El Espíritu Santo
El Espíritu Santo
Armando Hoyos dijo:
El Espiritu Santo, que o quien es? Si desis: es Dios, decid donde esta escrito, se decis otra cosa lo mismo. Gracias.
Creo que lo mejor es que cada uno saque sus propias conclusiones:
1. Mt 1,18
El nacimiento de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba comprometida para casarse con José; pero antes de vivir juntos se encontró encinta por el poder del Espíritu Santo.
2. Mt 1,20
Ya había pensado hacerlo así, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, descendiente de David, no tengas miedo de tomar a María por esposa, porque el hijo que espera es obra del Espíritu Santo.
3. Mt 3,11
Yo, ciertamente, os bautizo con agua para invitaros a que os convirtáis a Dios; pero el que viene después de mí os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco llevarle las sandalias.
4. Mt 12,31
“Por eso os digo que Dios perdonará a los hombres todos los pecados y todo lo malo que digan, pero no les perdonará que con sus palabras ofendan al Espíritu Santo.
5. Mt 12,32
Dios perdonará incluso a aquel que diga algo contra el Hijo del hombre; pero a quien hable contra el Espíritu Santo no le perdonará ni en este mundo ni en el venidero.
6. Mc 1,8
Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo.”
7. Mc 3,29
pero el que ofenda con sus palabras al Espíritu Santo no tendrá perdón, sino que será culpable para siempre.”
8. Mc 12,36
David mismo, inspirado por el Espíritu Santo, dijo: ‘El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que yo ponga a tus enemigos debajo de tus pies.’
9. Mc 13,11
Y no os preocupéis por lo que hayáis de decir cuando os lleven ante las autoridades. En aquellos momentos decid lo que Dios os dé a decir, porque no seréis vosotros quienes habléis, sino el Espíritu Santo.
10. Lc 1,35
El ángel le contestó: –El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.
11. Lc 1,41
Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura se movió en su vientre, y ella quedó llena del Espíritu Santo.
12. Lc 1,67
Zacarías, el padre del niño, lleno del Espíritu Santo y hablando en profecía, dijo:
13. Lc 2,25
En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo, que adoraba a Dios y esperaba la restauración de Israel. El Espíritu Santo estaba con él
14. Lc 2,27
Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús entraban para cumplir con lo dispuesto por la ley,
15. Lc 3,16
Pero Juan les dijo a todos: “Yo, ciertamente, os bautizo con agua; pero viene uno que os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él es más poderoso que yo, que ni siquiera merezco desatar la correa de sus sandalias.
16. Lc 3,22
y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma visible, como una paloma, y se oyó una voz del cielo, que decía: “Tú eres mi Hijo amado, a quien he elegido.”
17. Lc 4,1
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto.
18. Lc 4,14
Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo, y su fama se extendía por toda la tierra de alrededor.
19. Lc 10,21
En aquel momento, Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.
20. Lc 11,13
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!"
21. Lc 12,10
“Dios perdonará incluso a aquel que diga algo contra el Hijo del hombre, pero no perdonará al que con sus palabras ofenda al Espíritu Santo.
22. Lc 12,12
porque en el momento en que hayáis de hablar, el Espíritu Santo os enseñará lo que habéis de decir.”
23. Jn 1,32
Juan también declaró: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma, y reposar sobre él.
24. Jn 1,33
Yo aún no sabía quién era él, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja y reposa, es el que bautiza con Espíritu Santo.’
25. Jn 14,26
pero el Espíritu Santo, el defensor que el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho.
26. Hch 1,2
y hasta el día en que subió al cielo. Antes de irse escogió a sus apóstoles, y por medio del Espíritu Santo les dio instrucciones sobre lo que debían hacer.
27. Hch 1,5
Es cierto que Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.
28. Hch 1,8
pero cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, recibiréis poder y saldréis a dar testimonio de mí en Jerusalén, en toda la región de Judea, en Samaria y hasta en las partes más lejanas de la tierra.
29. Hch 1,16
–Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por medio de David, había dicho en la Escritura acerca de Judas, el que sirvió de guía a los que apresaron a Jesús.
30. Hch 2,4
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas según el Espíritu les daba que hablasen.
31. Hch 2,33
Enaltecido y puesto por Dios a su mano derecha, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, el cual, a su vez, él repartió. Eso es lo que estáis viendo y oyendo.
32. Hch 2,38
Pedro les contestó: –Volveos a Dios y bautizaos cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios os perdone vuestros pecados y recibáis el don del Espíritu Santo.
33. Hch 4,8
Pedro, lleno del Espíritu Santo, les contestó: –Jefes del pueblo y ancianos:
34. Hch 4,25
dijiste por medio del Espíritu Santo y por boca de tu siervo David: ‘¿Por qué se alborotan las naciones? ¿Por qué los pueblos hacen planes sin sentido?
35. Hch 5,3
Pedro le dijo: –Ananías, ¿cómo dejaste que Satanás entrase en tu corazón para que te hiciera mentir al Espíritu Santo quedándote con parte del dinero que te pagaron por el terreno?
36. Hch 5,32
De esto somos testigos nosotros, y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a quienes le obedecen.
37. Hch 6,3
Por eso, hermanos, buscad entre vosotros siete hombres de confianza, entendidos y llenos del Espíritu Santo, para que les encarguemos estos trabajos.
38. Hch 6,5
Todos estuvieron de acuerdo, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, uno de Antioquía que antes se había convertido al judaísmo.
39. Hch 6,10
pero no podían hacerle frente, porque hablaba con la sabiduría que le daba el Espíritu Santo.
40. Hch 7,51
“Pero vosotros –siguió diciendo Esteban– siempre habéis sido tercos, y tenéis oídos y corazón paganos. Siempre estáis en contra del Espíritu Santo. Sois igual que vuestros antepasados.
41. Hch 7,55
Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.
42. Hch 8,15
Al llegar oraron por los creyentes de Samaria, para que recibiesen el Espíritu Santo.
43. Hch 8,16
Porque todavía no había venido el Espíritu Santo sobre ninguno de ellos; solamente se habían bautizado en el nombre del Señor Jesús.
44. Hch 8,17
Pedro y Juan les impusieron entonces las manos, y recibieron el Espíritu Santo.
45. Hch 8,18
Simón, al ver que el Espíritu Santo venía cuando los apóstoles imponían las manos a la gente, les ofreció dinero
46. Hch 8,19
y les dijo: –Dadme también a mí ese poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba igualmente el Espíritu Santo.
47. Hch 9,17
Ananías fue a la casa donde estaba Saulo. Entró, puso sus manos sobre él y le dijo: –Hermano Saulo, el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, me ha mandado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.
48. Hch 9,31
Entonces la iglesia, en todas las regiones de Judea, Galilea y Samaria, tenía paz y crecía espiritualmente. Vivía en el temor del Señor, y con la ayuda del Espíritu Santo iba aumentando en número.
49. Hch 10,19
Y mientras Pedro seguía pensando en la visión, el Espíritu Santo le dijo: “Mira, tres hombres te buscan.
50. Hch 10,38
Sabéis que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y que este anduvo haciendo el bien y sanando a cuantos sufrían bajo el poder del diablo, porque Dios estaba con él.
51. Hch 10,44
Aún estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los que escuchaban el mensaje.
52. Hch 10,45
Y los creyentes procedentes del judaísmo que habían llegado con Pedro, se quedaron admirados de que el Espíritu Santo fuera dado también a los que no eran judíos,
53. Hch 10,47
Entonces Pedro dijo: –¿Acaso puede impedirse que sean bautizadas estas personas que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?
54. Hch 11,15
Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo vino sobre ellos, de igual manera que al principio había venido sobre nosotros.
55. Hch 11,16
Entonces me acordé de lo que había dicho el Señor: 'Es cierto que Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.'
56. Hch 11,24
Porque Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y así mucha gente se unió al Señor.
57. Hch 13,2
Un día, mientras celebraban el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: “Separadme a Bernabé y a Saulo para la tarea a la que los he llamado.”
58. Hch 13,4
Bernabé y Saulo, enviados por el Espíritu Santo, se dirigieron a Seleucia, donde embarcaron rumbo a la isla de Chipre.
59. Hch 13,9
Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno del Espíritu Santo, lo miró fijamente
60. Hch 13,52
mientras los creyentes se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.
61. Hch 15,8
Y Dios, que conoce los corazones, mostró que los aceptaba, pues les dio el Espíritu Santo a ellos lo mismo que a nosotros.
62. Hch 15,28
Pues ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros no imponeros más cargas que estas indispensables:
63. Hch 16,6
Como el Espíritu Santo no les permitió anunciar el mensaje en la provincia de Asia, atravesaron la región de Frigia y Galacia,
64. Hch 19,2
a quienes preguntó: –¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando os hicisteis creyentes? Ellos contestaron: –Ni siquiera habíamos oído hablar del Espíritu Santo.
65. Hch 19,6
y cuando Pablo les impuso las manos vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en otras lenguas y comunicaban mensajes proféticos.
66. Hch 20,23
Lo único que sé es que, en todas las ciudades a donde voy, el Espíritu Santo me dice que me esperan la cárcel y muchos sufrimientos.
67. Hch 20,28
Por lo tanto, estad atentos y cuidad de toda la congregación sobre la que el Espíritu Santo os ha puesto como obispos para que cuidéis de la iglesia de Dios, la cual compró él con su propia sangre.
68. Hch 21,11
Este vino a vernos, tomó el cinturón de Pablo, se ató con él las manos y los pies y dijo: –El Espíritu Santo dice que en Jerusalén los judíos atarán así al dueño de este cinturón, y le entregarán en manos de los extranjeros.
69. Hch 28,25
Y como no se ponían de acuerdo entre sí, comenzaron a marcharse. Pablo les dijo: –Bien les habló el Espíritu Santo a vuestros antepasados por medio del profeta Isaías,
70. Ro 5,5
Una esperanza que no defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado.
71. Ro 8,27
Y Dios, que examina los corazones, sabe qué quiere decir el Espíritu, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios por los del pueblo santo.
72. Ro 9,1
Como creyente que soy en Cristo, digo la verdad, no miento. Además, mi conciencia, guiada por el Espíritu Santo, me asegura que esto es verdad:
73. Ro 14,17
Porque el reino de Dios no consiste en comer o beber ciertas cosas, sino en vivir en justicia, paz y alegría por medio del Espíritu Santo.
74. Ro 15,13
Que Dios, que da esperanza, os llene de alegría y paz a vosotros que tenéis fe en él, y os dé abundante esperanza por el poder del Espíritu Santo.
75. Ro 15,16
de servir a Cristo Jesús para bien de los que no son judíos. El servicio sacerdotal que presto consiste en anunciar el evangelio de Dios, con el fin de presentar ante él a los no judíos, como ofrenda que le sea grata, consagrada por el Espíritu Santo.
76. 1 Co 6,19
¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios os ha dado, y que el Espíritu Santo vive en vosotros? No sois vosotros vuestros propios dueños,
77. 1 Co 12,3
Por eso quiero ahora que sepáis que nadie puede decir: “¡Maldito sea Jesús!”, si está hablando por el poder del Espíritu de Dios. Como tampoco puede decir nadie: “¡Jesús es Señor!”, si no está hablando por el poder del Espíritu Santo.
78. 2 Co 1,22
Nos ha marcado con su sellos y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir.
79. 2 Co 5,5
Dios nos ha preparado para esto y nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de lo que hemos de recibir.
80. 2 Co 6,6
También lo demostramos por la pureza de nuestra vida, por nuestro conocimiento de la verdad, por nuestra tolerancia y bondad, por la presencia del Espíritu Santo en nosotros, por nuestro amor sincero,
81. Ef 1,13
Y también vosotros, cuando oísteis el mensaje de la verdad, la buena noticia de vuestra salvación, y creísteis en Cristo, fuisteis unidos a él y sellados como propiedad de Dios por medio del Espíritu Santo que él había prometido.
82. Ef 1,14
El Espíritu Santo es la garantía de que recibiremos la herencia que Dios nos ha de dar cuando haya completado nuestra redención, para que él sea alabado por su grandeza.
83. Ef 4,3
Procurad manteneros siempre unidos, con la ayuda del Espíritu Santo y por medio de la paz que ya os une.
84. Ef 4,30
No hagáis entristecer al Espíritu Santo de Dios, con el que habéis sido sellados para distinguiros como propiedad de Dios el día de vuestra liberación definitiva.
85. Ef 5,18
No os emborrachéis, pues eso lleva al desenfreno; al contrario, llenaos del Espíritu Santo.
86. Ef 6,17
que la salvación sea el casco que proteja vuestra cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que os da el Espíritu Santo.
87. Ef 6,18
No dejéis de orar: rogad y pedid a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Permaneced alerta, sin desanimaros, y orad por todo el pueblo santo.
88. 1 Ts 1,5
Pues cuando os anunciamos el evangelio no fue solamente con palabras, sino también con manifestaciones de poder y del Espíritu Santo, y plenamente convencidos de nuestro mensaje. ¡Bien sabéis cómo nos portamos entre vosotros, buscando vuestro bien!
89. 1 Ts 1,6
Por vuestra parte, seguisteis nuestro ejemplo y el ejemplo del Señor, y recibisteis el mensaje con la alegría que el Espíritu Santo os daba, aunque os costó mucho sufrimiento.
90. 1 Ts 4,8
Así pues, el que desprecia estas enseñanzas no desprecia a ningún hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.
91. 2 Ti 1,14
Con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida de la buena doctrina que Dios te ha confiado.
92. Tit 3,5
y nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho nada bueno, sino porque tuvo compasión de nosotros. Por medio del lavamiento nos ha hecho nacer de nuevo; por medio del Espíritu Santo nos ha dado nueva vida,
93. Tit 3,6
y por medio de nuestro Salvador Jesucristo nos ha dado el Espíritu Santo en abundancia,
94. Heb 2,4
Además Dios la ha confirmado con señales, maravillas y muchos milagros, y con el don del Espíritu Santo repartido de diferentes maneras conforme a su voluntad.
95. Heb 3,7
Por eso, como dice el Espíritu Santo en la Escritura: “Si hoy escucháis lo que Dios dice,
96. Heb 6,4
Porque a los que una vez recibieron la luz, y saborearon el don de Dios, y tuvieron parte en el Espíritu Santo
97. Heb 9,8
Con esto, el Espíritu Santo nos da a entender que, mientras la primera parte de la tienda seguía sirviendo para el culto, el camino al santuario todavía no estaba abierto.
98. Heb 10,15
El mismo Espíritu Santo nos lo confirma, al decir:
99. 1 P 1,12
Y Dios les hizo saber que lo que anunciaban no era para bien de ellos mismos, sino para vuestro bien. Ahora pues, esto os ha sido anunciado por los mismos que os predicaron el evangelio con el poder del Espíritu Santo enviado del cielo. ¡Estas son cosas que los propios ángeles quisieran contemplar!
100. 2 P 1,21
porque los profetas nunca hablaron por su propia voluntad. Al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, movidos por el Espíritu Santo.
101. 1 Jn 2,20
Cristo, el Santo, os ha consagrado con el Espíritu, y todos tenéis conocimiento.
102. Jud 1,20
Pero vosotros, queridos hermanos, manteneos firmes en vuestra santísima fe. Orad guiados por el Espíritu Santo.
103. Ap 22,17
El Espíritu Santo y la esposa del Cordero dicen: “¡Ven!” Y el que escuche, diga: “¡Ven!” Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome gratis del agua de la vida.
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