Que no hombre que no seas porfiado, una cosa es la descendencia de Adán caído, ese patrón no es el que usa el Espíritu Santo para mostrarnos la Eternidad del Hijo, lee:
Heb 5:8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
Heb 5:9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
Heb 5:10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
El orden de Melquisedec no tiene principio ni fin.
Esto explica por qué el profeta Isaías lo identifica con el Padre Eterno y Dios fuerte (Is.9:6).
El escenario donde se ubica al Padre es la Eternidad, y allí no existe ni tiempo, ni espacio, y ya estaba el Hijo presente.
¡Cálatela!