Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

11 Julio 2005
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kpredica.blogspot.com
JUDAS ISCARIOTE: MISTERIO DEL PROYECTO SALVIFICO



CIUDAD DEL VATICANO, 18 OCT 2006 (VIS).-Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a Judas Iscariote y a su sucesor en el grupo de los doce apóstoles: Matías. La audiencia se celebró en la Plaza de San Pedro y contó con la presencia de 30.000 personas.



"El nombre de Judas Iscariote -dijo el Papa- aparece siempre el último en la lista de los Doce (...) que recuerda su traición. En cambio, los evangelistas lo presentan como apóstol a todos los efectos".



"Nos preguntamos por qué Jesús eligió a este hombre y le dio su confianza (...) y es aún mas misteriosa su suerte eterna -prosiguió-, pero no nos corresponde a nosotros juzgarle poniéndonos en el lugar de Dios, infinitamente misericordioso y justo".



"¿Por qué traicionó a Jesús?", se preguntó el Papa. "Algunos hablan de la codicia, mientras otros sostienen una explicación de tipo mesiánico: la desilusión de Judas porque Jesús no incluía en su programa la liberación política y militar de su país".



Benedicto XVI observó que los evangelistas explican esta traición "yendo más allá de los motivos históricos" y atribuyéndola a la "libertad personal de Judas" como "una cesión a una tentación del Maligno". (...) Jesús, invitándolo a seguirle por el camino de la bienaventuranza no forzaba su voluntad (...) y respetaba su libertad humana. Efectivamente son muchas las posibilidades de perversión del corazón humano. El único modo de evitarlas consiste en (...) entrar en plena comunión con Jesús".



Por otra parte, el arrepentimiento de Judas, que "degeneró en la desesperación y la autodestrucción", es para nosotros "una invitación a no desesperar nunca de la misericordia divina".



"El papel negativo de Judas -explicó el Santo Padre- se inserta también en el (...) misterioso proyecto salvífico de Dios", que "asume el gesto inexcusable de Judas como ocasión de la entrega total del Hijo por la redención del mundo. Después de la Pascua, Matías fue elegido para ocupar el lugar de Judas. De él sólo sabemos que fue testigo de la historia terrena de Jesús, permaneciendo fiel hasta el fin" y "compensando la traición de Judas. Es una última lección: si incluso en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, cada uno de nosotros debe servir de contrapeso al mal que han hecho con nuestro (...) testimonio de Jesús".



Al final de la audiencia, el Papa se refirió al accidente de metro de ayer martes en Roma, en el que falleció una persona y 236 resultaron heridas. "En este momento de dolor -dijo- estoy particularmente cercano a cuantos han sido afectados por el trágico acontecimiento. Les expreso mi consuelo y afecto y les aseguro un recuerdo especial en mis oraciones".

AG/JUDAS ISCARIOTE/...
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Mejor el texto completo que un resumen:

Benedicto XVI presenta a Judas Iscariote

En la audiencia general de este miércoles

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 18 octubre 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención que pronunció Benedicto XVI en la audiencia general de este miércoles dedicada a presentar la figura de Judas Iscariote y Matías.

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

Al terminar de recorrer hoy la lista de los doce apóstoles llamados directamente por Jesús durante su vida terrena, no podemos dejar de mencionar a quien siempre aparece en último lugar: Judas Iscariote. Queremos asociarle con la persona que después fue escogida en su sustitución, es decir, Matías.

Ya sólo el nombre de Judas suscita entre los cristianos una instintiva reacción de reprobación y de condena. El significado del apelativo «Iscariote» es controvertido: la explicación más utilizada dice que significa «hombre de Queriyyot», en referencia al pueblo de origen, situado en los alrededores de Hebrón, mencionado dos veces en la Sagrada Escritura (Cf. Josué 15, 25; Amós 2, 2). Otros lo interpretan como una variación del término «sicario», como si aludiera a un guerrillero armado de puñal, llamado en latín «sica». Por último, algunos ven en el apodo la simple trascripción de una raíz hebreo-aramea que significa: «aquel que iba a entregarle». Esta mención se encuentra dos veces en el cuarto Evangelio, es decir, después de una confesión de fe de Pedro (Cf. Juan 6, 71) y después durante la unción de Betania (Cf. Juan 12, 4).

Otros pasajes muestran que la traición estaba en curso, diciendo: «aquel que le traicionaba», como sucede durante la Última Cena, después del anuncio de la traición (Cf. Mateo 26, 25) y después en el momento en que Jesús fue arrestado (Cf. Mateo 26, 46.48; Juan 18,2.5). Sin embargo, las listas de los doce recuerdan la traición como algo ya acontecido: «Judas Iscariote, el mismo que le entregó», dice Marcos (3, 19); Mateo (10, 4) y Lucas (6, 16) utilizan fórmulas equivalentes. La traición, en cuanto tal, tuvo lugar en dos momentos: ante todo en su fase de proyecto, cuando Judas se pone de acuerdo con los enemigos de Jesús por treinta monedas de plata (Cf. Mateo 26,14-16), y después en su ejecución con el beso que le dio al Maestro en Getsemaní (Cf. Mateo 26, 46-50).

De todos modos, los evangelistas insisten en que le correspondía plenamente su condición de apóstol: es llamado repetidamente «uno de los doce» (Mateo 26,14.47; Marcos 14, 10.20; Juan 6, 71) o «del número de los doce» (Lucas 22, 3). Es más, en dos ocasiones, Jesús, dirigiéndose a los apóstoles y hablando precisamente de él, le indica como «uno de vosotros» (Mateo 26, 21; Marcos 14,18; Juan 6, 70; 13, 21). Y Pedro dirá que Judas «era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio» (Hechos 1, 17).

Se trata, por tanto, de una figura perteneciente al grupo de aquellos a los que Jesús había escogido como compañeros y colaboradores cercanos. Esto plantea dos preguntas a la hora de explicar lo acaecido. La primera consiste en preguntarnos cómo es posible que Jesús escogiera a este hombre y confiara en él. De hecho, si bien Judas es el ecónomo del grupo (Cf. Juan 12,6b; 13,29a), en realidad también se le llama «ladrón» (Juan 12,6a). El misterio de la elección es todavía más grande, pues Jesús pronuncia un juicio muy severo sobre él: «¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!» (Mateo 26, 24). Este misterio es todavía más profundo si se piensa en su suerte eterna, sabiendo que Judas «fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: “Pequé entregando sangre inocente”» (Mateo 27, 3-4). Si bien él se alejó después para ahorcarse (Cf. Mateo 27, 5), a nosotros no nos corresponde juzgar su gesto, poniéndonos en lugar de Dios, quien es infinitamente misericordioso y justo.

Una segunda pregunta afecta al motivo del comportamiento de Judas: ¿por qué traicionó a Jesús? La cuestión suscita varias hipótesis. Algunos recurren a la avidez por el dinero; otros ofrecen una explicación de carácter mesiánico: Judas habría quedado decepcionado al ver que Jesús no entraba en el programa de liberación político-militar de su propio país. En realidad, los textos evangélicos insisten en otro aspecto: Juan dice expresamente que «el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle» (Juan 13,2); del mismo modo, Lucas escribe: «Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los doce» (Lucas 22, 3). De este modo, se va más allá de las motivaciones históricas y se explica lo sucedido basándose en la responsabilidad personal de Judas, quien cedió miserablemente a una tentación del Maligno. En todo caso, la traición de Judas sigue siendo un misterio. Jesús le trató como a un amigo (Cf. Mateo 26, 50), pero en sus invitaciones a seguirle por el camino de las bienaventuranzas no forzaba su voluntad ni le impedía caer en las tentaciones de Satanás, respetando la libertad humana.

De hecho, las posibilidades de perversión del corazón humano son realmente muchas. El único modo de prevenirlas consiste en no cultivar una visión de la vida que sólo sea individualista, autónoma, sino en ponerse siempre de parte de Jesús, asumiendo su punto de vista. Tenemos que tratar, día tras día, de estar en plena comunión con Él. Recordemos que incluso Pedro quería oponerse a Él y a lo que le esperaba en Jerusalén, pero recibió una fortísima reprensión: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Marcos 8,32-33) Tras su caída, Pedro se arrepintió y encontró perdón y gracia. También Judas se arrepintió, pero su arrepentimiento degeneró en desesperación y de este modo se convirtió en autodestrucción. Es para nosotros una invitación a recordar siempre lo que dice san Benito al final del capítulo V, fundamental, de su «Regla»: «no desesperar nunca de la misericordia de Dios». En realidad, «Dios es mayor que nuestra conciencia», como dice san Juan (1 Juan 3, 20).

Recordemos dos cosas. La primera: Jesús respeta nuestra libertad. La segunda: Jesús espera que tengamos la disponibilidad para arrepentirnos y para convertirnos; es rico en misericordia y perdón. De hecho, cuando pensamos en el papel negativo que desempeñó Judas, tenemos que enmarcarlo en la manera superior con que Dios dispuso de los acontecimientos. Su traición llevó a la muerte de Jesús, quien transformó este tremendo suplicio en un espacio de amor salfíco y en la entrega de sí mismo al Padre (Cf. Gáltas 2, 20; Efesios 5,2.25). El verbo «traicionar» es la versión griega que significa «entregar». A veces su sujeto es incluso el mismo Dios en persona: él mismo por amor «entregó» a Jesús por todos nosotros (Cf. Romanos 8, 32). En su misterioso proyecto de salvación, Dios asume el gesto injustificable de Judas como motivo de entrega total del Hijo por la redención del mundo.

Al concluir, queremos recordar también a quien, después de Pascua, fue elegido en lugar del traidor. En la Iglesia de Jerusalén se presentaron dos a la comunidad, y después sus hombres fueron echados a suerte: « José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y Matías» (Hechos l, 23). Precisamente este último fue el escogido, y de este modo «fue agregado al número de los doce apóstoles» (Hechos 1, 26). No sabemos nada más de él, a excepción de que fue testigo de la vida pública de Jesús (Cf. Hechos 1, 21-22), siéndole fiel hasta el final. A la grandeza de su fidelidad se le añadió después la llamada divina a tomar el lugar de Judas, como compensando su traición.

Sacamos de aquí una última lección: si bien en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrabalancear el mal que ellos realizan con nuestro testimonio limpio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Muchas Gracias Luis Fernando
Yo solo recivo el boletin informativo no se donde conseguir la version completa. Aun asi gracias pq esta muy muy interesante
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Muchas Gracias Luis Fernando
Yo solo recivo el boletin informativo no se donde conseguir la version completa. Aun asi gracias pq esta muy muy interesante

Lo de Benedicto XVI en las audiencias de los miércoles es un cascada constante de genuina enseñanza cristiana, con un nivel teológico impresionante y encima en un lenguaje que todo el mundo entiende.
Por eso la asistencia media de fieles a esas audiencias ha triplicado las que tenía Juan Pablo II, que ya era muy elevada.
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Muchas Gracias Luis Fernando
Yo solo recivo el boletin informativo no se donde conseguir la version completa. Aun asi gracias pq esta muy muy interesante

Lindo, pero tiene 2 errores doctrinales a simple vista, será que los encuentras? Leelo despacito, muy despacito ;)

Dios te guarde,
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Lindo, pero tiene 2 errores doctrinales a simple vista, será que los encuentras? Leelo despacito, muy despacito ;)

Dios te guarde,

¿Cuáles?
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Será que dejamos que Krelian los encuentre? ;)

No parece que los haya encontrado.
¿Cuáles son?
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Mejor el texto completo que un resumen:

Benedicto XVI presenta a Judas Iscariote

En la audiencia general de este miércoles

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 18 octubre 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención que pronunció Benedicto XVI en la audiencia general de este miércoles dedicada a presentar la figura de Judas Iscariote y Matías.

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

Al terminar de recorrer hoy la lista de los doce apóstoles llamados directamente por Jesús durante su vida terrena, no podemos dejar de mencionar a quien siempre aparece en último lugar: Judas Iscariote. Queremos asociarle con la persona que después fue escogida en su sustitución, es decir, Matías.

Ya sólo el nombre de Judas suscita entre los cristianos una instintiva reacción de reprobación y de condena. El significado del apelativo «Iscariote» es controvertido: la explicación más utilizada dice que significa «hombre de Queriyyot», en referencia al pueblo de origen, situado en los alrededores de Hebrón, mencionado dos veces en la Sagrada Escritura (Cf. Josué 15, 25; Amós 2, 2). Otros lo interpretan como una variación del término «sicario», como si aludiera a un guerrillero armado de puñal, llamado en latín «sica». Por último, algunos ven en el apodo la simple trascripción de una raíz hebreo-aramea que significa: «aquel que iba a entregarle». Esta mención se encuentra dos veces en el cuarto Evangelio, es decir, después de una confesión de fe de Pedro (Cf. Juan 6, 71) y después durante la unción de Betania (Cf. Juan 12, 4).

Otros pasajes muestran que la traición estaba en curso, diciendo: «aquel que le traicionaba», como sucede durante la Última Cena, después del anuncio de la traición (Cf. Mateo 26, 25) y después en el momento en que Jesús fue arrestado (Cf. Mateo 26, 46.48; Juan 18,2.5). Sin embargo, las listas de los doce recuerdan la traición como algo ya acontecido: «Judas Iscariote, el mismo que le entregó», dice Marcos (3, 19); Mateo (10, 4) y Lucas (6, 16) utilizan fórmulas equivalentes. La traición, en cuanto tal, tuvo lugar en dos momentos: ante todo en su fase de proyecto, cuando Judas se pone de acuerdo con los enemigos de Jesús por treinta monedas de plata (Cf. Mateo 26,14-16), y después en su ejecución con el beso que le dio al Maestro en Getsemaní (Cf. Mateo 26, 46-50).

De todos modos, los evangelistas insisten en que le correspondía plenamente su condición de apóstol: es llamado repetidamente «uno de los doce» (Mateo 26,14.47; Marcos 14, 10.20; Juan 6, 71) o «del número de los doce» (Lucas 22, 3). Es más, en dos ocasiones, Jesús, dirigiéndose a los apóstoles y hablando precisamente de él, le indica como «uno de vosotros» (Mateo 26, 21; Marcos 14,18; Juan 6, 70; 13, 21). Y Pedro dirá que Judas «era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio» (Hechos 1, 17).

Se trata, por tanto, de una figura perteneciente al grupo de aquellos a los que Jesús había escogido como compañeros y colaboradores cercanos. Esto plantea dos preguntas a la hora de explicar lo acaecido. La primera consiste en preguntarnos cómo es posible que Jesús escogiera a este hombre y confiara en él. De hecho, si bien Judas es el ecónomo del grupo (Cf. Juan 12,6b; 13,29a), en realidad también se le llama «ladrón» (Juan 12,6a). El misterio de la elección es todavía más grande, pues Jesús pronuncia un juicio muy severo sobre él: «¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!» (Mateo 26, 24). Este misterio es todavía más profundo si se piensa en su suerte eterna, sabiendo que Judas «fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: “Pequé entregando sangre inocente”» (Mateo 27, 3-4). Si bien él se alejó después para ahorcarse (Cf. Mateo 27, 5), a nosotros no nos corresponde juzgar su gesto, poniéndonos en lugar de Dios, quien es infinitamente misericordioso y justo.

Una segunda pregunta afecta al motivo del comportamiento de Judas: ¿por qué traicionó a Jesús? La cuestión suscita varias hipótesis. Algunos recurren a la avidez por el dinero; otros ofrecen una explicación de carácter mesiánico: Judas habría quedado decepcionado al ver que Jesús no entraba en el programa de liberación político-militar de su propio país. En realidad, los textos evangélicos insisten en otro aspecto: Juan dice expresamente que «el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle» (Juan 13,2); del mismo modo, Lucas escribe: «Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los doce» (Lucas 22, 3). De este modo, se va más allá de las motivaciones históricas y se explica lo sucedido basándose en la responsabilidad personal de Judas, quien cedió miserablemente a una tentación del Maligno. En todo caso, la traición de Judas sigue siendo un misterio. Jesús le trató como a un amigo (Cf. Mateo 26, 50), pero en sus invitaciones a seguirle por el camino de las bienaventuranzas no forzaba su voluntad ni le impedía caer en las tentaciones de Satanás, respetando la libertad humana.

De hecho, las posibilidades de perversión del corazón humano son realmente muchas. El único modo de prevenirlas consiste en no cultivar una visión de la vida que sólo sea individualista, autónoma, sino en ponerse siempre de parte de Jesús, asumiendo su punto de vista. Tenemos que tratar, día tras día, de estar en plena comunión con Él. Recordemos que incluso Pedro quería oponerse a Él y a lo que le esperaba en Jerusalén, pero recibió una fortísima reprensión: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Marcos 8,32-33) Tras su caída, Pedro se arrepintió y encontró perdón y gracia. También Judas se arrepintió, pero su arrepentimiento degeneró en desesperación y de este modo se convirtió en autodestrucción. Es para nosotros una invitación a recordar siempre lo que dice san Benito al final del capítulo V, fundamental, de su «Regla»: «no desesperar nunca de la misericordia de Dios». En realidad, «Dios es mayor que nuestra conciencia», como dice san Juan (1 Juan 3, 20).

Recordemos dos cosas. La primera: Jesús respeta nuestra libertad. La segunda: Jesús espera que tengamos la disponibilidad para arrepentirnos y para convertirnos; es rico en misericordia y perdón. De hecho, cuando pensamos en el papel negativo que desempeñó Judas, tenemos que enmarcarlo en la manera superior con que Dios dispuso de los acontecimientos. Su traición llevó a la muerte de Jesús, quien transformó este tremendo suplicio en un espacio de amor salfíco y en la entrega de sí mismo al Padre (Cf. Gáltas 2, 20; Efesios 5,2.25). El verbo «traicionar» es la versión griega que significa «entregar». A veces su sujeto es incluso el mismo Dios en persona: él mismo por amor «entregó» a Jesús por todos nosotros (Cf. Romanos 8, 32). En su misterioso proyecto de salvación, Dios asume el gesto injustificable de Judas como motivo de entrega total del Hijo por la redención del mundo.

Al concluir, queremos recordar también a quien, después de Pascua, fue elegido en lugar del traidor. En la Iglesia de Jerusalén se presentaron dos a la comunidad, y después sus hombres fueron echados a suerte: « José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y Matías» (Hechos l, 23). Precisamente este último fue el escogido, y de este modo «fue agregado al número de los doce apóstoles» (Hechos 1, 26). No sabemos nada más de él, a excepción de que fue testigo de la vida pública de Jesús (Cf. Hechos 1, 21-22), siéndole fiel hasta el final. A la grandeza de su fidelidad se le añadió después la llamada divina a tomar el lugar de Judas, como compensando su traición.

Sacamos de aquí una última lección: si bien en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrabalancear el mal que ellos realizan con nuestro testimonio limpio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.

De las cosas remarcadas, no hay evidencia Bíblica.

Dios le bendiga,
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

De las cosas remarcadas, no hay evidencia Bíblica.

Dios le bendiga,

Pues yo creo que debe leerse usted otra vez la Biblia. Porque es evidente que Judas quiso devolver las treinta monedas de plata y luego acabó suicidándose y es igual de obvio que el mal testimonio de algunos cristianos puede ser anulado por el buen testimonio de otros.
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Pues yo creo que debe leerse usted otra vez la Biblia. Porque es evidente que Judas quiso devolver las treinta monedas de plata y luego acabó suicidándose y es igual de obvio que el mal testimonio de algunos cristianos puede ser anulado por el buen testimonio de otros.

Estoy con Luis FErnando en lo que el ha expuesto, Judas sin duda se arrepintio pero no hizo las cosas como debia, en vez de pedirle perdon a Dios el cual le hubiera perdonado se sintio tan afectado y tan indigno que se quito la vida. El caso del insestuoso y como se resuelve y su desenlace final son un ejemplo de como el buen testimonio Cristiano puede anular el mal testimonio de unos e incluso va mas lejos sino el de hacer que el que daba mal testimonio se arrepienta y vuelva al redil.
Yo por esto no sabia que cosas eran las que señalabas lulis un abrazo.
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

lulis dijo:
De las cosas remarcadas, no hay evidencia Bíblica.

Estimada lulis, me parece que has hecho un juicio muy apresurado:

Sacamos de aquí una última lección: si bien en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrabalancear el mal que ellos realizan con nuestro testimonio limpio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.
Evidencia bíblica:

Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. (Gen 18: 26)

Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré. (Jer 5: 1)


Luis Fernando dijo:
Tras su caída, Pedro se arrepintió y encontró perdón y gracia. También Judas se arrepintió, pero su arrepentimiento degeneró en desesperación y de este modo se convirtió en autodestrucción.
Evidencia bíblica:

Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. (Mt 27: 3-4)
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Señores y señoras:

Estoy con Lulis,ya que tener remordimientos no es lo mismo que arrepentirse. Si Judas se hubiera arrepentido no se habría suicidado,sino que hubiese ido a los pies del Maestro,a la cruz a llorar y pedir perdón.Dejen de especular,Benedicto ha vuelto a hacer afirmaciones que pueden traer graves consecuencias,aquí me ha demostrado que no es tan buen teólogo como se decía.

:elcaminan
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Señores y señoras:

Estoy con Lulis,ya que tener remordimientos no es lo mismo que arrepentirse. Si Judas se hubiera arrepentido no se habría suicidado,sino que hubiese ido a los pies del Maestro,a la cruz a llorar y pedir perdón.Dejen de especular,Benedicto ha vuelto a hacer afirmaciones que pueden traer graves consecuencias,aquí me ha demostrado que no es tan buen teólogo como se decía.






:101010: :101010: :101010: :10:
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

La Biblia Reina-Valera ocupa la palabra "arrepentido" para expresar el sentimiento de Judas.

La palabra griega usada es metamellomai, arrepentido, que tiene la misma raiz que metanoia (conversión, arrepentimiento).

La misma palabra es usada por Mateo en la parábola de los dos hijos, y siempre significa arrepentimiento:

Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, vé hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido (metamellomai), fue.
Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis (metamellomai) después para creerle.
(Mt 21: 28-32)
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Bueno, pues ya aclaró Petrino el asunto así que tema zanjado.
Menos mal que la Reina Valera usa el verbo arrepentir. Si no, algunos todavía serían capaces de negar la evidencia.
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Un saludo a todos.

Pues bueno, ejerciendo la libertad que hay en estos foros de seguir aportando según yo considere (mientras no viole las reglas), y respetando la opinión de quienes piensan que el tema tocado por Lulis está zanjado. Aquí les dejo mi comentario:

No se debe olvidar que la misma palabra habla de que hay, por así decirlo, dos clases de arrepentimiento, uno que obra para vida y otro que obra para muerte.

Escrito está: "Porque el dolor que es según Dios, obra arrepentimiento saludable, de que no hay que arrepentirse; mas el dolor del siglo obra muerte" (2 Corintios 7:10)

Aquí el apóstol Pablo identifica dos clases de dolor (o tristeza):Una triestaza genuina por el pecado que lleva al arrepentimiento, es decir, un cambio en el corazón que hace que la persona vuelva del pecado a Dios. Ese tipo de arrepentimiento conduce a la salvación. En contraste, hay quien se entristece por las consecuencias de su pecado, sin embargo, no se vuelve a Dios. Es claro que el primero es el arrepentimiento al cual Dios nos guía, no así el otro, el cual es el caso de Judas, quien en lugar de centrarse en Dios y reflexionar sobre la maldad de su pecado, se centró en sí mismo y en las consecuencias dolorosas de su acción y en las repercusiones que le traería a él.

"Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente" (Mateo 27:3-4)

Es claro pues que el arrepentimiento del que habla este pasaje no es el arrepentimiento que da Dios y que lleva a la vida (Hechos 11:18), sino que es un remordimiento que lo llevó a la muerte.

Entonces, las comparaciones entre los arrepentimientos de Pedro y Judas, además de tener diferencia en el fin de cada cual (y que es en lo que se centra Benedicto XVI en la frase señalada por Lulis), tiene una difrencia que es esencial y que no debío haber quedado fuera, y es justo la que señala Pablo en (2 Corintios 7:10).

Atte.
Joaco <><
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Señores y señoras:

Estoy con Lulis,ya que tener remordimientos no es lo mismo que arrepentirse. Si Judas se hubiera arrepentido no se habría suicidado,sino que hubiese ido a los pies del Maestro,a la cruz a llorar y pedir perdón.Dejen de especular,Benedicto ha vuelto a hacer afirmaciones que pueden traer graves consecuencias,aquí me ha demostrado que no es tan buen teólogo como se decía.

:elcaminan


estoy con Lulís:

la teshuváh sheleima, se enseñaba al judio en la sinagoga y equivalia a restaurar lo dañado pagando en el templo por aquellos pecados que estaban estipulados en la toráh como pecados de yerro,en el caso de judas la traición de una persona,solo la podia perdonar la persona dañada.los pecados contra Dios ,los resolvia Dios mediante las instrucciones de la toráh.

En consecuencia Judas como buen judio sabía que había entregado a otro Judio a los Romanos cochinos y a la alta alcurnia sacerdotal de los fariseos,quienes habian usurpado el sacerdocio de Arón.por ende judas sabía que en el templo no había ofrenda para la traición de otro judio,es decir judas no le creyó al Mesias que era el siervo sufriente,por una contradicción casí teologica,Judas queria un mesias Rey,tal como se había prometido a David,pero el mesias venia como el siervo sufriente que perdonaria todas y absolutamente todas las iniquidades de Israel,según Isaias.
De ahí podemos concluir que JUdas no practico el arrepentimiento a la manera Judia,sino que estaba avergonzado por haber entregado otro Judio más, a manos de los romanos(quienes le mataron finalmente,como dice Daniel,hollado por los gentiles).-En definitiva si alguien quiere ver cual es la costumbre para el arrepentimiento para los judios de la época del mesias que se lea tratado de
Teshuváh.

saludos
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Estimada lulis, me parece que has hecho un juicio muy apresurado:


Evidencia bíblica:

Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos. (Gen 18: 26)

Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré. (Jer 5: 1)



Evidencia bíblica:

Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. (Mt 27: 3-4)

Biblia de jerusalem:
Mat 27:3 Entonces Judas, el que le entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el remordimiento, y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos,

Claro aquí los traductores de la biblia jerusalem,interpretan como no arrepentido ya que la palabra μεταμέλλομαι metamélomai; tiene como primera acepción la preocupación y se usa literalmenmte como una lamentación,remordimiento.


en otra donde se ocpa la palabra metanoia como arrpentimento es:

biblia jerusalem
Mat 3:8 Dad, pues, fruto digno de conversión,

biblia RV

Mat 3:8 Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento;

la palabra es:G3341
μετάνοια metánoia; de G3340, (subj.) compunción (por culpa, incl. reforma); por impl. reversión (de la decisión [de otro]:-arrepentimiento, arrepentirse.

saludos
 
Re: Benedicto nos Habla de Judas Iscariote. Muy Interesante

Acabo de re-leer el escrito completo (el aportado por Luis Fernando) y hay varias expresiones las cuales se podría cuestionar y que resulta importante aclarar. Una de ellas es esta, la que se le identifica en el escrito como "la última lección": (y que sin duda incluye a Judas, al cual se hace referncia a lo largo de todo el escrito):

"Sacamos de aquí una última lección: si bien en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores..."

De esta afirmación me viene una duda ¿Será que puede haber realmente cristianos de tales caracterísricas? o ¿no será más bien que se dicen, pero en realidad no son?

Las respuesta correcta a estas cuestiones solo puede venir de un claro entendimiento de lo que es ser cristiano, pero, ¿todos lo que lo han leído y lo leerán lo tiendrán?

Termino este aporte con las palabras de nuestro bendito Señor, que son a la vez la de una verdad y una poderosa promesa para los que han ido a Él:

"Y ésta es la voluntad del que me envió: Que de todo lo que Él me ha dado, yo no pierda nada, sino que le resucite en el día postero. Porque esta es la voluntad de mi Padre: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día postero" (Juan 6:39, 40)

Y

"Ninguno puede venir a mi, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postero" (Juan 6:44)

Escrito está también: "Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: Que si uno murió por todos, luego todos son muertos; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, mas para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí adelante á nadie conocemos según la carne: y aun si á Cristo conocimos según la carne, empero ahora ya no le conocemos. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:14:17)

Yo me quedo con la Palabra del Señor.

Atte.
Joaco <><