La Reencarnación es una de las 4 Leyes de la Vida que rigen inflexiblemente el Espíritu Humano: Nacer, Vivir la Vida de la Tierra, Desencarnar y Reencarnar.
Significa que cada uno pasa por vidas sucesivas, primero en planetas inferiores, luego en los de expiación como la Tierra, con el propósito de ir purificando su Espíritu de las faltas cometidas contra sus prójimos y así lograr progreso espiritual y avanzar en el camino hacia su Creador Divino.
Las obras del hombre en la Tierra determinarán su destino en las vidas futuras. Si actúa mal retrocederá a planetas de castigo o reencarnará en la Tierra en especies animales, para luego volver a la forma humana
Los vegetales también son espíritus humanos, que reencarnan en el Reino Vegetal, porque ellos así lo pidieron. Son benéficos y alaban al Padre constantemente. Purifican el ambiente en forma física y espiritual. Ayudan a la vida del mundo animal por la Fotosíntesis.
Podemos llegar a conocer episodios de nuestras vidas pasadas, si así lo desea nuestro Padre Divino, quien por sueños o videncias nos lo puede mostrar. Pero el conocer el pasado y la Verdad de la Reencarnación debe ayudarnos para vivir el momento presente, procurando desarrollarnos espiritualmente y ayudarnos unos a otros, en Justicia.
El recorrido de nuestras vidas anteriores nos ha traído al punto en que hoy nos encontramos.
El Destino para cada vida terrena nuestra, está determinado por nuestro karma. Si el hombre no conoce la Verdad, su libre albedrío lo hará moverse dentro del marco invisible e ineludible del karma, que le señaló su Destino para la vida presente.
Si el hombre conoce la Verdad, su voluntad lo impulsará a superarse y a progresar espiritual y materialmente, para mejor servir al Divino Padre Creador. Eso nos hará desempeñar un papel dinámico en nuestra propia existencia.
La palabra “KARMA” es un término sánscrito que significa “obra, hecho o acto” y tiene el sentido de “causa y efecto”.
Como el karma es una expresión y un Mandato de la Justicia Divina, constituye una “deuda” que tenemos que pagar, por faltas cometidas contra nuestros prójimos
La Justicia Divina dice: “con la vara que mides serás medido”. “El que a cuchillo matare, con cuchillo es preciso que muera”. “El que hace a otro esclavo, en esclavitud parará. Aquí está la paciencia y fe de los Santos y fieles.”
Las experiencias de vidas anteriores, explica las afinidades o animosidades espontáneas que sentimos por ciertas personas.
Al fallecer una persona, su próxima reencarnación puede estar muy inmediata o muy lejana. Todo depende de la Ley de Justicia del Padre.
Todo lo que nos sucede en cada existencia está estrictamente regulado por la Ley de Justicia Divina, en forma cronométrica. Por ejemplo si al caminar por la calle un mendigo nos pide la limosna, puede ser la reencarnación de un individuo que antes, causó nuestra ruina económica. O si vemos la víctima destrozada de un accidente, puede ser que en una vida remota nos causó la muerte así en una batalla.
Los propios familiares de cada vida serán espíritus afines o enemigos, depende del episodio del pasado que estemos pagando ahora. Ellos también fueron protagonistas de esa vida del pasado junto a nosotros.
En cada nueva vida, el espíritu elige un cuerpo masculino o femenino, según como la Ley de Justicia lo determina para la actual reencarnación.
Significa que cada uno pasa por vidas sucesivas, primero en planetas inferiores, luego en los de expiación como la Tierra, con el propósito de ir purificando su Espíritu de las faltas cometidas contra sus prójimos y así lograr progreso espiritual y avanzar en el camino hacia su Creador Divino.
Las obras del hombre en la Tierra determinarán su destino en las vidas futuras. Si actúa mal retrocederá a planetas de castigo o reencarnará en la Tierra en especies animales, para luego volver a la forma humana
Los vegetales también son espíritus humanos, que reencarnan en el Reino Vegetal, porque ellos así lo pidieron. Son benéficos y alaban al Padre constantemente. Purifican el ambiente en forma física y espiritual. Ayudan a la vida del mundo animal por la Fotosíntesis.
Podemos llegar a conocer episodios de nuestras vidas pasadas, si así lo desea nuestro Padre Divino, quien por sueños o videncias nos lo puede mostrar. Pero el conocer el pasado y la Verdad de la Reencarnación debe ayudarnos para vivir el momento presente, procurando desarrollarnos espiritualmente y ayudarnos unos a otros, en Justicia.
El recorrido de nuestras vidas anteriores nos ha traído al punto en que hoy nos encontramos.
El Destino para cada vida terrena nuestra, está determinado por nuestro karma. Si el hombre no conoce la Verdad, su libre albedrío lo hará moverse dentro del marco invisible e ineludible del karma, que le señaló su Destino para la vida presente.
Si el hombre conoce la Verdad, su voluntad lo impulsará a superarse y a progresar espiritual y materialmente, para mejor servir al Divino Padre Creador. Eso nos hará desempeñar un papel dinámico en nuestra propia existencia.
La palabra “KARMA” es un término sánscrito que significa “obra, hecho o acto” y tiene el sentido de “causa y efecto”.
Como el karma es una expresión y un Mandato de la Justicia Divina, constituye una “deuda” que tenemos que pagar, por faltas cometidas contra nuestros prójimos
La Justicia Divina dice: “con la vara que mides serás medido”. “El que a cuchillo matare, con cuchillo es preciso que muera”. “El que hace a otro esclavo, en esclavitud parará. Aquí está la paciencia y fe de los Santos y fieles.”
Las experiencias de vidas anteriores, explica las afinidades o animosidades espontáneas que sentimos por ciertas personas.
Al fallecer una persona, su próxima reencarnación puede estar muy inmediata o muy lejana. Todo depende de la Ley de Justicia del Padre.
Todo lo que nos sucede en cada existencia está estrictamente regulado por la Ley de Justicia Divina, en forma cronométrica. Por ejemplo si al caminar por la calle un mendigo nos pide la limosna, puede ser la reencarnación de un individuo que antes, causó nuestra ruina económica. O si vemos la víctima destrozada de un accidente, puede ser que en una vida remota nos causó la muerte así en una batalla.
Los propios familiares de cada vida serán espíritus afines o enemigos, depende del episodio del pasado que estemos pagando ahora. Ellos también fueron protagonistas de esa vida del pasado junto a nosotros.
En cada nueva vida, el espíritu elige un cuerpo masculino o femenino, según como la Ley de Justicia lo determina para la actual reencarnación.
Conociendo la Verdad de las Leyes de la Vida y de la Reencarnación en especial, significa que debemos enfrentar al destino de una manera positiva y justa, sacando el mejor provecho de nuestras obras en pro de nuestro progreso espiritual.
La Reencarnación profesa la tolerancia y la compasión, contesta numerosas interrogantes y da sentido hasta a los más mínimos aspectos de la existencia.
La Reencarnación no es para detenernos en el pasado o enorgullecernos de quizás haber gozado de notoriedad anteriormente, sino para progresar espiritualmente y contribuir a mejorar el mundo en que vivimos.
Lo esencial es comprender que hoy podemos redimirnos actuando de manera justa. Eso es comprender la finalidad de las Leyes de la Vida y que debemos enfrentar nuestro destino, con humildad, fe y amor hacia nuestro Padre Divino Creador.
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