Re: Concilio de Jerusalen
Hola!
Cómo todos sabeis en el Concilio de Jerusalén se estableció que los cristianos debían estar libres de sangre, ahogado, ....
Mi pregunta es sobre estos 2 asuntos. Cómo lo llevamos al día a día?
No debemos comer la sangre de los alimentos? Ya el Señor se lo dijo a Noé antes de la ley Mosaica, pero luego en el NT parece como Jesús dio libertad al respecto.
Es un tema que me apasiona y del que no se habla en mi congregación, aunque muchos líderes de mi congregación, por ejemplo, no comen morcilla por conciencia aunque no se lo piden a los demás miembros
Qué opináis del tema de la sangre y ahogado?
Para empezar tenemos que desmitificar el concilio de Jerusalen
Algunos aseguran que Judas traicionó a Cristo, pero cómo puede haber traición de alguiwen que Cristo sabía desde el principio que le habria de entregar este tema lo relaciono a la inquitud manifiesta aquí ¿porqué razón? porque hay que decir la verrda sobre el Concilio de Jerusalen.
La escritura no dice en ninguna parte que Judas traicionó sino que entregó, pero el concilió de Jerusalen fue LA MAS GRANDE TRAICIÓN QUE SE HZO A CRISTO Y AL EVANGELIO. Pablo lo sabía muy bien, él fue prudente porque no era el momento de hablar, pero advirtió de esto a los suyos:
1 Corintios 2:17 Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
Filipenses 3: 2 Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. 3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
2 Tesalonicenses 2:4 tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. 5 ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
A continuación un extracto de un libro que escribí hace 4 años:
"El hijo del carpintero volvía de la muerte, ¿Cómo se puede ocultar un hecho tan trascendental y por cuanto tiempo?, La noticia de esta maravilla sin precedentes cundió rápidamente y traspasó las fronteras de modo que el número de creyentes era cada vez mayor, por tanto mayor era la amenaza que se cernía sobre el imperio. Multitudes enteras que habían perdido sus esperanzas en el sistema presente percibían en la resurrección la única esperanza real de una vida futura, esto ya no era algo reservado para los religiosos santurrones celosos de leyes y tradiciones, como engañosamente se les había inculcado. Aquello era un movimiento verdaderamente popular que crecía misteriosamente coordinado y con fuerza inaudita. Pero los hombres malvados tienen por virtud o por defecto dar pelea sin tregua y se repliegan solo para seguir maquinando el modo de conservar su poder, aun cuando haya que hacer ciertas concesiones.
Cuando el hijo del carpintero enseñaba, decía que el gobierno de los cielos es semejante a un grano de mostaza el cual siendo la semilla más pequeña crece y se hace un árbol tan grande que las aves de rapiña hacen nidos bajo sus ramas. Y fue lo que sucedió exactamente. Aquel movimiento popular crecía tan desmesuradamente hasta hacerse un árbol, que los líderes religiosos coligados con el poder imperial tramaban como penetrarlo para hacer nido en sus ramas y así aprovecharse de su fuerza.
“Una ideología se combate con otra ideología” esta frase utilizada en el clásico cinematográfico “Ben Hur” encierra la esencia de la estrategia utilizada para quebrantar la fe de los seguidores del nuevo movimiento.
Hierro y Barro
El primer intento serio por llevar a cabo este plan se ejecutó en las narices mismas de los apóstoles a quienes se les encargó la predicación del evangelio.
“Si no puedes contra él, únete y véncelo en su terreno” Si nos ubicamos en el génesis del cristianismo veremos a los dirigentes Judíos amenazados con la pérdida de los privilegios que detentaban gracias al patrocinio del emperador.
Como resultado de sus frecuentes consultas para detener aquella hemorragia hicieron aquel primer intento en la iglesia de Jerusalén y aquel trágico y vergonzoso episodio quedó registrado en el libro de los hechos de los apóstoles como testigo de la vulnerabilidad de los hombres, aun cuando estos hayan estado cerca de la verdad, por otra parte se evidencia el efecto de la colosal presión que pueden ejercer los influyentes malvados e hipócritas leguleyos que amparados en oscuros intereses intentan torcer el curso natural de la verdad.
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad”
Cuando el apóstol Pablo escribió estas palabras lo hacía con perfecto conocimiento de causa. Él fue cruelmente perseguido, entre tanto que los principales apóstoles permanecían relativamente seguros en Jerusalén, esta es una curiosidad que pocos han comentado.
“Guardaos de los perros, los malos obreros” Porque por allí andan algunos de los cuales os he dicho antes y ahora os lo digo con lágrimas, que son enemigos de la cruz” ¿A quién se refería Pablo sino a las aves de rapiña que comenzaban a hacer nidos bajo las ramas del árbol del reino de Dios?
La comunidad crecía tanto que aquella red se reventaba, repleta de peces buenos y malos, esos malos que por lo general hacen más ruido y que buscan los primeros asientos en las sinagogas Cuyo dios es el vientre y cuya gloria es la vergüenza, que sólo piensan en lo terrenal.
El problema no es que un equipo visitante tome la ventaja, sino que el de casa se las ofrezca, y esto fue lo que hicieron los principales apóstoles quienes cedieron a las presiones de aquellos que pretendían hacer retroceder la verdad mediante la imposición de tradiciones caducas para así tomar las riendas de la primera comunidad cristiana, y casi lo logran en aquella oportunidad de no ser por la intervención de Dios y la inquebrantable posición de Pablo y sus amigos.
En el capítulo 15 de los hechos de los apóstoles vemos a un Pedro que calla mientras se le inunda la casa, los dirigentes entre los cuales se encontraba el apóstol Jacobo, discutían sobre la imposición de ritos y costumbres judías a los gentiles como norma para la salvación. Esto en violación abierta y flagrante de las enseñanzas del maestro quien dejó como mandamiento lo siguiente: “Id por todo el mundo y haced discípulos en todas las naciones enseñándoles todas las cosas que yo os he mandado”. Si examinamos las enseñanzas del maestro jamás encontraremos ritos y tradiciones judías entre ellas.
Pedro, que conocía la verdad observaba con silencio cómplice como aquellos dirigentes “espirituales” increpaban a Pablo y sus amigos en un intento por anular la influencia devastadora que el evangelio ejercía sobre el judaísmo. Finalmente Pedro reaccionó para tratar de enderezar aquel entuerto, pero cuando la verdad comenzaba por fin a imponerse, entró en acción el apóstol Jacobo, y haciendo gala de sus facultades diplomáticas, en un intento por pacificar a Dios con el diablo, y con un discurso más político que espiritual, subordinó la autoridad de Dios a la autoridad de la “Iglesia” allá presuntamente representada, con frases tales como: “Han salido algunos de los cuales no hemos dado autoridad” y para colmo incluyo al Espíritu Santo como miembro de aquella misma corte “Nos ha parecido bien a nosotros y al Espíritu Santo no imponeros otra carga”. Esto de “no imponeros otra carga” sonó como dulce melodía a los oídos de los infiltrados quienes veían en aquellas cargas, fueran cuales fueran, el modo de mantener sus cuotas de poder y de influencia sobre las conciencias.
Entre tanto estas cosas se sucedían, Pablo callaba. Estando él en el banquillo de los acusados, no era el momento ni el lugar para ponerlos en su sitio y arriesgar tan temprano la misión que Dios le había encomendado, sin embargo ya estaba alertando a su gente acerca de este peligro cuando dijo que el hombre de pecado se manifestaría no dijo que aparecería en el futuro sino que ya estaba, solo que no se había manifestado, él dijo: “el cual se sienta (tiempo presente) en el templo de Dios (entre su pueblo), haciéndose pasar por Dios (usurpando su autoridad).
Años mas tarde y de nuevo en Jerusalén el mismo apóstol Jacobo en compañía de los ancianos esperaba al apóstol Pablo, cuando le sugirieron el uso de una practica del judaísmo para calmar la ira de la multitud fanática, y fue cuando Pablo, edificando las mismas cosas que había destruido cedió a las presiones, lo cual pagó con creces.
Aquella fue la primera amenaza seria en el seno de la comunidad de los primeros creyentes para convertirla en un pequeño Vaticano. Si nombres como los de Pablo, Jacobo y Pedro estarán en las puertas de la santa ciudad, esto demuestra que será sólo por la promesa y fidelidad de Dios y no por buenas acciones que ellos hayan hecho. Pablo fue decapitado por orden del emperador, Pedro ya viejo glorificó a Dios con su muerte, tal como el maestro predijo, Jacobo del mismo modo, ellos enmendaron sus errores y sus vidas, Dios les permitió vivir el tiempo suficiente para hacerlo".
hay que desmitificar el concilio de Jerusalen por que aquel fue el germen de las miles de religiones Cristianas donde cada quien interpreta a su manera para imponer su autoridad sobre las conciencias y anular la autoridad de Dios tal como Jacobo lo hizo.