Latinos, no. De rito latino.
¿Por qué? Pues lo primero de todo, conviene recordar, o explicar al que no lo sabe, que el tema del celibato no es una cuestión dogmática sino de disciplina interna de la Iglesia. Es decir, mañana mismo el Papa podría cambiar la cuestión sin tocar una sola coma de la doctrina católica. Dicho eso, la tradición eclesial en Occidente ha estado siempre más inclinada a unir el sacerdocio al celibato. EL Oriente cristiano acepta la ordenación de casados como sacerdotes, aunque el que se ordena estando célibe, célibe ha de permanecer toda su vida.
Una de las cosas que se suele ignorar -desde luego lo ignora el forista que ha abierto este epígrafe- es que el canon tercero del concilio ecuménico de Nicea, el mismo en el que se defendió la divinidad de Cristo contra la herejía arriana, impulsa de forma muy rotunda el celibato de TODOS los ordenados, diáconos incluídos. Dice ese canon:
"El Concilio prohíbe, con toda la severidad, a los obispos, sacerdotes y diáconos, o sea a todos los miembros del clero, el tener consigo a una persona del otro sexo, a excepción de madre, hermana o tía, o bien de mujeres de las que no se pueda tener ninguna sospecha".
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