Las llaves de la muerte y del Hades no fue hasta que Jesús vence la muerte, las llaves y toda potestad le fueron dadas tanto en el cielo como en la tierra, pero después de de que resucitó, Mt. 28:18.
Discernir cuando el contexto habla del Hijo Eterno encarnado, es elemental, de lo contrario la sospecha sobre su Eternidad, pasa del ámbito de poseerla por su filiación con el Padre Eterno, al campo de la temporalidad, como si la hubiese adquirido, o se le hubiese concedido, en tal caso, surge "el cristo criatura", propio de personas no salvas, pero fieles a grupos heréticos, cuya afrenta al Espíritu de Gracia los transforma en reos al infierno, como está escrito:
Heb 10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
Es que tal abominación de un "cristo criatura" no se paga con mil eternidades en el lago que arde con fuego y azufre.
Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso para que seamos justificados en nuestras palabras y lograr la victoria cuando fuéremos juzgados, por Aquel delante del cual se doblará toda rodilla, no solamente de los habitantes del cielo, sino también de la tierra y debajo de la tierra.
Selah.