Saludos Cesar Ortiz, yo añadiría a tu buen comentario lo siguiente, para entender por qué hay tanto sufrimiento y por qué han sido tan inútiles los esfuerzos del hombre por eliminarlo, debemos ver más allá de la superficie e ir a la verdadera raíz del problema. Aunque las causas son tan complejas como variadas, es de agradecer que la Biblia nos ayude a identificarlas.
Por ejemplo los malos gobiernos. Proverbios 29:2 nos dice: "Cuando los justos se multiplican, el pueblo se alegra, cuando dominan los malos, el pueblo gime." (La Santa Biblia). La historia está repleta de dictadores que gobernaron con mano de hierro y causaron indecibles sufrimientos a sus pueblos. Claro, no todos los dirigentes han sido así: algunos han tratado de ayudar a su gente con la mejor de las intenciones.
También las religiones falsas. Los líderes de las religiones del mundo pregonan el amor y la unidad. Sin embargo, la realidad es que no han logrado infundir en sus feligreses un amor capaz de vencer los prejuicios. Más que promover el amor, la religión suele contribuir al fanatismo y la división entre individuos y naciones.
La imperfección del hombre y los impulsos egoístas. Santiago 1:14, 15 dice “Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado.” N/M.
Debido a la imperfección que hemos heredado, todos somos propensos a equivocarnos. Además tenemos una lucha contra el impulso de dejarnos llevar por los deseos de nuestra carne (Efesios 2:3). La batalla suele ser especialmente dura cuando surge un mal deseo y se da la oportunidad de llevarlo a cabo, pero si cedemos, las consecuencias pueden ser devastadoras.
SALUDOS