Muy interesantes los aportes tanto de
@leonés n como de Ricardo a este respecto.
Según mi fe, el infierno es un estado de sufrimiento por la separación de Dios. Y por lo tanto comienza en esta misma vida.
Asimismo, la vida eterna es un estado de feliz comunión con Dios. Y también comienza en esta misma vida.
En el pasaje de Mateo 25, a los salvos Cristo les dice
"Venid" mientras que a los condenados
"Apartaos".
La vida eterna es acercamiento. El infierno es alejamiento.
En la parábola del hijo pródigo, el hijo vive el infierno porque está lejos de su padre. No solo lejos en geografía, sino que su deplorable estado entre los cerdos está lejano del estado que alguna vez gozó con él.
Y luego el mismo hijo vive el cielo cuando, de regreso, se acerca íntimamente al padre. Dice la escritura que el padre
"se le echó al cuello, y le besó".