Re: Si hiciesen esto en España, ¿Cuántos fieles quedarían?
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jueves, octubre 05, 2006
La Iglesia acepta autofinanciarse 27 años después de prometerlo
El Periódico de Cataluña, Salomé García y Ernest Alós
Dos noticias extraídas de la web del diario
A partir del año que viene, la Iglesia católica se autofinanciará. Solo dispondrá de las aportaciones de los católicos, sin el complemento que hasta ahora aportaba el Estado. Exactamente, del 0,7% de la cuota íntegra del IRPF de cada contribuyente que decida donar esa parte de sus impuestos a la institución. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega anunció ayer, tras el Consejo de Ministros, que había llegado "en las últimas horas a un acuerdo" con la Conferencia Episcopal Española para "cambiar radicalmente" el modelo de financiación de la Iglesia vigente desde que, en 1979, el Episcopado prometió "avanzar hacia la autofinanciación".
El nuevo sistema entra en vigor en el 2007 y elimina las aportaciones directas del Estado a la institución a través de dotaciones presupuestarias. A cambio de esa falta de financiación directa, el Gobierno ha accedido a subir el porcentaje sobre el IRPF que recibe la Iglesia del actual 0,52% al 0,7% del año que viene. La Conferencia Episcopal pujaba por llegar hasta el 0,8%, pero el jueves por la noche suscribió una décima menos. El Estado continúa poniendo a disposición de la Iglesia el aparato recaudador de Hacienda. Lograr la autofinanciación que comprometió la Iglesia hace 27 años fue una promesa electoral de José Luis Rodríguez Zapatero.
Hasta ahora, la Iglesia percibía al año una cantidad fija en los presupuestos (en el 2005 fue de 144,24 millones de euros), supuestamente a cuenta del 0,52% del IRPF de los católicos pactado en 1987. Pero el Estado nunca liquidaba la diferencia entre ese adelanto y la recaudación real, que el año pasado le habría costado a la institución 14 millones de euros (solo captaron 130 millones). Para el 2007, el Estado ha previsto 147,5 millones de euros (la cifra del año pasado, más el 3%), que espera que sean superados con creces por el 0,7% de la renta que los católicos liquiden en el 2008. La diferencia con el sistema vigente hasta hoy es que, si no fueran suficientes, la Iglesia tendría que devolver la diferencia.Además de tener que ajustarse a lo que den los fieles, la Iglesia empezará a pagar IVA como el resto de las personas físicas o jurídicas. Fue la Unión Europea quien advirtió a España de que tenía que retirar a la institución la exención fiscal de que disfrutaba. Completa el acuerdo conocido ayer el compromiso de la Conferencia Episcopal de entregar al Gobierno una memoria económica anual que justifique que los gastos se corresponden a los ingresos.
Un poco de historia y de detalle
La Iglesia católica se comprometió en 1979, en sus acuerdos con el Estado español, a autofinanciarse con las aportaciones de sus fieles en un futuro indefinido. Se lanzó a la piscina, pero con un flotador para evitar cualquier sobresalto que se retirará hasta 27 años después: la garantía de unos ingresos mínimos que se cubrirían con los Presupuestos Generales del Estado si las aportaciones de los contribuyentes católicos no bastaban para ello. Se mantenía así una financiación pública justificada históricamente desde 1837 como compensación por la desamortización de los bienes eclesiásticos y, con la Constitución Española, por el compromiso de mantener "relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones" (art. 16.3).
La economía de la Iglesia católica es intrincada y con muchas otras aportaciones financieras del erario. La actividad de las órdenes religiosas y organismos como Cáritas es en parte posible gracias a las subvenciones a sus obras sociales (unos 180 millones de euros) y a los conciertos educativos (unos 2.300 millones). Los fondos públicos también cubren los sueldos de los profesores de Religión y capellanes de hospitales, prisiones y cuarteles (unos 500 millones). Al margen de estas actividades, el presupuesto de la empresa matriz, la Conferencia Episcopal y sus 70 diócesis, ascendió en el 2004 a 943 millones de euros, el 69% de los cuales provienen de recursos propios y donativos y el resto de subvenciones públicas - por ejemplo, para mantener su patrimonio artístico - y de la asignación tributaria. Esta última partida (ascenderá a 144.24 millones en el año 2006), destinada a mantener a los sacerdotes y los centros de culto, es la que se reformará.
Desde el acuerdo económico entre Iglesia y Estado de 1979, el episcopado español recibía una asignación anual para el "mantenimiento del culto y el clero". No fue hasta 1988 cuando el Estado cambió el origen de esta cantidad al dar la opción a los creyentes de destinar el 0,5239% de la cuota íntegra de su declaración de renta a la Iglesia católica. Pero con la garantía de que seguiría recibiendo una cantidad similar a la anterior (con una actualización anual) durante un periodo transitorio que ha sido prorrogado sucesivamente.
Desde esa fecha, la aportación a la Iglesia ha crecido de forma constante mientras bajaba el porcentaje de contribuyentes que destinaban parte de sus impuestos a financiarla. En el año 1993 fueron el 42% y 11 años después se habían quedado solo en el 33%. A pesar de este descenso, el incremento de la recaudación de la renta hizo que la aportación directa del Estado fuese reduciéndose desde el 50% de la asignación tributaria en 1988 hasta el 8% en el 2005.
Con el nuevo sistema de financiación, la Iglesia católica puede incluso recibir más dinero el año próximo. Pero la evolución futura de su recaudación dependerá de su capacidad de motivar a los contribuyentes.Y tras el acuerdo entre la Iglesia y el Estado puede abrirse un nuevo contencioso. El de la financiación autonómica entre el episcopado. Además de las aportaciones del Estado, el episcopado español recauda de cada una de las 70 diócesis una cantidad para un fondo común interdiocesano que depende de la población de cada obispado. Después, la caja común formada por estas derramas y las aportaciones públicas, se reparte según un baremo que depende, sobre todo, del número de sacerdotes.Este sistema perjudica, por ejemplo, a arzobispados como el de Barcelona, con una importante recaudación por renta (que no tiene ningún reflejo en sus ingresos), mucha población y pocos sacerdotes per cápita: el resultado es que su financiación es la mitad de la de Valencia y una tercera parte de la de Madrid. Con el nuevo sistema, aumentarán sus gastos (por ejemplo 240.000 euros por IVA solo en el arzobispado de Barcelona) pero solo recibirá una pequeña parte del posible incremento de ingresos.Las demandas de mejorar este reparto han sido siempre rechazadas. Pero según el delegado de Economía del Arzobispado de Barcelona, Antoni Matabosch, "si hay un incremento de los ingresos, este es el momento de conseguir un reparto más justo sin perjudicar a nadie".
Lo resaltado en negrita es lo qu pretende esconder LFP