La Inquisición medieval
Aunque el procedimiento inquisitorial como medio para combatir la herejía es una práctica antigua de la Iglesia católica, la Inquisición medieval fue establecida en 1184 mediante la bula del papa Lucio III Ad abolendam, como un instrumento para acabar con la herejía cátara. Fue el embrión del cual nacería el Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio. El castigo físico a los herejes fue asignado a los laicos. Mediante esta bula, se exigía a los obispos que interviniesen activamente para extirpar la herejía y se les otorgaba la potestad de juzgar y condenar a los herejes de su diócesis.
A las anteriores disposiciones [...] agregamos el que cualquier arzobispo u obispo, por sí o por su archidiácono o por otras personas honestas e idóneas, una o dos veces al año, inspeccione las parroquias en las que se sospeche que habitan herejes; y allí obligue a tres o más varones de buena fama, o si pareciese necesario a toda la vecindad, a que bajo juramento indiquen al obispo o al archidiácono si conocen allí herejes, o a algunos que celebren reuniones ocultas o se aparten de la vida, las costumbres o el trato común de los fieles.[1]
En su primera etapa (hasta 1230), se denomina "Inquisición episcopal", porque no dependía de una autoridad central, sino que era administrada por los obispos locales. En 1231, ante el fracaso de la Inquisición episcopal, Gregorio IX, mediante la bula Excommunicamus, creó la "Inquisición pontificia", dirigida directamente por el Papa y dominada por los dominicos. En 1252, el papa Inocencio IV en la bula Ad extirpanda autorizó el uso de la tortura para obtener la confesión de los reos. En ningún caso podía mutilarse al reo ni poner en peligro su vida. Las penas eran variables. Los herejes relapsos eran entregados al brazo secular para la ejecución de la pena de muerte.
La Inquisición pontificia funcionó sobre todo en el sur de Francia y en el norte de Italia. En España, existió en la Corona de Aragón, pero no en la de Castilla.
Ejemplos
[editar] Cifras
Algunas cifras de las ejecuciones por tribunales civiles (estimadas) y por procesos inquisitoriales constatados[1], por proporcionalidad en relación ejecutados/población:
Suiza: 4000 personas ejecutadas de un total de un millón de personas (4 por cada mil)
Polonia-Lituania: unas 10.000, en una población de 3.400.000 (casi 3 por cada mil)
Reino Unido, miles de ejecutados. Destacar además que en este país protestante existió la figura de los punzadores que se dedicaban a "cazar" y ejecutar brujas de forma lucrativa.
Alemania donde más gente es ejecutada, hasta un total de 25.000 personas de unos 16 millones (1,5 personas por cada mil)
Dinamarca-Noruega 1.350 de 970.000 personas (1,4 por cada mil)
España sólo 59 brujas (de unos 125.000 procesos llevados por la inquisición)[1]
Italia 36[1]
Portugal tan sólo 4[1]
En total la mayoría de las cazas de brujas se produjo en el norte de Europa, con más de 50.000 ejecuciones y en la gran mayoría de los casos por tribunales civiles. La gran mayoría de los ajusticiados por brujería fueron mujeres.
y luego
En Italia, Galileo Galilei (1564 - 1642) fue obligado por la Inquisición a abjurar de la teoría heliocéntrica, que situaba al Sol en el centro de todo, en contra del dogma eclesiástico que sitúa en el centro de la realidad al hombre creado por Dios y la Tierra en que habita. El sistema copernicano podía interpretarse como un simple cambio de sistema de referencia, que simplificaba el cálculo astronómico del movimiento de los cuerpos celestes, sin necesidad de un cambio en la concepción metafísica del mundo, y Galileo fue de hecho invitado en su primera condena (1616) a no hablar del sistema heliocéntrico sino como hipótesis. Sin embargo Galileo, que inauguró la Física experimental y la ciencia en el sentido moderno, insistía en que el movimiento de la Tierra alrededor del Sol es un movimiento real, material, lo que era inaceptable para la Iglesia.
El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia, así como por haber dejado de hacer el bien necesario en favor de judíos y otras minorías perseguidas. En el caso Galileo propuso una revisión honrada y sin prejuicios en 1979, pero la comisión que nombró al efecto en 1981 y que dio por concluidos sus trabajos en 1992, repitió una vez más la tesis que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de prestarle obediencia y reconocer su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena. El propio cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo expresó rotundamente en 1990: «En la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que el propio Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo».[2]
De esta manera se revalida la posición de que la Iglesia tiene derecho a decidir que tesis científicas pueden ser defendidas y cuales deben ser prohibidas, y a condenar y castigar a los que defiendan estas últimas. [3] La versión según la cual las acusaciones contra la Inquisición son calumniosas o exageradas empezó con Jacques Mallet du Pan en 1784 y fue reeditada múltiples veces con el beneplácito de la Iglesia católica durante dos siglos, y en esencia dice que Galileo no fue condenado por ser un científico, sino por ser un mal teólogo. Esta tesis es insostenible y falsa, e invierte y subvierte la verdad. [4]
pero pues.........son la "iglesia de cristo"
usted que opina?
Aunque el procedimiento inquisitorial como medio para combatir la herejía es una práctica antigua de la Iglesia católica, la Inquisición medieval fue establecida en 1184 mediante la bula del papa Lucio III Ad abolendam, como un instrumento para acabar con la herejía cátara. Fue el embrión del cual nacería el Tribunal de la Santa Inquisición y del Santo Oficio. El castigo físico a los herejes fue asignado a los laicos. Mediante esta bula, se exigía a los obispos que interviniesen activamente para extirpar la herejía y se les otorgaba la potestad de juzgar y condenar a los herejes de su diócesis.
A las anteriores disposiciones [...] agregamos el que cualquier arzobispo u obispo, por sí o por su archidiácono o por otras personas honestas e idóneas, una o dos veces al año, inspeccione las parroquias en las que se sospeche que habitan herejes; y allí obligue a tres o más varones de buena fama, o si pareciese necesario a toda la vecindad, a que bajo juramento indiquen al obispo o al archidiácono si conocen allí herejes, o a algunos que celebren reuniones ocultas o se aparten de la vida, las costumbres o el trato común de los fieles.[1]
En su primera etapa (hasta 1230), se denomina "Inquisición episcopal", porque no dependía de una autoridad central, sino que era administrada por los obispos locales. En 1231, ante el fracaso de la Inquisición episcopal, Gregorio IX, mediante la bula Excommunicamus, creó la "Inquisición pontificia", dirigida directamente por el Papa y dominada por los dominicos. En 1252, el papa Inocencio IV en la bula Ad extirpanda autorizó el uso de la tortura para obtener la confesión de los reos. En ningún caso podía mutilarse al reo ni poner en peligro su vida. Las penas eran variables. Los herejes relapsos eran entregados al brazo secular para la ejecución de la pena de muerte.
La Inquisición pontificia funcionó sobre todo en el sur de Francia y en el norte de Italia. En España, existió en la Corona de Aragón, pero no en la de Castilla.
Ejemplos
[editar] Cifras
Algunas cifras de las ejecuciones por tribunales civiles (estimadas) y por procesos inquisitoriales constatados[1], por proporcionalidad en relación ejecutados/población:
Suiza: 4000 personas ejecutadas de un total de un millón de personas (4 por cada mil)
Polonia-Lituania: unas 10.000, en una población de 3.400.000 (casi 3 por cada mil)
Reino Unido, miles de ejecutados. Destacar además que en este país protestante existió la figura de los punzadores que se dedicaban a "cazar" y ejecutar brujas de forma lucrativa.
Alemania donde más gente es ejecutada, hasta un total de 25.000 personas de unos 16 millones (1,5 personas por cada mil)
Dinamarca-Noruega 1.350 de 970.000 personas (1,4 por cada mil)
España sólo 59 brujas (de unos 125.000 procesos llevados por la inquisición)[1]
Italia 36[1]
Portugal tan sólo 4[1]
En total la mayoría de las cazas de brujas se produjo en el norte de Europa, con más de 50.000 ejecuciones y en la gran mayoría de los casos por tribunales civiles. La gran mayoría de los ajusticiados por brujería fueron mujeres.
y luego
En Italia, Galileo Galilei (1564 - 1642) fue obligado por la Inquisición a abjurar de la teoría heliocéntrica, que situaba al Sol en el centro de todo, en contra del dogma eclesiástico que sitúa en el centro de la realidad al hombre creado por Dios y la Tierra en que habita. El sistema copernicano podía interpretarse como un simple cambio de sistema de referencia, que simplificaba el cálculo astronómico del movimiento de los cuerpos celestes, sin necesidad de un cambio en la concepción metafísica del mundo, y Galileo fue de hecho invitado en su primera condena (1616) a no hablar del sistema heliocéntrico sino como hipótesis. Sin embargo Galileo, que inauguró la Física experimental y la ciencia en el sentido moderno, insistía en que el movimiento de la Tierra alrededor del Sol es un movimiento real, material, lo que era inaceptable para la Iglesia.
El papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que hubieran cometido los hombres de la Iglesia a lo largo de la historia, así como por haber dejado de hacer el bien necesario en favor de judíos y otras minorías perseguidas. En el caso Galileo propuso una revisión honrada y sin prejuicios en 1979, pero la comisión que nombró al efecto en 1981 y que dio por concluidos sus trabajos en 1992, repitió una vez más la tesis que Galileo carecía de argumentos científicos para demostrar el heliocentrismo y sostuvo la inocencia de la Iglesia como institución y la obligación de Galileo de prestarle obediencia y reconocer su magisterio, justificando la condena y evitando una rehabilitación plena. El propio cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo expresó rotundamente en 1990: «En la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que el propio Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo».[2]
De esta manera se revalida la posición de que la Iglesia tiene derecho a decidir que tesis científicas pueden ser defendidas y cuales deben ser prohibidas, y a condenar y castigar a los que defiendan estas últimas. [3] La versión según la cual las acusaciones contra la Inquisición son calumniosas o exageradas empezó con Jacques Mallet du Pan en 1784 y fue reeditada múltiples veces con el beneplácito de la Iglesia católica durante dos siglos, y en esencia dice que Galileo no fue condenado por ser un científico, sino por ser un mal teólogo. Esta tesis es insostenible y falsa, e invierte y subvierte la verdad. [4]
pero pues.........son la "iglesia de cristo"
usted que opina?