Cuán bueno sería que este epígrafe fuese exclusivamente para expresar nuestra gratitud, nuestro amor, nuestra adoración a Cristo...
Qué pudiésemos elevar nuestros pensamientos al trono de Su Gracia...que pudiésemos contemplar la Majestad de Su Gloria...antes de todas las cosas terrenales...al lado de Su Padre...recibiendo adoración de las criaturas angelicales...
Que pudiésemos contemplarlo descendiendo a la tierra, humanándose, y efectuando la purificación de nuestros pecados sobre el altar de la Cruz... ¡Cuánto amor en su corazón por una raza caída en el pecado...reos al infierno!!
Lo que hizo el Señor a favor nuestro constituye una deuda impagable...el precio de Su Sangre solo Dios Su Padre la puede valorar...yo sé que hay aquí hermanas y hermanos conscientes de nuestra propia indignidad...conscientes de nuestra propia debilidad ante la magnitud de la Obra de la Redención...a ellos me dirijo...aunque nuestro lenguaje es limitado y no puede expresar con exactitud la intención de nuestra adoración...el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles...
Adelante entonces...cada uno de vosotros tiene...salmo...tiene..doctrina...tiene gratitud...tiene amor de Cristo para compartir...cada uno nosotros tiene algún granito de arena que aportar...por sencillo que sea...Cristo es glorificado...como aquella viuda que de su pobreza echo dos blancas en el arca de la ofrenda, así nosotros, de nuestra pobreza espiritual...podemos echar todo lo que tengamos....
Adoradores de Cristo....el epígrafe queda abierto...
Qué pudiésemos elevar nuestros pensamientos al trono de Su Gracia...que pudiésemos contemplar la Majestad de Su Gloria...antes de todas las cosas terrenales...al lado de Su Padre...recibiendo adoración de las criaturas angelicales...
Que pudiésemos contemplarlo descendiendo a la tierra, humanándose, y efectuando la purificación de nuestros pecados sobre el altar de la Cruz... ¡Cuánto amor en su corazón por una raza caída en el pecado...reos al infierno!!
Lo que hizo el Señor a favor nuestro constituye una deuda impagable...el precio de Su Sangre solo Dios Su Padre la puede valorar...yo sé que hay aquí hermanas y hermanos conscientes de nuestra propia indignidad...conscientes de nuestra propia debilidad ante la magnitud de la Obra de la Redención...a ellos me dirijo...aunque nuestro lenguaje es limitado y no puede expresar con exactitud la intención de nuestra adoración...el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles...
Adelante entonces...cada uno de vosotros tiene...salmo...tiene..doctrina...tiene gratitud...tiene amor de Cristo para compartir...cada uno nosotros tiene algún granito de arena que aportar...por sencillo que sea...Cristo es glorificado...como aquella viuda que de su pobreza echo dos blancas en el arca de la ofrenda, así nosotros, de nuestra pobreza espiritual...podemos echar todo lo que tengamos....
Adoradores de Cristo....el epígrafe queda abierto...