Queridisimo Caminante2007, buscando apoyar y ampliar lo que bien señalas mi hermano, dejo aquí el siguiente aporte, esperando sirva a nuestro hermano Domingo (dami) y a todos los que nos leen para entender que las escrituras forman una unidad y toda ella tiene su justo lugar y nos ayuda a conocer y a confiar en nuestro Dios y en Aquel que ha dado Su vida para rescate nuestro.
La Biblia es la colección de los libros que contienen la revelación escrita que Dios hace de sí mismo al hombre. Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento son una unidad, la cual conocemos ahora como Biblia.
El hecho de que Jesucristo domina toda la revelación bíblica demuestra en una manera convincente la unidad y el progreso de la revelación. Por ejemplo: Su descendencia humana, Su persona divina y Su programa de redención, que son revelados en el Nuevo Testamento históricamente, son revelados en el Antiguo Testamento proféticamente. El hombre, como pecador necesita alguien que lo represente como su redentor; alguien que le revele a Dios; y alguien que, con autoridad y efecto, reine sobre él. En otras palabras, necesita un sacerdote, un profeta y un rey. Es vano que el hombre busque tal persona entre sus semejantes caídos, pero Jesucristo suple esa necesidad completamente.
Tres oficios dominan el Antiguo Testamento: el de sacerdote, representado por Aarón; el de profeta, representado por Moisés; y el del rey, representado por David. Siendo pecadores, no pudieron cumplir idealmente estas funciones, pero es claro que representaban a uno por venir (Hebresos 4:14-5:10; Deuteronomio 18:18; Salmo 110:1): Jesucristo. Lo que el Antiguo Testamento promete, el Nuevo suple. El que era representado en tipos en el Antiguo Testamento aparece en el Nuevo Testamento. Lo que es en el Antiguo Testamento anhelo, en el Nuevo es satisfacción. Jesucristo.
No solamente hay muchos tipos mesiánicos en el Antiguo Testamento, sino que la historia completa de Israel es típica. Además, Jesucristo enseñó que la Biblia que Él usaba, las Escrituras Hebreas, lo presentaban de principio a fin. El conocía las divisiones de la Biblia Hebraica y dijo que era necesario que se cumpliera todo lo escrito de Él en la ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos (Lucas 24:44). La tipología es la manera en que los escritores del Nuevo Testamento interpretaban el Antiguo. Personas, instituciones, actos religiosos como fiestas y sacrificios cosas como el tabernáculo y todo su mobiliario, todo ello tiene su importancia histórica, pero se trasciende y representa o simboliza o predice algo acerca de Jesucristo. Juan el Bautista, viendo venir a Jesús dijo, "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29), haciendo referencia al cordero pascual. Mateo aplicó Óseas 11:1 a Jesús (Mateo 2:15). Pablo, por su parte, hablando del éxodo de Egipto dijo ".. y la roca era Cristo" (1 Corintios 10:4). (La palabra "tipo" -gr. tupos- es traducida "ejemplo" en 1 Cor. 10:6, 11). En 1 Corintios 5:7, Pablo le llama a Jesucristo, "nuestra pascua", haciendo referencia a la pascua judía.
En el Antiguo Testamento Jesucristo es predicho; en los Evangelios está presente; en los Hechos es proclamado; en las Epístolas se posesiona; y en el Apocalipsis es predominante. Jesucristo es el foco de toda la historia, toda la profecía y todo tipo. La revelación divina converge en Él en el Antiguo Testamento y emerge de Él en el Nuevo Testamento. Ambas partes de la revelación se reúnen en Jesucristo, la una como preparación y la otra como realización. De esta perspectiva, todas las partes de la Biblia, de libros y versículos, constituyen una progresiva revelación divina del amor redentor. Dios y hombre se encuentran en Uno quien es Dios y hombre: Jesucristo. El tema de toda la Escritura es la redención, en el Antiguo Testamento la anticipación de ella en tipo de profecía; en los Evangelios el logro de ella por la muerte de Jesucristo; en Hechos y las Epístolas, la aplicación de ella a las necesidades del hombre; y en la Revelación, la ejecución de ella en la sujeción de todos los reinos al dominio de Dios. Todos los detalles caben en cada etapa de su desarrollo, a fin de que cada parte de la Biblia, sea historia o literatura, o tipo, o profecía, o ley, o gracia, forme parte del designio de Dios para reconciliar a sí mismo, por el sacrificio de sí mismo, una raza caída y rebelde. Y todo eso, en Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de Señores.
Para Su gloria y Su honra,
Joaco <><