Milingo y la secta Moon
No son casos aislados,sino la punta del iceberg que nos muestra que son decisiones humanas las que hacen a los hombres sacerdotes,y luego obispos,arzobispos y papas.
Caminante, disculpa que te responda con un artículo de otro, pero creo que expresa todo lo referente al tema del celibato con claridad meridiana... para quien lo quiera entender, evidentemente.
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CELIBATO
Padre Jordi Rivero
Etim.: Latín caelibatus, vida soltera
DEFINICION: El no estar casado y, en el uso de la Iglesia, un compromiso de no casarse. La Iglesia hace distinción entre el celibato de laicos y el celibato eclesial. En ambos casos se escoge libremente, por razones religiosas, el no casarse.
El celibato no es desprecio al matrimonio. Ambas vocaciones vienen de Dios, son profundamente estimadas por la Iglesia y son caminos de amor y servicio.
¿Por qué el celibato?
La Iglesia siempre ha tenido el celibato en muy alta estima ya que Jesucristo fue célibe. El es modelo de la perfección humana. Hay quienes objetan pensando que nosotros no podemos imitarlo. Se equivocan. La verdad es que Jesucristo, siendo Dios, asumió verdaderamente la naturaleza humana, siendo igual que nosotros en todo menos en el pecado. El nos da la gracia para vivir, siendo hombres, su amor sobrenatural.
Jesucristo claramente recomendó el celibato como entrega radical de amor por el Reino de los Cielos:
"Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda".
Mateo 19,12
San Pablo era célibe y animaba a seguir esta forma de vida:
"Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer; está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el espíritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
Os digo esto para vuestro provecho, no para tenderos un lazo, sino para moveros a lo más digno y al trato asiduo con el Señor, sin división. Pero si alguno teme faltar a la conveniencia respecto de su novia, por estar en la flor de la edad, y conviene actuar en consecuencia, haga lo que quiera: no peca, cásense.
Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien. Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor. La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor. Sin embargo, será feliz si permanece así según mi consejo; que también yo creo tener el Espíritu de Dios".
1 Corintios 7,32-40
El celibato laico se practicaba ya en la Iglesia primitiva. A los hombres célibes les llamaban "los continentes" y a las mujeres, "vírgenes". También se les conocía como ascéticos.
San Ambrosio (siglo IV) escribe sobre el celibato: "Dios amó tanto a esta virtud que no quiso venir al mundo sino acompañado por ella, naciendo de Madre virgen" (San Ambrosio, Tratado sobre las vírgenes)
El celibato eclesial fue un desarrollo lógico de las enseñanzas de Cristo sobre la continencia (Mateo 19,10-12). Es uno de los consejos evangélicos.
Los comienzos de la vida religiosa se encuentran en la práctica del celibato voluntario por el Reino. El celibato era una de las características de los primeros ermitaños y un requisito en las primeras fundaciones monásticas bajo San Pachomius (c. 290-346).
El Papa Calixto II, en el Concilio de Letrán, en 1123, promulgó el celibato como requisito para todo el clero del rito romano. (Los ritos maronitas y armenios, siendo católicos orientales, aceptan a hombres casados para la ordenación sacerdotal, pero no permiten que contraigan matrimonio los que ya han sido ordenados.).
El Concilio Vaticano Segundo llama al celibato "ese don precioso de la gracia divina dado a algunos por el Padre, para que se dediquen más fácilmente sólo a Dios con un corazón indivisible en virginidad o celibato. Este medio perfecto para el amor del reino del cielo ha sido tenido siempre en gran estima por la Iglesia como un signo y un estímulo del amor, y como una fuente singular de fertilidad espiritual en el mundo". (Constitución de la Iglesia, 42). También dijo que el celibato es el primero de los consejos evangélicos a ser puestos en práctica por los religiosos y dijo que "es un símbolo especial de los beneficios celestiales, y para los religiosos es un forma muy efectiva de dedicarse con todo el corazón al divino servicio y a los trabajos del apostolado" (Decreto sobre la Renovación de la Vida Religiosa, 12).
Célibes y casados se complementan
El Padre Cantalamessa, predicador del papa aboga por una sana integración de los carismas celibato y matrimonio, de manera que los casados y los célibes no vivan rígidamente separados los unos de los otros, sino de forma que se ayuden y exhorten mutuamente a crecer. Dice: «No es cierto que la cercanía del otro sexo y de las familias, para quien no está casado, sea siempre y necesariamente una insidia y una oscura amenaza. Puede serlo si no se ha producido aún una aceptación libre, alegre y definitiva de la propia vocación, pero esto también se aplica a quien esté casado». «Lo más bello que podemos hacer... es renovar nuestro “Heme aquí” y nuestro “Sí”. No con una “resignada aceptación”, sino con el “deseo” y la “impaciencia” de María en la Anunciación».
"Cuando la sexualidad humana no se considera un gran valor dado por el Creador, pierde significado la renuncia por el reino de los Cielos" (Juan Pablo II, Familiaris consortio)
Ante las críticas contra el celibato
Un artículo en el Miami Herald comentaba que el famoso boxeador Mohamed Alí, para estar en mejor forma, se mantenía en abstinencia sexual por períodos hasta de un año. Es de notar que, mientras el mundo admira ese compromiso hecho por el deporte, critica como "antinatural" el celibato sacerdotal, optado por el Reino de los cielos. Me parece entonces que lo que se critica más bien no es el celibato sino el hecho de que haya quienes se tomen su compromiso con Dios tan en serio. Por el boxeo todo es aceptable, pero si es por Dios se considera fanatismo o peligroso para la mente.
Es normal que el hombre mundano, que vive dominado por las pasiones, vea el celibato como una represión y hasta como un peligro. Pero el celibato vivido santamente es una donación total de nuestro amor por Dios y por todos. Sin fe y sin gracia no se puede vivir el celibato, pero sin estas tampoco se debe ser sacerdote.
MITOS
1 -El celibato es causante del abuso sexual
El celibato no tiene relación causal con ningún tipo de abuso ni adicción sexual. El hecho es que el abuso sexual igualmente ocurre entre hombres casados. (Jenkins, Priests and Pedophilia). En la población general, la mayoría de los abusadores son hombres heterosexuales que abusan de niñas. También hay mujeres que abusan de menores.
El perfil del abusador sexual de menores no es el de un adulto normal atraído eróticamente hacia niños por causa de la abstinencia. (Fred Berlin, "Compulsive Sexual Behaviors" in Addiction and Compulsion Behaviors [Boston: NCBC, 1998]; Patrick J. Carnes, "Sexual Compulsion: Challenge for Church Leaders" in Addiction and Compulsion; Dale O'Leary, "Homosexuality and Abuse").
2 -Si permitieran el matrimonio de los sacerdotes se evitaría que estos cometan abusos sexuales
No es mayor la incidencia de abuso sexual por célibes como quiere hacer creer la prensa. Quienes cometen estos delitos no son aptos ni para ser sacerdotes y ni para ser casados. ¿Qué mujer querrá casarse con un hombre si sabe que es abusador sexual?
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NOTA MIA: De todas formas la Iglesia es libre de suprimir el celibato obligatorio cuando quiera. Si no lo hace, a pesar de todos los problemas que se le atribuyen, supongo que es porque tiene razones de peso para mantenerlo. Los sacerdotes que conozco que tienen problemas con el celibato, que son muchos ciertamente, lo tienen también con otras cuestiones (falta de oración, dificultades de convivencia, ritualismo, ideologización de la fe cristiana, etc.) que no tienen nada que ver con la sexualidad y, en general, mi opinión personal es que estos sacerdotes han dejado apagar la llama de su vocación para convertirse en meros funcionarios eclesiásticos.
UNA PREGUNTA: ¿Puede un cristiano tergiversar o ignorar las palabras de Cristo o de San Pablo y escoger sólo lo que le conviene según sus criterios humanos, religiosos o laicos?
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