La marca en la frente y en la mano es una expresión de una total dependencia de los marcados como enemigos de Cristo con el signo del anticristo. Y su marca signicia la completa pertenecia de la persona marcada al ejercito que se opone a Cristo y que lucha en contra de su dominación Divina y Real.
La frente indica al intelecto, porque sobre la mente esta sentada la razón humana.
La mano expresa la actividad humana, porque es con las manos que el hombre actua y trabaja.
Aquel que permite ser marcado por la bestia en su frente, acepta la doctrina de la negación de Dios, el rechazo a su ley (Los mandamientos) y el ateismo que hoy es muy exaltado, sigue ideologías de moda y se convierte en un propagador de todos sus errores.
El que es marcado por la bestia en la mano, actua de una manera autónoma e independiente de Dios, enfocando sus actividades hacia la adquisición de bienes materiales, lo que lo saca de la voluntad de Dios que quiere iluminarlo y sostenerlo con su divina providencia, lo cierra al amor del Hijo que hace del trabajo humano un precioso medio de redención y santificación, lo bloquea del poder del Espíritu Santo que actua en todas partes para la renovación interior de todas las criaturas del mundo.
El que es marcado en la mano por la bestia: Solo trabaja para él mismo, para acumular bienes materiales, para hacer del dinero su dios y se vuelve una victima del materialismo.
El que es marcado en la mano por la bestia: Trabaja solo para la gratificación de sus sentidos, para su bienestar y placer, para garantizar la completa satisfacción de todas sus pasiones, especialmente la de la impureza y se vuelve una victima del hedonismo.
El que es marcado en la mano por la bestia: Hace de su propio ser el centro de todas sus acciones, mira a los otros como objetos para ser usados, explotados para tomar ventaja y se vuelve una victima del egoísmo y del sinamor.
Si la bestia esta marcando, el ejercito de Dios tambien lo está haciendo al imprimir el signo de la Cruz de Jesús, que abre el intelecto humano para recibir su Palabra Divina, para amarla y para vivirla. Liderados a confiar el ser completamente a Jesús, que se nos ha revelado, haciendo de nosotros testigos valientes de la fe. En contra de aquellos marcados con la marca blasfema, Dios opone sus hijos marcados con la cruz de Jesucristo.
Dios dirige las actividades de sus hijos para la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad, por eso imprime sobre su mano, su señal que es signo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Con la señal del Padre, la actividad humana de sus hijos se vuelve dirigida a una completa cooperación con el plan Divino de la Providencia, que nos da y nos ha dado todo lo que tenemos en bendición. Con la señal del Hijo, todas nuestras acciones se vuelven profundamente insertadas en el misterio de su divina redención. Con la Señal del Espíritu Santo todo se abre a su poderosa fuerza santificadora, que se derrama por todas partes como un fuego poderoso, para renovar el mundo desde sus fundamentos.
Seamos lo que seamos, dejémonos marcar por Dios en la frente y en la mano. Guardemos su palabra en el corazón y vivamosla, respetemos los mandamientos siempre! Dios los bendiga a TODOS!!!
Texto tomado del libro: Padre Gobbi "Para los Sacerdotes, los amados hijos de Nuestra Señora" Movimiento Sacerdotal Mariano. Edición No. 12. 1991
La frente indica al intelecto, porque sobre la mente esta sentada la razón humana.
La mano expresa la actividad humana, porque es con las manos que el hombre actua y trabaja.
Aquel que permite ser marcado por la bestia en su frente, acepta la doctrina de la negación de Dios, el rechazo a su ley (Los mandamientos) y el ateismo que hoy es muy exaltado, sigue ideologías de moda y se convierte en un propagador de todos sus errores.
El que es marcado por la bestia en la mano, actua de una manera autónoma e independiente de Dios, enfocando sus actividades hacia la adquisición de bienes materiales, lo que lo saca de la voluntad de Dios que quiere iluminarlo y sostenerlo con su divina providencia, lo cierra al amor del Hijo que hace del trabajo humano un precioso medio de redención y santificación, lo bloquea del poder del Espíritu Santo que actua en todas partes para la renovación interior de todas las criaturas del mundo.
El que es marcado en la mano por la bestia: Solo trabaja para él mismo, para acumular bienes materiales, para hacer del dinero su dios y se vuelve una victima del materialismo.
El que es marcado en la mano por la bestia: Trabaja solo para la gratificación de sus sentidos, para su bienestar y placer, para garantizar la completa satisfacción de todas sus pasiones, especialmente la de la impureza y se vuelve una victima del hedonismo.
El que es marcado en la mano por la bestia: Hace de su propio ser el centro de todas sus acciones, mira a los otros como objetos para ser usados, explotados para tomar ventaja y se vuelve una victima del egoísmo y del sinamor.
Si la bestia esta marcando, el ejercito de Dios tambien lo está haciendo al imprimir el signo de la Cruz de Jesús, que abre el intelecto humano para recibir su Palabra Divina, para amarla y para vivirla. Liderados a confiar el ser completamente a Jesús, que se nos ha revelado, haciendo de nosotros testigos valientes de la fe. En contra de aquellos marcados con la marca blasfema, Dios opone sus hijos marcados con la cruz de Jesucristo.
Dios dirige las actividades de sus hijos para la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad, por eso imprime sobre su mano, su señal que es signo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Con la señal del Padre, la actividad humana de sus hijos se vuelve dirigida a una completa cooperación con el plan Divino de la Providencia, que nos da y nos ha dado todo lo que tenemos en bendición. Con la señal del Hijo, todas nuestras acciones se vuelven profundamente insertadas en el misterio de su divina redención. Con la Señal del Espíritu Santo todo se abre a su poderosa fuerza santificadora, que se derrama por todas partes como un fuego poderoso, para renovar el mundo desde sus fundamentos.
Seamos lo que seamos, dejémonos marcar por Dios en la frente y en la mano. Guardemos su palabra en el corazón y vivamosla, respetemos los mandamientos siempre! Dios los bendiga a TODOS!!!
Texto tomado del libro: Padre Gobbi "Para los Sacerdotes, los amados hijos de Nuestra Señora" Movimiento Sacerdotal Mariano. Edición No. 12. 1991