La institución del matrimonio en Genesis 2
Génesis 2 es la institución divina del matrimonio. Es la creación perfecta de Dios de esta institución. Existe en un mundo bueno y sin pecado. Los versículos 18-24 dan mucha información sobre esta perfecta relación:
18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. 20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 25Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
En este pasaje Dios revela muchas cosas sobre la relación entre el hombre y la mujer, puesto que es la primera vez que Dios revela algo sobre el tema, y porque están todavía en el Huerto de Edén y antes del pecado. Habla de un hombre y una mujer siendo una sola carne, y no deja hueco para que hayan más personas con esa misma relación (v. 24). También dice que la mujer es de la misma esencia, es decir, que ni uno ni la otra era mejor ni más importante ni el dueño del otro (v. 23). Adán no creó a Eva, sino el Señor, así que no era él su gobernante sino el Señor. Adán estaba durmiendo durante todo el proceso, para mostrar que no podía ni haber ayudado (v. 21). Esta relación se ve en contraste con la relación que van a tener después de la caída.
Uno de los resultados del pecado es que las relaciones sufren. Dios ya no tiene la misma relación con Adán y Eva como tenía antes del pecado. En Génesis 3:8 dice que Dios “se paseaba” o “andaba recorriendo” (en la NVI) en el huerto. La palabra para esto en hebreo está en una forma verbal que quiere decir hacer algo con regularidad, o sea, como era su costumbre. Después del pecado cuando Dios se paseaba en el huerto, Adán y Eva se escondieron en vez de estar con Él y pasear con Él en plena comunión. En Génesis 3:14-24, Dios define como han cambiado todas las relaciones entre todos los que estaban metidos en la situación. Unos de los cambios como resultado del pecado es lo que dijo Dios a la mujer, “y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.” (Gen. 3:16) o en la versión NVI “él te dominará.” Este cambio en la relación matrimonial significará para la mujer una posición subordinada a su marido, lo cual le resultará vulnerable a la explotación, la poligamia siendo una forma de esa explotación (Bromiley et al 901).
Un resultado más de la caída del hombre es que entró el pecado al mundo y todos los hombres a partir de allí tenían esa relación rota con Dios, el Santo. En el próximo capítulo, Caín mata a su hermano, el primer homicidio. A partir de aquí se ve a lo largo de la Biblia que los hombres se matan unos a otros, o bien uno a otro o también en batallas y en ejércitos, muchos matándoles a muchos otros. Suponiendo que los sistemas reproductivos del hombre y la mujer funcionan iguales ahora y durante la historia en que hay datos acerca de este tema como en aquellos tiempos (y no hay porque creer que no lo eran), nacen más o menos la mitad de los niños masculinos y la otra mitad femeninas. Si se matan uno a otro los hombres más que las mujeres, como describe la Biblia, se acaba con más mujeres que hombres, y este hecho se creó muchos problemas. Se ve en las historias bíblicas donde se halla la poligamia en las que se cuenta algo de los personajes disputas y sentimientos de celos, maldad, y odio entre mujeres de un solo esposo, por ejemplo Raquel y Lía (Gen. 30) y Ana y Penina (1 Sam. 1:1-6). Por esta razón se puso una ley como la que aparece en Deuteronomio 21:10, “Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida...”
¿El primer homicidio fue pecado? ¿Cómo sabría Caín que no debía de haber matado a su hermano? Dios todavía no había soltado los diez mandamientos para decirle que no matara. Tampoco Dios había hablado directamente con Caín ni con sus padres, que se sabe, diciéndoles especificamente que Dios su Creador no quiere que se matan unos a otros. Romanos da la respuesta que “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (1:20) y de los que no tenían la ley, “aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones...” (2:14-15). Entonces, desde la creación del mundo no hay excusa; la ciencia del bien y el mal también había entrado entonces y tenía una “consciencia” o la ley escrita en su corazón. Del mismo modo que cualquier pecado antes de la ley mosaica era pecado porque Dios había revelado de cierta manera su propia naturaleza, la gente sabía que la monogamia era la voluntad, el placer de Dios. Al igual que Dios es el dador y sostenedor de vida, y por eso está fuera de su naturaleza matar al vecino, Dios instituye la relación entre el hombre y la mujer como pareja monógama, y por eso está fuera de su naturaleza la poligamia. Que lo diga explicitamente en el Antiguo Testamento o no es otro tema ya que está claro lo que está dentro y fuera de la naturaleza de Dios.
Un reflejo explícito de esta naturaleza se ve constantemente en lo que insiste Dios con Israel, su pueblo. Su relación con ella, su esposa, es monógama, o sea, que Dios nunca se proclama “Dios de los filisteos” ni de los heteos ni de nadie más, aun si creían en Él por causa de lo que hayan visto u oído. Sigue con una sola esposa. Podían entrar extranjeros, pero estos se hicieron parte del pueblo y tomaron parte de la misma relación, la única. Después el pueblo de Dios se extiende a ser la Iglesia, en el NT con encuadrada como la novia del Cristo.
Hay varios pasajes sueltos por el Antiguo Testamento que causan problemas para algunos a la hora de decir que Dios no ve la poligamia como pecado, especialmente cuando no tienen bien claro lo que significa Génesis 2 para toda la humanidad. Deuteronomio 21:15-17 dice, “Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16en el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; 17mas al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.” Este pasaje, en primer lugar, habla de tener dos esposas, no más. Antes viene un gran “si” de cualificación. No dice que un hombre debe de tener dos esposas, o que es bueno que las tenga. Simplemente reconoce que la poligamia, como cualquier otro pecado, ya se había infiltrado en la sociedad y que la gente iba en contra de la naturaleza de Dios en estas cosas (e iban cosechando las consecuencias), y busca poner un poco de orden a estas consecuencias, o frenarlas un poco. Además, el fin de esta ley dada por Dios no trata de la poligamia (esta es la causa de tener la ley), sino el derecho de primogenitura. Este pasaje es una parte de una mayor serie de leyes, y considerando el contexto mejorará el entendimiento de esa ley.
En esta serie de leyes, se presenta unas situaciones adversas, que hablan de personas metidas en algún pecado y que se debe hacer en estas situaciones. Deuteronomio 21:18-21 es la siguiente situación adversa (después de la de la bigamia y la primogenitura) y sigue la misma forma de introducción como la situación anterior suya, empezando por לְאיש כי־יהיה que quiere decir “si/cuando un hombre/una persona/alguien/un marido.” El kî (traducido “si” o “cuando”) siempre introduce lo dado y significa que eso o será influenciado o influenciará algún otro hecho o acción (Harris et al 438). Entonces, “Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre” (v. 18) es lo dado, está tratando una situación donde hay pecado y hay que hacer algo. La siguiente situación es “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte” (v. 22). Seguramente queda bien claro el tema aquí. También se halla esta forma de kî ish en la siguiente serie de leyes que tratan del tema de varios problemas en cuanto a la relación del hombre y la mujer como si un hombre falsamente difama y acusa a su mujer de no haber sido virgen (v. 13-21); si un hombre es sorprendido durmiendo con la esposa de otro (v. 22); si se encuentra casualmente un hombre con una virgen, ya comprometida para casarse, y se acuesta con ella (v. 23-27); y si un hombre se encuentra casualmente con una virgen que no esté comprometida para casarse y la obliga a acostarse con él (v. 28-29)(Elliger et al 324-326).