Re: Adventistas del 7mo día V.S. Católicos Apostólicos Romanos
Lindo texto, ¿has pensado en adaptarla al teatro?
LOS SANTOS
“En los comienzos del cristianismo la palabra santo servía para designar a todos los fieles.” Nueva Enciclopedia Larousse t. 17 p. 8928 EDITORIAL PLANETA, S. A. 1988.
En sentido estricto sólo Dios es santo:
“Quién no reverenciará, y glorificará tu Nombre, oh Señor? Porque sólo tú eres santo”. Apocalipsis 15:4.
También se les llama “santos” a los ángeles:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria”. (Mateo 25: 31).
La palabra “santo” en el Nuevo Testamento se aplica a todos los creyentes:
“Contribuid a las necesidades de los santos. Practicad la hospitalidad” Romanos 12:13.
“Porque Macedonia y Acaya tuvieron por bien hacer una colecta para los pobres que hay entre los santos de Jerusalén”. (Romanos 15:26).
“Pablo apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso”. (Efesios 1: 1).
“Todos los santos os saludan, especialmente los de la casa de César”. Filipenses 4:21, 22.
“A los hermanos santos y fieles en Cristo que están en Colosas. Gracia y paz a vosotros, de nuestro Padre Dios y del Señor Jesucristo”. Colosenses 1:2.
“¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los Mandamientos de Dios y la fe de Jesús! Apocalipsis 14: 12.
¿Pueden los santos que murieron interceder por los vivos?
“Porque hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. 1 Timoteo 2:15.
Las Escrituras también enseñan que los difuntos “duermen”:
“Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales la mayoría vive aún, y otros duermen”. 1 Corintios 15:6.
“Hermanos no queremos que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los que no tienen esperanza”. 1 Tesalonicenses 4: 13.
De Esteban (cuando fue martirizado) dice:
“Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: “Señor no les atribuyas este pecado!” Y habiendo dicho esto, durmió”. Hechos 7: 60.
Y además:
“Los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; hasta su memoria queda en el olvido. También su amor, su odio y su envidia perecieron ya, y nuca más participan en nada de lo que se hace bajo el sol. Todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo con toda tu fuerza; porque en el sepulcro adonde vas, no hay obra, ni planes ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9: 5-7).
"Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, otros para vergüenza y confusión eterna”. (Daniel 12: 2).
Jesús también se refirió a la muertecomo un sueño:
“Después agregó: “Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy a despertarlo del sueño”. Entonces sus discípulos dijeron: “Señor, si se ha dormido, sanará”.
Pero esto decía Jesús de la muerte de Lázaro, y ellos pensaron que hablaba del reposo del sueño. Entonces Jesús les dijo claramente: “Lázaro ha muerto”. (Juan 11: 11-14).
“Jesús respondió: “Yo Soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. “Todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre.” (…) (Juan 11: 25, 26).
Por lo tanto las Escrituras afirman que:
• Santo en realidad solamente es Dios.
• Todos los creyentes son llamados santos.
• Todos los humanos excepto Enoc, Elías y moisés (ver Gén. 5:24; 2 R3y. 2:11; Jud. 9 y Mat. 17: 3) al fallecer permanecen muertos, o como dice la Escritura, “dormidos” y no pueden participar (interceder) en nada de lo que se hace debajo del sol.
• Solamente hay un mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo.
Los santos rechazan que se les rinda culto:
“Cuando Pedro entraba, salió Cornelio a recibirlo, y postrándose a sus pies, adoró. Pero Pedro lo levantó, diciendo: “Levántate, que yo también soy hombre”. Hechos 10: 25, 26.
“Yo, Juan, soy el que oyó y vio estas cosas. Y después de haber oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me las estuvo mostrando. Pero él me dijo: “No lo hagas. Porque yo soy siervo contigo, con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las Palabras de este libro. ¡Adora a Dios!” Apocalipsis 22: 8, 9.
En las Escrituras las oraciones siempre van dirigidas a Dios:
“Un día estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”. Y les dijo: “Cuando oréis, decid: Padre (nuestro que estás en los cielos), santificado sea tu nombre. Venga tu reino. (Sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra”). (Lucas 11:1, 2).
Lindo texto, ¿has pensado en adaptarla al teatro?