Sal.146:3 No cifren su confianza en nobles,
ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna.
4 Sale su espíritu, él vuelve a su suelo
Incluso Eequiel se menciona como un "hijo de Adán":
Eze.2:1 Y él procedió a decirme: “Hijo del hombre, plántate sobre tus pies para hablar contigo”. 2 Y tan pronto como me habló, espíritu empezó a entrar en mí, y finalmente me hizo plantarme sobre mis pies para que yo oyera a Aquel que me hablaba.
3 Y él pasó a decirme: “Hijo del hombre, te envío a los hijos de Israel, a naciones rebeldes que se han rebelado contra mí. Ellos mismos y sus antepasados han transgredido contra mí hasta este mismo día. 4 Y los hijos de rostro insolente y duro corazón... a ellos te envío, y tienes que decirles: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová’. 5 Y en cuanto a ellos, sea que escuchen o se abstengan —porque son una casa rebelde— ciertamente sabrán también que resultó haber un profeta mismo en medio de ellos.
6 ”Y tú, oh hijo del hombre, no tengas miedo de ellos; y no tengas miedo de sus palabras, porque hay gente obstinada y cosas que te punzan, y entre escorpiones moras. De sus palabras no tengas miedo, y ante sus rostros no te sobrecojas de terror, porque son casa rebelde. 7 Y tienes que hablarles mis palabras, sea que oigan o se abstengan, porque son un caso de rebelión.
8 ”Y tú, oh hijo del hombre, oye lo que te hablo. No te hagas rebelde como la casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy”.
9 Y empecé a ver, y, ¡mire!, había una mano alargada hacia mí, y, ¡mire!, en ella había el rollo de un libro. 10 Y gradualmente lo extendió delante de mí, y estaba escrito en el frente y por detrás; y había escritos en él endechas y gemir y plañir.
Eze.3:1 Y procedió a decirme: “Hijo del hombre, lo que halles, come. Cómete este rollo, y ve, habla a la casa de Israel”. 2 Por lo tanto, abrí la boca, y él gradualmente me hizo comer este rollo. 3 Y, siguiendo, me dijo: “Hijo del hombre, debes hacer que tu propio vientre coma, para que llenes tus intestinos mismos con este rollo que te estoy dando”. Y empecé a comérmelo, y llegó a ser en mi boca como miel por lo dulce.
4 Y continuó, diciéndome: “Hijo del hombre, ve, entra entre los de la casa de Israel, y tienes que hablarles con mis palabras. 5 Porque no es a un pueblo que sea ininteligible de lenguaje o pesado de lengua al que se te envía, [sino] a la casa de Israel, 6 no a pueblos numerosos ininteligibles de lenguaje o pesados de lengua, cuyas palabras no puedas oír [con entendimiento]. Si fuera a ellos que te hubiera enviado, aquellos mismos te escucharían. 7 Pero en cuanto a la casa de Israel, no querrán escucharte, porque no quieren escucharme; porque todos los de la casa de Israel son de cabeza dura y de duro corazón. 8 ¡Mira! He hecho tu rostro exactamente tan duro como los rostros de ellos, y tu frente exactamente tan dura como sus frentes. 9 Como un diamante, más dura que el pedernal, he hecho tu frente. No debes tenerles miedo, y no debes sobrecogerte de terror ante sus rostros, porque son casa rebelde”.
10 Y pasó a decirme: “Hijo del hombre, todas mis palabras que te hable, tómalas en tu corazón y óyelas con tus propios oídos. 11 Y ve, entra entre el pueblo desterrado, entre los hijos de tu pueblo, y tienes que hablarles y decirles: ‘Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová’, sea que oigan o se abstengan”.
¿De dónde saca usted esas ideas? ... de la Biblia no es.