Re: ¡MUCHO CUIDADO, la watichtower infringe DAÑO PSICOLÓGICO a sus adeptos!
¡Ah! porque has de saber que la actual configuración del canon bíblico es de origen romanista...
¡Vaya! Y ustedes que no quieren saber nada de "la gran prostituta"...
La ''gran protituta'' representa a todas la denominaciones religiosas que se asocian a los gobiernos políticos representado por ''la bestia salvaje''. Si la suya tiene tratos con los gobiernos, cabargando con esta bestia, le recomiendo que se salga de ella.
Respondiendo a unos adversarios en su obra Contra Apión, el historiador judío Josefo confirmó, alrededor del año 100 E.C., que
el canon de las Escrituras Hebreas había sido fijado hacía mucho tiempo. Escribió:
“Por esto entre nosotros no hay multitud de libros que discrepen y disientan entre sí; sino solamente veintidós libros, que abarcan la historia de todo tiempo y que, con razón, se consideran divinos. De entre ellos cinco son de Moisés, y contienen las leyes y la narración de lo acontecido desde el origen del género humano hasta la muerte de Moisés. [...] Desde Moisés hasta la muerte de Artajerjes, que reinó entre los persas después de Jerjes, los profetas que sucedieron a Moisés reunieron en trece libros lo que aconteció en su época. Los cuatro restantes ofrecen himnos en alabanza de Dios y preceptos utilísimos a los hombres”.
De modo que
la canonicidad de un libro no depende de que lo acepte o rechace un consejo, comité o comunidad de hombres. La voz de tales hombres no inspirados solo tiene un valor testimonial con respecto a lo que Dios mismo ya ha hecho mediante sus representantes acreditados.
En su Diálogo con Trifón, Justino Mártir (muerto 165 E.C.) usó la expresión “
está escrito” cuando citó de Mateo, tal como lo hacen los evangelios cuando se refieren a las Escrituras Hebreas. Lo mismo es cierto de una obra anónima anterior: la Carta de Bernabé. En la Apología I Justino Mártir llama “
Evangelios” a los “
Recuerdos de los Apóstoles”.
Teófilo de Antioquía (siglo II a. E.C.) declaró:
“Sobre la justicia de que habla la ley, se ve que están de acuerdo los profetas y los Evangelios, pues todos, portadores del espíritu, hablaron por el solo Espíritu de Dios”. Luego usa expresiones como “nos enseña [...] la voz evangélica” (citando de Mateo 5:28, 32, 44,46; 6:3) y “nos manda la divina palabra” (citando de 1 Timoteo 2:2 y Romonos 13:7,8).
Para fines del segundo siglo , mucho antes de la fundacion de la ICAR por Constantino, no*había ninguna duda de que se había completado el canon de las Escrituras Griegas Cristianas, y personajes como Ireneo, Clemente de Alejandría y Tertuliano reconocieron que los libros de las Escrituras Griegas Cristianas tenían la misma autoridad que las Escrituras Hebreas.