Traigo una opinión sobre el feminismo. Leyendo el segundo sexo de Simone de Beauvoir, comienzo a darme cuenta que la escritora ve el problema de la conducta de género basado en patrones de la conducta desde un punto de vista cultural. Diferenciándome un poco de su punto de vista, para mí la conducta de género está en la naturaleza misma. Es cierto que hay variantes y ciclos por los que pasan las especies, en ese péndulo de medida de matriarcado o patriarcado, pero para mí que la mujer sobresalga más por su inmanencia que por su trascendencia, es una cuestión de índole natural. Es como decir que el que nació bello estéticamente posee un don que es inmanente, contra aquel que se gana el mérito en el crecimiento personal en alguna habilidad que desarrolle, a lo que ella refiere como “trascendencia”.
La trascendencia como la inmanencia, son desde mi punto de vista, ambas válidas por igual, pero aunque distintas, y ello no resta a una ni por sobre la otra.
Reich Wilhelm, cuando se refiere a la sexualidad, dice que los traumas del ser humano se deben a lo que Freud señala como “represión sexual”, piensa que si naturalizamos al cuerpo humano, tanto masculino como femenino, el ser humano se acostumbrará y superará las tensiones sexuales. Pues me refiero a la idea del nudismo o naturismo que se busca establecer a través de la educación sexual que él ha ideado.
Sobre este punto yo también tengo mi opinión, el cuerpo de la mujer no es igual al del hombre, y las reacciones sobre uno son distintas a las que se tienen sobre el otro. El cuerpo de la mujer es más bello que el cuerpo del hombre desde el punto de vista de las reacciones químicas en el cerebro humano. Y aquí no entraremos en la lógica de determinar qué concepto hace lo bello y lo sublime, esto es un asunto biológico, o sea, como bien dije, “de reacciones químicas”.
No creo, como refiere Wilhelm, que el establecer el naturismo de cómo fin a los traumas sexuales o las conductas perversas, porque eso depende de cada ser humano en concreto. Tal vez ayude a una porción de la población, pero haga empeorar la salud y las acciones de otra porción de la misma.
El problema de “cómo nos entendemos entre todos”, o de “cómo quedamos de acuerdo”, o de “cómo suprimimos un mal”, son solo propuestas idealizadas si pretendemos que serán del todo efectivas.
Los seres humanos somos tan complejos y distintos entre sí, como tan complejo es el estudio del genero masculino en relación y diferenciación del femenino. Existe el mito histórico de pensar en un mundo homogéneo y formal, como si las formulas son dadas universalmente para todo elemento. Pero esto no puede ser tan errado como equivocado.
Todo debe ser observado en su contexto, y en su contexto deben alcanzarse las soluciones, y no en el complejo total del universo como una sola cosa homogénea y formal, porque el universo no es otra cosa que algo relativo, y solo formal en lo particular de su diversidad.
Tanto en la edad media como hoy en día, se sigue con el concepto de la unificación y homogenización ¡Y digo a esto NO! Está mal ya de base.
Cuando Cristo dice “en mi Reino hay muchas habitaciones” (Juan 14:2), está constatando que los seres humano somos muy distintos ya de raíz, o sea, desde el alma. Y no por ello algunas personas merecen ser discriminadas de otras ¡Esto sería y lo es de hecho, fatal! Y en tanto un problema humano tan serio como grave, que ha abarcado a todo tiempo.
La idea de Simone de Beauvoir de ver el problema solo como algo cultural, es tan limitado como erróneo para partir de una revolución. No del todo diferente de la solución hallada por Reich Wilhelm sobre el problema sexual de la psiquis humana. El médico debe analizar los problemas en cada contexto, y como se dijo, en su contexto ha de ser resuelto, algo en lo que muchos para mi punto de vista, están fallando.
Las bases dadas por Freud no son malas, hasta diría, son correctas, como inclusive pueden ser correctos muchos diagnósticos del psiquiatra Wilhelm, pero creo que no podrían aplicarse de mera forma formal y universal.
La vida privada es esencial, si no hubiera intimidad todo sería un caos, así como si en el Reino de los Cielos no hubieran muchas habitaciones o moradas. Wilhelm está obviando esta realidad necesaria, y piensa como muchos, en la llave maestra, dónde todos han fallado. Sus tesis son correctas pero para un contexto determinado. La educación debe centrarse precisamente en la ética más que en ninguna otra cosa, y en una ética que abarque o tenga en cuenta a todo el universo.
La mujer está bien como mujer, y no porque no sea hombre, contrario a lo que interpreto de la escritora Beauvoir. Pues si alguna mujer quisiera ser hombre no es algo que se cuestione, o como si un hombre quisiera abandonar la trascendencia por la inmanencia. Son elecciones de vida razonables desde el punto de vista de cada uno. Pero eso responde a cada contexto independiente. En cuanto al universo formal, el cuestionamiento de Beauvoir es incorrecto, porque ella lo plantea para todo orden. Pienso que lo que rescatamos tanto de Beauvoir como de Wilhelm, es que están describiendo distintos universos con planteamientos realistas y concretos, con razones justas, pero insisto, que no pueden, para mi punto de vista, referirse a todo el universo como cosa formal y homogénea.
La libertad justamente se basa en la buena convivencia y respeto de la existencia de la diversidad de contextos, y no en la idea posmoderna de “romper barreras” atropellando costumbres y hábitos ajenos. Un mundo maduro será consciente de todo ello, y uno inmaduro, uno aquel que se muestre avanzado pero pobre y atrasado en contenido. En nuestra actualidad se llegan a notar ciertos signos que están evidenciando cierto progreso hacia la barbarie, y de esto debemos estar advertidos que los que la están generando son los mismos que la están ocultando.
La trascendencia como la inmanencia, son desde mi punto de vista, ambas válidas por igual, pero aunque distintas, y ello no resta a una ni por sobre la otra.
Reich Wilhelm, cuando se refiere a la sexualidad, dice que los traumas del ser humano se deben a lo que Freud señala como “represión sexual”, piensa que si naturalizamos al cuerpo humano, tanto masculino como femenino, el ser humano se acostumbrará y superará las tensiones sexuales. Pues me refiero a la idea del nudismo o naturismo que se busca establecer a través de la educación sexual que él ha ideado.
Sobre este punto yo también tengo mi opinión, el cuerpo de la mujer no es igual al del hombre, y las reacciones sobre uno son distintas a las que se tienen sobre el otro. El cuerpo de la mujer es más bello que el cuerpo del hombre desde el punto de vista de las reacciones químicas en el cerebro humano. Y aquí no entraremos en la lógica de determinar qué concepto hace lo bello y lo sublime, esto es un asunto biológico, o sea, como bien dije, “de reacciones químicas”.
No creo, como refiere Wilhelm, que el establecer el naturismo de cómo fin a los traumas sexuales o las conductas perversas, porque eso depende de cada ser humano en concreto. Tal vez ayude a una porción de la población, pero haga empeorar la salud y las acciones de otra porción de la misma.
El problema de “cómo nos entendemos entre todos”, o de “cómo quedamos de acuerdo”, o de “cómo suprimimos un mal”, son solo propuestas idealizadas si pretendemos que serán del todo efectivas.
Los seres humanos somos tan complejos y distintos entre sí, como tan complejo es el estudio del genero masculino en relación y diferenciación del femenino. Existe el mito histórico de pensar en un mundo homogéneo y formal, como si las formulas son dadas universalmente para todo elemento. Pero esto no puede ser tan errado como equivocado.
Todo debe ser observado en su contexto, y en su contexto deben alcanzarse las soluciones, y no en el complejo total del universo como una sola cosa homogénea y formal, porque el universo no es otra cosa que algo relativo, y solo formal en lo particular de su diversidad.
Tanto en la edad media como hoy en día, se sigue con el concepto de la unificación y homogenización ¡Y digo a esto NO! Está mal ya de base.
Cuando Cristo dice “en mi Reino hay muchas habitaciones” (Juan 14:2), está constatando que los seres humano somos muy distintos ya de raíz, o sea, desde el alma. Y no por ello algunas personas merecen ser discriminadas de otras ¡Esto sería y lo es de hecho, fatal! Y en tanto un problema humano tan serio como grave, que ha abarcado a todo tiempo.
La idea de Simone de Beauvoir de ver el problema solo como algo cultural, es tan limitado como erróneo para partir de una revolución. No del todo diferente de la solución hallada por Reich Wilhelm sobre el problema sexual de la psiquis humana. El médico debe analizar los problemas en cada contexto, y como se dijo, en su contexto ha de ser resuelto, algo en lo que muchos para mi punto de vista, están fallando.
Las bases dadas por Freud no son malas, hasta diría, son correctas, como inclusive pueden ser correctos muchos diagnósticos del psiquiatra Wilhelm, pero creo que no podrían aplicarse de mera forma formal y universal.
La vida privada es esencial, si no hubiera intimidad todo sería un caos, así como si en el Reino de los Cielos no hubieran muchas habitaciones o moradas. Wilhelm está obviando esta realidad necesaria, y piensa como muchos, en la llave maestra, dónde todos han fallado. Sus tesis son correctas pero para un contexto determinado. La educación debe centrarse precisamente en la ética más que en ninguna otra cosa, y en una ética que abarque o tenga en cuenta a todo el universo.
La mujer está bien como mujer, y no porque no sea hombre, contrario a lo que interpreto de la escritora Beauvoir. Pues si alguna mujer quisiera ser hombre no es algo que se cuestione, o como si un hombre quisiera abandonar la trascendencia por la inmanencia. Son elecciones de vida razonables desde el punto de vista de cada uno. Pero eso responde a cada contexto independiente. En cuanto al universo formal, el cuestionamiento de Beauvoir es incorrecto, porque ella lo plantea para todo orden. Pienso que lo que rescatamos tanto de Beauvoir como de Wilhelm, es que están describiendo distintos universos con planteamientos realistas y concretos, con razones justas, pero insisto, que no pueden, para mi punto de vista, referirse a todo el universo como cosa formal y homogénea.
La libertad justamente se basa en la buena convivencia y respeto de la existencia de la diversidad de contextos, y no en la idea posmoderna de “romper barreras” atropellando costumbres y hábitos ajenos. Un mundo maduro será consciente de todo ello, y uno inmaduro, uno aquel que se muestre avanzado pero pobre y atrasado en contenido. En nuestra actualidad se llegan a notar ciertos signos que están evidenciando cierto progreso hacia la barbarie, y de esto debemos estar advertidos que los que la están generando son los mismos que la están ocultando.
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