Lo que pasa amados hermanos, es que desde hace mucho tiempo, hay quienes se abrogaron el derecho de imponer interpretaciones y obligar a los fieles a creerlas, desde los concilios que se relatan en la historia hasta las más modernas convenciones, hay quienes deciden por nosotros cómo y de qué manera ha de interpretarse la palabra de Dios, dejando al Espíritu Santo inhibido de sus funciones, entre las cuales está la instrucción del discípulo, la enseñanza a cada uno de nosotros, y muchos hemos dejado de escuchar al Espíritu en la meditación a cambio de escuchar a los muchas veces mal llamados "GUIAS ESPIRITUALES" y dejamos de hacer las cosas que deberíamos hacer en el Señor porque confiamos demasiado en nuestros Guías, y nos volvemos perezosos, y nos volvemos incrédulos en el Espíritu, pero recordemos que el proverbio ya lo decía "Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo" Y del PEREZOSO le dice "Dice el perezoso: El león está fuera; Seré muerto en la calle" y entonces el perezoso por no afrontar al León se queda en su casa, y no sale a buscar su alimento al campo, y así somos muchas veces los Cristianos, y decimos: Esta doctrina fue implantada por uno de los "PADRES DE LA IGLESIA" mejor no lo contradigo, mejor soy condescendiente, y no nos damos cuenta que aquellos son los Leones puestos en el mundo para intimidar y limitar a los soldados del Señor, a fin de acallar y ridiculizar la verdad revelada mediante el Espíritu Santo en cada corazón en que está escrita la ley; Es tiempo de dejar de confiar en los hombres, porque a como dice la Escritura "MALDITO EL VARON QUE CONFIA EN EL HOMBRE", debemos de deponer y poner en tela de juicio todo precepto y doctrina y dogma determinado por alguna de las mal llamadas "Iglesias" todo debemos someterlo a examen y a juicio mediante la meditación en el Espíritu, no en vano el Señor dice "Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma" de modo que, hagamos un alto en el camino que hoy por hoy transitamos, y miremos y examinemos, y preguntemos cuál sea el buen camino, y ¿A quien debemos preguntar? A nuestro Dios en la meditación, y el camino correcto estará a nuestra vista...