Re: NUESTRA SANTIFICACION DEPENDE DEL USO QUE LA DAMOS A NUESTRO CUERPO
Podrías profundizar en lo que dices – dado no lo puedo poner (es para mí como un recorte de un periódico de un articulo donde no puede ver el fin ni el principio y no llego a entender lo que dices por tanto) en un contexto que da sentido a lo que dices. Puedes explicar brevemente no solo el concepto/los conceptos (son totalmente desconocido para mi…: Heteronomía inmanent, autonomía trascendent, circular en ese camino de santificación) que usas sino explicarlo mejor…también.
Gracias…
En Cristo
Con mucho gusto.
La Heteronomía inmanente expresa que el hombre ha sido y está siendo creado por Dios para volver a Él.
La palabra Heteronomía quiere decir: Ley dada por otro. En este caso, mandamientos dados por Dios a los hombres. Es decir que es el "para qué" fuimos creados absolutamente todos los hombres a tal punto que el mismo no se realiza plenamente como hombre si no ejecuta esa finalidad.
Cuando la humanidad decidió alejarse de Dios (en el pecado original) es donde necesita el camino de redención, en otras palabras, el camino de regreso a Dios, que es Jesucristo, que gracias a su obra, podemos nuevamente alcanzar la santificación, y para alcanzar debemos cumplir con el propósito para el cual fuimos creados (la heteronomía inmanente). Por ej: las plantas hacen su heteronomía inmanente porque nacen, crecen, se reproducen y mueren, y no van a hacer otra cosa más que esto. Pero las personas humanas no, porque fuimos creados para Dios pero tenemos la libertad de continuar haciendo lo que Dios quiere (cumplir con la heteronomía) o bien dar la espalda. Para ello el individuo tiene su propia autonomía para la elección:
Autonomía Trascendente: solamente tiene como causa final llegar a Dios (vivir de acuerdo a lo que Dios dice que somos, a lo que Dios nos creó)
Autonomía Inmanente: que tiene como causa final a una ley impuesta por los hombres (vivir conforme a lo que yo pienso que es correcto y/o realizando interpretaciones humanas privadas).
Ahora bien, cada cristiano debe reconocer su dignidad con la que fue creado para poder alcanzar la santificación, porque participa de la naturaleza divina por ser hecho hijo de Dios (Heteronomía Inmanente) y a ese título de ser llamado como tal no nos lo puede quitar nadie por la gracia recibida en el bautismo, pero está en nosotros si es que decidimos comportarnos como tal o no. El Símbolo de la fe profesa la grandeza de los dones de Dios al hombre por la obra de su creación y más aún, por la redención y la santificación. Los cristianos reconociendo esta dignidad, somos llamados a llevar en adelante una "vida digna del Evangelio de Cristo". Principalmente por los sacramentos y la oración se recibe la gracia de Cristo y los dones de su Espíritu que les capacitan para ello, para poder alcanzar ese camino de regreso a Dios que he mencionado antes. Estos son importantes porque cada uno de los siete sacramentos es como volver 2000 años atrás y ser como Juan y María a los pies de la Cruz. Por ej: el sacramento es el misterio litúrgico pascual por el cual aceptamos que Jesús murió en la cruz para nuestra salvación y que resucitó. La comunión es el misterio litúrgico pascual por el cual aceptamos que Cristo dio su cuerpo y vida para nuestra redención. Y así con cada uno de los 7 sacramentos puestos en referencia a la Cruz de Cristo.
Pero esto no significa que para ser santos solamente se tiene que estar en presencia de los actos litúrgicos, dado que la misma no opaca a las demás acciones que se pueden realizar. Porque tanto como las enseñanzas, evangelizaciones, Vía Crucis, grupos de oraciones, etc. son lo que forman y llevan al cristiano a la Liturgia, es decir a la plena conciencia del individuo y presencia real de Jesucristo en su Pasión.
Esto es semejante a esto: Una madre tiene a su hijo de 7 años enfermo y pasó diez noches en vela por su cuidado. ¿La madre tu más amor por su hijo durante esos siete días que antes que se enfermase? No. Antes que se enfermase su hijo, siempre su madre le tuvo el mismo amor, sólo que se notó más cuando estaba enfermo.
Lo mismo sucede en el amor de Dios. Podemos hacer enseñanzas, obras buenas, evangelizaciones pero en donde más se nota la pasión de Cristo es en la Liturgia Sacramental que es la GRACIA, el regalo de Dios para nosotros, pero esto no significa que todas las cosas buenas que he mencionado anteriormente queden opacadas.
Fuera de la Iglesia Católica, hay muchas creencias que no aceptan la Liturgia como método de santificación, pero nosotros tampoco podemos criticarlos a ellos porque siguen lo anterior a la misma Pasión, porque no realizan a la liturgia, por ende su enfoque de notación está puesta en otros aspectos que, como he dicho anteriormente, no quedan opacados porque todo es lo que lleva a ser hijo de Dios.
Cabe aclarar que los sacramentos y actos litúrgicos no son más que obras de GRACIA que nos dio Dios para la redención y SANTIFICACIÓN, al igual que las demás actividades que se puedan realizarse, como predicar, leer la Biblia, estudiar, pastorear, etc. Es por eso que para entrar en el camino del Reditus (Santificación) es necesario "obrar" pero por la gracia que nos ha sido dada porque en el día del juicio se nos va a pedir cuenta de los dones y talentos que el Espíritu Santo derramó para nosotros porque todo es don de Dios. Por esta razón
somos salvos por gracia y no por obras, para que nadie se gloríe. (Apóstol Pablo).
Un Saludo.