Dios mio.... estás grave!!!
Nuevamente..... lee con atención:
Dame tu opinión de este texto.
EL ESPÍRITU SANTO
Es el Autor, Escultor, Artífice de la santidad. Vive en mi alma, para deificarme, espiritualizarme. Nos mueve internamente a toda obra buena (Rm 8, 14; 1 Cor 12, 6). Nos purifica del pecado (Mt 3, 11; Jn 3, 5-9; Tit 3, 5-7). Él enciende en nosotros la lucidez de la fe (1 Cor 2, 10-10). Él levanta nuestros corazones a la esperanza (Rm 15, 13). Él nos mueve a amar al Padre y a los hermanos como Cristo los amó (Rm 5, 5). Él llena de gozo y alegría nuestras almas (Rm 14, 17; Gal 5, 22; 1 Tes 1, 6). Él nos da fuerza para testimoniar a Cristo y fecundidad apostólica, pues la evangelización no es sólo en palabras, “sino en poder y en el Espíritu Santo” (Gal 1, 5; Hch 1,8). Él nos concede ser libres del mundo que nos rodea (2 Cor 3, 17). Él viene en ayuda de nuestra debilidad y ora en nosotros con palabras inefables (Rm 8, 15).
Esto debe ser suficiente para comprender como, POR PARTICIPACIÓN, el Espíritu Santo obra en nosotos y nos hace dar testimonio de Dios en nuestar vida, derramando, a través de nuestro testimonio, gracias y dones a quienes nos rodean.