cubrir las necesidades es bueno, negarlas es hipócrita.
cubrir las necesidades es bueno, negarlas es hipócrita.
Saiyak:
No estoy de acuerdo para nada en lo que le acusas a amigo 12.
Yo creo que es muy cierto lo que dice, y que los hombres han hecho malo lo que Dios hizo bueno, y sobre eso nos avisaron los profetas, a quienes no hemos hecho gran caso, como en muchas otras lecciones que nos dan.
¿Por qué nos centramos tanto en hacer mala la necesidad sexual de los hombre limpios, que a nadie van a hacer mal, porque el que ama, no va a imponer por la fuerza, ni la sexualidad a nadie ni ninguna otra cosa. Tampoco la va a imponer con mentiras, como hacen las falsas religiones con las doctrinas que se sacan del baúl de los inventos de Satanás e imponen al mundo como palabra y mandato de Dios.
Los apóstoles nos dijeron claramente que estamos libres de la ley que nos imputaba pecado. Que quedó clavada en la cruz de Cristo.
Estamos bajo la gracia. Y la conciencia de cada uno la juzgará el Señor.
Los usos y las costumbres, cuando a nadie se hace daño, son solo eso y cuando el apostol nos dice que habiendo sido ya limpios de la ley no debemos volvernos a fábulas judaicas y decir: "No mires, no gustes, no acarícies", porque cada uno ha de presentarse ante el tribunal de Cristo y "Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias? (1 Corintios 10:30), no queramos ser más grandes que los apóstoles y que el mismo Cristo, que nos dijo:"El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra"..."Yo tampoco te condeno"...No vuelvas a pecar.
Hay que saber entender lo que Cristo nos decía:
1º que no condenemos a nadie ni matemos, puesto que todos somos pecadores.
2º que no volvamos a cometer injusticia, que eso es lo que significa pecar, cometer injusticia.
¿Que injusticia había cometido la mujer adúltera?...Estar con un marido que no era el suyo.
Eso es lo que le dice El Señor que no haga, mentir y engañar y faltar a la justicia, que abomina de la doblez...Por eso le dice el Señor a la mujer que "cinco maridos tuviste"...Hay muchos hombres y por lo tanto, la mujer adúltera tenía que buscar pareja o marido, en quien no estuviera comprometido, para no hacer daño a la mujer del projimo, ni al prójimo, que arrastrado por la concupiscencia, engaña a su mujer.
Pero en ningún momento le dice el Señor que haya fornicado ni pecado contra la naturaleza, ni faltado a ninguna otra ley, ni que sea prohibido tener relaciones fuera del matrimonio.
Cristo nos ha librado de la ley. Algunas de las mujeres que le acompañaban y servían con sus bienes, habían dejado a sus maridos, porque éstos no amaban la ley de Cristo y ellas cumplieron con lo que nuestro Señor nos enseñó: "Todo el que no deja campos, casas, padres, hijos, mujer, etc por mi, no es digno de mi".
Si mi ley y costumbres enseñadas por unos padres y una sociedad ignorante, me dice que no puedo estar con un hombre, porque estoy casada con otro, pero yo he descubierto que ese hombre no sigue a Cristo y las leyes que yo he descubierto como malas, me obligan a permanecer con ese hombre o mantenerme en abstinencia si no quiero que me llamen pecadora, yo, como persona libre de las leyes del mundo, me entregaré a Cristo y a mis hermanos en la fé, y no consideraré mi marido más que a mi esposo: Cristo. Y a mis hermanos, cuando mi carne, santificada por el Espíritu del Señor a quien sirve, me pida caricias o satisfacción de una necesidad sexual, no la consideraré pecadora ni la privaré de lo que Dios ha hecho "limpio para los limpios", y tendré relación sexual, con quien como yo, se considere de Cristo y libre de amos que le esclavicen su carne, que debe ser puesta al servicio de la Iglesia, para evangelizar, para atender las necesidades de los enfermos, para enseñar, para vigilar y aumentar la fe de los débiles y para otorgar todos los cuidados que las almas y los cuerpos de los hermanos necesiten.
Esa es la misión del cristiano: Tener caridad con todos. Y en la medida de los dones que Dios le haya dado a cada uno, entregarse a la Iglesia.
No nos dediquemos a poner faltas y a injuriar a nadie, no sea que estemos poniendo el dedo en la pupila de los ojos del Señor.
cubrir las necesidades es bueno, negarlas es hipócrita.
Saiyak:
No estoy de acuerdo para nada en lo que le acusas a amigo 12.
Yo creo que es muy cierto lo que dice, y que los hombres han hecho malo lo que Dios hizo bueno, y sobre eso nos avisaron los profetas, a quienes no hemos hecho gran caso, como en muchas otras lecciones que nos dan.
¿Por qué nos centramos tanto en hacer mala la necesidad sexual de los hombre limpios, que a nadie van a hacer mal, porque el que ama, no va a imponer por la fuerza, ni la sexualidad a nadie ni ninguna otra cosa. Tampoco la va a imponer con mentiras, como hacen las falsas religiones con las doctrinas que se sacan del baúl de los inventos de Satanás e imponen al mundo como palabra y mandato de Dios.
Los apóstoles nos dijeron claramente que estamos libres de la ley que nos imputaba pecado. Que quedó clavada en la cruz de Cristo.
Estamos bajo la gracia. Y la conciencia de cada uno la juzgará el Señor.
Los usos y las costumbres, cuando a nadie se hace daño, son solo eso y cuando el apostol nos dice que habiendo sido ya limpios de la ley no debemos volvernos a fábulas judaicas y decir: "No mires, no gustes, no acarícies", porque cada uno ha de presentarse ante el tribunal de Cristo y "Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser censurado por aquello de que doy gracias? (1 Corintios 10:30), no queramos ser más grandes que los apóstoles y que el mismo Cristo, que nos dijo:"El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra"..."Yo tampoco te condeno"...No vuelvas a pecar.
Hay que saber entender lo que Cristo nos decía:
1º que no condenemos a nadie ni matemos, puesto que todos somos pecadores.
2º que no volvamos a cometer injusticia, que eso es lo que significa pecar, cometer injusticia.
¿Que injusticia había cometido la mujer adúltera?...Estar con un marido que no era el suyo.
Eso es lo que le dice El Señor que no haga, mentir y engañar y faltar a la justicia, que abomina de la doblez...Por eso le dice el Señor a la mujer que "cinco maridos tuviste"...Hay muchos hombres y por lo tanto, la mujer adúltera tenía que buscar pareja o marido, en quien no estuviera comprometido, para no hacer daño a la mujer del projimo, ni al prójimo, que arrastrado por la concupiscencia, engaña a su mujer.
Pero en ningún momento le dice el Señor que haya fornicado ni pecado contra la naturaleza, ni faltado a ninguna otra ley, ni que sea prohibido tener relaciones fuera del matrimonio.
Cristo nos ha librado de la ley. Algunas de las mujeres que le acompañaban y servían con sus bienes, habían dejado a sus maridos, porque éstos no amaban la ley de Cristo y ellas cumplieron con lo que nuestro Señor nos enseñó: "Todo el que no deja campos, casas, padres, hijos, mujer, etc por mi, no es digno de mi".
Si mi ley y costumbres enseñadas por unos padres y una sociedad ignorante, me dice que no puedo estar con un hombre, porque estoy casada con otro, pero yo he descubierto que ese hombre no sigue a Cristo y las leyes que yo he descubierto como malas, me obligan a permanecer con ese hombre o mantenerme en abstinencia si no quiero que me llamen pecadora, yo, como persona libre de las leyes del mundo, me entregaré a Cristo y a mis hermanos en la fé, y no consideraré mi marido más que a mi esposo: Cristo. Y a mis hermanos, cuando mi carne, santificada por el Espíritu del Señor a quien sirve, me pida caricias o satisfacción de una necesidad sexual, no la consideraré pecadora ni la privaré de lo que Dios ha hecho "limpio para los limpios", y tendré relación sexual, con quien como yo, se considere de Cristo y libre de amos que le esclavicen su carne, que debe ser puesta al servicio de la Iglesia, para evangelizar, para atender las necesidades de los enfermos, para enseñar, para vigilar y aumentar la fe de los débiles y para otorgar todos los cuidados que las almas y los cuerpos de los hermanos necesiten.
Esa es la misión del cristiano: Tener caridad con todos. Y en la medida de los dones que Dios le haya dado a cada uno, entregarse a la Iglesia.
No nos dediquemos a poner faltas y a injuriar a nadie, no sea que estemos poniendo el dedo en la pupila de los ojos del Señor.