Re: La Eucaristía romanista a la luz de las Escrituras
No entiendo dónde está tu objeción.
Todos estamos de acuerdo en que Jesús celebró una cena pascual (fuera o no el día de Pascua), y que hizo todas las bendiciones y acciones de gracias acostumbradas sobre los varios cálices, el pan y demás.
Lo que los evangelistas y Pablo nos transmiten sólo es lo que Jesús hizo nuevo, es decir, sus nuevas palabras sobre el pan y sobre el vino, que no eran una simple bendición ni acción de gracias.
1. Este pan es mi cuerpo (no dijo "parece" ni "es un símbolo", sino "es")
2. Este vino es mi sangre (no dijo "parece" ni "es un símbolo", sino "es")
3. Mi cuerpo es partido por vosotros (o por los muchos, o por todos)
4. Mi sangre es derramada por vosotros (o por los muchos, o por todos)
5. Esta es la nueva alianza.
6. Haced esto en memoria mía.
Supongo que en esto todo el mundo está de acuerdo, porque no puede haber discusión: es lo que contiene la Escritura, que el pan deja de ser pan y el vino deja de ser vino para pasar a ser el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Ahora bien, supongo que el desacuerdo viene en las siguientes afirmaciones sobre la Eucaristía:
- El sacrificio de la nueva Alianza fue su única y definitiva entrega en la Cruz y su posterior Resurrección, y para que pudiésemos participar de ella, quiso Jesucristo "quedarse" en el pan y el vino consagrados por el poder de su Palabra. Jesús insitituyó la Eucaristía para que pudiésemos estar en comunión plena con Él, ser uno con Él.
- La Antigua Alianza (instituida también por Dios y no por los hombres) consistía en sacrificios y ofrendas (el cordero pascual es lo más representativo) y su fruto era posibilitar que el creyente pudiera dirigirse a Dios, se trataba de purficar su indignidad, su pecado. Ahora, en la Nueva Alianza esto se ha hecho de una vez para siempre con el Nuevo Cordero Pascual que es Jesucristo. Hay continuidad en la Historia de la Salvación. Jesús no vino a borrar nada, sino a plenificar, porque todo el Antigo Testamento habla de los acontecimientos de su Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección.
- Así pues, el nuevo sacrificio es el de la cruz, pero éste sólo sucedió una vez y no podemos participar de él, no lo vemos, ni lo tocamos, no accedemos a Él, porque sucedió hace dos mil años. Entonces ¿cómo es posible entrar en comunión con Dios ahora? Por la EUCARISTÍA ("cada vez que comáis este pan y bebáis este vino..."), sólo por ella podemos acceder al mismo Jesucristo Glorioso, muerto y resucitado por todos. Sólo por la Eucaristía podemos participar de aquel aconteimiento pascual definitivo y, así, entrar en comunión con Dios.
- La Eucaristía sucede por el poder de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo. Desde el principio de la Iglesia, hay conciencia de que la Eucaristía sólo es posible repitiendo las mismas palabras de Cristo e invocando al Espíritu Santo. Es su Palabra y su Poder el que lo hace posible, no los hombres. La Eucaristía no es nuestra, sino de Dios.
- El pan y el vino se mastican, se digieren, y se evacuan. Pero no el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que es glorioso y que no se contiene ni en un pan ni en un vino. La presencia no es física, sino espiritual. Se "come" a Cristo Glorioso enterito, no un trozo de Jesús. Nada le pasa al Señor por estar en más cantidad de pan o en menos, nada le pasa porque se rompa, se caiga o sea el pan más grande o más pequeño. Es presencia absolutamente real, pero espiritual.
- Por tanto, lo que dice Pablo en 1ªCor 10 y 11 hay que entenderlo tal y como está escrito, porque no tiene otro sentido posible: al comer el pan y el vino de la Eucaristía indignamente, se es "reo de muerte" porque lo que se está comiendo es el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.
andres291(II) dijo:En la mente de un judio la noche que yeshua estuvo con sus discipulos celebró la fista de pascua dandole un nuevo sentido y cumplimiento en él, luego es sabido que nadie celebraba pascua sin hacer ritual de purificación por los pecados involuntaiors.
Por los pecados voluntarios no hay ofrenda,ni remisión de pecados.
Por lo tanto no es una amonestación,es una advertencia de que los que practican la cena del señor (pecando voluntariamente acarrean maldición y muerte).
Asi que el tema no es el pan,ni el vino por que ambos se van a la letrina.-
sino el ser PARTICIPE de un pacto si practicas las obras de la carne anulas el pacto.-
saludos y que pena que el magisterio no sepa estas cosas basicas.-
No entiendo dónde está tu objeción.
Todos estamos de acuerdo en que Jesús celebró una cena pascual (fuera o no el día de Pascua), y que hizo todas las bendiciones y acciones de gracias acostumbradas sobre los varios cálices, el pan y demás.
Lo que los evangelistas y Pablo nos transmiten sólo es lo que Jesús hizo nuevo, es decir, sus nuevas palabras sobre el pan y sobre el vino, que no eran una simple bendición ni acción de gracias.
1. Este pan es mi cuerpo (no dijo "parece" ni "es un símbolo", sino "es")
2. Este vino es mi sangre (no dijo "parece" ni "es un símbolo", sino "es")
3. Mi cuerpo es partido por vosotros (o por los muchos, o por todos)
4. Mi sangre es derramada por vosotros (o por los muchos, o por todos)
5. Esta es la nueva alianza.
6. Haced esto en memoria mía.
Supongo que en esto todo el mundo está de acuerdo, porque no puede haber discusión: es lo que contiene la Escritura, que el pan deja de ser pan y el vino deja de ser vino para pasar a ser el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Ahora bien, supongo que el desacuerdo viene en las siguientes afirmaciones sobre la Eucaristía:
- El sacrificio de la nueva Alianza fue su única y definitiva entrega en la Cruz y su posterior Resurrección, y para que pudiésemos participar de ella, quiso Jesucristo "quedarse" en el pan y el vino consagrados por el poder de su Palabra. Jesús insitituyó la Eucaristía para que pudiésemos estar en comunión plena con Él, ser uno con Él.
- La Antigua Alianza (instituida también por Dios y no por los hombres) consistía en sacrificios y ofrendas (el cordero pascual es lo más representativo) y su fruto era posibilitar que el creyente pudiera dirigirse a Dios, se trataba de purficar su indignidad, su pecado. Ahora, en la Nueva Alianza esto se ha hecho de una vez para siempre con el Nuevo Cordero Pascual que es Jesucristo. Hay continuidad en la Historia de la Salvación. Jesús no vino a borrar nada, sino a plenificar, porque todo el Antigo Testamento habla de los acontecimientos de su Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección.
- Así pues, el nuevo sacrificio es el de la cruz, pero éste sólo sucedió una vez y no podemos participar de él, no lo vemos, ni lo tocamos, no accedemos a Él, porque sucedió hace dos mil años. Entonces ¿cómo es posible entrar en comunión con Dios ahora? Por la EUCARISTÍA ("cada vez que comáis este pan y bebáis este vino..."), sólo por ella podemos acceder al mismo Jesucristo Glorioso, muerto y resucitado por todos. Sólo por la Eucaristía podemos participar de aquel aconteimiento pascual definitivo y, así, entrar en comunión con Dios.
- La Eucaristía sucede por el poder de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo. Desde el principio de la Iglesia, hay conciencia de que la Eucaristía sólo es posible repitiendo las mismas palabras de Cristo e invocando al Espíritu Santo. Es su Palabra y su Poder el que lo hace posible, no los hombres. La Eucaristía no es nuestra, sino de Dios.
- El pan y el vino se mastican, se digieren, y se evacuan. Pero no el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que es glorioso y que no se contiene ni en un pan ni en un vino. La presencia no es física, sino espiritual. Se "come" a Cristo Glorioso enterito, no un trozo de Jesús. Nada le pasa al Señor por estar en más cantidad de pan o en menos, nada le pasa porque se rompa, se caiga o sea el pan más grande o más pequeño. Es presencia absolutamente real, pero espiritual.
- Por tanto, lo que dice Pablo en 1ªCor 10 y 11 hay que entenderlo tal y como está escrito, porque no tiene otro sentido posible: al comer el pan y el vino de la Eucaristía indignamente, se es "reo de muerte" porque lo que se está comiendo es el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.