Santo, es decir: DIOS MISMO. Y bien les dice como en un templo, bien sabemos que la Escritura es la que dice que SOMOS TEMPLO DE DIOS... bien, si somos templo de Dios, si Dios habíta en nostros, si Cristo es nuestra Cabeza, si... Leamos de nuevo:
Felicitémonos y demos gracias por lo que hemos llegado a ser, no solamente cristianos sino el propio Cristo. ¿Comprendéis, hermanos, la gracia que Dios nos ha hecho al darnos a Cristo como Cabeza? Admiraos y regocijaos, hemos sido hechos Cristo. En efecto, ya que El es la Cabeza y nosotros somos los miembros, el hombre todo entero es El y nosotros ... La plenitud de Cristo es, pues, la Cabeza y los miembros: ¿Qué quiere decir la Cabeza y los miembros? Cristo y la Iglesia (San Agustín, ev. Jo. 21, 8).
Bien, si hemos llegado a ser no solamente cristianos sino el propio Cristo... ¿Comprendéis, hermanos, la gracia que Dios nos ha hecho al darnos a Cristo como Cabeza? Admiraos y regocijaos, hemos sido hechos Cristo... no se dejen engañar, el Espíritu Santo y como hemos ya visto, fluye de la Cabeza al Cuerpo, no de la Cabeza a una segunda cabeza, y de esta a un clero, y de este al resto de la muchedumbre.
– "Su ley, es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo mismo nos amó (cf. Jn 13, 34)". Esta es la ley "nueva" del Espíritu Santo (Rm 8,2; Ga 5, 25).
Una ley tenemos, una nueva ley, la del Espíritu. Un mandamiento: EL AMAR COMO MISMO CRISTO MISMO NOS AMÓ... les recuerdo que la iglesia católica tiene y por si misma mandamientos añadidos, tiene leyes nuevas, tiene enterito el Denzinguer, tiene bulas... veamos algunos de los mandamientos de la iglesia romana que no tienen base bíblica, pero aun así, los decreta como ley por sobre la Ley de Dios mismo...
El primer mandamiento (oír misa entera los domingos y fiestas de precepto) exige a los fieles participar en la celebración eucarística, en la que se reúne la comunidad cristiana, el día en que conmemora la Resurrección del Señor, y en aquellas principales fiestas litúrgicas que conmemoran los misterios del Señor, la Virgen María y los santos.
El segundo mandamiento (confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar) asegura la preparación para la Eucaristía mediante la recepción del sacramento de la Reconciliación, que continúa la obra de conversión y de perdón del Bautismo.
El tercer mandamiento (comulgar por Pascua de Resurrección) garantiza un mínimo en la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor en relación con el tiempo de Pascua, origen y centro de la liturgia cristiana.
El cuarto mandamiento (ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia) asegura los tiempos de ascesis y de penitencia que nos preparan para las fiestas litúrgicas; contribuyen a hacernos adquirir el dominio sobre nuestros instintos y la libertad del corazón.
El quinto mandamiento (ayudar a la Iglesia en sus necesidades) señala la obligación de ayudar, cada uno según su capacidad, a subvenir a las necesidades materiales de la Iglesia.
– Su misión es ser la sal de la tierra y la luz del mundo (cf. Mt 5, 13-16). "Es un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano".
Sin comentarios, pero no olviden que ser sal y luz del mundo es un germen muy seguro de salvación para todo el género humano.
– "Su destino es el Reino de Dios, que el mismo comenzó en este mundo, que ha de ser extendido hasta que él mismo lo lleve también a su perfección" (LG 9).
Amén, su destino es el Reino de Dios, el cual hay que hallar, pues es Cristo Jesús mismo quien nos dice: BUSCAD EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA... y sin olvidar que bien indica que ha de ser Él, Cristo, quien lo lleve a su perfección.
Por lo tanto, no se dejen engañar: O se es Pueblo de Dios, porque Dios mismo les ha llamado a ser miembros de Su Pueblo Santo, y por ello tenemos un único "jefe" el cual es Cristo, Cabeza de su propio Cuerpo, y siendo a su vez y por ello nosotros mismo Cristo... NO PODEMOS SERVIR A DOS AMOS... o serán parte de la muchedumbre que sigue otra cabeza, otro jefe, el cual como segunda cabeza de un "mismo" cuerpo, recibe y según ellos de Cristo y en exclusiva, para pasarlo a su clero por ellos elegido, que no por Dios mismo, y de ellos al resto, o muchedumbre, que es como son llamados los que dependen de ellos y les sirven a sus propios intereses...
No, el Pueblo de Dios ES: "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa"... y ante ello, ante los elegidos, ante los que son sacerdotes reales, ante la nación santa NO HAY HOMBRE ALGUNO QUE PUEDA LEVANTARSE POR SOBRE ELLOS. Cristo es la Cabeza, somos un Pueblo Santo, el de Dios, somos hijos de Dios, SOMOS HIJOS DE DIOS, Y DIOS ES NUESTRO PADRE, no se dejen engañar, todo es una pretensión de poder por sobre LA MUCHEDUMBRE....
¿Y como logramos todo ello?... bien, en breve empezaremos con el capítulo que nos habla del Espíritu Santo y su obra... un avance que confirma sin duda alguna todo lo que vamos viendo:
“CREO EN EL ESPIRITU SANTO”
687 "Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios" (1 Co 2, 11). Pues bien, su Espíritu que lo revela nos hace conocer a Cristo, su Verbo, su Palabra viva, pero no se revela a sí mismo. El que "habló por los profetas" nos hace oír la Palabra del Padre. Pero a él no le oímos. No le conocemos sino en la obra mediante la cual nos revela al Verbo y nos dispone a recibir al Verbo en la fe. El Espíritu de verdad que nos "desvela" a Cristo "no habla de sí mismo" (Jn 16, 13). Un ocultamiento tan discreto, propiamente divino, explica por qué "el mundo no puede recibirle, porque no le ve ni le conoce", mientras que los que creen en Cristo le conocen porque él mora en ellos (Jn 14, 17).
688 La Iglesia, Comunión viviente en la fe de los apóstoles que ella transmite, es el lugar de nuestro conocimiento del Espíritu Santo:
– en las Escrituras que El ha inspirado:
– en la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son testigos siempre actuales;
– en el Magisterio de la Iglesia, al que El asiste;
– en la liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos, en donde el Espíritu Santo nos pone en Comunión con Cristo;
– en la oración en la cual El intercede por nosotros;
– en los carismas y ministerios mediante los que se edifica la Iglesia;
– en los signos de vida apostólica y misionera;
– en el testimonio de los santos, donde El manifiesta su santidad y continúa la obra de la salvación.
Es todo por el momento, en breve, y Dios mediante, seguiremos...
Que Dios les bendiga.