Hola a todos.
Estimados hermanos, en este nuevo epígrafe, vamos a ver la doctrina adventista del Santuario, bajo el prisma de quien fue uno de sus principales eruditos bíblicos; el Dr. en teología Raymond Cottrell.
Este, desaparecido no hace mucho tiempo, publicó el trabajo que origina el título de este epígrafe: "La Doctrina del Santuario ¿Activo o Pasivo?".
Como ustedes podrán ver, en el desarrollo del tema, esta doctrina ha sido sumamente conflictiva hacia lo interno del adventismo. El Dr. Cottrell, habla del "obscurantismo" que ha patrocinado comúnmente la alta dirigencia.
Y para que no se quiera descalificar al Dr. Cottrell, en la forma acostumbrada por los sectarios del adventismo, lo primero que haré es poner la última parte de su trabajo.
Veamos:
La Autenticidad del Adventismo:
Esta revisión y este análisis de la interpretación tradicional adventista de Daniel 8:14, del santuario, y del juicio investigador tienen el propósito de ser constructivos y correctivos, no críticos, ni acusatorios, ni punitivos. Yo espero sinceramente que sean recibidos en el mismo espíritu, y que se tomen acciones apropiadas para evitarles a la iglesia y a sus miembros una repetición de los episodios traumáticos del pasado, de los cuales han sido responsables esta doctrina pseudo-bíblica, el historicismo, y el oscurantismo.
Por dos razones, el Adventismo del Séptimo Día continúa siendo un testigo auténtico y creíble del evangelio eterno a pesar de sus imperfecciones demasiado humanas, como su interpretación tradicional de Daniel 8:14, la doctrina del santuario, y el juicio investigador: (1) Su singular énfasis al aplicar el evangelio de Jesucristo a cada aspecto de la persona humana, mental y físico así como espiritual y social - su preocupación práctica y amorosa por el bienestar y la felicidad de todos los seres humanos, y (2) su enfático testimonio del regreso prometido e inminente de Jesús para transformar este pequeño mundo sufriente en la morada permanente de justicia y de paz que Él se propuso originalmente que disfrutáramos.
En vista de que, históricamente y en la actualidad, los Adventistas del Séptimo Día confiaron en la autentiticad de la experiencia de 1844 y la credibilidad básica de la interpretación tradicional de Daniel 8:14, y en vista de la evidencia indicada más arriba de que esa interpretación no es sostenible cuando se la somete a prueba por medio del principio de sola Scriptura (que la iglesia afirma pero compromete en su interpretación de Daniel 8:14), surge inevitablemente la pregunta: "¿Qué base existe para arribar a la conclusión de que el Adventismo es un testigo auténtico del evangelio eterno de Jesucristo?" ¡Ésta es ciertamente, una pregunta inevitable y apropiada!.
La respuesta pragmática a esa pregunta es hasta dónde la iglesia se ajusta a, y refleja, las enseñanzas de Cristo Jesús y cumple con la comisión del evangelio. Si lo hace o no lo hace de modo singular no es asunto nuestro. Hasta el preocuparse por esa pregunta viola las instrucciones específicas de Jesús registradas en Marcos 9:38-41. Alguien echaba fuera demonios, y los discípulos "trataron de detenerle, porque no nos sigue. Pero Jesús dijo: 'No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es'". En otra ocasión, Pedro, señalando a Juan, le preguntó a Jesús: "¿Y qué de éste?" En su respuesta, Jesús le dijo a Pedro: "¿Qué a tí? Sígueme tú".
Como Adventistas del Séptimo Día, no nos toca a nosotros poner en tela de duda la credibilidad o integridad de otros como auténticos testigos de Jesucristo. Enfoquemos nuestra atención sobre la credibilidad de nuestro testimonio del evangelio eterno - y desterremos de nuestras mentes cualesquiera ideas de "soy más santo que tú". En Hechos 10:35, Pedro dice: "En toda nación [y comunidad religiosa] se agrada del que le teme y hace justicia".
El resumen que Jesús hace del evangelio aparece registrado en Marcos 12:29-31: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Éste es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a tí mismo". Esta es nuestra verdadera prueba, corporativamente como iglesia, y como miembros individuales de la iglesia.
En otras palabras, los principios del evangelio se aplican a todos y cada uno de los aspectos de nuestro ser individual y corporativo - nuestro amor a Dios, y la dedicacion de todo nuestro ser individual y corporativo a Él - y en nuestra relación los unos con los otros y con cada uno de los otros seres humanos. "Por cuanto lo hicísteis a uno de estos mis pequeñitos, a mí lo hicísteis". El amor ágape de Dios es preocupación y amor desinteresados por el bienestar y la felicidad de otros. Ése debe ser el ideal y la práctica de la iglesia con respecto a cada ser humano en todas partes en teoría, pero, de modo aún más importante, en la práctica.
Somos admitidos en la eternidad sobre la base de la clase de personas que somos, individualmente, no por lo que sincereamente creamos de Daniel 8:14 o de cualquier otro pasaje de la Escritura. Puede que una persona crea a conciencia en la interpretación tradicional de Daniel 8:14, y si todo lo demás en su vida está en armonía con el evangelio, él/ella no tendrá problemas en las perlinas puertas de la eternidad. Y si una persona cree sinceramente que ese no es el significado del pasaje, pero todo lo demás en su vida está en armonía con el evangelio, él/ella no tendrá problemas en las perlinas puertas de la eternidad.
Pero, si abusamos los unos de los otros en nuestra discusión del tema, ambos llegaremos a las puertas de perlas, sólo para encontrar que tienen barrotes y el cerrojo está echado.
Que nuestra actitud corporativa como iglesia sea moderada por este hecho, pero al mismo tiempo que la iglesia, corporativamente, esté en plena armonía con el principio de sola Scriptura en su delineación y su testimonio de Daniel 8:14.
En términos del principio de sola Scriptura, el testimonio del evangelio por parte de la iglesia en relación con el santuario es crasamente defectuoso y aleja la confianza y el respeto de la gente bíblicamente instruida, adventistas y no adventistas por igual. Debemos estar dispuestos a reconocer y quitar ese obstáculo a la aceptación de nuestro mensaje al mundo de que Jesús volverá pronto.
En los años que siguieron inmediatamente a octubre 22 de 1844, la doctrina tradicional del santuario fue un importante activo para estabilizar la fe de los desengañados adventistas.
En la actualidad, es un pasivo igualmente importante y un obstáculo para la fe, la confianza, y la salvación de los bíblicamente instruidos, adventistas y no adventistas por igual.
Fue verdad presente después del gran chasco de octubre 22 de 1844.
No es verdad presente en el año de nuestro Señor 2002.
¡Quod erat demonstrandum! ¡Lo cual debía ser probado!
Raymond Cottrell
Seguiremos, en la próxima entrega.
Dios les bendiga. Saludos.
Billy Vicente
Estimados hermanos, en este nuevo epígrafe, vamos a ver la doctrina adventista del Santuario, bajo el prisma de quien fue uno de sus principales eruditos bíblicos; el Dr. en teología Raymond Cottrell.
Este, desaparecido no hace mucho tiempo, publicó el trabajo que origina el título de este epígrafe: "La Doctrina del Santuario ¿Activo o Pasivo?".
Como ustedes podrán ver, en el desarrollo del tema, esta doctrina ha sido sumamente conflictiva hacia lo interno del adventismo. El Dr. Cottrell, habla del "obscurantismo" que ha patrocinado comúnmente la alta dirigencia.
Y para que no se quiera descalificar al Dr. Cottrell, en la forma acostumbrada por los sectarios del adventismo, lo primero que haré es poner la última parte de su trabajo.
Veamos:
La Autenticidad del Adventismo:
Esta revisión y este análisis de la interpretación tradicional adventista de Daniel 8:14, del santuario, y del juicio investigador tienen el propósito de ser constructivos y correctivos, no críticos, ni acusatorios, ni punitivos. Yo espero sinceramente que sean recibidos en el mismo espíritu, y que se tomen acciones apropiadas para evitarles a la iglesia y a sus miembros una repetición de los episodios traumáticos del pasado, de los cuales han sido responsables esta doctrina pseudo-bíblica, el historicismo, y el oscurantismo.
Por dos razones, el Adventismo del Séptimo Día continúa siendo un testigo auténtico y creíble del evangelio eterno a pesar de sus imperfecciones demasiado humanas, como su interpretación tradicional de Daniel 8:14, la doctrina del santuario, y el juicio investigador: (1) Su singular énfasis al aplicar el evangelio de Jesucristo a cada aspecto de la persona humana, mental y físico así como espiritual y social - su preocupación práctica y amorosa por el bienestar y la felicidad de todos los seres humanos, y (2) su enfático testimonio del regreso prometido e inminente de Jesús para transformar este pequeño mundo sufriente en la morada permanente de justicia y de paz que Él se propuso originalmente que disfrutáramos.
En vista de que, históricamente y en la actualidad, los Adventistas del Séptimo Día confiaron en la autentiticad de la experiencia de 1844 y la credibilidad básica de la interpretación tradicional de Daniel 8:14, y en vista de la evidencia indicada más arriba de que esa interpretación no es sostenible cuando se la somete a prueba por medio del principio de sola Scriptura (que la iglesia afirma pero compromete en su interpretación de Daniel 8:14), surge inevitablemente la pregunta: "¿Qué base existe para arribar a la conclusión de que el Adventismo es un testigo auténtico del evangelio eterno de Jesucristo?" ¡Ésta es ciertamente, una pregunta inevitable y apropiada!.
La respuesta pragmática a esa pregunta es hasta dónde la iglesia se ajusta a, y refleja, las enseñanzas de Cristo Jesús y cumple con la comisión del evangelio. Si lo hace o no lo hace de modo singular no es asunto nuestro. Hasta el preocuparse por esa pregunta viola las instrucciones específicas de Jesús registradas en Marcos 9:38-41. Alguien echaba fuera demonios, y los discípulos "trataron de detenerle, porque no nos sigue. Pero Jesús dijo: 'No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es'". En otra ocasión, Pedro, señalando a Juan, le preguntó a Jesús: "¿Y qué de éste?" En su respuesta, Jesús le dijo a Pedro: "¿Qué a tí? Sígueme tú".
Como Adventistas del Séptimo Día, no nos toca a nosotros poner en tela de duda la credibilidad o integridad de otros como auténticos testigos de Jesucristo. Enfoquemos nuestra atención sobre la credibilidad de nuestro testimonio del evangelio eterno - y desterremos de nuestras mentes cualesquiera ideas de "soy más santo que tú". En Hechos 10:35, Pedro dice: "En toda nación [y comunidad religiosa] se agrada del que le teme y hace justicia".
El resumen que Jesús hace del evangelio aparece registrado en Marcos 12:29-31: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Éste es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a tí mismo". Esta es nuestra verdadera prueba, corporativamente como iglesia, y como miembros individuales de la iglesia.
En otras palabras, los principios del evangelio se aplican a todos y cada uno de los aspectos de nuestro ser individual y corporativo - nuestro amor a Dios, y la dedicacion de todo nuestro ser individual y corporativo a Él - y en nuestra relación los unos con los otros y con cada uno de los otros seres humanos. "Por cuanto lo hicísteis a uno de estos mis pequeñitos, a mí lo hicísteis". El amor ágape de Dios es preocupación y amor desinteresados por el bienestar y la felicidad de otros. Ése debe ser el ideal y la práctica de la iglesia con respecto a cada ser humano en todas partes en teoría, pero, de modo aún más importante, en la práctica.
Somos admitidos en la eternidad sobre la base de la clase de personas que somos, individualmente, no por lo que sincereamente creamos de Daniel 8:14 o de cualquier otro pasaje de la Escritura. Puede que una persona crea a conciencia en la interpretación tradicional de Daniel 8:14, y si todo lo demás en su vida está en armonía con el evangelio, él/ella no tendrá problemas en las perlinas puertas de la eternidad. Y si una persona cree sinceramente que ese no es el significado del pasaje, pero todo lo demás en su vida está en armonía con el evangelio, él/ella no tendrá problemas en las perlinas puertas de la eternidad.
Pero, si abusamos los unos de los otros en nuestra discusión del tema, ambos llegaremos a las puertas de perlas, sólo para encontrar que tienen barrotes y el cerrojo está echado.
Que nuestra actitud corporativa como iglesia sea moderada por este hecho, pero al mismo tiempo que la iglesia, corporativamente, esté en plena armonía con el principio de sola Scriptura en su delineación y su testimonio de Daniel 8:14.
En términos del principio de sola Scriptura, el testimonio del evangelio por parte de la iglesia en relación con el santuario es crasamente defectuoso y aleja la confianza y el respeto de la gente bíblicamente instruida, adventistas y no adventistas por igual. Debemos estar dispuestos a reconocer y quitar ese obstáculo a la aceptación de nuestro mensaje al mundo de que Jesús volverá pronto.
En los años que siguieron inmediatamente a octubre 22 de 1844, la doctrina tradicional del santuario fue un importante activo para estabilizar la fe de los desengañados adventistas.
En la actualidad, es un pasivo igualmente importante y un obstáculo para la fe, la confianza, y la salvación de los bíblicamente instruidos, adventistas y no adventistas por igual.
Fue verdad presente después del gran chasco de octubre 22 de 1844.
No es verdad presente en el año de nuestro Señor 2002.
¡Quod erat demonstrandum! ¡Lo cual debía ser probado!
Raymond Cottrell
Seguiremos, en la próxima entrega.
Dios les bendiga. Saludos.
Billy Vicente