Mírame a los ojos

¿El dinero engrandece?

Claro, empodera y glorifica al hombre por encima de la pobreza reinante.

Jesús no cayó en esa trampa ofrecida en el desierto por el padre del argentino Bergoglio.
 
¿El dinero engrandece?

Claro, empodera y glorifica al hombre por encima de la pobreza reinante.

Jesús no cayó en esa trampa ofrecida en el desierto por el padre del argentino Bergoglio.
 
Nuestro amado Señor y Salvador enseñó el capitalismo mediante la parabola de los talentos.
Sin embargo, siendo
rico se hizo pobre para que en nuestra debilidad fuésemos enriquecidos por su Espiritu.

"Todo esto te daré si postrado me adorares"

Le dijo el diablo al Señor.

Su propósito es sembrar la gloria de este mundo en el corazón del creyente.

En esa trampa cayó el rey Nabucodonosor, leemos:

Dn 4:30: "habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?"

Lo pusieron a comer yerba como una bestia del campo hasta que reconociera que Cristo tiene el dominio en el reino de los hombres.

Abraham fue un hombre muy rico pero no se enalteció como Nabucodonosor.

¿Para qué quiere el que recibe una ayuda que uno lo mire a los ojos?

¿Para que recuerde que fue la criatura y no Cristo, el Creador, quien le dio la ayuda?

El ejemplo de Nabucodonosor y la enseñanza de Cristo es suficiente.

Las inescrutables riquezas de Cristo resplandecen con gloria eterna, muy por encima, es decir, no hay comparación con la efímera vanagloria de este mundo que el argentino Bergoglio jamás pudo discernir.

Para este miserable mortal la Cruz fue un fracaso para Jesús.

No dudamos que cuando usted abandone el cuerpo, se reunirá con el para siempre.

No corra ese riesgo innecesario, venga al Cristo de las Escrituras para que sea salvo, usted, su esposa y sus hijos.
 
Nuestro amado Señor y Salvador enseñó el capitalismo mediante la parabola de los talentos.
Sin embargo, siendo
rico se hizo pobre para que en nuestra debilidad fuésemos enriquecidos por su Espiritu.

"Todo esto te daré si postrado me adorares"

Le dijo el diablo al Señor.

Su propósito es sembrar la gloria de este mundo en el corazón del creyente.

En esa trampa cayó el rey Nabucodonosor, leemos:

Dn 4:30: "habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?"

Lo pusieron a comer yerba como una bestia del campo hasta que reconociera que Cristo tiene el dominio en el reino de los hombres.

Abraham fue un hombre muy rico pero no se enalteció como Nabucodonosor.

¿Para qué quiere el que recibe una ayuda que uno lo mire a los ojos?

¿Para que recuerde que fue la criatura y no Cristo, el Creador, quien le dio la ayuda?

El ejemplo de Nabucodonosor y la enseñanza de Cristo es suficiente.

Las inescrutables riquezas de Cristo resplandecen con gloria eterna, muy por encima, es decir, no hay comparación con la efímera vanagloria de este mundo que el argentino Bergoglio jamás pudo discernir.

Para este miserable mortal la Cruz fue un fracaso para Jesús.

No dudamos que cuando usted abandone el cuerpo, se reunirá con el para siempre.

No corra ese riesgo innecesario, venga al Cristo de las Escrituras para que sea salvo, usted, su esposa y sus hijos.
Si es DIOS quien quita y reyes y cambia los tiempos y las edades según Daniel:

¿Crees que el diablo ofreció los reinos del mundo con real autoridad? ¿O le mintió?

satanás puede mover fichas, pero no dominar al mundo. Al final la partida de ajedrez la ganan siempre las fichas blancas.
 
Nuestro amado Señor y Salvador enseñó el capitalismo mediante la parabola de los talentos.
Me temo que no tiene que ver con el capitalismo, por mucho que se hable de intereses, bancos y demás.

Dios es Espíritu, y Dios dona por tanto no bienes materiales, sino espirituales. Son talentos espirituales para concebir en el mundo material riqueza espiritual, y eso es lo que reclamará el Señor cuando rindamos cuentas, a los que tienen, más se les dará, pero a los que no tienen, incluso lo que no tienen les será quitado.

Creo que así se entiende un poco mejor.
 
Me temo que no tiene que ver con el capitalismo, por mucho que se hable de intereses, bancos y demás.

Dios es Espíritu, y Dios dona por tanto no bienes materiales, sino espirituales. Son talentos espirituales para concebir en el mundo material riqueza espiritual, y eso es lo que reclamará el Señor cuando rindamos cuentas, a los que tienen, más se les dará, pero a los que no tienen, incluso lo que no tienen les será quitado.

Creo que así se entiende un poco mejor.
Pero si de meritocracia, y eso no tiene nada que ver con socialismo.

Además Jesús no compararía al Padre con un adultero, con un ladrón, con un brujo, ni con un borracho, lo comparó con algo que consideraba digno: Un patrono severo.
 
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