La deidad es indivisible
La deidad es indivisible
CRISTO
Cristo era el propio Dios en la eternidad (Jn 1:1) y llegó a ser el hombre en el tiempo (Jn 1:14). Su deidad es completa y Su humanidad es perfecta. Por esto, El es ambos, Dios y hombre (Jn 20:28; Ro 9:5; Jn 19:5; 1 Ti 2:5), poseyendo ambas, la divinidad y la humanidad.
Como hombre El fue ungido por Dios con el Espíritu (Mt 3:16; Jn 1:32-33; Lc 4:18-19), para llevar a cabo el propósito eterno de Dios. Por esto, El es el Cristo, el ungido (Mt 16:16; Jn 20:31).
El es el Hijo de Dios (Jn 20:31), quien es la imagen de Dios (Col 1:15), el resplandor de la gloria de Dios y la imagen expresa de Su substancia (He 1:3), subsistiendo en la forma de Dios e igual con Dios (Fil 2:6; Jn 5:18); toda la plenitud de la Deidad habita en El corporalmente (Col 2:9). Por esto, El es Dios mismo (He 1:8).
Como el Hijo de Dios El vino en la carne con (gr. pará, desde con) el Padre (Jn 6:46) y en el nombre del Padre (Jn 5:43); por esto, El es llamado el Padre (Is 9:6). El era con Dios, y era Dios en la eternidad pasada (Jn 1:1-2), no solamente coexistiendo, sino también siendo inherente con el Padre todo el tiempo (Jn 14:10ª, 11a; 17:21). Aun mientras estuvo en la carne sobre la tierra, el Padre estaba con El (Jn 16:32). Por esto, El y el Padre eran uno (Jn 10:30), trabajando en el nombre del Padre y con el Padre (Jn 10:25; 14:10b), haciendo la voluntad del Padre (Jn 6:38; 5:30), hablando la palabra del Padre (Jn 3:34ª; 14:24), buscando la gloria del Padre (Jn 7:18), y expresando al Padre (Jn 14: 7-9).
Como el Dios eterno, Él es el Creador de todas las cosas (He 1:10; Jn 1:3; Col 1:16), y como hombre que vino en la carne (1 Jn 4:2) con sangre y carne físicas (He. 2:14), El es una criatura, el Primogénito de toda la creación (Col 1:15b). Por esto, Él es ambos, el Creador y la criatura.
Como el Remitente y el dador del Espíritu (Jn 15:26; 16:7; 3:34b), a quien el Padre envió en Su (el del Hijo) nombre (Jn 14:26), el Hijo, siendo el último Adán en la carne, llegó a ser el Espíritu que da vida a través de la muerte y la resurrección (1 Co 15:45b; Jn. 14:16-20), quien recibió todo lo que es del Hijo (Jn. 16:14-15), para testificar respecto del Hijo y glorificar al Hijo (Jn. 15:26; 16:14), y quien es el aliento del Hijo (Jn. 20:22). Por esto, El también es el Espíritu (2 Co 3:17) para habitar coexistentemente y estar inherentemente con el Hijo y el Padre en los creyentes (Jn 14:17, 23; Ro 8: 9-11), para ser el Dios Triuno que es el Espíritu (Jn. 4:24), mezclado con los creyentes como un espíritu (1 Co. 6:17 en el espíritu de ellos (Ro. 8:16; 2 Ti 4:22). Con el tiempo, El llegó a ser los siete Espíritus de Dios (Ap. 1:4; 4:5, quienes son los siete ojos del Hijo, el Cordero (Ap. 5:6).
Como dios llegando a ser hombre, El es nuestro salvador (Lc.2:11; Jn.4:42) por el nombre de Jesús – Jehová nuestro Salvador, nuestra salvación (Mt.1:21). Como el Cordero de Dios inmolado en la cruz y derramando Su sangre física por nuestros pecados, El es nuestro Redentor (Jn.1:29; 1 Pe.2:24; He.9:26, 28; 1 Pe.18:18-19). Como el Cristo ascendido El es el Señor de todo (Hch.2:36; 10:36), la Cabeza de todas las cosas (Ef.1:22), la Cabeza de la iglesia (Col.1:18), y el Señor de Señores y el Rey de Reyes (Ap.19:16).
En resurrección El es nuestra vida (Col.3:4), el que vive en nosotros (Gá.2:20), y el poder y la sabiduría de Dios para nosotros para ser nuestra justicia, santificación y redención (1Co.1:24, 30). Por esto, en El todos los atributos de Dios llegan a ser nuestras virtudes, y El es el contenido, el todo en todo, del nuevo hombre (Col.3:11).
Por esto, vemos que Cristo es todo: Dios, hombre, el Creador, la criatura, el Padre, el Hijo, el Espíritu, el Salvador, el Redentor, el Señor, la Cabeza de todo, la Cabeza de la iglesia, el Señor de Señores y el Rey de Reyes. Como tal El es nuestra vida, justicia, santificación, redención, y el todo en todo. ¡Alabémosle!
Tomado de “La Especialidad, La Generalidad, y el Sentido Práctico de la Vida de la Iglesia” Por Witness Lee;