Re: Transubstanciación, Consubstanciación o mero símbolo????
De nuevo te digo, el lenguaje calvinista tal como lo estás exponiendo además de ser muy vago sobre la naturaleza de esa "presencia", es casi la misma que la "presencia real" que predico Zunglio y que predican los bautistas. Sinceramente te lo digo hermano, no logro ver la diferencia, no se a que te refieres cuando dices que un bautista no tiene una concepcion diferente a la tuya.
Por un lado tu aseguras que "la presencia real de Cristo no está sujeta a los elementos", por otro lado dices que "su presencia es absolutamente real..." no logro entenderte.
Es que para que sea real, no tiene porque estar en dependencia de los elementos.
Pero a la práctica.
Cuando se comulga se recibe a Cristo; no porque esté en el pan; sino poque está en el sacramento en conjunto.
¿Vago?
También es muy vago el juego de substancias y atributos que hace la filosofía romana para entender este misterio.
Me temo que no vamos a poder explicarlo nunca. Sólo debemos atenernos a creer que Cristo está presente, y que tomamos su cuerpo y bebemos su sangre. Pero yo te digo que esto no lo hacemos más que espiritualmente... ¿Por qué? Porque es pan y es vino. Y las teorías de que sólo lo son sus accidentes o que Jesús está escondido en el pan (como diría un luterano) me parecen formas de remendar, muy deficientemente, lo que es la Eucaristía.
BREVEMENTE
CATECISMO DE WESTMINSTER (MENOR)
P. 96. ¿Qué es la Cena del Señor?
R.La Cena del Señor es un Sacramento por el cual, dando y recibiendo pan y vino según la ordenanza de Cristo, se simboliza su muerte; y aquellos que dignamente lo reciben, no son hechos de una manera corporal y carnal, sino por la fe, partícipes de su cuerpo y sangre, como también de todos los beneficios consiguientes, lo cuál conduce a su nutrimiento espiritual y a su crecimiento en la gracia. Lucas 22:19–20; 1 Cor. 11:23–26; 1 Cor. 10:16–17.
P. 97. ¿Qué se requiere para recibir dignamente la Cena del Señor?
R.Para que los participantes reciban dignamente la Cena del Señor, es necesario que hagan un examen del conocimiento que tienen para discernir el cuerpo del Señor; de su fe para alimentarse en él; de su arrepentimiento, amor y nueva obediencia, para que no sea, que recibiendo indignamente el sacramento, coman y beban su propia condenación. I Cor. 11:27-32.
MÁS EXTENSAMENTE
CONFESIÓN DE FE DE LA IGLESIA PRESBITERIANA, WESTMINSTER:
I. Nuestro Señor Jesús, la noche que fue entregado, instituyó el sacramento de su cuerpo y de su sangre, llamado la Cena del Señor,
1) para que se observará en su Iglesia hasta el fin del mundo, para un
recuerdo perpetuo del sacrificio de sí mismo en su muerte.
2) para sellar en los verdaderos creyentes los beneficios de ella, para su alimentación espiritual y crecimiento
en ÉL,
3) para un mayor compromiso en y hacia todas las obligaciones que le deben a Cristo; y para ser un lazo y
una prenda de su comunión con ÉL y de su mutua comunión, como miembros de su cuerpo místico. (1)
1. I Corintios 11:23-26; 10:16,17, 21 y 12:13.
4) El Señor Jesús, en este sacramento,
ha designado a sus ministros que declaren al pueblo
su palabra de institución, que
oren y bendigan los elementos del pan y del vino, y que los aparten así del uso común para el servicio sagrado; que tomen y partan el pan, y beban de la copa y (participando ellos mismos), den de los dos elementos a los comulgantes; (1) pero no a ninguno que no esté presente entonces en la congregación. (2)
1. Mateo 26:26-28; y Marcos 14:22-24; y Lucas 22:19,20; 1 Corintios 11:23-26.
2. Hechos 20:7; 1 Corintios 11:20.
5) Las misas privadas o la recepción de este sacramento de un sacerdote o por cualquier otro privadamente; (1) como también el negar la copa al pueblo; (2) el adorar los elementos, el elevarlos o llevarlos de un lugar a otro para adorarlos y el guardarlos para pretendidos usos religiosos; todo esto es contrario a la naturaleza de este sacramento y a la institución de Cristo. (3)
1. 1 Corintios 10:16.
2. Marcos 14:23; 1 Corintios 11:25-29.
3. Mateo 15:9.
6) Los elementos exteriores de este sacramento, debidamente apartados para los usos ordenados por Cristo,
tienen tal relación con El crucificado, que verdadera aunque sólo sacramentalmente, se llaman algunas veces por el nombre de las cosas que representan, a saber: el cuerpo y la sangre de Cristo; (1) no obstante, en sustancia y en naturaleza ellos todavía son verdadera y solamente pan y vino, como eran antes. (2)
7) Los que reciben dignamente este sacramento, participando exteriormente de los elementos visibles, (1) también
participan interiormente, por la fe, de una manera real y verdadera aunque no carnal ni corporal, sino alimentándose espiritualmente de Cristo crucificado y recibiendo todos los beneficios de su muerte. El cuerpo y la sangre de Cristo no están entonces ni carnal ni corporalmente dentro, con o bajo el pan y el vino; sin embargo,
están real pero espiritualmente presentes en aquella ordenanza para la fe de los creyentes, tanto como los elementos mismos lo están para sus sentidos corporales. (2)
1. 1 Corintios 11:28.
2. 1 Corintios 10:16.