Hola Isle, la paz de Dios sobre tu vida!
Interesante tema,
Te doy mi opinión sobre él:
(perdona el tamaño de letra grande, pero es que ya me cuesta trabajo leer letra pequeña, aún la propia)
Escribo mi opinión después de tus planteamientos:
Efectivamente esto debe llevarnos a entender que hay una parte de la iglesia que son prudentes, y otra, aún conociendo y creyendo seguir al Cordero, son insensatas. Y cuando dice que cinco son prudentes y cinco son insensatas, creo que NO habla de “mitad y mitad”, sino que yo entiendo que el número 5 es el número que revela la “gracia de Dios” sobre su iglesia, es decir, su gracia está tanto con las prudentes como con las insensatas. Pero tristemente vemos que a pesar de ello, su insensatez terminará perdiéndolas.
Es muy interesante ver que en el griego original, estas palabras: prudentes e insensatas, tienen varios significados muy interesantes.
Coincido con esto. Sin embargo, el Señor nos muestra esa polaridad significativa. Porque si notamos bien, por un lado tenemos que:
Mat 25:3 «Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;"
Dice aquí que tomaron sus lámparas, pero no aceite. De manera que entendemos que las insensatas pensaron que sus lámparas podían alumbrar sin aceite, lo cual resulta totalmente absurdo.
Son tan arrogantes, tan necias, tan presumidas, que se creyeron que podían alumbrarse con luz propia, sin el aceite. Y por otra parte, también son tan religiosas que creen que están en lo cierto. Que todo cuanto hacen es lo correcto, es la única verdad.
Me llama la atención ver que la iglesia local en Laodicea, bien podría ejemplificar a estas vírgenes insensatas, por eso el Señor les reclama solemnemente y les dice:
Apo 3:15 «Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
Apo 3:16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Apo 3:17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.
Apo 3:18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.
Apo 3:19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
Apo 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.»25)
Que tremendo es ver que a quienes el Señor les dice: «Si alguno oye mi voz y me deja entrar», es a aquellos que estaban seguros que el Señor estaba con ellos, adentro de su iglesia, y que todo lo que hacían era para Dios.
Creen que sus lámparas pueden alumbrar por sí mismas, y que no tienen necesidad del aceite. ¡Se han hecho religiosas, se han hecho tibias! ¿Es que esto difiere a muchas Laodiceas, hoy en día?
Por su parte:
Mat 25:4 «mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.»
Aquí hay algo bien interesante. Notemos que habla de “vasijas y lámparas”. Aquí no solo dice lámparas, como en el caso de las insensatas.
Entonces yo entiendo que las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, es decir, ellas son vasijas de barro, y se llenaron del aceite, se llenaron de la presencia del Espíritu Santo de Dios. Y también lo hicieron con sus lámparas (basadas en la Palabra de Vida).
En otras palabras, al estar llenas del aceite (sus vasijas, sus vidas), ¡ellas podían alumbrar! Fuimos llamados a ser la luz del mundo, y esto NO puede ser de otra manera. La única luz que puede brillar es la luz de Jesús en nuestras vidas, es la presencia de su Espíritu en nuestras vidas, no podemos alumbrar con luz propia.
Y a diferencia de las insensatas, que creían que por sí mismas podían alumbrar con sus propias lámparas, SIN aceite (notemos que NO dice que llenaron sus vasijas, como lo hicieron las prudentes).
Aquí encuentro varios puntos bien interesantes:
Ante el "clamor" que anuncia la venida del esposo (que para mi son todas las señales ineludibles que anuncian su vinminente venida), las insensatas se dan cuenta que su aceite no era tan bueno como ellas pensaban, y piden a las prudentes que les den de su aceite, al ver que sus lámparas se apagan.
Se acostumbraron a buscar en otras partes, y por eso piden. Nunca entendieron que el aceite no se puede “comprar” ni dar a nadie más, es para uno mismo, es para llenar la vasija propia.
Las prudentes les dicen que vayan a los vendedores de aceite, a comprar. Finalmente siempre “compraron” aceite extraño en forma insensata, ¡ellas Nunca valoraron ni cuidaron el verdadero aceite, siempre lo compraron!
Lo cierto es que el aceite escasea en esta hora, y esto nos habla de los pocos que hallan la puerta angosta. La hora undécima es una hora muy peligrosa, se debe cuidar el aceite (la comunión con el Espíritu Santo).
Los que tienen aceite lo cuidan con celo, no pueden arriesgarse a perderlo también.
De hecho, las insensatas, lejos de arrepentirse de su actitud, siguieron en la misma y fueron a comprar aceite.
Mat 25:10 «Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.»
Creo que estamos en la "hora undécima", la hora antes de la media noche, en la que viene el esposo. Y las vírgenes insensatas siguen buscando comprar aceite con los vendedores de aceite barato (apostasía).
Todo esto está ligado con la hora de Apostasía que habla la Biblia (2ª. Ts. 2:3). La hora onceava es la hora de Apostasía que precede a la segunda venida de Cristo. Esa iglesia apóstata ecuménica crece a pasos agigantados, haciéndose pasar como Dios y buscando “sentarse” en el templo de Dios (la iglesia).
Cuando las insensatas se dan cuenta, es demasiado tarde. La puerta se ha cerrado y se han quedado afuera.
¿
Creo que las palabras del Señor Jesús son claras:
Mat 25:11 «Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
Mat 25:12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.»
Y estas palabras están en contexto con estas otras:
Mat 7:22 «Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mat 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.»
Me llama la atención que estas vírgenes insensatas eran bien religiosas y activistas. Siempre andaban ocupadas “profetizando”, echando fuera demonios de todo mundo, y haciendo milagros por todas partes.
Muchos no quisieron entender, aún cuando el Señor se los dijo claramente:
Luc 10:17 «Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
Luc 10:18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Luc 10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
Luc 10:20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.»
Las insensatas son parte de las “mujercillas” que siempre andan aprendiendo y aprendiendo, pero que por más que “aprenden” no pueden llegar al conocimiento de la Verdad (2ª. Ti. 3:7). La pregunta obvia es, ¿entonces que tanto aprenden?, ¿acaso a comprar aceite extraño?
El amor de estas vírgenes insensatas se enfriará, pues su fe será probada también, y al ya no encontrar aceites extraños que satisfagan su necesidad compulsiva de “comprar”, llegará el momento que ya nada las llene, que terrible momento.
El Señor les advirtió siempre que lo que hacían era abominable ante sus ojos, y que no pasaría por alto toda la impiedad que ellos cometieron.
Respecto al hecho de que todas se durmieron:
Mat 25:5 «Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.»32)
Aquí encuentro algo bien importante que debemos considerar. Uno de los atributos de la prudencia, es la paciencia. Y a diferencia de las insensatas, las prudentes son pacientes. “Aquí está la paciencia y la fe de los santos”, nos dice el Señor a sus vírgenes prudentes (Dios quiera que seamos encontrados entre las prudentes).
Sin embargo, a veces no entendemos que a la luz de estas palabras del Señor, aún nuestra paciencia va a ser probada, y ambas, tanto las insensatas como las prudentes, se durmieron al ver que el esposo tardaba. Es decir, no solo las insensatas lo hicieron.
Y es que cuando la noche está avanzada (como lo es hoy) llega un momento en que el sueño es tan pesado que es casi imposible permanecer despierto. Todo esto nos habla de fatiga, de cansancio, de desánimo. Pareciera que el esposo ya tardo demasiado, y que nunca llegaría. Y este es justo el tiempo cuando los burlones preguntarán: “¿Dónde está la promesa de su Venida?” (2ª. P. 3:3-4). Por eso hablo de paciencia.....”aquí está la paciencia y la fe de las prudentes.”
Cuando el Señor venga, ¿hallará fe en la tierra?
Pero el Señor nos da luz al respecto, y nos dice que en el momento de su llegada, y que será justo a la media noche, escucharemos un “clamor” que nos despertará.
CLAMOR = gr. Kraugé (κραυγή ), «clamor, voces, avisos, preparación, notificación, señales.»
Podemos asociar este “clamor”, al pasaje que nos dice que cuando el Señor venga por su novia, escucharemos la “trompeta de Dios” (1ª. Ts. 4:16; Apo. 10:7), y Él juntará a sus escogidos de los cuatro ángulos de la tierra.
El Señor viene pronto por sus vírgenes prudentes que le esperamos con anhelo.
Dios te bendice!