El que no es redarguido por el Espíritu Santo cada día de su vida de los errores normales que como humano que todavía es y a consecuencia de estar todavía en la carne, comete...!Es porque no lo tiene morando en él! Hay que entender y creer, que nuestros pecados, esos que afectaban nuestra alma y que la mantenían muerta para Dios fueron TODOS pagados por Cristo en la Cruz del Calvario. !Absolutamente todos!.
El tratar de llevar nuestros pensamientos cautivos a la obediencia a Cristo y que nos preocupemos por la renovación de nuestra mente, es un asunto de crecimiento espiritual. Sin embargo, nuestra carne, la cual no fue redimida en la cruz y jamás lo será, seguirá pecando y por eso Dios ya la condenó a muerte. Es inevitable que nuestra carne peque, de hecho jamás lo dejará de hacer. Lo que debemos de hacer es estar pendientes de que nuestra carne no esté pecando deliveradamente; esto es, con nuestro concentimiento, lo cual nos llevaría a enfermarnos espiritualmente, con las consecuencias desastrozas para nuestra comunión con Dios.
Creo que es demasiado atrevido poner en duda lo que Cristo logró por cada uno de nosotros con su sacrificio, especialmente con la esperanza y promesa de la redención futura de nuestro cuerpo, la cual no se ha dado y que deja claro para nosotros y para Dios, que la redención del alma ya fue real y que nuestro cuerpo carnal, está vendido al pecado, mas eso no afecta lo hecho por Cristo a favor de nuestra alma, pues tambien el cuerpo ha sido condenado a ser destruido, por el pecado que mora en el, lo que deja claro que Dios está conciente de que nuestra carne es pecadora y no porque nosotros lo propiciemos, sino porque esa es la naturaleza de la carne y por eso va a morir.
De toda la prédica, que gustosamente vi, principalmente por mi estima al hermano Oscar Capi, que siempre trae buenas cosas al foro, rescato lo que considero lo más importante y que creo fielmente:
"...el que empezó en nosotros la obra...la terminará..."
Nosotros no tuvimos ingerencia en la obra sacrificial de Jesucristo a favor nuestro, nosotros tampoco tuvimos ninguna ingerencia en la fe que se nos dio por gracia, como regalo, como don de Dios, para creer a ese sacrificio y con ello ser herederos de salvación y definitivamente, nosotros no tenemos mucha ingerencia en la obra que el empezó al haber nosotros aceptado el regalo de la salvación, pues si el la empezó, es lo suficientemente poderozo para terminarla y cumplir la promeza que con ello hemos heredado.
El que nada nos separe del amor de Dios que es en Cristo Jesus, tambien no es algo que dependa de nosotros, pues él fue y no nosotros el que nos metió en el hueco de su mano, de donde no es posible arrebatarle nuestras almas.
Todos somos tentados, sin embargo depende de él tambien el que no seamos tentados más allá de lo que podamos soportar. Y por último, es imposible que alguno que esté en Cristo y Cristo en él, no reconozca cuando por la naturaleza pecadora de su carne, ya no de su propia concupicencia, sino de su carne, comete alguna tranasgreción que afecte su vida espiritual, a lo cual responde de forma automática con arrepentimiento y de forma instantanea tambien por obra y gracia del Espíritu Santo es perdonado de inmediato.
Dios les bendice!
Greivin.