Re: DENME UNA EXPLICACION DE LOS APOCRIFOS
Los libros apócrifos no son exclusivos del Nuevo Testamento. Y no estoy hablando de los deuterocanónicos. Entre los escritos que pretendieron entrar alguna vez al canon del Antiguo Testamento existen algunos como el Apocalipsis de Esdras, El Libro de Enoc, Testamento de Adán, Libro de la Resurrección de Moisés, etc. Los Judíos ya desde la época de David los consideraron fábulas, por lo que jamás los tomaron como Palabra de Dios, pero en algunos casos encontraron datos históricos o disciplinas espiritualistas que les parecieron interesantes, por lo que los reservaron solo para la lectura de los mas instuidos en la verdad de Dios, con tal de que no fueran confundidos. De ahí viene su nombre de apócrifos.
Genéricamente los evangélico-protestantes han (hemos) llamado a los deuterocanónicos "apócrifos", pero es un error o mas bien, una mala costumbre. Los deuterocanónicos fueron libros que no se incluyeron originalmente en el canon hebreo, sino hasta una segunda revisión, y eso solo como libros de gran sabiduría pero no inspirados. Entre estos está el Libro de Judit, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico, 1o y 2o Macabeos, Tobias y adiciones al libro de Daniel, entre otros. Los judíos no los aceptaron unánimemente porque encontraban errores históricos fuertes (como el hablar, al inicio del libro de Judit de reyes que no gobernaron ni en el lugar ni en la época que el libro decía) o por su caracter moral (por ejemplo el libro de Judit habla que ella sedujo al general holofernes para matarlo cuando él reposaba el post-coitus y así ayudar a Israel) o bien eran meras historias fabulescas (como la de Daniel y Bel el Dragón). Biblistas católicos como el mismo San Jerónimo los rechazaron como inspirados, y los traductores de la Reforma Protestante decidieron mantenerlos en la Biblia, pero en una sección intermedia entre el Antiguo y Nuevo Testamentos.
Los deuterocanónicos (del segundo canon) no son los libros apócrifos.
En el Nuevo Testamento, existen numerosos libros que tradicionalmente tienen el nombre de algunos apóstoles de Jesús, pero no existe evidencia alguna de que realmente hayan sido Pedro, Tomás o Felipe quienes los hayan escrito. Los ilusionistas de la nueva literatura pseudo-religiosa dicen que su rechazo se debe a que su lectura haría temblar los cimientos del cristianismo, lo cual es una completa tontería. En algunos de estos libros, se habla de Jesús como el niño que mata a sus compañeros de la escuela porque le dieron un empujón durante el recreo, mientras él hacía palomitas de barro y las echaba a volar, o bien que se trenzaba en inútiles disertaciones acerca de las letras del alefato. No tiene nada que ver con machismo, o con el papel de la mujer. En la época en que surgieron los escritos bíblicos, muchos quisieron tomar parte de la oportunidad de fama, poder y dinero que el cristianismo dejaba ver, y tal como Filón, quisieron utilizarlo a través de la producción de textos vacíos copiados del gnosticismo y de las fábulas grecoromanas.
Cierto es que hay muchos libros mencionados en la Biblia de los cuales no hay huellas, y que algunos autores como Pablo de Tarso ocupan citas bibliográficas de libros apócrifos (como la Resurrección de Moisés en la carta a Tito, o el Libro de Enoc en la carta a Judas) o bien dichos populares griegos o mismas piezas teatrales como la de Tais, de Epiménides. Pero eso no tiene mayor novedad, el haber seleccionado un texto no implica que deje de ser Palabra de Dios ni hace que los libros citados se conviertan en canónicos. Aún las palabras "No tenemos mas rey que el César" están en la Palabra de Dios sin que hayan sido palabras de Dios.
Ahora cualquiera que sepa escribir una simplona novela o que tenga acceso a internet o a algún manuscrito antiguo puede sacar alguna obra que lo lance a la fama diciendo que acaba de encontrar nuevas evidencias de que el cristianismo ha escondido cosas para adueñarse del mundo. Hace años circuló el Evangelio de Judas, como un intento de respaldar la homosexualidad religiosa, la relatividad espiritual y demeritar la persona de Jesús, poniendo a Judas como el verdadero redentor ante un Cristo indeciso y temeroso (tal como en Jesuschrist Superstar). Pero en general, cualquiera que tenga un conocimiento mínimo real acerca de los libros antiguos y la historia del canon bíblico no se deja influenciar porque alguien mencione supuestas verdades reveladas por los Manuscritos del Qumrán o del Nag Hammadi. Todos esos rollos antiguos no hacen mas que reforzar la verdad que los libros canónicos del Nuevo Testamento enseñan.
Ahora, los apócrifos no están escondidos literalmente. En México, la Colección Sepan Cuantos tiene su propia edición de los Evangelios Apócrifos, y casi en cualquier librería se consiguen copias del Libro de Enoc. Cualquier libro que hable sobre el cánon bíblico describirá mejor que yo todos estos puntos al detalle, sin hacer como que no existe nada, sin pretender ocultar blasfemas publicaciones llenas de maleficios. Pero basta leer una novelita barata engañabobos para creer firmemente que están ocultos en cuevas secretas, resguardadas por dragones y malévolos inquisidores. Es parte del folckore de estos tiempos.
Saludos a todos.