Re: ¿Los Ángeles pecan o no?
amigo luis f:los angeles celestiales NO PECAN...como bien dice mi amigo julio ya en otro tema explique que esos angeles o mensajeros de 2 pedro eran mensajeros terrestres(core,datam,abiran)mira el contexto y veras que habla en el verso 1 de PROFETAS HUMANOS ....este versiculo concuerda con el de Judas 6 en donde luego habla de CORE...miralo......
No soy de andar pegando escritos...pero encontre uno muy bueno para que veas que la NATURALEZA ANGELICAL NO ES PECADORA....leelo despacio que es muy bueno
LOS ANGELES
Juan dice: "A Dios nadie le vio jamás"; sin embargo, en Génesis 32:30 Jacob dice: "Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma." Hay otros pasajes bíblicos que dicen que Dios ha aparecido, que ha sido visto, y que se ha hablado con él, lo cual parece contradecir la declaración de Juan, y requiere explicación.
La explicación nos lleva al tema de los ángeles; porque sucede que la dificultad ha sido creada por la falta de precisión en los términos empleados para describir las manifestaciones angélicas de Dios. Las manifestaciones de Dios han sido principalmente por medio de ángeles. Esto será evidente para el lector del Nuevo Testamento, donde Pablo describe la ley dada a Moisés como "la palabra dicha por medio de los ángeles" (Hebreos 2:2), y Esteban observa que cuando Dios habló a Moisés en el Sinaí, fue "el ángel que le hablaba" (Hechos 7:38). Se hallará que esta característica se repite constantemente.
Ahora bien, los nombres por los cuales se designan estos seres angélicos son apropiados para ellos como representantes de la Deidad. Pero este hecho está oculto en muchas traducciones de las Escrituras. El Dr. Thomas dice:
"Los nombres de Dios que ocurren en la Biblia no son sonidos arbitrarios, y...las traducciones no representan el significado de El, Eloah, Elohim, Saddai y Yahvéh."
Seguidamente, el Dr. Thomas da una definición de cada una de las palabras mencionadas. El significa fortaleza, fuerza o poder; Eloah tiene la misma significación, y Jehová, o más adecuadamente Yahvéh, literalmente significa "el que será"; todos estos son nombres apropiados para designar a la Deidad increada, pero Saddai y Elohim son nombres plurales que implican otra cosa. Saddai significa "poderosos," y es derivada del verbo saddad que significa ser fuerte o poderoso. En cambio, elohim es el plural de eloah, y significa "dioses" o "poderosos." Estos nombre plurales se emplean con mucha frecuencia en los relatos de los tratos de Dios con los hombres, y se hallará que describen a los ángeles. En Hebreos 1:6, Pablo cita un pasaje de Salmo 97:7, donde aparece la palabra elohim. El salmo la vierte como "dioses": "Póstrense a él todos los dioses"; en Hebreos se vierte como sigue: "Adórenle todos los ángeles de Dios." Aquí, para la mente de Pablo, elohim representa a los ángeles.
En Exodo capítulo 3, encontramos el relato de la zarza que ardía sin consumirse, la cual Dios seleccionó como medio de comunicación con Moisés. Se declara que Moisés ocultó su rostro y estaba temeroso de mirar a Dios, que se anunciaba desde la zarza como "el Dios de Abraham, Isaac y Jacob"; sin embargo, en el segundo versículo, leemos que "se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza"; de modo que el medio fue angélico, aunque el poder era de Dios.
De nuevo, en el caso ya citado, Jacob dice que vio a Dios "cara a cara"; mientras que en Oseas encontramos que no fue el Altísimo a quien vio Jacob, sino uno de los elohim o ángeles. El profeta, refiriéndose al incidente, dice: "Con su poder venció al ángel. Venció al ángel, y prevaleció" (Oseas 12:3, 4).
Estos ejemplos muestran que la palabra "Dios" no siempre significa el gran Creador, sino que algunas veces designa aquellos seres gloriosos que actúan y hablan en su nombre y con su autoridad. Teniendo presente esto, desaparecerán totalmente muchas aparentes dificultades a las que los incrédulos dan gran importancia.
David se refiere a los ángeles en estas palabras: "Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto" (Salmos 103:20). ¿Quiénes son estos ángeles? La teología popular a menudo los representa en libros y lápidas como querubines con alas. Muchos creen que su número es incrementado en gran medida por espíritus de niños que de vez en cuando llegan de la tierra, los cuales, de allí en adelante, se convierten en los guardas de sus madres; lo cual es una hermosa fantasía poética, y muy agradable a los instintos maternales, pero como asunto de enseñanza seria, debe ser desechada del pensamiento racional. Sencillamente no es verdadera. La totalidad de la creencia popular referente a la naturaleza de los ángeles está caracterizada por el mismo misticismo y equivocación que hemos visto respecto a otras doctrinas.
Los ángeles de la Biblia son tan reales como nosotros, aunque de una clase de existencia mucho más exaltada; y en vez de la niñez, se distinguen por toda la madurez y dignidad que pertenece a la inteligencia perfecta. Tres de ellos aparecieron a Abraham:
"...estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis." (Génesis 18:1-5)
Abraham pensó que eran caminantes comunes, y deseaba ofrecerles su hospitalidad. Pablo, refiriéndose a estas circunstancias en Hebreos 13:2, dice: "No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles."
"Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. Entonces Abraham...tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron." (Génesis 18:5-8)
En el siguiente capítulo leemos:
"Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo, y dijo: Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la calle nos quedaremos esta noche. Mas él porfió con ellos mucho, y fueron con él y entraron en su casa; y les hizo banquete, y coció panes sin levadura, y comieron." (Génesis 19:1-3)
Lot también, como Abraham, supuso que sus angélicos visitantes eran hombres comunes, y está entre el número de aquellos que "sin saberlo, hospedaron ángeles." El conoció la verdadera naturaleza de ellos sólo cuando dijeron:
"Todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo." (Génesis 19:12, 13)
Manoa, el padre de Sansón, cayó en un error similar (Jueces 13:15). Presionó al visitante angélico para que participara de su hospitalidad; y se añade (versículo 16):
"Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová."
Estas narraciones demuestran que los ángeles de Dios son como nosotros, en lo que a aspecto físico se refiere; y que no son los seres etéreos de la teología popular. El comer y el lavarse los pies los saca de la categoría de los ángeles tradicionales. Son tan reales y tangibles como los hombres mortales, pero de una naturaleza más elevada. COMO LOS JUSTOS GLORIFICADOS DE LA ERA FUTURA,ELLOS SON INCORRUPTIBLES EN SUBSTANCIA Y POR LO TANTO INMORTALES,NO PECAN
Leemos en el relato de la resurrección de Cristo (Mateo 28:2, 3) que "un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve." Y Cornelio, al describir la visión del ángel que él había visto, dice (Hechos 10:30): "Se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente."
Los ángeles, en forma y característica, se parecen a los seres humanos. Comen y beben, caminan y conversan, y se comportan en general como nosotros; pero a diferencia de nosotros, son incorruptibles, inmortales, perfectos, y fuertes en el poder con el cual Dios los ha investido para la ejecución de sus propósitos. Ellos tienen poder para atravesar el espacio; pero no necesitan alas para hacerlo, pues el Señor Jesucristo subió al cielo sin la ayuda de tales apéndices. Sólo es necesario poseer poder para contrarrestar la influencia de la gravitación física, y la capacidad para manejarlo a voluntad. Este poder mora en los ángeles y en el Señor Jesucristo, y parece ser generalmente la característica de los cuerpos espirituales. En los ángeles observamos un ejemplo de lo que los santos serán después de la resurrección, pues Jesús dijo:
"Los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles,(si no mueren es que no pecan) y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección." (Lucas 20:35, 36)
En la actualidad, los justos son "un poco menor que los ángeles" (Hebreos 2:7); pero entonces serán iguales a ellos. Esto es una confirmación de todo lo que se adelantó en el anterior capítulo referente al estado de los justos después de que hayan obtenido la inmortalidad. Es un estado en el cual serán reales, tangibles, de forma humana, de carne y huesos, aunque incorruptibles, gloriosos, poderosos, inmortales, perfectos en felicidad, y serenos en el ejercicio de las funciones de su exaltada condición.