El Islam tradicional frente al Islam radical en Asia central y el Cáucaso.
"A ellos les mandamos la escritura ciertamente, confirmando lo que vino antes y guardándola en lugar seguro. Así que juzga entre ellos por medio de lo que Dios ha revelado y no sigas sus vanos deseos, que te apartan de la verdad que has recibido. A cada uno os hemos dado una norma y una vía. Dios, si hubiera querido, habría hecho de vosotros una sola comunidad, pero quería probaros en lo que os dio. ¡Rivalizad en buenas obras! Todos volveremos a Dios. Ya os informara Él de aquello en que discrepabais. (5:48)"
"así os hemos hecho una comunidad moderada... (2:143)"
"oh gente, os hemos creado de un varón y una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros. Para Dios, el más noble de entre vosotros es el que más le teme. Dios es omnisciente, está bien informado" (49:13)
"Los beduinos dicen: ¡Creemos! Di: ¡No creéis! ¡Decid, más bien: hemos abrazado el Islam! La fe no ha entrado aún en vuestros corazones. Pero, si obedecen a Dios y a su Enviado, no menoscabará nada vuestras obras. Dios es Indulgente, Misericordioso" (49,14)
Del Corán y los dichos proféticos, el erudito de al-Ahzar Muhammad Abu Zahra dedujo una teoría sobre la naturaleza humana, que mantiene que es normal que la gente difiera en su entendimiento y en su pensamiento. De una persona a otra, las opiniones y pensamientos varían sobre el mismo tema. Esto es especialmente verdad en la religión. El mensaje celestial es el más sutil y es el más difícil de entender completamente en todos sus aspectos. Esta es la razón por la que nosotros creemos que, aunque alguna gente pueda estar de acuerdo en cierta religión, tienen diferentes opiniones y maneras de interpretarla.
Mientras las antiguas y solitarias razas y naciones convergen a través del proceso de globalización y avance técnico, hay más oportunidades para que surjan diferencias. Como resultado vemos el nacimiento de diferentes filosofías, sociológicas, economías, políticas y escuelas de pensamiento en la misma religión.
La principal fuente de diferencias entre la gente surge de sus deseos, y los deseos cambian de una persona a otra. Es nuestro deseo el que determina si las cosas son bellas o buenas, no nuestra visión. La forma en que vemos puede no ser buena por sí misma, pero nuestros deseos dicen que sí lo es. Nuestros prejuicios sobre ciertas cuestiones y la fortaleza de nuestra opinión sobre ellas se manifiestan a través del poder del deseo dentro de nosotros -que sentimos más y más. Nuestros deseos hacen las cosas buenas en nuestro punto de vista aunque sean malas en los de otros.
Sócrates dijo, "si la cosa sobre la que se disputa es conocida, la disputa se terminará." Si entiendes aquello sobre lo que estás disputando, puedes terminar la disputa; si la disputa no es conocida, nunca la resolverás. Por eso mientras nos neguemos a reconocer el poder de nuestros deseos internos en la formación de nuestras opiniones, nunca resolverlos nuestras disputas, ni tan siquiera en la religión.
En la política las diferencias de opinión son resultado de las luchas por el poder para expresar opiniones y juicios que son producto de deseos propios. Mientras respalden las cosas que persiguen, creen que son muy leales a sus aspiraciones y que aquello que ambicionan es la completa verdad. Así son posibles, por ejemplo, el nacionalismo o el racismo con sus motivaciones.
El objetivo de aquellos que disputan contra la autoridad -sea el sultán, Rey o el poder central- encontrarán ayudantes y grupos que los apoyarán en su forma de pensar, y juntos lucharán contra cualquiera que esté en desacuerdo con ellos. Esto es especialmente verdad hoy en día entre la gente que sigue la religión. Sobre esto hay un mensaje, dado por el profeta Muhammad, la paz sea con él, que es aplicable a los musulmanes de todos los tiempos. El Profeta, la paz sea con el, dejó una religión dinámica que construye puentes con todas las religiones y comunidades que existen cerca de él, con ellas, o sin ellas. Por esta razón el dijo: "lo que temo para mí comunidad es que un hipócrita que tenga una sabia lengua pero no conocimiento en su corazón cambie a la gente con su elocuencia y los confunda con su ignorancia.".
Una gran disputa religiosa debe entonces surgir del seno de los eruditos formados, más que de las manos de gente que son poco dotadas intelectualmente y extremos en sus opiniones. Estos radicales causan confusión dentro de la religión y llevan a los extraños a verla como una religión violenta cuando no lo es.
Al considerar el Islam tradicional frente al Islam radical -en Asia central o en cualquier lugar-vemos que la diferencia entre ellos radica, no en las creencias básicas de la religión, como son la unidad de Dios, el mensaje del Profeta, la paz sea con él, o las obligaciones (cinco oraciones, el peregrinaje, el ayuno, la caridad etc.), sino de una ideología que emana del amor al liderazgo y la mala interpretación de la gente que no entiende debidamente la religión. La discusión se mueve fundamentalmente alrededor de la política y valores que no tienen nada que ver con la esencia de la religión. Esto es por lo que el más brillante erudito de dichos proféticos, imam Bujari relata que, Zainab bint Jash dijo que el profeta, la paz sea con él, se levantó una noche con la cara enrojecida y dijo: “¡No hay más dios excepto Dios! Asiste a los árabes por el mal que se aproxima." Hace catorce siglos el profeta, la paz sea con el, advirtió de la disputa que divide a la comunidad musulmana.
Alguien puede preguntar por qué, después del Profeta, la paz sea con él, los musulmanes tienen disputas. La respuesta es simplemente que, así como el Islam creció para incluir a una mayor diversidad de gente, nuevas situaciones surgieron. Así podemos clasificar las disputas en dos grupos: el primer tipo son las disputas que no separaron a la comunidad. Por ejemplo, uno de los más importantes compañeros del Profeta, la paz sea con el, Omar ibn abdal Aziz dijo: "no me gusta ver a los compañeros del Profeta, la paz sea con él, estar de acuerdo en un mismo asunto. Me gusta ver que muestren desacuerdo," porque si muestran desacuerdo encontraran maneras de ver el problema desde diferentes puntos de vista, y de esta manera más soluciones al mismo. Estos tipos de desacuerdos nunca separaron la comunidad.
El otro tipo de disputa destruye la unidad de la comunidad. Estos enfrentamientos pueden ser vistos tanto hoy en día como en el pasado, y están basados en diferencias políticas: como tener autoridad en un país; quien mandará y quiénes serán mandados. Las diferencias políticas fueron el origen de la división entre los Omeyas y los Abasís, los Fatimis y los Selyúcidas, los Mamelucos y los Otomanos. Todas estas disputas eran por la autoridad y por causas políticas, no por religión. En los asuntos políticos, se puede entender que todo el mundo que lucha por la autoridad mira la religión desde su propia perspectiva, para convencer a sus ayudantes a que lo apoyen aunque esté equivocado. Sus ayudantes lo seguirán ciegamente y lo apoyarán hasta el final -yendo tan lejos como para cometer actos de violencia, como ha pasado muchas veces en el pasado y recientemente. Esto es especialmente verdad en el siglo XVIII cuando el movimiento Wahhabi inspiró la más grande división entre los musulmanes en la era actual. Regresaremos a esto más tarde.
En este punto debemos hacer notar que el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, dijo: “Un buen creyente debe escuchar y obedecer mientras no sea ordenado a cometer un pecado”. El Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, también enseño que no debe haber oposición a un gobernante que no prohíba rezar. De esta manera los musulmanes tradicionales entienden que no hay derecho para crear confusión, romper la paz de un país, o preocupar al pacífico gobierno de una nación, ni tratar de eliminar su autoridad por la fuerza mientras les den la libertad para llevar a cabo sus obligaciones religiosas. Bajo estas condiciones, no hay derecho para no seguir una forma democrática tal y como era entendida en los tiempos del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él.
En su tiempo la democracia consistía en una shura. Con la shura, la gente se sentaba junta, se consultaban unos a otros y elegían una persona para que los representase. Desde el comienzo el Islam a mantenido una democracia mediante la shura. La mayor evidencia de la democracia en el Islam es lo que pasó cuando el Profeta, la paz y las bendiciones sea con él, partió al otro mundo sin dejar a nadie asignado para sucederle. Los sultanes y los reyes disponen a sus hijos como sucesores, pero el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, no dejo señalado a nadie y dejó que los musulmanes lo decidiesen.
Había tres opiniones diferentes sobre quien debería suceder al Profeta, la paz y las bendiciones sean con él: la primera la de los Ansar, los ayudantes del Profeta en Medina. Decían que el Califa debía ser de entre ellos porque ellos fueron los que lo ayudaron cuando emigró. Otro grupo, dirigido por Abu Bakr y Umar creían que los inmigrantes que vinieron con el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, a Medina deberían dirigir porque fueron los primeros en entrar al Islam. El tercero llamaba a Ali para dirigirlos porque el era de la familia del Profeta, la paz y las bendiciones sean con él. El desacuerdo no duró mucho, y mediante la shura, los tres grupos llegaron a un consenso que decidió que como a Abu Bakr le fue ordenado dirigir la oración cuando el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, estaba enfermo, el debería tomar la guía. La mayoría votó por él para que fuese el califa y así, en esta elección, el precedente en el Islam para transiciones pacíficas fue establecido.
El movimiento Wahhabi
Lentamente, tal y como los hechos políticos han ido surgiendo, hemos visto como grupos radicales se han establecido en el poder, el mayor de los cuales han sido el movimiento Wahhabi/Salafi. El movimiento Wahhabi fue creado por Muhammad ibn Abdel-Wahhab (d. 1787). Estudió ampliamente todos los libros de su tiempo y se convirtió en uno de los más dogmáticos conocedores de la religión. De acuerdo con Abu Zahra de la Universidad de al-Ahzar (de la página 208 de su Historia de las Escuelas del Pensamiento Islámico), Abdel-Wahhab era mucho más extremo en su opiniones que ningún otro erudito islámico antes de él y sus seguidores han llegado hasta extremos más lejanos. Ellos han llegado más allá de considerar la religión como jurisprudencia, los hadices del Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, y las obligaciones, y han interpretado todo como prohibido. Si algo no se adapta a ellos, por ejemplo fumar, lo consideran prohibido. Y cualquiera que fume lo consideran fuera del Islam. Van tan lejos como decir que cualquiera que fume es un infiel, lo cual es una grave acusación en el Islam. Cuando no conocían nada sobre el café también lo consideraron prohibido. También consideraron la tierra como plana y lucharon contra todos aquellos que dijeron que era esférica – hasta los 70 incluso el erudito Wahhabi/Salafi Bin Baz insistía en que era plana.
El movimiento Wahhabi no a considerado nunca suficiente el extender la religión por la palabra o el papel, y ha empuñado la espada para luchar contra todo aquel que se haya distanciado de su ideología. En su opinión están luchando contra las innovaciones. Confundieron el verso del Corán que dice: “Sois la mejor comunidad de la humanidad. Buscáis el bien y prevenís el mal” como si significase que es su tarea es asesinar aquellos que difieren de su opinión.
Su ideología fue el camino de la violencia especialmente como resultado de su unión Muhammad bin Saud ( un pariente de Muhammad ibn Abd al-Wahab), que acepto su escuela y reforzó esta con el poder de la espada. Después de él los Wahhabis empezaron a luchar contra todo aquél que se cruzó en su camino. De repente, así como el movimiento llegaba a diferentes ciudades y pueblos, destruían los libros, mezquitas y reliquias musulmanas y forzaban a todos a seguirles. Prohibieron las fotografías. Incluso llegaron a decidir que para cualquier musulmán decir “Maestro” al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, era una innovación castigada a no ser que se retractase de ello. Dr. Abu Zahra continua diciendo que los Wahhabi fuerzan las opiniones de la gente incluso hoy en día, considerando que todos aquellos que no siguen su ideología están equivocados. Como el Dr. Abu Zahra también menciona en otros lugares hay más de 150 escuelas de pensamiento en el Islam.
El Islam Tradicional
El Islam tradicional ve la religión como un pacto entre el hombre y Dios guardando el camino de la moderación y la tolerancia. De acuerdo con esta creencia, no puede haber coacción ni se puede usar la fuerza en la religión. Desde el tiempo del Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, la paz y la tolerancia eran practicadas entre los diferentes grupos religiosos, y el respeto era garantizado a aquellos de diferente creencia. Contrariamente a esto, la ideología de los Wahhabis y aquellos que siguen su ejemplo, los Salafis, está construida sobre el concepto de imposición política de las creencias religiosas, no permitiendo diferencias de fe cualesquiera que sea. En la creencia Wahhabi, la fe no es una opción; es un mandato forzado. Muchos de los actuales movimientos Salafi/wahhabi de hoy en día imponen la religión mediante la violencia y se oponen a los gobernantes de sus países como se puede ver en el Medio Oriente.
Mientras las revueltas dirigidas por islamistas hoy en día y los levantamientos en la actual Unión Soviética pueden aparecer como un nuevo movimiento, de hecho las raíces de los movimientos tras estas actuaciones militares se hunden en la caída del califato Islámico y la disolución del poder político del Islam.
Los Orígenes del Islam en Asia Central.
En Islam fue introducido en Asia Central y el Caucaso por los Compañeros del Profeta(s). En el 667 AD cruzaron el río Oxus hacia Bujara. En los primeros 100 años después de la muerte del Profeta (s) Bukhara, Samarcanda, Kashgar (lo que es hoy Xianjiang) y los límites del Caucaso estaban bajo el gobierno del Islam. Las tumbas de los Compañeros que llegaron a estas tierras tan distantes de Arabia son lugares de veneración para los musulmanes tradicionales, y pueden ser encontrados en Bukhara (hoy en día en Uzbekistán), en Derbent, Daghestan, en el Mar Caspio y en Khokand.
Lo que los Compañeros establecieron, un ambiente y forma de vida islámico, floreció y creció bajo la dirección de los Compañeros y sus sucesores. Así con paso del tiempo, las enseñanzas del Islam fueron propagadas por piadosos maestros del moderado y mayoritario Islam. Mientras el centro intelectual del Islam se fue trasladando hacia oriente y el norte a lo largo de los siglos, de Bagdad a Tus, a Merv y finalmente estableciéndose durante largo tiempo en Bujara, Samarcanda, y más al sur en Herat, el Islam continuo creciendo en los corazones de la gente, extendido principalmente por las enseñanzas y los esfuerzos de propagación de estos píos eruditos.
En el Caucaso, la extensión del Islam estuvo estancada en buena parte por culpa de las montañas. Al este del Caspio, sin embargo, el Islam se extendió hacia el norte mediante la conquista y colonización. Con la conquista de la Horda Dorada y su conversión al Islam en masa en manos de los maestros piadosos del Islam de Bujara, se produjo una repentina expansión de los territorios islámicos hacia el norte y el occidente. Kazajstan, Tatarstan e incluso las proximidades de Moscú cayeron bajo el dominio musulmán.
Con la conquista de estas vastas áreas de territorio bajo los gobiernos musulmanes, el trabajo real de propagación del Islam entre las gentes de un amplio espectro de creencias empezó realmente. Esta tarea cayó sobre los piadosos maestros y sus estudiantes, quienes vivieron las condiciones de vida más duras y en los lugares más difíciles para asentarse, y así dieron inspirados ejemplos a los indígenas. Con la construcción de fuertes o janiqahs en los lugares más distantes, los grandes maestros, empezando con Yusuf Hamadani y Sáad al-din Kashgari, mandaron delegaciones para mostrar la perfección en el Islam (el estado de Ihsan).
Encontraremos que algunos de estos maestros tienen sus orígenes en Asia central, Samarcanda, Bujara, Merv, Tus, Herat – todos estos eran nombres de ciudades cuya vida religiosa iba unida a la influencia de estos grandes eruditos. Sus nombres eran más conocidos que los de los reyes de las tierras donde ellos vivían, y su palabra incluso tenía más fuerza.
Esta situación duró hasta el final del siglo XVIII. Mientras el núcleo de la enseñanza islámica se desplazó de Asia Central hacia el oriente y hacia la India, y después hacia el occidente, de vuelta a Damasco y hacia el Sur hacia el Hijaz y Yemen, y el poder político se movió a Anatolia bajo los Otomanos, el corazón espiritual de Islam permaneció en mayor grado fijo, justo en el corazón de Asia central.
Cuando los tiempos medievales vinieron a ver las desbastadas tierras islámicas por los sangrientos Mogoles, en una oleada tras otra durante varios siglos, fueron los píos maestros y sus estudiantes los que procuraron la mayor parte de la supervivencia del Islam, a menudo permaneciendo intocables e inmutables mientras el terror campaba alrededor suyo. Así era hasta que por la influencia de un erudito y moderado maestro del conocimiento interno y externo, Ghazan Khan abandonó la religión primordial de las estepas y entró a formar parte de la comunidad de los creyentes, seguido como en un mismo paso por la nación entera de los Mogoles. Así que mientras Genghiz Khan asesinó “como castigo sobre los seguidores del Profeta por haber abandonado su religión” Timurlane conquistó con la bandera del Islam enarbolada en su vanguardia. De esta increíble transformación Afees escribió:
“De los venenosos vientos que soplaban en el jardín de rosas, es extraño y una maravilla que el color de la rosa y la esencia del jazmín todavía permanezcan”.
Al final del siglo XVIII, los predicadores Naqshbandis empezaron a tener éxito en penetrar en las murallas de la zona del Caucaso, un área que había permanecido impenetrable al avance de los ejércitos o la extensión del Islam. Y justo cuando la atención del Zar se dirigió a la conquista de esta área, ésta se unió al Islam; las semillas del Islam, plantadas por piadosos maestros, dieron flores repentinamente como bajo una inesperada lluvia. Simultáneamente, los designios imperiales de Rusia produjeron como resultado brutales guerras y movimientos de resistencia en los cuales los santos muyahidines jugaron un importante papel. Imam Mansur, Ghazi Muhammad, Sayyid Jamaluddin al-Ghumuqi al-Husaini, Mullah Muhammad al-Yaraghi, Imam Shamil, Ají Murad y otros, la mayoría de las escuelas Naqashbandi y Qadiri.
La derrota y el Comunismo.
Con la conquista de la mayor parte de Asia Central en los mediados del XIX, la janiqats, waqfs y madrazas pasaron a estar bajo el control del Zar. Los esfuerzos de intimidación de los gobernantes del Zar aumentaron. Aunque no acabaron en un enfrentamiento abierto, como pasó en el Caucaso, sus esfuerzos crearon un tremendo sentimiento de opresión. El Zar, descreyendo el poder mantenido por los shaikh de la tariqats, quiso embargar sus pertenencias y así como su influencia económica entre la gente.
Con la llegada del comunismo, el Islam fue proscrito, forzado a ocultarse, y, en toda Asia Central, de hecho a desaparecer. Las tradiciones solo se mantenían vivas oralmente, porque la mayoría de los libros eran inaccesibles a la mayoría de los ciudadanos comunes, especialmente con la imposición del alfabeto cirílico. Los shaikhs eran exiliados, puestos en prisión o asesinados. El ateismo comunista no tenía ninguna estima por los sahikhs, mullahs y eruditos porque rechazaban el creer en Dios. La ganancia de cualquier sociedad según Marx se mide en términos de producción, lo que en países agrícolas como Uzbekistán, Kazakastan y Tumekistan consistía en granjas y trabajadores.
La educación soviética, la eliminación de las enseñanzas religiosas y la erradicación del Islam creo una sociedad desenraizada de sus tesoros y herencia espiritual. En menos de 70 años, la mayor parte de Asia Central perdió su conexión con sus orígenes, excepto lo transmitido en la enseñanza oral.
Independencia y Revivificación.
A pesar de los esfuerzos para erradicar la religión, un interés sin precedentes sobre la tasawwuf y la practica islámica siguió a la caída de la Unión Soviética. Algunos de los anteriores estados soviéticos estaban ansiosos de satisfacer su sed de espiritualidad, dando apoyo completo a las resucitadas instituciones islámicas para reconstruir las estructuras destruidas. Uzbekistán es el más avanzado en este esfuerzo, habiendo gastado millones de dólares en la reconstrucción de mezquitas, madrazas, tekkes y maqams de santos prominentes. Al mismo tiempo, las editoriales de Tashkmes, Bujara y Samarcanda están llenas de nuevas publicaciones sobre la tariqat Naqshbandi y Yasavi, la poesía religiosa, explicaciones del Corán y hadith y escritos de algunos intelectuales islámicos modernos. Como para compensar los 70 años de desconexión, la elite musulmana y el común de las gentes están devorando información sobre las tradiciones islámicas, cuyo recuerdo a interesado a generaciones, incluso durante los más oscuros días del comunismo.
Pese a todo, la desconexión continua, porque el Islam por naturaleza no es solo literario sino que es de carácter practico por excelencia. Las escuelas de pensamiento sin auténticos maestros que transmitan sus enseñanzas son solo conchas de una realidad más profunda. Así en realidad, el resurgir del interés sobre el Islam a través de la ex Unión Soviética y el Caucaso, aunque briosa, es incompleta.
Este aspirador escolástico ha dejado un agujero en la tradición –que ha sido reemplazado con su substituto más cercano, a menudo con desastrosos resultados. Versos del Corán y hadiths arrojados por predicadores bien financiados por los Wahhabis-Salafis, explotan las añoranzas espirituales de la gente y los conducen a extender sus enseñanzas. A pesar de su exterior islámico, los principales ingredientes del Islam tradicional se han perdido: el amor, la compasión, la misericordia, tolerancia, respeto y perdón. Estas palabras son dichas en raras ocasiones, y si lo son solo para las personas del mismo credo. Todo el resto son rechazados como “infieles” para que sean ignorados, y de forma indudable, cuando los Wahhabis lleguen al poder, eliminados. El foco de interés de estos predicadores no es tanto islámico sino político. Argumentando que el Islam es una religión de acción, en la cual el estado y la religión no están separadas, ellos de hecho reducen el Islam a objetivos políticos y la búsqueda de poder y su dimensión espiritual es completamente subyugada.
La reciente historia del Islam en Tajikistan es uno de estos casos, donde están bajo tres grupos de influencia islámica: el Partido de Resistencia Islámica, el clero oficial dirigido por el Cadí de los Musulmanes Tajik, y el clero tradicionalista que no pertenecen ni al primer ni al segundo grupo; de los cuales son mayoría los Sufi “ishans”.
La Penetración Wahhabi.
Al final de los 80 y los comienzo de los 90 una riada de musulmanes radicales de las naciones del Golfo Pérsico, Afganistán, India, Pakistán y África del Norte empezaron a traspasar las fronteras de Asia Central y el Caucaso sin impedimento alguno. Con la caída del comunismo, los nuevas naciones emergentes no tenían o tenían pocos recursos para luchar contra los insurgentes. Guerrilleros, la mayoría entrenados en Afganistán, como se alega, financiados por los Wahhabis y a través de la venta del opio y narcotráfico, eran capaces de penetrar las fronteras, hacer ataques de guerrillas y rápidamente retirarse. Entrenados en la cruzada de la guerra Ruso-Afgana, estos radicales eran primero guerrilleros, con poco interés en la ideología. Sin embargo sus mandos eran de ideologías radicales:COLOR=orangered]B I N L A N D E N [/COLOR] B I N L A N D E N Dr. Ayman al-Zawahiri, Shaykh Umar Abur Arman y otros muchos reformistas árabes, que seguían las enseñanzas de los Wahhabis/Salafis más estrictos.
Los posteriores reformadores del Islam, los salafis como Rashid Reda, Jamaluddin al-Afgani y otros pensadores modernistas pan-islámicos, y algunos radicales como Syed Qutb, Hasan al-Banna, Mawlana Mawdudi, habían bebido del fondo de la ideología Wahhabi, y de ella viene su aproximación militante. Estos grupos rechazan las nociones tradicionales religiosas y en contra se centran en la politización de la religión.
Entrenados en sus países de origen en esta militancia, y estableciendo centros base y montando organizaciones y poderes financieros, estos líderes radicales no estaban contentos con establecer mezquitas, escuelas islámicas o instituciones sociales – buscaban construir un movimiento militar. Los objetivos iniciales eran: desbancar los gobiernos de sus países de origen o adopción, reemplazándolos por uno que siga la pura “shariah”- o aquel que se adapte a su ideología.
Estas complejas operaciones de fondo aparecen como organizaciones humanitarias, pero realmente están trabajando para la extensión de la ideología Wahhabi/Salafi que han adoptado de varios movimientos radicales. La masiva infiltración del Islam político en la sociedad ávida de activismo se basa en la fundación de una estrategia organizativa fundamentada en la retórica pseudo-islámica.
Hoy en día la estrategia de los Wahabi en Asia Central tiene dos direcciones: 1. inundar el mercado religioso con enormes cantidades de literatura de los reformistas Salafis para comunicar su revolución del Islam o el Jihad contra el gobierno y dirigirse contra los estudiantes e intelectuales que tienen acceso libre a la lectura y el estudio; 2. favorecer el activismo militante, que se ocupa desde protestas y la fundación de mezquitas antigubernamentales y madrazas hasta su actual campaña de actos de terror y operaciones militares levantiscas. Estas operaciones son a menudo preparadas desde fuera de estas fronteras en áreas remotas de países vecinos, formando una trinchera “natural” para vencer a las fuerzas gubernamentales.
De acuerdo con la ideología Wahbai/Salafi, el fin justifica los medios. Así no es sorprendente encontrar “eruditos” de Islam militante que declaran permisible todo lo que el Islam prohíbe. Esto incluye:
Declaraciones de guerra, Jihad, contra los gobiernos musulmanes y sus ciudadanos bajo el razonamiento de que cualquier añadido en la aplicación de la Shariah convierte el gobierno en Kaafir – infieles. Esto está en contra del de la mayoría del Islam tradicional Sunni que afirma que a no ser que un gobierno evite que el musulmán rece, no está permitida la revuelta.
Matar a cualquier miembro del gobierno afirmando que éstos son infieles.
Matar a los ciudadanos que no se revelan contra el gobierno, al considerarlos colaboradores de los infieles.
Vender productos y materiales prohibidos en el Islam, como opio, para financiar su Jihad.
Negociar en el tráfico de armas.
Secuestrar y vender a personas humanas.
Un ejemplo Actual
Los chechenios son musulmanes moderados que quieren seguir la Shariah en la adoración y la familia para sí mismos, pero no ven razón para imponerla a nadie más. Cuando la primera guerra por la independencia de Chechenia tuvo lugar, no era tanto una disputa de tipo religioso como una disputa ayudada por un entusiasmo religioso.
Lo que ocurrió en la última fase de la guerra y después del tratado de paz con Rusia es lo que llevó al actual estado de desastre en Chechenia. Los extranjeros islamistas radicales se sentían atraídos a participar en la guerra de Chechenia por varias razones:
1 aprender el arte de la guerra de aquellos que lo conocen bien.
2. establecer lazos de camaradería con los líderes militares de Chechenia que no se pudiesen perder.
3. Crear un emplazamiento seguro para entrenar y reclutar
4. crear un movimiento militar independiente en el que ningún gobierno pudiese interferir
5. Desarrollar operaciones para conseguir dinero, como el secuestro y rescate, estraperlo, lavado de dinero y trafico de drogas.
El primer objetivo de los movimientos Wahhabi es crear un estado “islámico”, con la esperanza de que este llegase desde Afganistán a África del Norte, y de Turquía hasta el Yemen y Sudan.
Los objetivos descritos fueron realizados en chechenia en un corto periodo de tiempo. Usando a Shamil Basayev como su hombre fuerte, los Wahhabis podían establecer un movimiento militar independiente que operase sin leyes ni restricciones. Los Wahhabis facilitaron fondos y armas a las milicias de Basayev, creando un ejercito completo en Chechenia. Sus intenciones de expansión se mostraron claramente en la insurgencia de Dagheshtan en Agosto del 1999.
Se ha alegado que Basayev no busca nada más que su gloria personal – no es un detalle impotante. Como todos los movimientos dirigidos por los Wahhabi a través del mundo, la inspiración viene de los maestros Wahhabi/Salafi. Los Wahhabi/Salafis rechazan todo el conocimiento y estructuras islámicas del pasado construidas a través de 1400 años, declarando que los que siguen estas escuelas está fuera del Islam, que son de hecho “infieles”.
A causa de la tendencia del ego a desear el poder, su ideología rechaza cualquier forma de autodisciplina a favor de una disciplina externa física y organizativa. Así el énfasis es puramente externo, relegando la purificación del ego a un superficial conjunto de reglas y restricciones sin ningún equilibrio entre el cuerpo y el espíritu tan esencial en la religión. Su dogma termina entonces siendo un frío conjunto de haceres y no haceres, poderes y no poderes – algo que la mayoría de los occidentales encuentran abominable.
El presidente chechenio Aslan Mashjadov desafortunadamente tuvo que comprometerse son Basayev y los grupos Wahhabi que él controlaba, para mantener la paz, pero esto no significa que Mashjadov apoye o acepte sus creencias. Sin embargo, este tipo de infiltración maligna es justo la que los Wahhabi han buscado, situándose a si mismos en el medio de los asuntos políticos donde normalmente no podían estar. Forzando al presidente de Chechenia a aceptar su presencia en Chechenia les dio implícitamente credibilidad con la cual manejar la opinión política de los musulmanes.
Mashjadov se opuso constantemente a los Wahhabis, por lo que lo trataron de asesinar tres veces antes de la actual guerra, y una vez en los tres últimos meses. Mashjadov dijo que Chechenia construiría un estado basado en el Islam, pero de acuerdo a un modelo propio, expresando que los chechenios no adoptarán el Wahhabismo ni el fundamentalismo ni el extremismo, puntualizando que para los chechenios la “democracia es más atractiva” [RIA Novosti 8/10/98].
Reteniendo los apoyos financieros y políticos a Mashkhadov, Rusia en esencia lo condujo a los brazos de los Wahhabis, dejándole poco elección más que luchar en una segunda guerra. Si Rusia hubiese mantenido finalmente la promesa de reconstruir Chechenia y dar a Mashjadov recursos para establecer una seguridad interior, la actual guerra no habría ocurrido nunca. Como los Wahhabis raramente les conforma una victoria aparente, prefirieron continuar presionando y causando problemas más que permitir a la nación que se desarrollase y madurase, es por lo seguramente cualquier victoria en la actual guerra será sustituida rápidamente por una lucha interna, mayor que la que está teniendo lugar actualmente en Pakistán y Tajakistan.
Las Estrategias Actuales.
Las naciones y sociedades que más éxito han tenido en la prevención de la infiltración e insurgencia Wahhabi son aquellas que han dispuesto libertades básicas a su población y que han establecido una fuerte estructura económica, eliminando así las causas de conflicto y distensión. Más importante es el proveer con suficiente provisión espiritual a la población, y guía en la religión que no pueda ser modificada por fuerzas externas. Esto solo puede ser completado con un entrenamiento de un gran cuadro de Imames profesionales y eruditos en la vía tradicional del pensamiento y practicas islámicas, y armándolos con adecuada información para luchar contra esta propaganda extendida por lo Wahhabis en grandes cantidades. Impórtate es para esta estrategia la intensiva fundación de programas religiosos para televisión y radio y la publicación de literatura Islámica mayoritaria. Al mismo tiempo es necesario que las publicaciones religiosas y los materiales de propaganda del exterior sean restringidos, preferentemente más por el conocimiento religioso y la educación que por la actual censura.
Los levantamientos Jihadistas/Islamistas también pueden ser prevenidos. La cooperación entre naciones vecinas pueden asegurar que los que perpetúen la violencia no puedan escapar entre sus fronteras. Acuerdos de seguridad fuertes entre vecinos asegurarán que la cooperación ocurre con en la persecución y detención de los militantes en áreas remotas. Estas barrearas solo pueden ser sobrepasadas mediante la cooperación de seguridad y militar en la persecución de movimientos insurgentes, sin la cual estos se ven libres para atacar, después retirarse a través de la frontera más cercana con total impunidad.
Finalmente, como en toda guerra, la mejor defensa es un buen ataque. La mejor contra hacia la militancia Wahhabi/Salafi son las creencias de la mayoría moderada, extendidas con rapidez y lo más efectivamente posible. Como antídoto para las ideologías Wahhabi/Salafi, hay que ofrecer una salida para la expresión de la piedad y santidad; el camino moderado son los significados tradicionales, que a través de Asia Central fueron los que dieron lugar al florecimiento del Islam, la tradición y la cultura, que nos evocan la Edad Dorada. Así esperamos que, con visión de futuro y planificación tranquila, una segunda Edad Dorada sea de nuevo presenciada en Asia Central.
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