Aunque resucitó, cuan dificil les fue creer que estaba vivo, cuan dificil les fue creer que caminaba entre ellos, cuan dificil les fue creer que lo estaban viendo.
Pero hay algo que me ha llamado la atención y es que ninguno de los incrédulos involucrados en su resurrección, estuvo seguro hasta que él habló. Aún Maria Magdalena, no se dió cuenta teniéndolo al frente, hasta que este le habló.
Y si caminamos con los dos que iban camino de Maus, nos damos cuenta de lo mismo, no fue hasta que comenzó a citar la palabra, que se dieron cuenta que él era.
Hago esta reflección, para que analicemos la realidad de Jesús a nuestro alrededor. El dijo que estaría con nosotros hasta el fin de los tiempos, y me sobrecoje una inquietud al recordar sus palabras al decir: "...me viste sediento y no me diste de beber, hambriento y no me diste de comer, enfermo y no me visitaste" así como "Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis." ¿será que como Tomás, estamos pretendiendo meter el dedo en sus llagas para ver si el que está a nuestro alrededor es él?
Y que pasa con el "...ya no vivo yo más vive Cristo en mi", en mi hermano, en mi prójimo, en los hambrientos en los sedientos en los enfermos...!!!!
Quizá camina a nuestro lado y no le vemos, quizá estamos esperando una aparición sobrenatural y es posible que aún sucediendo así, pidamos meter nuestro dedo en sus llagas, si es que tiene alguna en su cuerpo glorificado, para estar seguros. Pero lo más triste de todo esto es que quizá nos esté hablando repetidamente y aún así no solo no le reconocemos a él sino que tampoco reconocemos sus palabras.
Quisiera recordar las palabras que él mismo le dirigió a Tomás: "Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron"
¿Has visto a Jesús últimamente?
Greivin.
Pero hay algo que me ha llamado la atención y es que ninguno de los incrédulos involucrados en su resurrección, estuvo seguro hasta que él habló. Aún Maria Magdalena, no se dió cuenta teniéndolo al frente, hasta que este le habló.
Y si caminamos con los dos que iban camino de Maus, nos damos cuenta de lo mismo, no fue hasta que comenzó a citar la palabra, que se dieron cuenta que él era.
Hago esta reflección, para que analicemos la realidad de Jesús a nuestro alrededor. El dijo que estaría con nosotros hasta el fin de los tiempos, y me sobrecoje una inquietud al recordar sus palabras al decir: "...me viste sediento y no me diste de beber, hambriento y no me diste de comer, enfermo y no me visitaste" así como "Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis." ¿será que como Tomás, estamos pretendiendo meter el dedo en sus llagas para ver si el que está a nuestro alrededor es él?
Y que pasa con el "...ya no vivo yo más vive Cristo en mi", en mi hermano, en mi prójimo, en los hambrientos en los sedientos en los enfermos...!!!!
Quizá camina a nuestro lado y no le vemos, quizá estamos esperando una aparición sobrenatural y es posible que aún sucediendo así, pidamos meter nuestro dedo en sus llagas, si es que tiene alguna en su cuerpo glorificado, para estar seguros. Pero lo más triste de todo esto es que quizá nos esté hablando repetidamente y aún así no solo no le reconocemos a él sino que tampoco reconocemos sus palabras.
Quisiera recordar las palabras que él mismo le dirigió a Tomás: "Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron"
¿Has visto a Jesús últimamente?
Greivin.