Originalmente enviado por Timoteo:
Jetonius, dice usted:
[El primer pasaje no dice nada de "salir". Habla de la santidad que conviene al pueblo de Dios, con un enfasis especial, me parece, en el matrimonio, pero sin duda con un alcance general mas amplio]
Pero el primer pasaje (2 Cor 6:14-18) SÌ HABLA DE SALIR (Còmo lee usted?), dice muy claramente:
"Por lo cual,
SALID de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré"
Y no està hablando del matrimonio, como usted pretende, pues las Escrituras no nos mandan a "salir" del matrimonio (o sea divorciarnos) cuando el esposo o la esposa es incrèdulo(a), o adorador de ìdolos:
"Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone"
(1 Cor 7:12-13).
Por lo cual, el Señor, a travès de Pablo, nos està mandando a SALIR de las asociaciones de tipo religioso con incrèdulos, injustos y adoradores de ìdolos.
Ese pasaje de (2 Cor 6:14-18) conocido como "el yugo desigual", generalmente se lo aplica al matrimonio, como usted dice, pero es un error.
Debe aplicarse solo a la persona que no està casada y piensa casarse con incrèdulo, sin embargo, por el mandato de "SALID", vemos que no està refirièndose concretamente al matrimonio, sino a las asociaciones religiosas, por la menciòn a los incrèdulos, a Belial, a las Tinieblas, a la injusticia y a los ìdolos.
Cuando le contesté estaba pensando en las palabras de Pablo y no en los textos del AT con los que reafirma su enseñanza. Pero tiene usted toda la razón en que efectivamente cita un texto que habla de «salir».
Estoy de acuerdo con usted en que, como dije antes, el alcance es más general que la cuestión del matrimonio (aunque hay en el AT antecedentes de vínculos conyugales «desiguales» disueltos y el consejo del Apóstol que cita se aplique solamente a los casos en los cuales la convivencia pacífica es posible).
Veamos pues el pasaje completo:
2 Corintios 6:14
No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?
2 Corintios 6:15
¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo?
2 Corintios 6:16
¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo:
HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS ;
Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO.
2 Corintios 6:17
Por tanto, SALID DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTAOS, dice el Senor;
Y NO TOQUEIS LO INMUNDO,
y yo os recibiré.
2 Corintios 6:18
Y yo seré para vosotros padre,
y vosotros seréis para mí hijos e hijas,
dice el Senor Todopoderoso.
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Pablo acaba de decir a los corintios que les ha abierto su corazón, y espera lo mismo de ellos. De 1 Corintios podemos inferir que algunos de esa iglesia mantenían vínculos peligrosos con incrédulos y paganos. De aquí este llamado a la santidad.
La expresión «yugo desigual» es probablemente una referencia a Deuteronomio 22:10. Seguramente el Apóstol no desea decir que debamos evitar toda relación con incrédulos (cf. 1 Corintios 5: 9-10). Pablo dice que no debemos establecer relaciones con no creyentes que pudiesen llevar a complicidad con sus actitudes o pecados, o imitación de sus torcidos caminos. Un comentarista lo parafrasea así: “No establezcan ninguna relación con incrédulos, sea temporal o permanente, que pudiera llevar a comprometer las normas cristianas o perjudicar la consistencia del testimonio cristiano. ¿Y por qué tal separación? Porque el incrédulo no comparte las normas, intereses y objetivos cristianos”.
Tiene usted razón, como lo dije antes, que la admonición es más general que la referente al matrimonio. Es más, yo no creo que la referencia sea, como usted afirma, solamente a asociaciones de tipo religioso. Por ejemplo, como crsitiano no debería establecer una asociación profesional con una persona que, a causa de su incredulidad, no tenga escrúpulos en sobrefacturar o en falsear las declaraciones impositivas.
Es obvio que el principio general que Pablo establece aquí requiere discernimiento en su aplicación a casos particulares. Uno debe prever hasta que punto determinada vinculación o asociación puede poner en peligro el buen testimonio cristiano.
A la exhortación inicial le siguen cinco comparaciones a modo de preguntas retóricas, cuya respuesta es evidentemente negativa:
Justicia vs. Iniquidad
Luz vs. Oscuridad
Cristo vs. Belial
Creyente vs. Incrédulo
Templo de Dios vs. Ídolos
Pablo se extiende ahora sobre esta última comparación para establecer su afirmación de que los creyentes somos el templo o santuario de Dios (cf. 1 Corintios 3:16; 6:19). Lo hace con tres referencias al Antiguo Testamento.
La primera (v. 16 b) alude a Levítico 26:11-12, con influencia de otros textos como Exodo 25:8 y Ezekiel 37:27. La promesa hecha a Israel bajo el Antiguo Pacto es aplicada a la Iglesia en el Nuevo.
La segunda (v. 17) no corresponde exactamente a ningún pasaje del AT, pero se basa principalmente en Isaías 52:11. En el contexto original, era un llamado a abandonar la idolatría de Babilonia. La misma presencia de Dios entre su pueblo exige pureza y segregación del mal.
La tercera referencia (v. 18) es también compuesta, con base en 2 Samuel 7:14, 27 e Isaías 43:6. Del mismo modo que la Iglesia es, como cuerpo, el santuario de Dios, los creyentes individuales son hijos e hijas de Dios.
Ahora bien, mi punto era que este pasaje, tal como Pablo lo escribió, no pudo haber tenido como objeto a la Iglesia de Roma, para la cual el Apóstol no tenía sino alabanzas (Romanos 1:7-12).
El mandato de SALIR de esas religiones pseudo-cristianas, idòlatras y paganas, està confirmado confirmado en (Apocalipsis 17 y 18).
A mi entender Pablo está hablando, por lo expuesto, de relaciones estrechas y comprometedoras con incrédulos. No es que no deban rechazarse las falsas enseñanzas dentro de la Iglesia (por cierto que sí), pero no es el tema del pasaje.
El texto que habla de “salir” no significa, pues, que los corintios debían salirse de un lugar en el que en realidad no estaban. Simplemente refuerza lo dicho sobre la santidad que conviene a los creyentes como templo de Dios.
De igual modo en Apocalipsis, el mandato de «salir» no implica separación física, sino evitar toda asociación o vínculo que haga a los cristianos partícipes de los pecados de la ciudad que es descrita como la gran ramera.
Por ùltimo, usted identifica a "Babilonia la grande, la madre de las rameras" (Apoc 17:5) diciendo:
[El pasaje de Apocalipsis llama a la salida de lo que Babilonia representa alli, es decir la corrupcion, el lujo, la idolatria de la Roma pagana y por extension de quien hasta que el Señor vuelva, la represente]
Pero esa que usted llama "Roma pagana" solo puede ser la religiòn que se asienta y toma el nombre de esa ciudad.
Claro, en el momento que Juan escribía. Me parece impensable que el Apóstol incluyese a los miembros de la Iglesia de Roma del siglo I en sus acusaciones contra la ciudad de los césares. Para la mayoría de los súbditos de Roma, la ciudad imperial representaba la grandeza, el esplendor, la riqueza y la suma de la religión. Pero a los ojos de Dios, ella era en verdad sólo una ramera.
Por lo cual, deben SALIR de ella, los que quieran seguir a Jesucristo, cosa que usted parece que no cree.
Si es asì, a usted le da lo mismo ser catòlico romano para ser verdadero cristiano.
Grave error.
Dios le bendiga. Timoteo.
No, no me da lo mismo. Tengo la impresión que usted confunde un problema exegético con una valoración de la Iglesia de Roma. Mi punto es que, sin negar en absoluto los errores de Roma (muchos de los cuales he denunciado en este foro) no me parece correcto aplicar, violentando su contexto, los pasajes que corrientemente se esgrimen contra ella.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
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