He aquí mi explicación:
Ningún hombre, ser humano, nacido de mujer, actualmente tiene poder para perdonar pecados.
El perdón de pecados, es una acción exclusiva de Dios, por medio de la sangre preciosa de su hijo Jesucristo.
"Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados"
Lo que si podemos hacer nosotros y cualquiera que crea en su nombre es predicar el perdón de pecados:
"Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas."
Presisamente esto lo aplicó Pedro según hechos, si Pedro hubiera creido o sabido que podía perdonar pecados, jamás hubiera dicho esto:
"Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare."
De lo contrario Pedro, a la pregunta de ¿que haremos?, les hubiera dicho: "Tranquilos, yo puedo perdonarles los pecados"
Podemos confesarnos nuestros pecados unos a otros, pero esto no implica que el que escucha los pecados del otro tiene potestad para perdonarlos, y mucho menos potestad para decidir no hacerlo.
Juan predicaba el bautismo de arrepentimiento, para perdón de los pecados. Esto quiere decir que antes de la muerte y resurrección de Cristo, el arrepentimiento era la única forma además de pagar las ofrendas establecidas, para ser redimido de un pecado. Ni siquiera los sacerdotes tenían la potestad de perdonar los pecados.
Después del derramamiento de la sangre de Jesús, como ofrenda por nuestros pecados, siguió el arrepentimiento como primer paso al perdón de pecados, y la aceptación del sacrificio de Jesús en la cruz, como único medio para ser redimido de los pecados.
Ningún hombre puede perdonar pecados, y repito y vuelvo a repetir, mucho menos tendrá autoridad para no perdonarlos.
Deben de analizar mas a fondo lo que realmente significa retener y remitir, en el caso de los pecados, ya que no es lo que están creyendo o han creido.
"Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos"
En nigún momento Jesús les está diciendo, que ellos tienen autoridad para perdonar pecados, y mucho menos para no perdonarlos.
Estamos obligados a perdonar las faltas que otros cometen contra nosotros, o contra otros, pero jamás podremos decir que podemos redimir de esas faltas a nadie para con Dios.
Dios les bendice!
Greivin.