«Cuando el Cordero rompió el tercer sello,
oí que decía el tercero de los seres vivientes:
«¡Acércate!»
Luego vi un caballo negro.
El que lo montaba llevaba
una balanza en la mano.
Y de en medio de los cuatro seres vivientes
oí una voz que decía:
«El salario de todo un día de trabajo
solo alcanzará para comprar un kilo de trigo
o tres kilos de cebada.
¡Pero no subas el precio
del aceite ni del vino!»»
Apocalipsis 6:5-6 TLA
«Tirarán a la calle
su oro y su plata,
como si fueran basura.
Ese día descargaré mi ira,
y nada podrá salvarlos,
ni siquiera su oro y su plata,
pues fueron la causa
de sus pecados.
Todas esas riquezas
no podrán quitarles el hambre
ni llenarles el estómago.»
Ezequiel 7:19 TLA