La Bibia dice en Lucas 3:1-6, 21-23:
En el año decimoquinto del reinado de Tiberio César, cuando Poncio Pilato era gobernador de Judea, y Herodes era gobernante de distrito de Galilea, pero Filipo su hermano era gobernante de distrito del país de Iturea y de Traconítide, y Lisanias era gobernante de distrito de Abilene, 2 en los días del sacerdote principal Anás, y de Caifás, la declaración de Dios vino a Juan el hijo de Zacarías en el desierto.3 De modo que él entró en toda la comarca del Jordán, predicando bautismo [en símbolo] de arrepentimiento para perdón de pecados, 4 así como está escrito en el libro de las palabras de Isaías el profeta: “¡Escuchen! Alguien clama en el desierto: ‘Preparen el camino de Jehová, hagan rectas sus veredas. 5 Todo barranco tiene que ser rellenado, y toda montaña y colina allanada, y las curvas tienen que convertirse en caminos rectos, y los lugares escarpados en caminos llanos; 6 y toda carne verá el medio de salvar de Dios’”.
21 Ahora bien, cuando todo el pueblo se bautizó, Jesús también fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió 22 y el espíritu santo bajó sobre él en forma corporal como una paloma, y salió una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el amado; yo te he aprobado”. 23 Además, Jesús mismo, cuando comenzó [su obra], era como de treinta años, siendo hijo, según se opinaba,de José,
Los historiadores fechan el primer ano de Tiberio Cesar para el 14 a.e.c., si añadimos eso 15 años de gobernación de Tiberio que da el relato de Lucas llegamos al año 29 a.e.c, como el año en que Jesús se presentó a Juan para ser bautizado y emprender su obra.
Ahora bien podemos calcular el tiempo de duración del ministerio de Jesús por Daniel 9:24-27 que lee:
”Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, y para acabar con el pecado, y para hacer expiación por el error, y para introducir la justicia para tiempos indefinidos, y para imprimir un sello sobre visión y profeta, y para ungir el Santo de los Santos. 25 Y debes saber y tener la perspicacia [de que] desde la salida de [la] palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías [el] Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos.26 ”Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta [el] fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.27 ”Y él tiene que mantener [el] pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.”Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado”.
Esta profecía comenzó a cumplirse en el año 455 a.e.c. cuando el rey Artajerjes de Persia dio la palabra para restaurar los muros de Jeruslalén y las 72 semanas de años culminarían en el año 29 e.c. cuando se presentó el Mesías. El versículo 27 dice que habría una semana adicional y que en la mitad de la semana el Mesias sería sacrificado.
Si dividimos una semana en dos, tenemos 3 días y medio. Pero esta profecia trata de semanas de años siguiendo la regla bíblica de tomar "un día por un año" como lo establece la Ley en Núumeros 14:34 y Ezequiel 4:6. Ahora bien, si Jesús se presentó como el Mesías en 29 a.e.c. le sumamos 3 años y medio de ministerio a esa fecha llegamos al año 32 como el año en que Jesús fue sacrificado, específicamente en el día 14 de nisan de 32.