Ya hemos visto que timoteo NO FUE ESCRITO POR PABLO Y QUE ENCIMA CONTRADICE LAS ENSEÑANZAS DE ESTE....aparte timoteo minimiza la accion de la mujer en una clara expresion machista del escritor de timoteo,aqui en este escrito lo veremos mas claro
Entre las cartas auténticas de Pablo están 1» Tesalonicenses, Gálatas, Filipenses, 1 y 2 de Corintios, Romanos y Filemón. Las cartas de la cautividad (Colosenses, Efesios y quizás 2» Tesalonicenses), parece que no proceden del mismo Pablo, sino de su círculo; las podemos llamar "postpaulinas". Las cartas pastorales (1 y 2 Timoteo y Tito), reflejan un momento posterior y más institucionalizado de la Iglesia; se suelen llamar "deuteropaulinas".
Las cartas postpaulinas, deuteropaulinas y 1 Pedro reflejan en parte la imagen del matrimonio y la familia que tenía aquella cultura ambiental. Sus autores pretenden realizar un difícil equilibrio entre la cultura ambiental y el mensaje de Jesús.
Actividad pastoral de la mujer en las primeras comunidades
Las mujeres desempeñaron en las primeras comunidades cristianas algunas actividades importantes en el anuncio y en la práctica de la fe. Son muchas las mujeres que, en lenguaje paulino, "trabajaron duro" por el Señor (Rom 16,12).
Los Hechos de los Apóstoles nos hablan de Lidia (Hch 16,14-15), negociante de púrpura, la primera convertida en Filipo, muy activa en la comunidad. Mencionan también a Dámaris, (17,34), a algunas profetisas (21,9), y a unas que confeccionan ropa para los pobres (9,36-37).
Pablo revela a través de sus cartas que diversas mujeres participan activamente en el movimiento cristiano, al mismo nivel que los varones, y ejercen funciones misioneras, de enseñanza y de liderazgo de las comunidades.
Conocemos a Ninfa que, junto con Filemón y Arquipo, eran líderes de una iglesia en su casa (Col 4,15). Evodia y Síntique son dos mujeres importantes en la actividad pastoral de Filipo. Pablo les pide que se pongan de acuerdo, puesto que "lucharon conmigo al servicio del Evangelio" (Flp 4, 2-3).
Priscila, con su marido Aquila, son los jefes de una iglesia en Efeso primero (1 Cor 16,19) y en Roma después (Rom 16, 3.5). Este matrimonio precedió a Pablo en la tarea misionera y colaboró con él en diversas partes, pero nunca estuvo subordinado a él. Se les menciona siete veces y en cuatro ocasiones se nombra primero a la mujer. Además, Priscila siempre es nombrada por su nombre y no por el de su marido, señal de que era muy conocida en su actividad pastoral. Era mujer instruida, pues intervino en la enseñanza cristiana de Apolo, que era un hombre muy culto (Hch 18,26).
En Romanos Pablo saluda a María, Trifena, Trifosa y Perside, de las que dice que "han trabajado mucho en el Señor" (Rom 16, 6.12). Saluda a la madre de Rufo, "que ha sido para mí como una segunda madre" (Rom 16,13). De una mujer, Junías, junto con su marido Andrónico, dice Pablo que "son compañeros de cárcel, apóstoles notables y se entregaron a Cristo antes que yo" (Rom 16,7). Saluda a otras dos parejas, Folólogo y Julia, Nereo y su hermana, que seguramente son también misioneros (Rom 16,15).
Especial mención merece Febe, que probablemente es la portadora de la carta a los Romanos; de ella Pablo dice que es "diaconisa de la Iglesia de Cencrea", y pide que la ayuden "en todo lo que sea necesario, puesto que ella ayudó a muchos y entre ellos a mí", dice él. En el sentido paulino, el diácono era responsable de una Iglesia, con el oficio de misionar y enseñar.
Por Pablo sabemos también que diversos apóstoles y el mismo Cefas misionaban acompañados de "alguna mujer hermana" (1 Cor 9,5).
O sea, que en tiempo de Pablo diversas mujeres aparecen colaborando con él en la enseñanza, como misioneras itinerantes o responsables de una Iglesia, como apóstoles y diáconos. Y Pablo las estima y se alegra de ello. Tanto es así, que hoy día hay quienes designan a San Pablo como promotor de la actividad pastoral de la mujer.
Igualdad de la mujer
El movimiento de Jesús había producido una verdadera revolución en lo referente a la dignificación de la mujer. San Pablo nos trasmite la gran proclama de este movimiento misionero, anterior a él: "Ya no hay diferencia entre judío y griego, entre quien es esclavo y quien es hombre libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús" (Gál 3,28). Es ésta una magnífica expresión del entusiasmo de entrada en una nueva forma de existencia, tan distinta a la de la sociedad reinante... Muchas mujeres entraron entusiasmadas en el cristianismo, pues en él encontraban posibilidades de participación y protagonismo, que les eran negadas en la sociedad en general.
Algunos textos de San Pablo han sido interpretados como menospreciadores de la mujer y, por consiguiente, contrarios a su igualdad con el varón. Veamos algunos casos, generalmente mal interpretados por no considerarlos dentro del contexto histórico y, además, por verlos desde la perspectiva de los textos deuteropaulinos
1. Ciertamente él alguna vez aconseja a las jóvenes que no se casen (1 Cor 7, 32-34). Pero este consejo hay que situarlo en su contexto histórico. En primer lugar, en aquel ambiente tan machista, a veces era la única forma de poder servir al Señor en las comunidades. Se trata de un consejo de sentido común. Pero además debemos saber que se trataba de un consejo subversivo según el orden reinante en Roma. El emperador Augusto había dado un decreto por el que imponía sanciones y fuertes impuestos a los solteros; y a las viudas sólo se les permitía permanecer en su estado si habían cumplido más de cincuenta años. Más tarde, Domiciano reforzaría aún más esta legislación. El consejo de Pablo era un desafío a las leyes y a los valores culturales dominantes, pues se dirigía especialmente a personas de los centros urbanos del imperio.
Pero Pablo no sólo afirma las ventajas del celibato. También defiende el matrimonio en contra de las tendencias ascéticas que lo negaban. El énfasis con que subraya la reciprocidad y la igualdad de las relaciones entre los sexos es notable y no encuentra parangón ni en la sociedad judía ni en la pagana de su tiempo (ver 1 Cor 7, 3-5. 10-11). En esto Pablo recoge fielmente la tradición de Jesús. Y, por cierto, nunca pone la unión matrimonial en función de la procreación.
Pablo hace aún más. Defiende la estabilidad del matrimonio incluso cuando uno de los cónyuges se hace cristiano y el otro no (1 Cor 7, 12-13), a pesar de que el judaísmo, en este caso, consideraba roto el vínculo.
2. En cuanto al problema del velo de las mujeres, ciertamente se trata de un texto enrevesado y ambiguo (1 Cor 11, 2-16), pero se encuentran en él aportes interesantes. El primer dato es la constatación del hecho de que algunas mujeres oraban y profetizaban en el culto como dirigentes (1 Cor 11, 5). El problema está en si deben hacerlo con la cabeza descubierta o no. Pues las mujeres corintias expresaban su conciencia de igualdad y libertad actuando públicamente sin velo. Así rompían la costumbre de entonces y con ello producían grave escándalo entre los cristianos no instruidos y entre los paganos. Ante esto Pablo quiere que se respeten las conciencias más débiles, como acababa de decir en la misma carta, en el capítulo 8, refiriéndose al hecho de que algunos cristianos comían carne sacrificada a los ídolos. El principio que da entonces, vale también para lo del velo: "Es cierto que somos libres, pero cuídense que esa misma libertad no haga caer a los débiles" (1 Cor 8,9).
En el caso del velo, comienza usando un argumento sacado de la cultura y la filosofía ambiental: la subordinación de la mujer al hombre; pero enseguida se corrige afirmando que "bien es verdad que en el Señor no se puede hablar del varón sin la mujer, ni de la mujer sin el varón. Pues si Dios ha formado del hombre a la mujer, el hombre nace de la mujer, y ambos vienen de Dios" (1Cor 11, 11-12). En toda esta sección de la carta (caps. 11-14) habla Pablo de la "edificación de la comunidad". En ella reconoce la igualdad de los dos sexos y admite las funciones dirigentes de las mujeres en las asambleas, pero les pide por prudencia que no hagan obstentación de su libertad con un comportamiento externo que planteaba graves problemas a la evangelización.
Las cartas paulinas posteriores a Pablo
El pensamiento de Pablo es desarrollado después de él en una línea en la que cada vez predomina más el punto de vista masculino machista.
En las cartas a los Colosenses y a los Efesios y en la 1» de Pedro encontramos los famosos "códigos domésticos" que, en sustancia, legitiman la estructura patriarcal de la familia y el puesto del padre como señor absoluto (Col 3,18 - 4,1; Ef 5,21 - 6,9; 1 Pe 2,18 - 3,7; 5,1-5). Y se exige la sumisión de la mujer a su marido (1 Pe 3,1; Tit 2,5).
Más tarde, en las cartas pastorales, el proceso de institucionalización está bastante avanzado y, lógicamente también, el de patriarcalización. Ahora la mujer debe oír en silencio; ya no puede enseñar (1 Tim 2,11-12),LO QUE SE OPONE A LA COSTUMBRE DE PABLO Y la justificación que da el autor es ciertamente DESPRECIATIVA(1 Tim 2, 13-14). El Pablo auténtico no veía nunca a la mujer ni como tentación para el hombre ni como responsable del primer pecado (Rom 5, 12-19). El autor de 1 Timoteo acaba restringiendo el papel de la mujer a la mera maternidad (1 Tim 2,15),COSA QUE PABLO EN 1 CORINTIOS NUNCA MENCIONA
En estas cartas deuteropaulinas la legitimación del orden patriarcal va acompañada de la aceptación del orden político del imperio (1 Tim 2,1-2; Tit 3,1). El modelo de la casa patriarcal sirve para configurar la vida y las relaciones internas de la comunidad cristiana. Por eso se pide que se elija como obispo a un padre de familia probado y de buena casa (1 Tim 3, 2-7; Tit 1, 7-9).
Al hablar del problema de las viudas (1 Tim 5, 2-16) se habla de ellas con cierta rudeza y se quiere reducir su número. A las jóvenes se les ordena casarse. Y sólo se puede aceptar oficialmente a las viudas después de haber cumplido sesenta años y haber dado muestras de vivir los valores de la sociedad patriarcal (1 Tim 5, 9-10).
En 1 Tim 2,12 el autor dice de forma contundente: "A la mujer no le consiento enseñar ni imponerse a los hombres; le corresponde estar quieta, porque Dios formó primero a Adán y luego a Eva. Además, a Adán no lo engañaron; fue la mujer quien se dejó engañar y cometió el pecado".ESTE TIPO DE ARGUMENTACION CONTRARIA A LA DE PABLO , se repetirá continuamente en ambientes eclesiásticos, incluso hasta nuestros días. Pero en aquel tiempo, hasta este texto tan duro tenía su explicación. El autor de tamaña prohibición se está refiriendo a un grupo de señoras ricas de ƒfeso, recién convertidas, que opinaban y discutían de todo, como si fueran grandes doctoras, con lo que creaban serios problemas en su comunidad. Por eso se les pide seriamente que sean más modestas y se pongan a aprender con humildad.
Como resumen, podemos decir que en las cartas posteriores a Pablo (ENTRE LAS QUE ESTAN LAS DE TIMOTEO)SUS AUTORES SE DEJARON INFLUENCIAR POR LA CULTURA DE SU TIEMPO Y ENSEÑARON COSAS CONTRARIAS A LAS QUE REALMENTE ENSEÑABA PABLO Nos encontramos constantemente con dos datos en tensión: el dato dignificante y liberador propio de Jesús y el dato discriminatorio de aquel ambiente cultural. Por un lado asumen la novedad introducida por Jesús en relación con la igualdad de la mujer; por otro, no consiguen hacer valer esa novedad en su cultura y sigue pensando en la sumisión de la mujer. Mantienen una ambigÜedad entre el elemento cultural y el que procede de Jesús.[/
PD: REFERENTE A LO QUE DICES(W1C2M) de que en la biblia no esta todo y hay algo que no debiera estar(como por ejemplo las cartas machistas y anti resurreccion del espiritu de timoteo) te digo que asi es....
resulta increible que en el canon biblico no esten las cartas HISTORICAS DE LOS MACABEOS...una verdadera fuente de riqueza historica y que sin embargo esten las cartas de timoteo,escritas tiempo despues de los escritos de Pablo y que contradicen a este
saludos
alicantino