Re: LA VERDAD SOBRE LA SRA. ELENA G. DE WHITE.
Estimado freddyjuarbe. Saludos cordiales.
Tú dices:
HENRYJ:
La doctrina de la Trinidad no tiene base en la biblia.
Si bien el sabado es probado desde genesis hasta el apocalipsis, la Trinidad no tiene base en la biblia, mucho menos Ellen White como profetiza.
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Iglesia de Dios (7mo. Dia)
Respondo: ¡Falta conocimiento del Espíritu Santo.!
“¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.” Juan 14:10
“Les dijo: ¿
Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron:
Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.” Hechos 19:2
El Espíritu Santo es una persona:
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que
hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” Juan 16:13.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro
Consolador, para que esté con vosotros para siempre” Juan 14:16.
“Y mientras Pedro pensaba en la visión,
le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan.
Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado.” Hechos10:19,20.
“
Y el Espíritu dijo a Felipe:
Acércate y júntate a ese carro.” Hechos 8:29.
“Ministrando éstos al Señor, y ayunando,
dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” Hechos 13:2.
“
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” Efesios 4:30.
¡La Biblia indica esta gran verdad
Entonces, los que niegan que el Espíritu Santo es una persona a la luz de la Palabra de Dios, deben pedirle a Él que les abra los ojos para comprender este tema: “
Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” Lucas 24:45
Pues bien si dudan en esta gran verdad tan claramente indicada en la Palabra de Dios, en el segundo punto tendrán mayor confusión, y les costará mayor esfuerzo comprender.
Los discípulos muchas veces tuvieron conceptos equivocados y tuvieron que abandonar estos conceptos.
El pueblo adventista en sus comienzos tuvo también errores, los que al seguir adelante fueron reemplazados por conceptos correctos.
Esto sucedió en 1844 en el gran movimiento adventista. El chasco en particular, y la plena corrección del error habían sido objeto de las profecías divinas, predichos en el décimo capítulo del Apocalipsis.
Dios tenía todavía una gran obra para aquellos que habían experimentado esto, queda indicado por la comisión divina: “
Necesario es que otra vez profetices a muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes”.
Es extraordinario el enlace entre este conocimiento y su coincidencia con los incidentes del movimiento adventista mundial precisamente antes del año 1844. Los versículos del capitulo 11 de Apocalipsis demuestran como el mensaje dado por un ángel, la profecía se aclaraba al medirse “el templo de Dios”, o sea el santuario, en el cual vieron pronto el ministerio final de Cristo. Descubrieron entonces su error al suponer que la tierra era el santuario que había de ser purificado al fin de los 2.300 días. Esto explicaba la causa de su chasco.
De la misma manera que en el pasado Dios mandó a su pueblo sincero un mensaje por el don de profecía. La manifestación del don de profecía en esta crisis fue similar a la manifestación de aquel don en una manifestación anterior del pueblo de Dios. Estoy hablando de 2 Crón.20:1-4, 12, 14-18.
Leamos este versículo que dice: “Se levantaron muy de mañana y salieron hacia el desierto de Tecoa. Y mientras ellos Salían, Josafat se puso de pie y dijo: "Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén: ¡
Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros! ¡Creed a sus profetas y seréis prosperados!" (2Crón.20:20.)
Los israelitas creyeron que Dios les había hablado por el profeta, y salieron al campo de batalla. Pero mientras estaban en el camino, “Jehová puso emboscadas contra los hijos de Amón, los de Moab y los de la Región montañosa de Seír que Habían venido contra Judá, y fueron derrotados.
Los hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los de la Región montañosa de Seír, para destruirlos por completo y aniquilarlos. Cuando Habían acabado con los de la Región montañosa de Seír, cada cual Contribuyó a la Destrucción de su compañero.
Cuando los de Judá llegaron a cierta altura que domina el desierto, miraron hacia la multitud; y he Aquí que ellos Yacían muertos en tierra. Ninguno Había escapado.” (Vers. 22-24)
El Señor permitió que esta crisis sobreviniese a los israelitas para su propio bien. Los alarmó, y les hizo comprender cuán completamente dependían de Dios. Les dio una nueva evidencia de cuán dispuesto estaba a oír y ayudarlos, y en su gran poder para salvarlos de sus enemigos. Esto enseñó a los israelitas una muy valiosa lección.
Pues bien, Dios elige a su mensajera en la crisis de 1844, cuando un mundo incrédulo se oponía al chasqueado pueblo de Dios. Algunos lo rehuían, otros lo ridiculizaban, y muchos le eran hostiles. Era por cierto un rebaño abandonado, esparcido, que no sabía que hacer. En él había algunos que, como Josafat y Judá, mantenían los ojos en Jehová y elevaban una insistente oración en busca de dirección divina. El Señor oyó sus oraciones, y les dio una notable respuesta por medio del don de profecía. Eligió como mensajera suya a la Srta. Elena Gould Harmon, de Portland, Maine, creyente verdaderamente piadosa que sufrió el chasco de 1844. Ella dice acerca de su experiencia cristiana antes de su llamamiento a actuar como mensajera especial del Señor:
"Me convertí a la edad de once años (1838-9), y cuando tuve doce fuí bautizada y me uní con la Iglesia Metodista. A la edad de trece años, oí a Guillermo Miller pronunciar su segunda serie de conferencias en Portland, Maine. Sentía entonces que no había santidad en mí y que yo no estaba lista para ver al Señor Jesús. Así que cuando se invitó, a los miembros de la iglesia y a los pecadores a que pasasen al frente para que se orase por ellos, acepté la primera oportunidad, porque sabía que era necesario que se hiciese una gran obra en mi favor a fin de que quedase preparada para el cielo. Mi alma tenía sed de la salvación plena y gratuita, pero no sabía cómo obtenerla.
En 1842 concurrí asiduamente a las reuniones adventistas celebradas en Portland, y creí sinceramente que el Señor iba a venir. Tenía hambre y sed de una salvación completa, de estar en absoluta conformidad con la voluntad de Dios. Día y noche luchaba para obtener ese tesoro inestimable, que no podría comprarse con todas las riquezas de la tierra.” (PE pág. 11.)
La comisión divina: “
Necesario es que otra vez profetices a muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes”. ¡No podía ser detenida.!
Bendiciones.
Luego todoIsrael será salvo.