Se puso a enseñarles con calma

18 Noviembre 1998
12.218
21
blogs.periodistadigital.com
"Se puso a enseñarles con calma"

El Evangelio nos acerca al corazón de Cristo; un corazón humano que expresa el amor, humano y divino, con que el Señor ama a todos y a cada uno de nosotros. Los Apóstoles son los primeros que se acogen a la recomendación de Jesús: “Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré [...] que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11, 28-29). Hasta tal punto han experimentado este descanso que, después de agotadoras jornadas de trabajo pastoral, no dudan en acercarse al Señor para contarle “todo lo que habían hecho y enseñado” (Marcos 6, 30-34). Jesús se aparta con ellos a un sitio tranquilo, para escucharlos pacientemente. Conmueve esta intimidad, esta cercanía, de Jesús con los suyos. Aquellos que han sido elegidos para pastorear en su nombre al Pueblo de Dios son, primeramente, los destinatarios de la atención de ese Buen Pastor que es el mismo Dios, el Hijo de Dios hecho hombre.

En Jesús se cumplen las profecías que anunciaban que Dios sería el pastor de su pueblo (cf Jeremías 23, 1-6). Un pastor que no dispersa a las ovejas, ni las deja perecer, sino que las reúne y las vuelve a traer a sus dehesas. Los apóstoles, al reunirse con Jesús, podían recitar, sin duda alguna, las palabras del Salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace recostar. Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas”.

Pero el corazón de Cristo no es un corazón limitado, sino un corazón dilatado infinitamente, en el que todos tienen cabida. No por ocuparse más detenidamente de los suyos se olvida de las muchedumbres, de aquellas multitudes que acuden también a Él porque lo habían reconocido. Jesús ve esa multitud de personas que corren en busca de sentido, de orientación, de sanación, de salvación, y siente lástima de ellos, “porque andaban como ovejas sin pastor”. Y el Señor “se puso a enseñarles con calma”.

Hay, por consiguiente, una relación interna entre el amor del corazón de Cristo y su enseñanza. Su enseñanza brota de su amor, de su cercanía, de su compasión. Realmente no se pueden separar, en Jesús, su persona y su enseñanza. Él es, en persona, la enseñanza, la Palabra, el “Verbo encarnado y vivo” (cf Catecismo de la Iglesia Católica, 108).

La Iglesia continúa la misión apostólica de “hacer y enseñar”. A través de los pastores de su Iglesia, Cristo mismo sigue guiando y orientando a su grey, a la humanidad entera. El Señor sigue amándonos, y por ello nos hace llegar, mediante la enseñanza de la Iglesia, su propia enseñanza, que es bondad y misericordia, para que no temamos al caminar por las cañadas oscuras de este mundo. Como afirmó el Papa Juan XXIII, la Iglesia “abre la fuente de su doctrina vivificadora que permite a los hombres, iluminados por la luz de Cristo, comprender bien lo que son realmente, su excelsa dignidad, su fin” (Gaudet Mater Ecclesia, 7). Acerquémonos sin miedo a esta enseñanza, para descansar también nosotros en el corazón de Cristo.

Él es nuestra paz, como afirma el apóstol San Pablo. Él hace una sola cosa de lo que, sin Él, permanecería siempre dividido. A Él acudimos para que siga derribando los muros que levanta el odio. Y, secundando la petición del Papa, encomendamos al poder unificador de su corazón la paz en el Líbano, en el Oriente Medio y en todo el mundo. Que todos los hombres y todos los pueblos escuchen la noticia de la paz. Amén.

Guillermo Juan Morado.

Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/...php/2006/07/21/se_puso_a_ensenarles_con_calma


PD: Ese nuevo blog en RD va a merecer la pena
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Luis Fernando dijo:
"Se puso a enseñarles con calma"

El Evangelio nos acerca al corazón de Cristo; un corazón humano que expresa el amor, humano y divino, con que el Señor ama a todos y a cada uno de nosotros. Los Apóstoles son los primeros que se acogen a la recomendación de Jesús: “Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré [...] que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11, 28-29). Hasta tal punto han experimentado este descanso que, después de agotadoras jornadas de trabajo pastoral, no dudan en acercarse al Señor para contarle “todo lo que habían hecho y enseñado” (Marcos 6, 30-34). Jesús se aparta con ellos a un sitio tranquilo, para escucharlos pacientemente. Conmueve esta intimidad, esta cercanía, de Jesús con los suyos. Aquellos que han sido elegidos para pastorear en su nombre al Pueblo de Dios son, primeramente, los destinatarios de la atención de ese Buen Pastor que es el mismo Dios, el Hijo de Dios hecho hombre.

En Jesús se cumplen las profecías que anunciaban que Dios sería el pastor de su pueblo (cf Jeremías 23, 1-6). Un pastor que no dispersa a las ovejas, ni las deja perecer, sino que las reúne y las vuelve a traer a sus dehesas. Los apóstoles, al reunirse con Jesús, podían recitar, sin duda alguna, las palabras del Salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me falta. En verdes praderas me hace recostar. Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas”.

Pero el corazón de Cristo no es un corazón limitado, sino un corazón dilatado infinitamente, en el que todos tienen cabida. No por ocuparse más detenidamente de los suyos se olvida de las muchedumbres, de aquellas multitudes que acuden también a Él porque lo habían reconocido. Jesús ve esa multitud de personas que corren en busca de sentido, de orientación, de sanación, de salvación, y siente lástima de ellos, “porque andaban como ovejas sin pastor”. Y el Señor “se puso a enseñarles con calma”.

Hay, por consiguiente, una relación interna entre el amor del corazón de Cristo y su enseñanza. Su enseñanza brota de su amor, de su cercanía, de su compasión. Realmente no se pueden separar, en Jesús, su persona y su enseñanza. Él es, en persona, la enseñanza, la Palabra, el “Verbo encarnado y vivo” (cf Catecismo de la Iglesia Católica, 108).

La Iglesia continúa la misión apostólica de “hacer y enseñar”. A través de los pastores de su Iglesia, Cristo mismo sigue guiando y orientando a su grey, a la humanidad entera. El Señor sigue amándonos, y por ello nos hace llegar, mediante la enseñanza de la Iglesia, su propia enseñanza, que es bondad y misericordia, para que no temamos al caminar por las cañadas oscuras de este mundo. Como afirmó el Papa Juan XXIII, la Iglesia “abre la fuente de su doctrina vivificadora que permite a los hombres, iluminados por la luz de Cristo, comprender bien lo que son realmente, su excelsa dignidad, su fin” (Gaudet Mater Ecclesia, 7). Acerquémonos sin miedo a esta enseñanza, para descansar también nosotros en el corazón de Cristo.

Él es nuestra paz, como afirma el apóstol San Pablo. Él hace una sola cosa de lo que, sin Él, permanecería siempre dividido. A Él acudimos para que siga derribando los muros que levanta el odio. Y, secundando la petición del Papa, encomendamos al poder unificador de su corazón la paz en el Líbano, en el Oriente Medio y en todo el mundo. Que todos los hombres y todos los pueblos escuchen la noticia de la paz. Amén.

Guillermo Juan Morado.

Fuente: http://blogs.periodistadigital.com/...php/2006/07/21/se_puso_a_ensenarles_con_calma


PD: Ese nuevo blog en RD va a merecer la pena

Luis Fernando: ves, nada que objetar salvo un punto. QUE ENTIENDES EN BASE A ESTE ESCRITO POR IGLESIAS. Ten encuenta y antes de contestar, de acudir allí donde está claramente expuesto que es la igleisa de Dios

Vamos, dicho de otra forma, en base a las Escrituras, y en concreto al NT. Qué y quienes son la Iglesia de Dios.

Sabes Luis Fernando, ahora que nuestro compañero anterior ya no está entre nosotros, me agradaría entablar un correcto y justo debate contigo.

Esperando así sea y entragando a Dios nuestras voluntades. Bendiciones.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Raul68 dijo:
Luis Fernando: ves, nada que objetar salvo un punto. QUE ENTIENDES EN BASE A ESTE ESCRITO POR IGLESIAS. Ten encuenta y antes de contestar, de acudir allí donde está claramente expuesto que es la igleisa de Dios

Vamos, dicho de otra forma, en base a las Escrituras, y en concreto al NT. Qué y quienes son la Iglesia de Dios.

Sabes Luis Fernando, ahora que nuestro compañero anterior ya no está entre nosotros, me agradaría entablar un correcto y justo debate contigo.

Esperando así sea y entragando a Dios nuestras voluntades. Bendiciones.

Para evitar toda incorrecta interpretación, corrijo mi expresión:

¿QUE ENTIENDES POR IGLESIA DE DIOS? Si quieres y dependiendo del cáliz que tome el debate, podremos pasar al tema de las Iglesias de Dios, las cuales son parte de la misma, al ser ante Dios, una sola la IGLESIA.

Lo dicho, entreguemos a Dios nuestras voluntades y hablemos si ese es también tu deseo.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

La Iglesia, Pueblo de Dios

En todo tiempo y lugar ha sido grato a Dios el que le teme y practica la justicia. Sin embargo, quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexión entre sí, sino hacer de ellos un pueblo para que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa. Eligió, pues, a Israel para pueblo suyo, hizo una alianza con él y lo fue educando poco a poco. Le fue revelando su persona y su plan a lo largo de su historia y lo fue santificando. Todo esto, sin embargo, sucedió como preparación y figura de su alianza nueva y perfecta que iba a realizar en Cristo, es decir, el Nuevo Testamento en su sangre convocando a las gentes de entre los judíos y los gentiles para que se unieran, no según la carne, sino en el Espíritu.

El Pueblo de Dios tiene características que le distinguen claramente de todos los grupos religiosos, étnicos, políticos o culturales de la Historia:

– Es el Pueblo de Dios: Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Pero El ha adquirido para sí un pueblo de aquellos que antes no eran un pueblo: "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa" (1 P 2, 9).

– Se llega a ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento físico, sino por el "nacimiento de arriba", "del agua y del Espíritu" (Jn 3, 3-5), es decir, por la fe en Cristo y el Bautismo.

– Este pueblo tiene por jefe [cabeza] a Jesús el Cristo [Ungido, Mesías]: porque la misma Unción, el Espíritu Santo fluye desde la Cabeza al Cuerpo, es "el Pueblo mesiánico".

– "La identidad de este Pueblo, es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo".

– "Su ley, es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo mismo nos amó (Jn 13, 34)". Esta es la ley "nueva" del Espíritu Santo (Rm 8,2; Ga 5, 25).

– Su misión es ser la sal de la tierra y la luz del mundo (cf. Mt 5, 13-16). Es un germen muy seguro de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano.

– "Su destino es el Reino de Dios, que el mismo comenzó en este mundo, que ha de ser extendido hasta que él mismo lo lleve también a su perfección".

Jesucristo es aquél a quien el Padre ha ungido con el Espíritu Santo y lo ha constituido "Sacerdote, Profeta y Rey". Todo el Pueblo de Dios participa de estas tres funciones de Cristo y tiene las responsabilidades de misión y de servicio que se derivan de ellas.

Al entrar en el Pueblo de Dios por la fe y el Bautismo se participa en la vocación única de este Pueblo: en su vocación sacerdotal: "Cristo el Señor, Pontífice tomado de entre los hombres, ha hecho del nuevo pueblo `un reino de sacerdotes para Dios, su Padre'. Los bautizados, en efecto, por el nuevo nacimiento y por la unción del Espíritu Santo, quedan consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo"

El pueblo santo de Dios participa también del carácter profético de Cristo". Lo es sobre todo por el sentido sobrenatural de la fe que es el de todo el pueblo, laicos y jerarquía, cuando se adhiere indefectiblemente a la fe transmitida a los santos de una vez para siempre y profundiza en su comprensión y se hace testigo de Cristo en medio de este mundo.

El Pueblo de Dios participa, por último, en la función regia de Cristo". Cristo ejerce su realeza atrayendo a sí a todos los hombres por su muerte y su resurrección (cf. Jn 12, 32). Cristo, Rey y Señor del universo, se hizo el servidor de todos, no habiendo "venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos" (Mt 20, 28). Para el cristiano, "servir es reinar" (LG 36), particularmente "en los pobres y en los que sufren" donde descubre "la imagen de su Fundador pobre y sufriente" (LG 8). El pueblo de Dios realiza su "dignidad regia" viviendo conforme a esta vocación de servir con Cristo.

Como decía San León Magno, serm 4,1
De todos los que han nacido de nuevo en Cristo, el signo de la cruz hace reyes, la unción del Espíritu Santo los consagra como sacerdotes, a fin de que, puesto aparte el servicio particular de nuestro ministerio, todos los cristianos espirituales y que usan de su razón se reconozcan miembros de esta raza de reyes y participantes de la función sacerdotal. ¿Qué hay, en efecto, más regio para un alma que gobernar su cuerpo en la sumisión a Dios? Y ¿qué hay más sacerdotal que consagrar a Dios una conciencia pura y ofrecer en el altar de su corazón las víctimas sin mancha de la piedad?.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Más sobre la Iglesia

Desde el comienzo, Jesús asoció a sus discípulos a su vida (cf. Mc. 1,16-20; 3, 13-19); les reveló el Misterio del Reino (cf. Mt 13, 10-17); les dio parte en su misión, en su alegría (cf. Lc 10, 17-20) y en sus sufrimientos (cf. Lc 22, 28-30). Jesús habla de una comunión todavía más íntima entre él y los que le sigan: "Permaneced en Mí, como yo en vosotros ... Yo soy la vid y vosotros los sarmientos" (Jn 15, 4-5). Anuncia una comunión misteriosa y real entre su propio cuerpo y el nuestro: "Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en Mí y Yo en él" (Jn 6, 56).


Cuando fueron privados los discípulos de su presencia visible, Jesús no los dejó huérfanos (cf. Jn 14, 18). Les prometió quedarse con ellos hasta el fin de los tiempos (cf. Mt 28, 20), les envió su Espíritu (cf. Jn 20, 22; Hch 2, 33). Por eso, la comunión con Jesús se hizo en cierto modo más intensa. Por la comunicación de su Espíritu a sus hermanos, reunidos de todos los pueblos, Cristo los constituye místicamente en su cuerpo.

La comparación de la Iglesia con el cuerpo arroja un rayo de luz sobre la relación íntima entre la Iglesia y Cristo. No está solamente reunida en torno a El: siempre está unificada en El, en su Cuerpo. Tres aspectos de la Iglesia-Cuerpo de Cristo se han de resaltar más específicamente: la unidad de todos los miembros entre sí por su unión con Cristo; Cristo Cabeza del Cuerpo; la Iglesia, Esposa de Cristo.

Los creyentes que responden a la Palabra de Dios y se hacen miembros del Cuerpo de Cristo, quedan estrechamente unidos a Cristo. La vida de Cristo se comunica a a los creyentes, que se unen a Cristo, muerto y glorificado, por medio de los sacramentos de una manera misteriosa pero real. Esto es particularmente verdad en el caso del Bautismo por el cual nos unimos a la muerte y a la Resurrección de Cristo (cf. Rm 6, 4-5; 1 Co 12, 13), y en el caso de la Eucaristía, por la cual, compartimos realmente el Cuerpo del Señor, que nos eleva hasta la comunión con él y entre nosotros.

La unidad del cuerpo no ha abolido la diversidad de los miembros. En la construcción del cuerpo de Cristo existe una diversidad de miembros y de funciones. Es el mismo Espíritu el que, según su riqueza y las necesidades de los ministerios, distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia. La unidad del Cuerpo místico produce y estimula entre los fieles la caridad: Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un miembro es honrado, todos los miembros se alegran con él. En fin, la unidad del Cuerpo místico sale victoriosa de todas las divisiones humanas: "En efecto, todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Ga 3, 27-28).

Cristo "es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia" (Col 1, 18). Es el Principio de la creación y de la redención. Elevado a la gloria del Padre, "él es el primero en todo" (Col 1, 18), principalmente en la Iglesia por cuyo medio extiende su reino sobre todas las cosas:

El nos une a su Pascua: Todos los miembros tienen que esforzarse en asemejarse a él "hasta que Cristo esté formad o en ellos" (Ga 4, 19). Por eso somos integrados en los misterios de su vida, nos unimos a sus sufrimientos como el cuerpo a su cabeza. Sufrimos con él para ser glorificados con él.

794 El provee a nuestro crecimiento (cf. Col 2, 19): Para hacernos crecer hacia él, nuestra Cabeza (Ef 4, 11-16), Cristo distribuye en su cuerpo, la Iglesia, los dones y los servicios mediante los cuales nos ayudamos mutuamente en el camino de la salvación.

795 Cristo y la Iglesia son, por tanto, el "Cristo total". La Iglesia es una con Cristo. Los santos tienen conciencia muy viva de esta unidad:

Felicitémonos y demos gracias por lo que hemos llegado a ser, no solamente cristianos sino el propio Cristo. ¿Comprendéis, hermanos, la gracia que Dios nos ha hecho al darnos a Cristo como Cabeza? Admiraos y regocijaos, hemos sido hechos Cristo. En efecto, ya que El es la Cabeza y nosotros somos los miembros, el hombre todo entero es El y nosotros ... La plenitud de Cristo es, pues, la Cabeza y los miembros: ¿Qué quiere decir la Cabeza y los miembros? Cristo y la Iglesia (San Agustín, ev. Jo. 21, 8).

Redemptor noster unam se personam cum sancta Ecclesia, quam assumpsit, exhibuit ("Nuestro Redentor muestra que forma una sola persona con la Iglesia que El asumió") (San Gregorio Magno, mor. praef.1,6,4)

Caput et membra, quasi una persona mystica ("La Cabeza y los miembros, como si fueran una sola persona mística") (Santo Tomás de Aquino, s.th. 3, 42, 2, ad 1).

Una palabra de Santa Juana de Arco a sus jueces resume la fe de los santos doctores y expresa el buen sentido del creyente: "De Jesucristo y de la Iglesia, me parece que es todo uno y que no es necesario hacer una dificultad de ello" (Juana de Arco, proc.).

La unidad de Cristo y de la Iglesia, Cabeza y miembros del Cuerpo, implica también la distinción de ambos en una relación personal. Este aspecto es expresado con frecuencia mediante la imagen del Esposo y de la Esposa. El tema de Cristo esposo de la Iglesia fue preparado por los profetas y anunciado por Juan Bautista (cf. Jn 3, 29). El Señor se designó a sí mismo como "el Esposo" (Mc 2, 19; cf. Mt 22, 1-14; 25, 1-13). El apóstol presenta a la Iglesia y a cada fiel, miembro de su Cuerpo, como una Esposa "desposada" con Cristo Señor para "no ser con él más que un solo Espíritu" (cf. 1 Co 6,15-17; 2 Co 11,2). Ella es la Esposa inmaculada del Cordero inmaculado (cf. Ap 22,17; Ef 1,4; 5,27), a la que Cristo "amó y por la que se entregó a fin de santificarla" (Ef 5,26), la que él se asoció mediante una Alianza eterna y de la que no cesa de cuidar como de su propio Cuerpo (cf. Ef 5,29). Así dijo San Agustín:
He ahí el Cristo total, cabeza y cuerpo, un solo formado de muchos ... Sea la cabeza la que hable, sean los miembros, es Cristo el que habla. Habla en el papel de cabeza ["ex persona capitis"] o en el de cuerpo ["ex persona corporis"]. Según lo que está escrito: "Y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia."(Ef 5,31-32) Y el Señor mismo en el evangelio dice: "De manera que ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6). Como lo habéis visto bien, hay en efecto dos personas diferentes y, no obstante, no forman más que una en el abrazo conyugal ... Como cabeza él se llama "esposo" y como cuerpo "esposa" (San Agustín, psalm. 74, 4:pL 36, 948-949).

La Iglesia, Templo del Espíritu Santo:
"Quod est spiritus noster, id est anima nostra, ad membra nostra, hoc est Spiritus Sanctus ad membra Christi, ad corpus Christi, quod est Ecclesia" ("Lo que nuestro espíritu, es decir, nuestra alma, es para nuestros miembros, eso mismo es el Espíritu Santo para los miembros de Cristo, para el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia") (San Agustín, serm. 267, 4).
A este Espíritu de Cristo, como a principio invisible, ha de atribuirse también el que todas las partes del cuerpo estén íntimamente unidas, tanto entre sí como con su excelsa Cabeza, puesto que está todo él en la Cabeza, todo en el Cuerpo, todo en cada uno de los miembros. El Espíritu Santo hace de la Iglesia "el Templo del Dios vivo" (2 Co 6, 16; cf. 1 Co 3, 16-17; Ef 2,21):

En efecto, es a la misma Iglesia, a la que ha sido confiado el: "Don de Dios ...Es en ella donde se ha depositado la comunión con Cristo, es decir el Espíritu Santo, arras de la incorruptibilidad, confirmación de nuestra fe y escala de nuestra ascensión hacia Dios ...Porque allí donde está la Iglesia, allí está también el Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, está la Iglesia y toda gracia. (San Ireneo, haer. 3, 24, 1).

El Espíritu Santo es el principio de toda acción vital y verdaderamente saludable en todas las partes del cuerpo. Actúa de múltiples maneras en la edificación de todo el Cuerpo en la caridad (Ef 4, 16): por la Palabra de Dios, "que tiene el poder de construir el edificio" (Hch 20, 32), por el Bautismo mediante el cual forma el Cuerpo de Cristo (1 Co 12, 13); por los sacramentos que hacen crecer y curan a los miembros de Cristo; por la gracia concedida a los apóstoles que entre estos dones destaca, por las virtudes que hacen obrar según el bien, y por las múltiples gracias especiales [llamadas "carismas"] mediante las cuales los fieles quedan preparados y dispuestos a asumir diversas tareas o ministerios que contribuyen a renovar y construir más y más la Iglesia.

Extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente, una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.

Los carismas se han de acoger con reconocimiento por el que los recibe, y también por todos los miembros de la Iglesia. En efecto, son una maravillosa riqueza de gracia para la vitalidad apostólica y para la santidad de todo el Cuerpo de Cristo; los carismas constituyen tal riqueza siempre que se trate de dones que provienen verdaderamente del Espíritu Santo y que se ejerzan de modo plenamente conforme a los impulsos auténticos de este mismo Espíritu, es decir, según la caridad, verdadera medida de los carismas (1 Co 13).

Por esta razón aparece siempre necesario el discernimiento de carismas. Ningún carisma dispensa de la referencia y de la sumisión a los Pastores de la Iglesia. A ellos compete sobre todo no apagar el Espíritu, sino examinarlo todo y quedarse con lo bueno, a fin de que todos los carismas cooperen, en su diversidad y complementariedad, al "bien común" (1 Co 12, 7)
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Luis Fernando dijo:
Más sobre la Iglesia

Luis Fernando, hermano, si todo esto es tuyo, si está en ti en verdd por la gracia de Dios y crees firmemente y andas en Cristo en bae a ello. No tengo nada que añadir ni objetar. En base a lo expuesto, estás en Cristo. Añadir cualquier comentario sería restarle gloria a nuestro Señor, el cual está guiandote claramente.

Considero dar por terminado este tema, ya que nada puedo aportarte ni disctirte ante Dios.

Bendiciones.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Raul68 dijo:
Luis Fernando, hermano, si todo esto es tuyo, si está en ti en verdd por la gracia de Dios y crees firmemente y andas en Cristo en bae a ello. No tengo nada que añadir ni objetar. En base a lo expuesto, estás en Cristo. Añadir cualquier comentario sería restarle gloria a nuestro Señor, el cual está guiandote claramente.

Considero dar por terminado este tema, ya que nada puedo aportarte ni disctirte ante Dios.

Bendiciones.

Es mío en cuanto que es parte del Catecismo de la Iglesia Católica y por tanto forma parte de mi fe. Y créeme que yo no lo habría escrito mejor.
De todas formas, te diré que si hoy soy católico y no otra cosa es precisamente por lo que descubrí en la Escritura acerca de quién es la Iglesia, columna y baluarte, cuerpo y plenitud de Aquel que todo lo llena en todo y la encargada de dar a conocer ni más ni menos que la multiforme sabiduría de Dios en los lugares celestiales. Vamos, que no es cualquier cosa creer o no creer en la Iglesia que según el Credo es una, santa, católica y apostólica
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Luis Fernando dijo:
Es mío en cuanto que es parte del Catecismo de la Iglesia Católica y por tanto forma parte de mi fe. Y créeme que yo no lo habría escrito mejor.
De todas formas, te diré que si hoy soy católico y no otra cosa es precisamente por lo que descubrí en la Escritura acerca de quién es la Iglesia, columna y baluarte, cuerpo y plenitud de Aquel que todo lo llena en todo y la encargada de dar a conocer ni más ni menos que la multiforme sabiduría de Dios en los lugares celestiales. Vamos, que no es cualquier cosa creer o no creer en la Iglesia que según el Credo es una, santa, católica y apostólica

Difiero en el último punto, ya que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y no hay otro Nombre dado a los hombres por el cual se pueda ser Salvo. Es decir, que afirmar y siempre y claro está, en base a lo que yo tengo certeza i convicción y por lo cual ando en Cristo, como verdad de Dios, sería como decir que la “iglesia” católica, es el nombre dado al Cuerpo de Cristo, lo cual está por encima del Nombre.

Pero como todo, es en este punto donde está la raíz de nuestra posible división, pero si ambos creemos en Cristo, si ambos profesamos por nuestra boca y creemos en nuestro corazón que Dios lo levanto de entre los muertos, ambos debemos centrarnos en esto que si es común en ambos y el Espíritu que hay en ello, tratar de crecer juntos en Cristo.

En Cristo te acepto y nada puedo objetarte, todo cuanto posible error haya en ti, si en verdad crees en Cristo nuestro Señor, lo cual, no puedo dudar, llegado el tiempo, tu tiempo, verás luz y en base a ella, tomarás tu libre elección de a quien sigues, si a la luz, o aquello que hasta hoy aceptas por no entender en la verdad, lo cual, es correcto ante Dios. Es deber andar y hablar conforme aquello que tenemos certeza y convicción plena, porque todo cuanto hagamos dudando y sin saber de que hablamos, es pecado.

Solo fue una observación personal y en base a mi experiencia personal, la cual y ante Dios y por su gracia, considero debo andar mi camino.

Bendiciones
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Raúl, no se puede creer en la Cabeza sin creer en el Cuerpo, siempre entendiendo que la Cabeza es objeto de fe en sí misma mientras que el Cuerpo nada es sin su cabeza
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Luis Fernando dijo:
Raúl, no se puede creer en la Cabeza sin creer en el Cuerpo, siempre entendiendo que la Cabeza es objeto de fe en sí misma mientras que el Cuerpo nada es sin su cabeza
Yo diría con todo respeto, mi estimado Luis Fernando, que no se puede creer en la cabeza sin ser parte del cuerpo Que mérito tendría creer en el cuerpo y en la cabeza, sin ser parte de ese cuerpo y por ende ser dirigido por la cabeza del tal cuerpo?.

La biblia dice " ...el que busca a Dios crea que le hay..." también dice "...sin fe es imposible agradar a Dios" Por lo tanto, lo que hace al cuerpo saber que tiene por cabeza a la cabeza que tiene, es su fe en ella. O sea, que a pesar de ser Cristo el autor y consumador de la fe, es la fe la que demuestra quien compone o no su cuerpo.

Dios te bendice!

Greivin.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Luis Fernando dijo:
Raúl, no se puede creer en la Cabeza sin creer en el Cuerpo, siempre entendiendo que la Cabeza es objeto de fe en sí misma mientras que el Cuerpo nada es sin su cabeza

Luís Fernando, ¿la Cabeza es Cristo verdad?. Entones pues, tú y yo, somos parte de Su Cuerpo, el cual es la Iglesia de Dios. Siempre que ambos hablemos en base a esta verdad, la cual aceptamos ambos, seremos uno en Cristo. Todo cuanto aportemos fuera de esto, será nuestra certeza momentánea, pues la luz en nosotros va creciendo y gracias a ella, vamos entendiendo y conociendo el verdadero ser de nuestro Señor.

"Allí donde dos o más están reunidos en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos". Así pues, como ambos aceptamos a Cristo como cabeza de la iglesia, ambos debemos entender en nuestras conversaciones, que somos la misma iglesia ante Dios. Lo otro, lo nuestro, dejémoslo en nuestro interior. A nosotros y lo que realmente nos interesa es crecer como parte que somos de un mismo Cuerpo, Su Cuerpo, el de Cristo Señor de ambos.

Si así lo aceptas, podremos tener grandes debates para crecimiento mutuo, hay tanta verdad por mostrar en base sólo a esto, que nuestra fe personal bien pude quedar exenta de ser aplicada a la conversación.

Andemos en Cristo, entreguemos nuestras voluntades y caminemos juntos el camino, ambos tenemos verdad vivida capaz de suplir las necesidades ante Dios, de y para cada uno.

Al menos yo entiendo es lo correcto y justo para bien de ambos. Pero siempre está tu preciada opinión al respecto.

Bendiciones.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Raul68 dijo:
Luís Fernando, ¿la Cabeza es Cristo verdad?. Entones pues, tú y yo, somos parte de Su Cuerpo, el cual es la Iglesia de Dios. Siempre que ambos hablemos en base a esta verdad, la cual aceptamos ambos, seremos uno en Cristo. Todo cuanto aportemos fuera de esto, será nuestra certeza momentánea, pues la luz en nosotros va creciendo y gracias a ella, vamos entendiendo y conociendo el verdadero ser de nuestro Señor.

"Allí donde dos o más están reunidos en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos". Así pues, como ambos aceptamos a Cristo como cabeza de la iglesia, ambos debemos entender en nuestras conversaciones, que somos la misma iglesia ante Dios. Lo otro, lo nuestro, dejémoslo en nuestro interior. A nosotros y lo que realmente nos interesa es crecer como parte que somos de un mismo Cuerpo, Su Cuerpo, el de Cristo Señor de ambos.

Si así lo aceptas, podremos tener grandes debates para crecimiento mutuo, hay tanta verdad por mostrar en base sólo a esto, que nuestra fe personal bien pude quedar exenta de ser aplicada a la conversación.

Andemos en Cristo, entreguemos nuestras voluntades y caminemos juntos el camino, ambos tenemos verdad vivida capaz de suplir las necesidades ante Dios, de y para cada uno.

Al menos yo entiendo es lo correcto y justo para bien de ambos. Pero siempre está tu preciada opinión al respecto.

Bendiciones.
Aunque has hablado con mucha certeza, he resaltado el versículo que citas, porque así como tu, muchos creen que éste versículo está diciendo que los que está reunido en el nombre de Jesús, ambos o todos son de Cristo; y esto no es necesariamente cierto. Lo cierto es que él está allí, pero que ambos sean de Cristo, queda refutado por lo dicho por él mismo:
"...dos estarán...uno será tomado ye el otro será dejado..." La cita completa tu la conoces. Ademas de que la cisaña tambien se reune con el trigo ante la presencia de Dios, y hasta milagros y señales hace igual que el trigo, pero un día se le dirá "...apartaos de mi hacedores de maldad...nunca os conocí..."

Dios te bendice!

Greivin.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Greivin. dijo:
Aunque has hablado con mucha certeza, he resaltado el versículo que citas, porque así como tu, muchos creen que éste versículo está diciendo que los que está reunido en el nombre de Jesús, ambos o todos son de Cristo; y esto no es necesariamente cierto. Lo cierto es que él está allí, pero que ambos sean de Cristo, queda refutado por lo dicho por él mismo:
"...dos estarán...uno será tomado ye el otro será dejado..." La cita completa tu la conoces. Ademas de que la cisaña tambien se reune con el trigo ante la presencia de Dios, y hasta milagros y señales hace igual que el trigo, pero un día se le dirá "...apartaos de mi hacedores de maldad...nunca os conocí..."

Dios te bendice!

Greivin.

Grevin, decirte que esto no es exacto. Lee de nuevo el versículo:

Mat. 18:20 Porque donde dos o tres se reúnen EN MI NOMBRE, allí estoy yo en medio de ellos.

Grevin, lo indica bien claramente, reunirse en su Nombre, es hacerlo tal cual él nos lo enseñó y pide.

Es igual a cunado dice: "Id y haced mis discípulos... bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. O lo que es lo mismo, en todo lo que representa y es la Deidad de Dios.

Lo que tu indicas, son dos espíritus distintos, por ello uno es llevado y el otro no. No debemos confundir las cosas. El cuerpo es indivisible, al igual que la iglesia lo es, pero hasta que nuestro Señor no envié a sus ángeles para separar lo que es trigo de lo que es cizaña, nuestro deber es tratar a todos por igual ante Dios, y si vemos error, debemos corregirlos con los frutos del Espíritu para la gloria de Dios.

Espero entendiste. Si no, perfectamente podemos continuar con ello.

Bendiciones
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Raul68 dijo:
Grevin, decirte que esto no es exacto. Lee de nuevo el versículo:

Mat. 18:20 Porque donde dos o tres se reúnen EN MI NOMBRE, allí estoy yo en medio de ellos.

Grevin, lo indica bien claramente, reunirse en su Nombre, es hacerlo tal cual él nos lo enseñó y pide.

Es igual a cunado dice: "Id y haced mis discípulos... bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. O lo que es lo mismo, en todo lo que representa y es la Deidad de Dios.

Lo que tu indicas, son dos espíritus distintos, por ello uno es llevado y el otro no. No debemos confundir las cosas. El cuerpo es indivisible, al igual que la iglesia lo es, pero hasta que nuestro Señor no envié a sus ángeles para separar lo que es trigo de lo que es cizaña, nuestro deber es tratar a todos por igual ante Dios, y si vemos error, debemos corregirlos con los frutos del Espíritu para la gloria de Dios.

Espero entendiste. Si no, perfectamente podemos continuar con ello.

Bendiciones
Aunque parece razonable tu explicación, no lo es tanto, especialmente porque la palabra dice: "...no andarían dos juntos sino estubieran de acuerdo..." Lo que quiere decir que a los dos que hacen referencia los evangelios estaban de acuerdo, pero entre ellos, por lo que todo lo hacían juntos, pero no lo estaban tanto en el conocimiento de Dios.

De la misma forma se lee "Dios habita en la alabanza de su pueblo" Esto quiere decir que donde quiera que el pueblo alaba a Dios, allí habita Dios, pero no implica que todos los que le alaban son de Dios. Recuerda lo que dice la escritura acerca de ésto "...este pueblo de labios me alaba pero su corazón está lejos de mi...".

Dios te bendice!

Greivin.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Greivin. dijo:
Aunque parece razonable tu explicación, no lo es tanto, especialmente porque la palabra dice: "...no andarían dos juntos sino estubieran de acuerdo..." Lo que quiere decir que a los dos que hacen referencia los evangelios estaban de acuerdo, pero entre ellos, por lo que todo lo hacían juntos, pero no lo estaban tanto en el conocimiento de Dios.

De la misma forma se lee "Dios habita en la alabanza de su pueblo" Esto quiere decir que donde quiera que el pueblo alaba a Dios, allí habita Dios, pero no implica que todos los que le alaban son de Dios. Recuerda lo que dice la escritura acerca de ésto "...este pueblo de labios me alaba pero su corazón está lejos de mi...".

Dios te bendice!

Greivin.

Sin darte cuenta, puedes dar pie y por ello, a la división del Cuerpo. Si ambos de los que están reunidos, creen en Cristo como Señor (incluso uno si y el otro no) ambos están reunidos en Su nombre.

Ten encuentra que si nos es necesario, debemos hacernos como uno de ellos, para ganarlo para Cristo. Entiende Grevil, si un hermano cree en Cristo, pero es más débil que digamos yo, en la fe, no puedo juzgarle por ello. Si su fe es débil, mi deber es darle luz para que crezca en Cristo.

Un ejemplo, te imaginas a Pablo ante un no creyente, como crees que actuaría, crees que lo menospreciaría por no creer en Cristo. Debemos tener en cuenta que si nosotros y por la gracia de Dios, nos ha sido dada más luz que al hermano que está enfrente nuestro, somos nosotros los que debemos acercarnos a él, con el fruto del Espíritu Santo, es decir; amor, mansedumbre, templanza....

Si tu tienes certeza y convicción ante Dios de andar por el camino correcto, no debes utilizarlo para juzgar aquellos que quizás andan aun ciegos y fue Dios quien te envio a darles luz en Su Nombre. El deber, único deber, es ganarlos para Cristo. Y si tú representas a Cristo en la Verdad de Dios, tu actúas en el NOMBRE DE CRISTO y tienes autoridad para reunirte en Su Nombre sin importar quien sea tu interlocutor y recibidor del mensaje que a la verdad es de Dios, que no tuyo, sino que Dios te puso ante el débil para mostrarle el camino, el cual, es Cristo nuestro Señor

Si no tienes en cuenta esto, entonces pues, corres el riesgo de juzgar por ti mismo, al decretar quien es o no, digno de Dios.

Es arriesgado este punto si se entiende mal, porque no somos llamados a juzgar, sino a servir a la Iglesia de Dios.

Bendiciones
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

No, yo prefiero no juzgar. Tengo un gran respeto por la conciencia de cada cual. El cardenal Newman dijo que la conciencia era el primero de los vicarios de Cristo para el hombre. Lo cual no implica, lógicamente, que no haya graves errores objetivos de la conciencia que puedan llevar a la perdición si no se puede alegar ignorancia invencible. Pero eso sólo lo sabe Dios
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Raul68 dijo:
Sin darte cuenta, puedes dar pie y por ello, a la división del Cuerpo. Si ambos de los que están reunidos, creen en Cristo como Señor (incluso uno si y el otro no) ambos están reunidos en Su nombre.

Ten encuentra que si nos es necesario, debemos hacernos como uno de ellos, para ganarlo para Cristo. Entiende Grevil, si un hermano cree en Cristo, pero es más débil que digamos yo, en la fe, no puedo juzgarle por ello. Si su fe es débil, mi deber es darle luz para que crezca en Cristo.

Un ejemplo, te imaginas a Pablo ante un no creyente, como crees que actuaría, crees que lo menospreciaría por no creer en Cristo. Debemos tener en cuenta que si nosotros y por la gracia de Dios, nos ha sido dada más luz que al hermano que está enfrente nuestro, somos nosotros los que debemos acercarnos a él, con el fruto del Espíritu Santo, es decir; amor, mansedumbre, templanza....

Si tu tienes certeza y convicción ante Dios de andar por el camino correcto, no debes utilizarlo para juzgar aquellos que quizás andan aun ciegos y fue Dios quien te envio a darles luz en Su Nombre. El deber, único deber, es ganarlos para Cristo. Y si tú representas a Cristo en la Verdad de Dios, tu actúas en el NOMBRE DE CRISTO y tienes autoridad para reunirte en Su Nombre sin importar quien sea tu interlocutor y recibidor del mensaje que a la verdad es de Dios, que no tuyo, sino que Dios te puso ante el débil para mostrarle el camino, el cual, es Cristo nuestro Señor

Si no tienes en cuenta esto, entonces pues, corres el riesgo de juzgar por ti mismo, al decretar quien es o no, digno de Dios.

Es arriesgado este punto si se entiende mal, porque no somos llamados a juzgar, sino a servir a la Iglesia de Dios.

Bendiciones
Estoy casi totalmente de acuerdop con lo que dices, escepto en lo de juzgar. Sería bueno que leyeras con detenimiento 1 Corintios 6.

Yo no juzgo para juicio, eso le toca a Dios, pero es nuestro deber juzgar todas las cosas de éste mundo.

Dios te bendice!

Greivin.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Luis Fernando dijo:
No, yo prefiero no juzgar. Tengo un gran respeto por la conciencia de cada cual. El cardenal Newman dijo que la conciencia era el primero de los vicarios de Cristo para el hombre. Lo cual no implica, lógicamente, que no haya graves errores objetivos de la conciencia que puedan llevar a la perdición si no se puede alegar ignorancia invencible. Pero eso sólo lo sabe Dios

Correctísmo Luis Fernando, de ahí la necesidad de expresar y andar conforme aquello que se tiene plena certeza y convicción y siempre con temor máximo a Dios Padre. Porque aun así y al llegar ante Dios, seremos juzgados por multitud de errores que desconociamos estabamos llevando a cabo, de ahí que Jesucristo actua y actuará como abogado nuestro ante el Padre.

El que diga que no tiene pecado, deja a Dios por mentiroso.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Greivin. dijo:
Estoy casi totalmente de acuerdop con lo que dices, escepto en lo de juzgar. Sería bueno que leyeras con detenimiento 1 Corintios 6.

Yo no juzgo para juicio, eso le toca a Dios, pero es nuestro deber juzgar todas las cosas de éste mundo.

Dios te bendice!

Greivin.

Grevin, lo dicho, dicho está. Ahora depende de ti. Mi consejo es que no trates de buscar justificación a aquello que aun corresponde a tu ser interior, es decir tu yo.

Simplemente fue un aporte respetuso. Para nada quiero de lugar a mala interpretación. Fue un indicativo de tu estado espiritual en parte y a lo cual, deberás pedir guia y luz para que Dios y en su gracia te de la verdad necesaria para andar a la verad de nestro Señor.

Bendiciones de lo alto.
 
Re: Se puso a enseñarles con calma

Luis Fernando, ¿me consientes un comentario personal hacia ti, el cual, considero puede ayudarte a crecer en Cristo?

Es en base a tus escritos expuestos y el por qué debes aprender a evitarlos, tal cual yo lo entiendo y veo.

Bendiciones.