Hace veinte años atrás podíamos discutir elegantemente con católicos (clérigos, inclusive), aunque siempre unos y otros debimos soportar los denuestos destemplados de algunos fanáticos y otros que infestan los foros, de una y otra parte.
Actualmente, la apología católica debe buscarse en sus propias páginas, empeñada en convencer a los suyos que pese al estado actual de las cosas en el catolicismo romano ¡la nave sigue a flote!
La apología protestante, en cambio, se mantiene viva en foros como este, pues nuestra hermandad heredada de la Reforma no nos inhibe de cuestionarnos unos a otros.
Los católicos tienen un Papa al que todos confiesan acatar como máxima autoridad clerical, y los protestantes confesamos que el Sola Escritura basta a nuestro intento de mostrar la ortodoxia de nuestra doctrina.
Sin embargo, del mismo modo que no pocos profesantes católicos cuestionan al Papa a su gusto, hay evangélicos que manipulan la Biblia caprichosamente, con un entramado de versículos que urdieron aventajados dirigentes de denominaciones y sectas.
Así, frecuentemente se duda si efectivamente el Papa quiso decir lo que en las noticias se dice que dijo, así como la teología protestante está plagada de todas las hermenéuticas habidas y por haber.
Nobleza obliga, sin embargo, a que católicos, ortodoxos y protestantes podamos reiniciar nuestras controversias de siglos, exponiendo nuestras convicciones sin temor a ser cuestionadas.
Saludos cordiales
Actualmente, la apología católica debe buscarse en sus propias páginas, empeñada en convencer a los suyos que pese al estado actual de las cosas en el catolicismo romano ¡la nave sigue a flote!
La apología protestante, en cambio, se mantiene viva en foros como este, pues nuestra hermandad heredada de la Reforma no nos inhibe de cuestionarnos unos a otros.
Los católicos tienen un Papa al que todos confiesan acatar como máxima autoridad clerical, y los protestantes confesamos que el Sola Escritura basta a nuestro intento de mostrar la ortodoxia de nuestra doctrina.
Sin embargo, del mismo modo que no pocos profesantes católicos cuestionan al Papa a su gusto, hay evangélicos que manipulan la Biblia caprichosamente, con un entramado de versículos que urdieron aventajados dirigentes de denominaciones y sectas.
Así, frecuentemente se duda si efectivamente el Papa quiso decir lo que en las noticias se dice que dijo, así como la teología protestante está plagada de todas las hermenéuticas habidas y por haber.
Nobleza obliga, sin embargo, a que católicos, ortodoxos y protestantes podamos reiniciar nuestras controversias de siglos, exponiendo nuestras convicciones sin temor a ser cuestionadas.
Saludos cordiales