Re: El cerdo y los camarones.
Hola a todos.
PARA EL "CARRER-ITA":
-Es verdad, reconozco mi equivocación, soy un pésimo exégeta; entonces, solo quiero que me ayudes a mejorar. Por lo tanto, te presento este tímido análisis que realicé sobre el tema, para que le hagas las correcciones de lugar. Estoy seguro que con tu conocida sapiencia, todos los baches bíblicos serán cubiertos.
ANIMALES “LIMPIOS Y NO LIMPIOS”; DESDE EL EDÉN HASTA LEVÍTICO 11:
1) En Génesis 1:29-30, Dios establece un “régimen alimenticio vegetariano”, tanto para el hombre, como para “todo lo que vivía y se movía”, el cual era apropiado para un mundo “sin pecado y sin muerte”. Ya que de otra forma no podría ser.
Al hombre se le dijo que comería: “Toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla”; mientras que a todos los animales se les estableció comer de “toda planta verde”.
Este fue: “El primer régimen alimenticio establecido por Dios”, en este mundo.
2) En el Edén, no había división entre “animales limpios y no limpios”, ya que “todo lo creado por Dios era bueno”; y además, el régimen alimenticio era común para todos los animales: “Toda planta verde”.
3) Hasta el Edén, la evidencia bíblica apunta en el sentido, de que “ningún animal fue creado como alimento por Dios”; originalmente.
Por lo tanto, para encontrar división entre animales “limpios y no limpios”, hay que remitirse a algún momento más adelante, “después del pecado”, cuando Dios permitió el consumo de carne, y consideró necesario establecer una norma para su consumo.
4) La creación perfecta de Dios, no pudo haberse degradado de inmediato; eso es inconcebible. Y parece ser, que Génesis 6:11-13, de alguna manera marca la culminación de ese proceso:
“La tierra se corrompió delante de Dios, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. 13 Dijo, pues, Dios a Noé: “He decidido el fin de todo ser”.
5) Según Génesis 6:19-20, la decisión original de Dios era que Noé metiera en el arca, solamente dos ejemplares de cada especie; sin atender a otro tipo de división, tal como “limpio o no limpio”.
Por lo tanto, hasta ese momento, nada indica que existiera la división entre “animales limpios y no limpios”: “Haz que entre en el arca una pareja de todos los seres vivientes….Contigo entrará también una pareja de cada especie de aves, de ganado y de reptiles”.
5) Luego, cuando Dios manda que Noé y su familia entren en el arca, es que se le ordena escoger entre “animales limpios y no limpios”, según Génesis 7:2-3; lo que ciertamente indica, que ya en ese momento había cierta división.
Aunque de todos modos, el relato es impreciso, ya que en el arca debían entrar: “Siete parejas de los “animales limpios”, y “dos parejas de los animales no limpios”.
Sin embargo, vemos que de “todas las aves de los cielos”, debían tomarse “siete parejas”; sin atender a clasificación de “limpias y no limpias”; luego, ¿Porqué no se marcó diferencia alguna entre “aves limpias y no limpias”?; ¿Eran todas las aves “limpias”, entonces?.
Además, acerca de las especies acuáticas no se indica nada, hasta ese momento, sobre división entre “limpias y no limpias”.
6) Hasta el diluvio, se mantenía la orden divina registrada en Génesis 1:29, sobre el “vegetarianismo” del hombre, porque en relación con los preparativos de Noé, Génesis 6:21 dice: “Toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos”. (Aquí “ellos”, se refiere a los animales del arca).
7) Si hasta el diluvio, todavía regía el “vegetarianismo”, como régimen alimenticio aprobado por Dios; entonces, eso convertiría en innecesario, el establecimiento por parte del Señor, de una norma alimenticia sobre “animales limpios y no limpios”. ¿Para qué serviría dicha norma, si todavía no se había contemplado ni permitido, la posibilidad de que el hombre se alimentara de carne?. O sea, podían existir animales “limpios y no limpios”; pero resulta contraproducente, que se estableciera una norma para su consumo, cuando todavía la divinidad no había permitido el consumo de carne.
También, es “después del diluvio”, que se establece la regla sobre el “no-consumo de sangre”, porque “hasta el diluvio” dicha regla no había sido necesaria, ya que el régimen alimenticio aprobado por Dios era el vegetariano; lo cual confirma la inexistencia hasta ese momento, de alguna norma alimenticia sobre “animales limpios y no limpios”.
8) Después del diluvio, en Génesis 9:1-5, leemos:
”1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, 2 Infundiréis temor y miedo a todo animal sobre la tierra, a toda ave de los cielos, a todo lo que se mueva sobre la tierra y a todos los peces del mar; en vuestras manos son entregados. 3 Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento, lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo. 4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis, 5 porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de manos de todo animal la demandaré, y de manos del hombre. A cada hombre demandaré la vida de su prójimo”.
Y de este pasaje, se desprende lo siguiente:
-En cuanto a la frase del versículo 3: “Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento”; dicha frase tiene que referirse, a lo que en forma similar señala el verso 2: “….todo animal sobre la tierra, a toda ave de los cielos, a todo lo que se mueva sobre la tierra y a todos los peces del mar…”.
Es decir que, “todo lo que se mueve y vive” del verso 2, es exactamente lo mismo que se detalla en el versículo1, lo cual obviamente no incluye al hombre. Además, dicha frase no puede ser extensiva al ser humano; porque es al hombre a quien se le dan esas instrucciones, lo cual automáticamente lo excluye; el propio contexto marca lo siguiente: "5 porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas….y de manos del hombre. A cada hombre demandaré la vida de su prójimo”.
Con lo cual queda claro, que en ningún caso, el hombre estaba incluido en el asunto; pero, en cuanto a los animales, la orden divina para el hombre sí expresaba claramente: “Todo lo que se mueve y vive os será para mantenimiento”; y eso se completó con la frase: “Lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo. Pero carne con su vida…no comeréis”.
-Así quedó conformado “El segundo régimen alimenticio establecido por Dios”, en este mundo: “Todo lo que se mueve y vive….Lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo”.
Y aquí parece lógico, que ante la devastación producida por el diluvio, Dios levantara temporalmente cualquier tipo de restricción alimenticia, permitiendo el consumo de “toda clase de carne”; con una sola condición: “Pero carne con su vida…..no comeréis”.
Después de todo, ¿Qué había disponible para que el hombre comiera, durante un buen tiempo?. Resulta claro, que esa fue una medida razonable y práctica, aunque temporal.
-Por lo tanto, hasta aquí todo indica que tenemos que ir más adelante, para encontrar un régimen alimenticio nuevo para el hombre, dispuesto por Dios; y este se encuentra en Levítico 11.
Pero, hasta ese momento, la conclusión obligatoria es que previamente nunca existió ninguna norma alimenticia, sobre el consumo de animales “limpios y no limpios”. Lo cual, sí se estableció claramente en Levítico 11, donde se introdujo el término “inmundo”, para los animales “no limpios”; y la marcada diferencia entre ambas expresiones, apunta a la intención de introducir un elemento “ceremonial” o “legal”, en el asunto; independientemente de las consideraciones de salud.
Algo similar ocurrió a partir de Levítico, con los enfermos de lepra; los cuales siguieron siendo enfermos igual que antes, pero fueron “legalmente” declarados “inmundos”, luego de Levítico.
Y esto significaría, que antes de Levítico 11, los animales “no limpios” podían ser considerados como tales, y no convenientes para la salud; pero solo a partir de Levítico 11, es que podían catalogarse “legalmente” como “inmundos”.
De todas formas, resulta claro que es en Levítico 11, cuando Dios da por terminada la disposición temporal registrada en Génesis 9:3: “Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento”; la cual en lo adelante fue sustituida por “los animales que se pueden comer”, y “los animales que no se pueden comer”; y a estos últimos, se les denominó “legalmente” como “inmundos”, a partir de ese momento; tal como lo establecía la ley dada al pueblo de Israel.
Entonces, estimados hermanos, en esta primera parte de mi análisis sobre el tema, la conclusión fundamental resulta ser que es a partir de Levítico 11, con la entrada en vigencia de la ley judaica, que se marca una división clara y específica entre animales “limpios e inmundos”; y se establece una norma alimenticia al respecto.
Y en dicha ley, quedó consignado así: “El tercer régimen alimenticio establecido por Dios”.
Espero tu necesaria e imprescindible colaboración, "carrer-ita".......
Dios les bendiga. Saludos.
Billy Vicente