Este grupo no es mencionado en el Nuevo Testamento, y sólo en algunos pasajes se puede deducir que se refieren a ellos. Sin embargo, la teología neotestamentaria es en gran parte de extracción esenia! El por qué no son nunca mencionados constituye un misterio, como si los mismos autores del Nuevo Testamento hubieran a propósito evitado de mencionar la propia pertenencia al movimiento de los esenios, o por lo menos las propias simpatías hacia este grupo...
Los historiadores de la época, como Flavio Josefo y otros, dedican mucho más espacio a la descripción de los esenios de cuanto dedican a todos los otros movimientos, indicando cuánto era relevante su presencia en la sociedad judaica, por lo cual no se explica tal omisión en el Nuevo Testamento. Sin embargo, conocer la doctrina de los esenios es esencial para entender el origen del cristianismo.
Los esenios eran considerados un movimiento heterodoxo, cuyas doctrinas no eran fundadas en las Escrituras. En efecto, era justamente así. Si bien Jesús era teológicamente mucho más cercano a los fariseos, ha sido descrito por los evangelistas también con muchas características típicas de los esenios, que veremos a continuación. Había en efecto al interno de los fariseos algunas corrientes más místicas que podrían confundirse en apariencia con los esenios, aunque manteniendo la fidelidad a la Torah y rechazando la enseñanza de otras escrituras no inspiradas; corrientes entre las cuales se pueden incluir escuelas rabínicas cercanas a Jesús de Nazaret.
Algunos de los aspectos principales de este movimiento místico-esotérico son los siguientes:
Organización social de los esenios:
* Formaban comunidades de hombres solamente, los cuales eran célibes o bien habían dejado sus familias y sus haberes para unirse al movimiento:
“Los esenios dejaban padre, madre, hermanos y hermanas, casas y tierras, por causa de su religión” (Eusebio, citando a Filón);
“Entonces Kefa, respondiendo, le dijo: «He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?» …Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. (Mateo 19:27,29 – cf. Marcos 10:29; Lucas 14:26,33; 18:28-29).
* Generalmente, los esenios constituían células guiadas por un “Maestro de Justicia” y doce discípulos.
“Y estableció a doce, para que estuviesen con él” (Marcos 3:14); “Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” (Lucas 6:13 – cf Mateo 10:1).
Las comunidades más numerosas eran guiadas por un consejo compuesto por doce hombres, de los cuales tres tenían responsabilidades particulares.
“Seis días después, Jesús tomó a Kefa, a Yakov y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos” (Marcos 9:2 – cf Mateo 17:1; Lucas 8:51; 9:28).
* Los esenios renunciaban a todo tipo de placeres del cuerpo, incluso el matrimonio, para consagrarse a Dios:
“Renunciaban a toda forma de diversión, de elegancia, y a todo placer del cuerpo” (Filón).
“Eran la única clase de hombres que vivían sin dinero y sin mujeres” (Plinio).
“Existen eunucos, los cuales se han hecho eunucos por sí mismos por motivo del reino de los cielos” (Mateo 19:12);
“Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor” (1Corintios 7:32).
* Los esenios no llevaban bolsa, ni alimentos, ni otras cosas en sus viajes.
“Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas»” (Lucas 9:3 – cf Mateo 10:9,10; Marcos 6:8).
* Ellos no tenían en cuenta las cosas terrenas, sino buscaban solamente aquellas celestes, o sea, el “Reino de Dios”:
“Los esenios creían y enseñaban que su deber principal era buscar el Reino de Dios y su justicia” (Filón);
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33– cf Lucas 12:31);
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el herrumbre corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el herrumbre corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mateo 6:19-20).
* Los esenios exaltaban la condición de pobreza y la humildad.
“Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios” (Lucas 6:20);
“Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” (Santiago 2:5).
* Los esenios se abstraían del sistema social, al cual denominaban “el mundo”:
“Eran también llamados ascetas debido a su abstracción del mundo” (Eusebio);
“Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo” (Juan 17:16).
* Aunque tenían un maestro, usaban no llamar “maestro” a ninguno:
“«Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos»” (Mateo 23:8).
* Los esenios tenían todo en común, y uno de ellos era encargado de tener el dinero de la comunidad;
“Ellos no compran ni venden entre ellos, sino que dan de lo que tienen a quien necesita” (Flavio Josefo);
“Se les requería vender sus propiedades y haberes, y compartirlos entre todos según la necesidad de cada uno de modo que no hubiera ninguno en necesidad, así como está escrito en los Hechos de los Apóstoles” (Eusebio);
“Todos aquellos que creían estaban juntos y tenían todas las cosas en común; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno... Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad ” (Hechos de los Apóstoles 2:44-45; 4:34-35).
“Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: «Compra lo que necesitamos para la celebración»; o que diese algo a los pobres” (Juan 13:29).
* Los esenios usaban retirarse en lugares solitarios:
“Ellos, habiendo dejado de lado toda preocupación por esta vida, se retiraban en los desiertos o en los jardines” (Filón).
Estas características eran también propias de Juan el inmersor y de Jesús (ver también Hebreos 11:38).
* Los esenios usualmente se vestían de blanco.
Las listadas arriba son las principales características que acomunan, al menos en apariencia, a los esenios con los discípulos de Jesús. No hay en ellas alguna cosa que contraste con las Escrituras o que pueda ser censurable, ni por los fariseos ni por otros, y en efecto, no eran estas las cosas por las cuales eran considerados heterodoxos, sino por sus doctrinas. A diferencia de los fariseos, que consideraban solamente la Escritura inspirada como fundamento doctrinal, los esenios tenían muchos libros, los cuales son comúnmente denominados “apócrifos” o “pseudo-epigráficos”. Apócrifo significa espurio, y en el uso corriente se dá este nombre a los libros no inspirados, o sea, aquellos que no forman parte de las Escrituras (algunos de los cuales han sido incluidos en la versión de la Biblia llamada “de los Setenta”); pseudo-epigráfico significa que el autor firma con el nombre de otro, usualmente un personaje reconocido mencionado en las Escrituras. Es interesante el hecho que ciertos apócrifos han sido escritos no por Judíos sino por Hebreos de aquellos exiliados en Asiria, o sea, aquellos de la Casa de Israel...
Un dato importante es que una parte consistente del Nuevo Testamento no tiene ninguna referencia en las Escrituras Hebraicas, sino en los libros apócrifos! Hay algunos ejemplos sorprendentes, como “el arcángel Mikhael, cuando contendía con el diablo disputando por el cuerpo de Mosheh” (Judas 9), o el nombre de los magos de Egipto “Yahné y Yamré, que se opusieron a Moisés” (2Timoteo 3:8), o bien “para que se cumpliese lo que fue dicho por los Profetas, que habría de ser llamado Nazareno” (Mateo 2:23), profecía que ha hecho inventar disparates a muchísimos teólogos... Hay también otras cosas menos evidentes, que no tienen nada que ver con el judaísmo y no se encuentran en las Escrituras, sino que provienen del ambiente esenio, por ejemplo, el título “Hijo del hombre”, o términos como “hijos de la luz”, en oposición a los “hijos de las tinieblas”, y otros similares.
Los esenios eran particularmente atraídos por personajes bíblicos envueltos en el misterio, como Henok, MalkiTzedek y el Profeta Eliyahu (Elías). Tenían una visión mesiánico-apocalíptica muy acentuada, y veían en la figura de MalkiTzedek el Mesías prometido, Henok y Eliyahu como sus precursores – estos últimos dos probablemente porque no murieron, mientras MalkiTzedek era considerado la Emanación de Dios, el Ángel del Eterno. El Libro de Henok es fundamental en la literatura esenia, y ha inspirado muchas doctrinas neotestamentarias, más de cuantas podamos imaginar!
Pasemos ahora a considerar las doctrinas y prácticas de los esenios, confrontándolas oportunamente par distinguirlas de aquellas enseñadas y practicadas por Jesús o sus discípulos:
* Los esenios practicaban la inmersión (llamada bautismo) para la remisión de pecados. Esta práctica existe en el judaísmo, se llama “mikveh” (Hechos 21:26), pero los esenios le daban un significado diverso: ellos rechazaban el sacrificio de animales y lo substituían con la inmersión, que en el judaísmo tiene un valor de purificación física, sin relación con la remisión de pecados. Juan el inmersor tiene muchas características que llevan a identificarlo con los esenios.
* Ellos se bautizaban también por aquellos que reputaban espiritualmente muertos:
“De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?” (1Corintios 15:29). Este es uno de los versos en controversia...
* Ellos no ofrecían sacrificios, al contrario, los rechazaban.
* Los esenios usaban romper el pan en sus rituales.
* Los esenios ayunaban con frecuencia. También los discípulos de Juan, pero no los de Jesús:
“Entonces ellos le dijeron: «¿Por qué los discípulos de Juan ayunan muchas veces y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos, pero los tuyos comen y beben?»” (Lucas 5:33);
“Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?»” (Mateo 9:14);
“Y los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban; y vinieron a Jesús, y le dijeron: «¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan?»” (Marcos 2:18).
* Los esenios no estimaban el Templo. Jesús demostró el contrario:
“Jesús entró en el Templo, y echó fuera a todos los que vendían y compraban, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas. Y les dijo: «Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones»” (Mateo 21:12-13; – cf Marcos 11:15-17; Lucas 19:45-46; Juan 2:13-17).
* Los esenios no participaban en las solemnidades judaicas en Jerusalem, según atestan Flavio Josefo y Filón; Jesús en cambio, sí participaba, incluso en las festividades no establecidas en las Escrituras, como Hanukkah (Juan 10:22-23).
* Los esenios no frecuentaban las Sinagogas. Jesús en cambio, participaba activamente:
“Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: «¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?»” (Mateo 13:54; – cf Marcos 6:2; Lucas 4:16).
* Los esenios tenían una doctrina secreta que no era revelada si no a sus discípulos. Por este motivo, usaban hablar en parábolas, con metáforas y alegorías, en modo tal de no revelar sus misterios. Este método era también usado por Jesús:
“Él respondiendo, les dijo: «Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado»” (Mateo 13:11);
“Y él dijo: «A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan»” (Lucas 8:10);
“Y les habló muchas cosas por parábolas... Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: «¿Por qué les hablas por parábolas?»... «Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden»... Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba” (Mateo 13:3,10,13,34).
* Los esenios interpretaban las Escrituras alegóricamente, no como los Judíos. Este s un sistema utilizado frecuentemente por los cristianos cuando no logran explicar las Escrituras en modo concreto, o bien para justificar una enseñanza que contrasta con el verdadero sentido de la Palabra de Dios.
* Los esenios utilizaban los milagros y las sanidades para demostrar sus verdades. En el judaísmo, tales cosas no son necesarias; recordemos que ninguno de los Profetas ha hecho milagros en la Casa de Judá, sino solamente en la de Israel, porque estos habían perdido de vista al verdadero Dios, que los Judíos en cambio han siempre reconocido (a pesar de su infidelidad durante un periodo). El mismo Jesús ha hecho milagros solamente en el ámbito de la Casa de Israel, y entre los Samaritanos y gentiles, pero no en Judea.
* Ellos creían en la resurrección, pero no del cuerpo, sino de un no bien definido “cuerpo espiritual”. En las Escrituras Hebraicas en cambio, la resurrección de los muertos precede al Reino Mesiánico y tiene como objetivo la restauración de la Creación original.
* Los esenios tenían como objetivo en la vida terrena llegar a ser “templos del Espíritu Santo”.
* Ellos creían en el pecado original, del cual las Escrituras no dicen nada.
* Los esenios creían en la necesidad de un mediador entre Dios y los hombres. En el judaísmo, como está explicado en la Torah, el hombre tiene una relación directa con Dios y es responsable delante de Él.
Hay muchas otras características de los esenios que se asemejan a aquellas de los discípulos de Jesús, como la importancia dada a sueños y visiones, los dones de sanidades (por lo cual algunos historiadores les definen con el nombre de “terapeutas”), no pronunciar juramentos sino decir la verdad en modo simple, no oponerse al poder político, etc.
Podemos con certeza decir que Jesús NO era un esenio, y que a pesar de las apariencias, era mucho más cercano a los fariseos. Sin embargo, no se puede excluir que los traductores de los Evangelios hayan contribuido a crear una apariencia esenia, y que hayan incluso utilizado términos que Jesús mismo podría no haber utilizado en realidad (como, por ejemplo, “Hijo del hombre”). Las testimonianzas históricas afirman que los esenios desaparecieron simplemente porque la mayoría de ellos, si no todos, se hicieron cristianos; por lo tanto, la transmisión del mensaje escrito era en buena parte en sus manos. Los esenios estaban presentes no sólo en Judea, Samaria y Galilea, sino también en Alejandría de Egipto, y esto explica las divergencias en el texto bíblico presentes en la versión “de los Setenta”, diferencias que favorecen a una interpretación más adecuada a las doctrinas “cristianas”. Los Judíos reputan la versión de los Setenta, justamente, una traducción corrupta. El Nuevo Testamento, del cual al menos los Evangelios fueron escritos originalmente en arameo (veremos más adelante el texto que tienen los Asirios, más antiguo que el texto griego) debía citar versos de las Escrituras Hebraicas, en cambio las versiones oficiales, traducidas del “original griego”, citan la versión de los Setenta.
Veamos ahora las principales doctrinas esenias que se oponen al judaísmo y coinciden con el cristianismo:
La heterodoxia de los esenios se puede definir principalmente por tres conceptos fundamentales, los cuales dividen también a los Judíos de los cristianos: Dios, el Mesías y las Escrituras. Aquí presentamos un breve resúmen de las diferencias más importantes:
1) Dios:
– El concepto escritural y judaico de Dios es claro, y se manifiesta en la declaración de fé hebraica: “Oye, Israel, el Eterno nuestro Dios, el Eterno es UNO”
– Los esenios en cambio concebían una “trinidad” – concepto común en Babilonia, Egipto, India, y en las religiones esotéricas de todos los pueblos, pero ajeno al judaísmo. Sin embargo, un tal concepto se encuentra en la literatura mágica hebraica, en los textos kabalísticos y en los libros apócrifos. Paradójicamente, los cristianos tienen recelos acerca de la Kábalah, considerándola una disciplina mágica, pero sus doctrinas coinciden mucho más con las kabalísticas que con las bíblicas!
2) El Mesías:
– Según las Escrituras, el Mesías es el Libertador, aquél que establecerá el Reino, rescatará la Casa de Israel y la reunirá con la Casa de Judá. En las Escrituras Hebraicas no hay ninguna mención sobre su presunta naturaleza divina, ni es presentado como Hijo di Dios o mucho menos idéntico a Él o una Emanación Suya. No hay ni siquiera una clara exposición sobre cuál sería su ministerio, a parte de establecer el Reino y restaurar todas las cosas; sin embargo en el judaísmo se concibe la idea que haya una doble misión suya (o bien dos Mesías), uno “sufriente”, Mashiach ben-Yosef, que viene a rescatar y redimir la Casa de Israel, y el Mashiach ben-David, que vendrá a reinar sobre la Casa de Judá, a restablecer para siempre el trono de David, el Templo, y extenderá su dominio sobre todas las naciones, como ha sido anunciado por los Profetas.
– Según los esenios, en cambio, el Mesías es “Hijo del hombre”, “Hijo de Dios”, “el Ángel del Eterno”, “MalkiTzedek”, “Mikhael”, “Uno con el Padre”, o sea, Dios mismo encarnado en la apariencia de un hombre. Estos conceptos no se encuentran en las Escrituras Hebraicas, sino en los libros apócrifos!
3) Las Escrituras:
– Los Judíos consideran Palabra de Dios solamente las Escrituras inspiradas, los libros contenidos en la Torah, los Profetas y los Escritos (TaNaKh), lo que los cristianos llaman “Antiguo Testamento”, rechazando los apócrifos (incluso aquellos que están en la versión de los Setenta), y reputan la versión de los Setenta una traducción inexacta y corrompida. Particular importancia tiene la Torah, de la cual proviene toda doctrina. Interpretaciones de tipo místico, como la Kábalah, pueden ser aceptadas solamente si no contrastan con las Escrituras.
– Los esenios en cambio tenían muchas otras escrituras sobre las cuales fundaban su doctrina, e interpretaban la Torah en forma alegórica para poder justificar sus enseñanzas, que eran contrarias a las Escrituras. Particularmente importantes para los esenios eran los libros apócrifos pseudo-epigráficos como Henok, los Testamentos de los Doce Patriarcas, los Oráculos Sibilinos, 4Esdras y otros, en los cuales se encuentran muchos conceptos neotestamentarios. El hallazgo de los Rollos del Mar Muerto, en Qumran, ha traído a la luz muchos de los escritos sobre los cuales los esenios fundaban sus doctrinas. Algunos de estos documentos han sido llamados “proto-evangelios”, dada la gran semejanza con el lenguaje y el mensaje evangélico.
Otro elemento en el que los esenios tenían una diversidad no indiferente con los Judíos era el calendario:
– En la Torah, Dios ha establecido cuál debe ser el calendario de Su pueblo, o sea, el lunisolar que todavía conservan los Judíos: un año compuesto de doce meses lunares; el inicio de cada mes debe coincidir con el Novilunio, pero para celebrar las solemnidades en el momento adecuado (porque estas están relacionadas con la siembra y la cosecha), se agrega periódicamente un trigésimo mes, así el año queda parificado con las estaciones.
– Los esenios observaban en cambio, un calendario solar! Este tenía 364 días con ocho meses de 30 días y cuatro de 31. Los meses eran dispuestos formando cuatro periodos iguales. El año era así dividido en cuatro estaciones de 91 días cada una; y cada una de estas comprendía exactamente 13 semanas; el inicio del año era siempre un miércoles, día de la creación de los astros. En base a este calendario todos los años eran estructuralmente iguales porque cada día del mes correspondía siempre al mismo día de la semana, y por consiguiente, también todas las festividades. La celebración de Pesach, el 15 de Aviv, era para los esenios siempre un miércoles.
Este calendario esenio es importante para definir algunos enigmas relativos a la última cena que Jesús celebró la noche precedente a la Pesach de los Judíos, cena que podía coincidir en cambio con la Pesach esenia...
Hay otras doctrinas de los esenios que la mayoría de los cristianos rechazan, como la preexistencia del alma –y por lo tanto, también la trasmigración de las almas–, doctrinas que subsisten en algunas corrientes místico-kabalísticas, y que eran difundidas entre los primeros cristianos, en grupos como los ebionitas. Sin embargo, de las fuentes históricas resulta que en los tiempos apostólicos el término “esenios” incluía a los cristianos, o era un sinónimo:
Flavio Josefo (historiador del periodo de la destrucción de Jerusalem) no hace ninguna mención de los cristianos, en cambio declara que los esenios eran dispersos en todas partes, en toda ciudad, y eran numerosos también en Judea.
Ya sea Flavio Josefo, que vivió en Judea y después en Roma, que Filón de Alejandría, no hacen mención de los cristianos; sin embargo, ambos describen un grupo religioso con doctrinas y preceptos muy similares, al cual ellos llaman “esenios”.
Eusebio, en su “Historia de la Iglesia” escribió: “Aquellos antiguos terapeutas (esenios) eran cristianos, y sus antiguas escrituras son nuestros Evangelios”.
Indudablemente, mucho del lenguaje de los evangelistas es el mismo que encontramos en los textos de la Comunidad de Qumran; algunos de estos parecen auténticos “evangelios”, lo cual explica una tal afirmación de Eusebio. Queda como argumento de discusión si la Comunidad de Qumran pertenecía a la secta de los esenios o no, pero los elementos en común son muchos. Cierto es que en los documentos de dicha comunidad hay definiciones y expresiones como “hijos de Dios” (entendido como personas salvadas) y títulos mesiánicos como “generado por el Padre”, “Hijo del Altísimo”, etc. Los paralelismos entre el Evangelio de Juan y el documento “Regla de la Comunidad” son sorprendentes: ambos escritos contienen expresiones tales como “luz de la vida”, “hijos de la luz”, “caminar en las tinieblas”, “Espíritu de verdad”, “vida eterna”, etc. Una frase escrita en la Regla es:
“Por su sabiduría todas las cosas fueron hechas, y todo lo que existe, él ha establecido para su propósito, y sin ella ninguna cosa fue hecha”.
Los llamados “padres de la iglesia” afirmaban que los esenios dieron origen al cristianismo; estos tenían una organización idéntica a la de la asamblea descrita en el Nuevo Testamento. No se puede poner en duda que las semejanzas son efectivamente sorprendentes.
Es igualmente indudable el hecho que los esenios eran heterodoxos y su religión era contraria a las Escrituras. Reafirmamos con certeza que Jesús NO era un esenio, y que su enseñanza era según las Escrituras.
Queda el hecho que el Nuevo Testamento contiene elementos que lo relacionan con los esenios, y esto es atribuible a los traductores. Los cristianos honestos reconocen que los libros inspirados de las Escrituras Hebraicas son aquellos presentes en las versiones evangélicas de la Biblia, y que la enseñanza del Nuevo Testamento debe ser coherente con éstas. ¿Qué canon es justo tomar en consideración? Si es aquél aceptado ya sea por los Judíos que por los evangélicos, es necesario depurar el mensaje del Nuevo Testamento de toda referencia apócrifa, de otra manera, por coherencia, se debería aceptar el canon de las iglesias coptas etiópicas, que incluyen Henok y otros apócrifos en sus Biblias.