Daniel 9:27

Re: Daniel 9:27

Daniel 9:27

Hago de nuevo estas preguntas porque al parecer no entendiste mis preguntas, no intento hablar sobre el sabado o el domingo porque no es parte de este topico.

1. El pacto se confirma con la muerte, pero en Daniel 9:27, ¿en que momento se confirma?



2. Me gustaria que me dijeras que entendes de estas frases:

"Y por otra semana confirmará el pacto",

  • ¿quien la confirma?
  • ¿Cristo?
  • ¿por cuanto tiempo?
  • ¿por la eternidad o solo por "otra semana"?
"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."

  • ¿Quien hace cesar el sacrificio?
  • ¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?
  • Si los sacerdotes Despues de la muerte de Cristo seguian con los sacrificios quier decir que no se hizo cesar. ¿Entonces a que se refiere?
Dios te bendiga adventista valiente que quieras responder estas preguntas.​
 
Re: Daniel 9:27

Daniel 9:27

Hago de nuevo estas preguntas porque al parecer no entendiste mis preguntas, no intento hablar sobre el sabado o el domingo porque no es parte de este topico.

1. El pacto se confirma con la muerte, pero en Daniel 9:27, ¿en que momento se confirma?



2. Me gustaria que me dijeras que entendes de estas frases:

"Y por otra semana confirmará el pacto",

  • ¿quien la confirma?
  • ¿Cristo?
  • ¿por cuanto tiempo?
  • ¿por la eternidad o solo por "otra semana"?
"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."

  • ¿Quien hace cesar el sacrificio?
  • ¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?
  • Si los sacerdotes Despues de la muerte de Cristo seguian con los sacrificios quier decir que no se hizo cesar. ¿Entonces a que se refiere?
Dios te bendiga adventista valiente que quieras responder estas preguntas.​
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavivador. Saludos cordiales.

Tú dices:

Daniel 9:27

Hago de nuevo estas preguntas porque al parecer no entendiste mis preguntas, no intento hablar sobre el sabado o el domingo porque no es parte de este topico.

1. El pacto se confirma con la muerte, pero en Daniel 9:27, ¿en que momento se confirma?



2. Me gustaria que me dijeras que entendes de estas frases:

"Y por otra semana confirmará el pacto",

  • ¿quien la confirma?
  • ¿Cristo?
  • ¿por cuanto tiempo?
  • ¿por la eternidad o solo por "otra semana"?
"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."

  • ¿Quien hace cesar el sacrificio?
  • ¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?
  • Si los sacerdotes Despues de la muerte de Cristo seguian con los sacrificios quier decir que no se hizo cesar. ¿Entonces a que se refiere?
Dios te bendiga adventista valiente que quieras responder estas preguntas.​

Respondo: Te ofrezco un adelanto bíblico a tus conjeturas:

"Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.
Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró." Lucas 23:44-46.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavivador. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo: Te ofrezco un adelanto bíblico a tus conjeturas:

"Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.
Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró." Lucas 23:44-46.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

Perdon, pero no he hecho una sola conjetura, solo estoy haciendo preguntas.
Sobre el texto que pones no se a que viene, pero esta fuera de tema, ciñete a lo que estamos tocando, sino no vale la pena hablar contigo. Te voy a ignorar.

Espero que un valiente adventista las conteste si es que hay alguno.

Bendiciones.
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavivador. Saludos cordiales.

Tú dices:

Perdon, pero no he hecho una sola conjetura, solo estoy haciendo preguntas.
Sobre el texto que pones no se a que viene, pero esta fuera de tema, ciñete a lo que estamos tocando, sino no vale la pena hablar contigo. Te voy a ignorar.

Espero que un valiente adventista las conteste si es que hay alguno.

Bendiciones.

Respondo: No te ciegues ante la evidencia.

"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."
¿Quien hace cesar el sacrificio?
¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?


El sacrificio de Cristo pone fin a los ritos y ceremonias del AT. pues todo ésto apuntaba al "cordero de Dios" que quita el pecado del mundo.

Debes estudiar mejor el sistema de sacrificios, empezando desde Abel.

La fe de Abel en el evangelio de Jesucristo fue lo que hizo que su sacrificio fuese aceptable a Dios. El fuego que descendió del cielo y consumó su ofrenda fue el testimonio de la aprobación divina de su fe en Jesucristo y de su obediencia a Dios, y de que esas dos cosas le habían acarreado el perdón y la justificación.

La muerte de Cristo en la cruz del Calvario, es entonces quién hace cesar el sacrificio y la ofrenda, y es por eso que el velo del templo se rasgo.

"Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado" Juan 3:14.


"Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo." Juan 12:32.

Y Él es el mimo ayer, hoy y para siempre. Hoy, lo mismo que en la antigüedad, el Salvador está muy cerca de los que tienen fe en los méritos del sacrificio expiatorio que de sí mismo hizo en pro de una raza que estaba perdida. Una mirada de la fe, dirigida hacia la cruz del Calvario, alcanza la vida y la salvación para el pecador arrepentido.
Por medio de la influencia del Espíritu Santo, el Señor está obrando en lo corazones humanos. Nos dice a los pecadores: "Yo he sido tentado como tú. Te ofrezco la esperanza, el valor y la salvación en cambio de una mirada. Mira no más y vivirás."

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavivador. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo: No te ciegues ante la evidencia.

Me estas faltando el respeto Gabriel, no me estoy cerrando a ninguna evidecnia. Es mas nunca has mostrado nada, pero ahora recien estas mostrando lo que crees, y veremos y analizaremos tus respuestas.

"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."
¿Quien hace cesar el sacrificio?
¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?


El sacrificio de Cristo pone fin a los ritos y ceremonias del AT. pues todo ésto apuntaba al "cordero de Dios" que quita el pecado del mundo.

Ya amigo entiendo tu respuesta, pero las evidencias historicas muestran que los sacerdotes todavia ofrecian sacrificios despues de la muertede Cristo.

Debes estudiar mejor el sistema de sacrificios, empezando desde Abel.

La fe de Abel en el evangelio de Jesucristo fue lo que hizo que su sacrificio fuese aceptable a Dios. El fuego que descendió del cielo y consumó su ofrenda fue el testimonio de la aprobación divina de su fe en Jesucristo y de su obediencia a Dios, y de que esas dos cosas le habían acarreado el perdón y la justificación.

La muerte de Cristo en la cruz del Calvario, es entonces quién hace cesar el sacrificio y la ofrenda, y es por eso que el velo del templo se rasgo.

No estamos hablando si el velo del templo se razgo, aparte no es parte del tema, estamos de acuerdo en eso, lo que queremos es que respondas a las preguntas que hice sino las haces no perdere mi tiempo contigo.


"Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado" Juan 3:14.


"Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo." Juan 12:32.

Y Él es el mimo ayer, hoy y para siempre. Hoy, lo mismo que en la antigüedad, el Salvador está muy cerca de los que tienen fe en los méritos del sacrificio expiatorio que de sí mismo hizo en pro de una raza que estaba perdida. Una mirada de la fe, dirigida hacia la cruz del Calvario, alcanza la vida y la salvación para el pecador arrepentido.
Por medio de la influencia del Espíritu Santo, el Señor está obrando en lo corazones humanos. Nos dice a los pecadores: "Yo he sido tentado como tú. Te ofrezco la esperanza, el valor y la salvación en cambio de una mirada. Mira no más y vivirás."

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

PÒR FAVOR SI SIGUES ESQUIVANDO NO TE RESPONDERE, ESTA ES LA ULTIMA VEZ.
 
Re: Daniel 9:27

Daniel 9:27
Hago de nuevo estas preguntas porque al parecer no entendiste mis preguntas, no intento hablar sobre el sabado o el domingo porque no es parte de este topico.

1. El pacto se confirma con la muerte, pero en Daniel 9:27, ¿en que momento se confirma?



2. Me gustaria que me dijeras que entendes de estas frases:

"Y por otra semana confirmará el pacto",

  • ¿quien la confirma?
  • ¿Cristo?
  • ¿por cuanto tiempo?
  • ¿por la eternidad o solo por "otra semana"?
"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."

  • ¿Quien hace cesar el sacrificio?
  • ¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?
  • Si los sacerdotes Despues de la muerte de Cristo seguian con los sacrificios quier decir que no se hizo cesar. ¿Entonces a que se refiere?
Dios te bendiga adventista valiente que quieras responder estas preguntas.​
 
Re: Daniel 9:27

Hola Avivador, saludos en Cristo

Perdona que me entromesca en vuestro debate, aunque las preguntas se las hace a los adventistas, no se si te sirve una respuesta de un ex adventista, pero de igual manera voy a darte mi posición al respecto.


Hago de nuevo estas preguntas porque al parecer no entendiste mis preguntas, no intento hablar sobre el sabado o el domingo porque no es parte de este topico.
1. El pacto se confirma con la muerte, pero en Daniel 9:27, ¿en que momento se confirma?
2. Me gustaria que me dijeras que entendes de estas frases:
"Y por otra semana confirmará el pacto",

  • ¿quien la confirma?
  • ¿Cristo?
  • ¿por cuanto tiempo?
  • ¿por la eternidad o solo por "otra semana"?
"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."

  • ¿Quien hace cesar el sacrificio?
  • ¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?
  • Si los sacerdotes Despues de la muerte de Cristo seguian con los sacrificios quier decir que no se hizo cesar. ¿Entonces a que se refiere?
Dios te bendiga ....................................................

Primeramente te cuento que por un poco más de 40 años sostuve que Daniel 9:24-27 era mesiánica y veía a Cristo en esos textos, craso error, de partida te puedo asegurar que de mesiánica no tiene nada aunque se que se levantarán algunos adventistas en éste foro para refutar lo que estoy aseverando. Adolece de varias fallas que hacen imposible que ésta profecía se esté refiriendo a Cristo mismo, de partida el primer error está en hacer partir ésta profecía de una orden que no existe, según la iasd, segundo error: al término de las 62 semanas (434 años)se mata a un ungido, según Daniel 9:26, pero los adventistas dicen que es el bautismo de Jesús (nuestro Redentor), tercer error: dicen que la muerte de Jesús sucede en la última semana de las 70 hebdómadas para ser más exacto dicen que es a la mitad de esa semana, cuando el texto de Daniel habla que la muerte del ungido es después de las 62 semanas, errores muy acentuados que hacen imposible que se sostenga dicha interpretación.
Tu preguntas varias cosas de éstos pasajes relacionados con Daniel 9, voy a tratar que me entiendas cual es mi punto de vista, y después te formas tu propia opinión, pero me da la impresión que ya la tienes, ¿estamos?.


"Y por otra semana confirmará el pacto"

Éste texto se refiere a La última hebdómada que representa el intento de helenización de Israel por parte de Antíoco, éste hace un pacto con todos los judíos que estaban de acuerdo en que fueran helenizados, esto sucede una vez que logra sacar a Onías III de el sacerdocio, apresándolo y luego lo manda a asesinar, poniendo a su antojo sacerdotes.

¿quien la confirma?

Antíoco, con los judíos que estaba de acuerdo con él


NO, por que ésta profecía no es mesiánica por mucho que zapateen los adventistas

¿Por cuanto tiempo?

Solamente por una semana es decir 1 hebdómadas que equivalen a 7 años

¿por la eternidad o solo por "otra semana"?

El texto es claro solo por una semana es decir 7 años

"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."

Este texto se está refiriendo a que una vez que Antíoco fracasara, con un nuevo intento de invadir Egipto, (El sur) impedido por los romanos (véase Daniel 11:30-31) es decir las naves Romanas, Popilio Laenas, fue un cónsul romano, enviado como mensajero para prevenir la posible guerra con Antíoco IV Epífanes del Imperio Seléucida y del Egipto Ptolemaico. Antíoco, al enfrentarse con las exigencias romanas de detener su ataque contra Alejandría, trató de ganar tiempo. Popilio dibujó un círculo alrededor del rey con una caña de azúcar, y le ordenó no moverse del círculo en tanto en cuanto no hubiese dado una contestación a las exigencias romanas. Finalmente, Antíoco ordenó la retirada.
Con furia se devolvió y atacó a la tierra gloriosa (Israel) cometiendo una serie de atrocidades, contra el santuario, y la ciudad. Primeramente suspende los sacrificios y ofrendas que se hacían en el santuario todos los días, esta situación dura entre los años 168/7 – 164/3, durante éste periodo Judas Macabeos, comienza una guerra de guerrillas y lo derrota, Judas, fue el centro y el alma de la rebelión en contra del rey seléucidas, llamado Antíoco Epifanes IV
¿Qué atrocidades cometió este rey Sirio? Hay una larga lista que hace que éste rey Sirio sea considerado como un ser sanguinario.



  • La creación de un gimnasio, donde los sacerdotes y el pueblo en general eran invitados a participar desnudos, por lo cual la circuncisión era manifiesta; se puso de moda una operación quirúrgica para “descircuncidar” el prepucio;
  • La creación de un prostíbulo público, patrocinado por el Estado, las prostitutas se instalaron en el
    Templo para ejercer sus oficios.
  • La eliminación de todas las figuras públicas que representaban al judaísmo; esto incluía al legítimo sumo sacerdote, que primero fue suplantado por su ambicioso hermano, un firme patrocinador de la cultura griega, y después asesinado.
  • Demolió el muro de Nehemías. Este se usó para construir el Akra en el corazón de Jerusalén, donde estaba apostada una guarnición siria permanente. Los arqueros acostumbraban afinar la puntería haciendo diana en los adoradores que se atrevían a acercarse al templo. Parte de la estructura del templo también fue demolida, para que los judíos fieles no pudieran usarla como muro defensivo. Jerusalén acabó siendo abandonada por todos los judíos que querían ser fieles a su fe.
  • Prohibió poseer copias de las Escrituras.
  • Prohibió la observancia del sábado y otras festividades nacionales
  • Proscribió de la circuncisión de varones recién nacidos; las madres que desobedeciesen veían a sus hijos ser ahorcados, se les hacía desfilar con ellos colgando de sus senos o de sus cuellos, y luego eran lanzadas a la muerte desde lo alto del muro del Akra
  • Obligó a los judíos a comer carne de puerco en público y a ofrecer incienso a dioses paganos
  • Acabó prohibiendo el culto a Yahvé en cualquiera de sus formas.
  • Rededicó el templo de Jerusalén a Zeus. Esto involucró la erección de una estatua con la imagen del propio Antíoco. El altar del templo se usó para el sacrificio de puercas. Los recintos del templo se convirtieron en el lugar de trabajo de las prostitutas, que practicaban su oficio allí.
    Aterrorizó al pueblo de Israel por medio de ejecuciones públicas “ejemplarizantes”, que consistían básicamente en: la crucifixión; el desmembramiento; freír viva a la gente.

Ésta lista es abalada por Josefo y los libros antiguos de 1 y 2 de Macabeos, donde se narra , los brutales ataques que sometió Antíoco al pueblo de Israel.

¿Quien hace cesar el sacrificio?

Antíoco Epifanes IV
¿Como hace Cesar el sacrificio y la ofrenda?

Está explicada más arriba

Si los sacerdotes Despues de la muerte de Cristo seguian con los sacrificios quier decir que no se hizo cesar. ¿Entonces a que se refiere?

Ya dije que Jesús no tiene nada que ver en éstos acontecimientos, tal como te lo mencioné estos sacrificios y ofrendas fueron suspendidos, con el ataque al santuario terrenal, por Antíoco, y te detallé los brutales ataques que fue sometido tanto el pueblo de Israel, el santuario y la ciudad

Saludos



G@TO


ex asd
 
Re: Daniel 9:27

Hola Avivador, saludos en Cristo

Perdona que me entromesca en vuestro debate,.......


[QUOTE Originalmente enviado por ELavivador]

Si los sacerdotes Despues de la muerte de Cristo seguian con los sacrificios quier decir que no se hizo cesar. ¿Entonces a que se refiere?



Ya dije que Jesús no tiene nada que ver en éstos acontecimientos, tal como te lo mencioné estos sacrificios y ofrendas fueron suspendidos, con el ataque al santuario terrenal, por Antíoco, y te detallé los brutales ataques que fue sometido tanto el pueblo de Israel, el santuario y la ciudad
[/QUOTE]

Respondo: Si bien es cierto que los sacerdotes seguían con los sacrificios luego de la muerte de nuestro Señor, en el año 31 d. C. estos ya habían perdido su beneficio y aprobación de Dios.

Inmediatamente, después de la caída de Adán y Eva en el pecado, -recordemos que pecado es transgresión de la Ley moral, los Diez Mandamientos- ellos se cosieron, a modo de vestidos, delantales de hojas de higuera para cubrir su desnudez (Gén. 3:7). Es decir, su pecado había provocado la perdida de su santidad, por lo que ahora sintieron que su conciencia les acusaba y quisieron “cubrir” su falta con una cobertura tan precaria y frágil como un delantal de hojas de higuera.

En este contexto, el Señor les enseñó una lección importantísima, que afectaría a su vida futura y a la de sus descendientes. Esta lección encerraba el fundamento de su restauración que tenían que aceptar y respetar, guardarlo celosamente y transmitirlo a sus hijos: su salvación no podía verificarse sino a través de la muerte del inmaculado Hijo de Dios. Esta muerte expiatoria fue prefigurada en esos momentos por el sacrifico de sendos corderos, de los cuales el Señor tomó su piel para hacer las túnicas con las que cubrió a Adán y Eva (Gén. 3:21). Esas túnicas representaban el ropaje de la justicia de Cristo.

«Un delantal de hojas de higuera nunca cubrirá nuestra desnudez. El pecado debe ser quitado y el ropaje de la justicia de Cristo debe cubrir al transgresor de la Ley de Dios. Entonces, al mirar el Señor al pecador creyente, ve, no las hojas de higuera que lo cubren sino el manto de justicia de Cristo, que es la perfecta obediencia a la ley de Jehová. El hombre ha cubierto su desnudez no bajo una cobertura de hojas de higuera, sino bajo el manto de la justicia de Cristo» (AO, 376).

El sistema de sacrificios, pues, tiene su origen en el Edén y se establece después de la caída de Adán y Eva en el pecado. Este es el principio de la ley ritual, que se irá desarrollando y tomando cuerpo a medida que el Señor introduzca nuevos elementos educativos y pedagógicos a fin de hacerla más comprensible y útil a su propósito de mostrar al pecador que la paga del pecado es la muerte, pero el regalo de Dios a través de la muerte expiatoria de Cristo, es la vida eterna (Rom. 6:23).

Adán aleccionó a sus hijos fielmente a fin de que buscasen en el sacrificio del cordero la reconciliación con Dios cada vez que transgredían algún mandamiento; por eso Caín y Abel presentaban ofrendas a Dios. Pero la historia sagrada nos muestra que Caín no quiso presentar el cordero en su ofrenda expiatoria, sino que ofrendó del fruto de la tierra. A los ojos de los hombres esta ofrenda es más agradable, pero ella no representa simbólicamente el sacrificio de Cristo, por eso Dios no la aceptó, sin embargo aceptó la de Abel, en la que sí que hubo una víctima propiciatoria por el pecado (Gén. 4:2-5). El apóstol Pablo, al recordar este evento, nos dice que Abel, por la fe “ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella” (Heb. 11:4).

Será Moisés, el gran legislador, quien recopiló por escrito todas las regulaciones y ordenanzas relativas a los sacrificios expiatorios que apuntaban a Cristo y todo lo concerniente a ceremonias, ritos y fiestas que debían celebrar los hebreos (Deut. 31:24). Nehemías hace mención a este cuerpo de leyes y los llama “mandamientos y estatutos”, pero no se refiere al Decálogo (Neh. 9:14), porque éste fue escrito por el dedo de Dios y la ley ritual fue escrita por Moisés, por orden de Dios, que es diferente. Como prueba, en el libro de Hechos se tilda a la ley ritual como “ley de Moisés” (Hech. 15:5). Noé y Abraham conocían bien la diferencia. Ambos tenían la costumbre de presentar a Dios ofrendas por el pecado (Gén. 8:20; 13:18) y ambos sabían que estos actos eran el resultado de haber violado la Ley de Dios.

Finalidad de la ley ritual. La finalidad de la ley ritual es bien clara, fue creada para servir de ayo -guía- al pecador, cuya atención debía ser dirigida a Cristo y su sacrificio expiatorio (Gál. 3:24-25). De no haber pecado Adán, no hubiese hecho falta que Cristo muriera, por eso dice Pablo que la ley ritual fue “añadida” por causa del pecado (Gál. 3:19). Añadir significa incorporar una cosa a otra, o acrecentar o ampliar, lo cual indica que la ley ritual vino a añadirse a la Ley de Dios, pero no con carácter indefinido, sino “hasta que viniese la simiente”, es decir Cristo (Gál. 3:19). La preposición “hasta” indica que la ley ritual tiene una duración limitada, en contraposición a la Ley de Dios que es eterna. Resumiendo, la ley ritual prefiguraba a Cristo y su muerte expiatoria, y de modo más amplio, su obra intercesora en el cielo, después de su muerte y resurrección (Heb. 9:9-10, 22; 8:1-7).

Razones para la abolición de la ley ritual. Como hemos venido diciendo hasta aquí, la ley ritual era de carácter temporal como lo demuestra de forma clara los siguientes hechos: Fue escrita en un libro –la base utilizada era generalmente pergamino, papiro u otros materiales que se podían corromper con facilidad- (Deut. 31:24), sin embargo la Ley de Dios fue escrita en tablas de piedra –símbolo de perpetuidad- (Ex. 31:18). La ley ritual fue colocada al lado del arca (Deut. 31:25-26), la Ley de Dios fue colocada dentro del arca (Ex. 40:20). Estaba predicha la abolición de la ley ritual con la muerte de Cristo (Dan. 9:27; Col. 2:14-17); como señal el velo del templo se rasgó de arriba a bajo (Mat. 27:50-51). La ley moral o los Diez Mandamientos nunca serán abolidos porque son la base del trono de Dios. El apóstol Pablo, después de la muerte de Cristo, si hubiese estado la Ley de Dios abolida, no hubiese enseñado jamás a nadie que lo que realmente importa, no es la ceremonia o el ritual externo, sino “el guardar los mandamientos de Dios” (1 Cor. 7:19).

«Muchos confunden estos dos sistemas y se valen de los textos que hablan de la ley ceremonial para tratar de probar que la ley moral fue abolida; pero esto es pervertir las Escrituras. La distinción entre los dos sistemas es clara. El sistema ceremonial se componía de símbolos que señalaban a Cristo, su sacrificio y su sacerdocio. Esta ley ritual, con sus sacrificios y ordenanzas, debían los hebreos seguirla hasta que el símbolo se cumpliera en la realidad de la muerte de Cristo, Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Entonces debían cesar todas las ofrendas de sacrificio. Tal es la ley que Cristo quitó de en medio y clavó en la cruz» (PP, 380).

Observa ahora que la sincronización del rasgado del velo del Templo sucedió exactamente el momento en que Cristo murió. No es ninguna coincidencia cuando se tiene en cuenta que el propósito del velo era para separar al hombre pecador de la presencia de Dios que se acercaba, y la expiación perfecta del cordero de Dios. Dios estaba satisfecho con el sacrificio de su hijo por el pecado. Su trabajo fue hecho. Ahora estaba terminado. Era el grito de la realización y de la victoria. Con ese grito de la victoria el velo fue rasgado en dos.

Marcos escribe: "Mas Jesús, dando una gran voz, expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo " (Marcos 15:37-38).

"En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre." Hebreos 10:10

"puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios." Hebreos 12:2

"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura
. Hebreos 10:19-22.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Daniel 9:27

Tu dices:

"Si bien es cierto que los sacerdotes seguían con los sacrificios luego de la muerte de nuestro Señor, en el año 31 d. C. estos ya habían perdido su beneficio y aprobación de Dios."

Yo te respondo:

Es cierto que habian perdido su beneficio y aprobacion, pero ello no esta basado en Daniel 9:27. Podemos sacar esa conclusion de El libro de los Hebreos, pero como te repito no de el libro de Daniel.

"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda."

Esto es muy claro, no dice que se hara perder su beneficio y aprobacion por Dios.
Otra cosa la semana, es solo de siete años no para siempre, como lo es el Nuevo Pacto.
 
Re: Daniel 9:27

Querido Gabriel, te pido que respondas a las preguntas, no que escribas un monton de cosas que nada tienen que ver con el tema en discusion.

Hasta el lunes de la proxima semana.
 
Re: Daniel 9:27

1. El pacto se confirma con la muerte, pero en Daniel 9:27, ¿en que momento se confirma?

Esta pregunta me gustaria que respondieras Gato.
Estoy de acuerdo con lo que escribistes anteriormente.

Bendiciones.
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavivador. Saludos cordiales.

Tú dices:

Querido Gabriel, te pido que respondas a las preguntas, no que escribas un monton de cosas que nada tienen que ver con el tema en discusion.

Hasta el lunes de la proxima semana.

Respondo: "a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda"

Precisamente Cristo muere en el año 31 d. C. y cesa el sacrificio y la ofrenda.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavivador. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo: "a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda"

Precisamente Cristo muere en el año 31 d. C. y cesa el sacrificio y la ofrenda.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

Falso, los mismos adventistas dicen que no ceso las ofrendas despues de la muerte de Cristo.

¿tienes alguna evidencia biblica o historica de que despues de la muertede Cristo se hizo cesar el sacrificio?
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavicador. Saludos cordiales.

Tú dices:

Falso, los mismos adventistas dicen que no ceso las ofrendas despues de la muerte de Cristo.

¿tienes alguna evidencia biblica o historica de que despues de la muertede Cristo se hizo cesar el sacrificio?

Respondo: ¡Si. Una evidencia histórica y bíblica.!

"Durante el tiempo de la vida de Jesús, el velo del santo Templo en Jerusalén era el centro de la vida religiosa judía. Éste era el lugar en el que se llevaban a cabo los sacrificios de animales y la adoración, estrictamente de acuerdo a la ley de Moisés, que era seguida fielmente. Hebreos 9:1-9 nos dice que en el Templo había un velo que separaba al Lugar Santísimo – el lugar terrenal donde moraba la presencia de Dios – del resto del templo donde moraban los hombres. Esto significaba que el hombre estaba separado de Dios por el pecado (Isaías 59:1-2). Solo el sumo sacerdote tenía permitido pasar tras el velo una vez al año (Éxodo 30:10: Hebreos 9:7), entrar ante la presencia de Dios por todo Israel, y hacer expiación por sus pecados (Levíticos 16).

El templo de Salomón tenía 30 codos de altura (1 Reyes 6:2), pero Herodes había aumentado la altura a 40 codos, de acuerdo a los escritos de Flavio Josefo, un historiador judío del primer siglo. No hay seguridad respecto a cuánto equivalía exactamente un codo a nuestras medidas de metros y centímetros, pero es válido asumir que este velo tenía cerca de 18 metros de altura. Josefo también nos dice que el velo tenía 10 centímetros de espesor, y que aún a dos caballos atados a cada uno de sus extremos, les era imposible rasgarlo. Y la descripción en el libro de Éxodo, enseña que este grueso velo fue confeccionado con material azul, púrpura, carmesí y fino lino torcido.

El tamaño y el grueso de este velo, hacen aún mucho más trascendentales los eventos descritos como ocurridos al momento exacto de la muerte de Jesús en la cruz. “Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a bajo…” (Mateo 27:50-51ª).

¿Así que, qué hacemos con esto? ¿Qué significado tiene este velo rasgado para nosotros en la actualidad? Ante todo, el hecho de que el velo se haya rasgado dramáticamente al momento de la muerte de Jesús, simboliza que Su sacrificio, el derramamiento de Su propia sangre, muere como "el Cordero de Dios" que quita el pecado del mundo. Y nos abre el camino para el Lugar Santísimo que fue abierto para toda la gente de todos los tiempos, tanto judíos como gentiles según la profecía de Daniel 8:14.


Cuando Jesús murió, el velo se rasgó en dos, y Dios se retiró de ese lugar para no volver a morar en un templo hecho por manos humanas (Hechos 17:24). Dios terminó con ese Templo, su adoración y su sistema religioso, y el Templo y Jerusalén fueron dejados “desolados” (destruidos por los romanos) en el 70 d.C. justo como Jesús había profetizado que sucedería en Lucas 13:35.

En tanto que el Templo permaneció, significó la continuación del Antiguo Pacto. Hebreos 9:8-9 se refiere a la era que aún estaba por desaparecer, mientras el Nuevo Pacto estaba siendo establecido (Hebreos 8:13).

En un sentido, el velo era un simbolismo de Cristo Mismo, como el único camino hacia el Padre (Juan 14:6). Esto está simbolizado en el hecho de que el sumo sacerdote tenía que entrar en el Lugar Santísimo a través del velo. Ahora Cristo es nuestro mayor y supremo Sumo Sacerdote, y como creyentes en Su obra terminada, nosotros tomamos parte de Su mejor sacerdocio. Nosotros podemos entrar ahora en el Lugar Santísimo por Él. Hebreos 10:19-20 dice que los fieles entran confiadamente al santuario “… teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.” Aquí vemos la imagen de la carne de Jesús siendo rasgada por nosotros así como Él rasgó el velo por nosotros.

La rotura del velo de arriba a abajo, es un hecho histórico. El profundo significado de este evento es explicado en gloriosos detalles en Hebreos. Estas cosas eran sombra de las cosas por venir, y a última instancia, todas ellas nos guiaban hacia Jesucristo. Él era el velo hacia el Lugar Santísimo, y a través de Su muerte, el creyente tiene ahora un libre acceso a Dios.

El velo en el Templo era un recordatorio constante de que el pecado mantiene a la humanidad apartada de la presencia de Dios. El hecho de que la ofrenda por el pecado fuera ofrecida anualmente y otros innumerables sacrificios repetidos diariamente, tenían como propósito demostrar gráficamente que el pecado no podía verdadera y permanentemente ser expiado o borrado por meros sacrificios de animales. Jesucristo, a través de Su muerte, quitó las barreras entre Dios y el hombre, y ahora podemos aproximarnos a Él confiadamente (Hebreos 4:14-16).


"Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer." Hebreos 8:1-3

Al concluír los 2300 días en 1844, Cristo entonces entró en el lugar santísimo del santuario celestial para realizar la labor expiatoria última como preparación para Su venida.


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Daniel 9:27

Nadie niega que haya habido una rotura en el velo, pero lo que se niega es que por esa rotura hayan dejado de haber sacrificios en el templo, eso es lo que pido.

Lo demas que escribes es irrelevante porque no estamos tocando todo aquello que escribes.
 
Re: Daniel 9:27

Estimado elavivador. Saludos cordiales.

Tú dices:

Nadie niega que haya habido una rotura en el velo, pero lo que se niega es que por esa rotura hayan dejado de haber sacrificios en el templo, eso es lo que pido.

Lo demas que escribes es irrelevante porque no estamos tocando todo aquello que escribes.

Respondo: Me alegra que estés reconociendo el hecho bíblico e histórico de que "el velo del templo se rasgó", esperemos que ahora entiendas el porqué los sacrificios que se pudieron reallizar de allí en adelante, no tenían ningún valor ante Dios.

"Después de esto descendió a Capernaúm, él, y su madre, y hermanos, y discípulos; y estuvieron allí no muchos días. Y estaba cerca la Pascua de los Judíos; y subió Jesús a Jerusalem."

En este viaje, Jesús se unió a una de las grandes compañías que se dirigían a la capital. No había anunciado todavía públicamente su misión, e iba inadvertido entre la muchedumbre. En tales ocasiones, el advenimiento del Mesías, que había adquirido tanta preeminencia debido al ministerio de Juan, era a menudo el tema de conversación. La esperanza de grandeza nacional se mencionaba con fogoso entusiasmo. Jesús sabía que esta esperanza iba a quedar frustrada, porque se fundaba en una interpretación equivocada de las Escrituras. Con profundo fervor, explicaba las profecías, y trataba de invitar al pueblo a estudiar más detenidamente la Palabra de Dios.

Los dirigentes judíos habían enseñado al pueblo que en Jerusalén se les indicaba cómo adorar a Dios. Allí, durante la semana de Pascua, se congregaban grandes muchedumbres que venían de todas partes de Palestina, y aun de países lejanos. Los atrios del templo se llenaban de una multitud promiscua. Muchos no podían traer consigo los sacrificios que habían de ser ofrecidos en representación del gran Sacrificio. Para comodidad de los tales, se compraban y vendían animales en el atrio exterior del templo. Allí se congregaban todas las clases del pueblo para comprar sus ofrendas. Allí se cambiaba el dinero extranjero por la moneda del santuario.
Se requería que cada judío pagase anualmente medio siclo como "el rescate de su persona," y el dinero así recolectado se usaba para el sostén del templo. Además de eso, se traían grandes sumas como ofrendas voluntarias, que eran depositadas en el tesoro del templo. Y era necesario que toda moneda extranjera fuese cambiada por otra que se llamaba el siclo del templo, que era aceptado para el servicio del santuario. El cambio de dinero daba oportunidad al fraude y la extorsión, y se había transformado en un vergonzoso tráfico, que era fuente de renta para los sacerdotes.

Los negociantes pedían precios exorbitantes por los animales que vendían, y compartían sus ganancias con los sacerdotes y gobernantes, quienes se enriquecían así a expensas del pueblo. Se había enseñado a los adoradores a creer que si no ofrecían sacrificios, la bendición de Dios no descansaría sobre sus hijos o sus tierras. Así se podía obtener un precio elevado por los animales, porque después de haber venido de tan lejos, la gente no quería volver a sus hogares sin cumplir el acto de devoción para el cual había venido.

En ocasión de la Pascua, se ofrecía gran número de sacrificios, y las ventas realizadas en el templo eran muy cuantiosas. La confusión consiguiente daba la impresión de una ruidosa feria de ganado, más bien que del sagrado templo de Dios. Podían oírse voces agudas que regateaban, el mugido del ganado vacuno, los balidos de las ovejas, el arrullo de las palomas, mezclado con el ruido de las monedas y de disputas airadas. La confusión era tanta que perturbaba a los adoradores, y las palabras dirigidas al Altísimo quedaban ahogadas por el tumulto que invadía el templo. Los judíos eran excesivamente orgullosos de su piedad. Se regocijaban de su templo, y consideraban como blasfemia cualquier palabra pronunciada contra él; eran muy rigurosos en el cumplimiento de las ceremonias relacionadas con él; pero el amor al dinero había prevalecido sobre sus escrúpulos. Apenas se daban cuenta de cuán lejos se habían apartado del propósito original del servicio instituido por Dios mismo.
Cuando el Señor descendió sobre el monte Sinaí, ese lugar quedó consagrado por su presencia. Moisés recibió la orden de poner límites alrededor del monte y santificarlo, y se oyó la voz del Señor pronunciar esta amonestación: "Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis a su término: cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá: No le tocará mano, mas será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá." Así fue enseñada la lección de que dondequiera que Dios manifieste su presencia, ese lugar es santo. Las dependencias del templo de Dios debieran haberse considerado sagradas. Pero en la lucha para obtener ganancias, todo esto se perdió de vista.

Los sacerdotes y gobernantes eran llamados a ser representantes de Dios ante la nación. Debieran haber corregido los abusos que se cometían en el atrio del templo. Debieran haber dado a la gente un ejemplo de integridad y compasión. En vez de buscar sus propias ganancias, debieran haber considerado la situación y las necesidades de los adoradores, y debieran haber estado dispuestos a ayudar a aquellos que no podían comprar los sacrificios requeridos. Pero no obraban así. La avaricia había endurecido sus corazones.

Acudían a esta fiesta los que sufrían, los que se hallaban en necesidad y angustia. Estaban allí los ciegos, los cojos, los sordos. Algunos eran traídos sobre camillas. Muchos de los que venían eran demasiado pobres para comprarse la más humilde ofrenda para Jehová, o aun para comprarse alimentos con que satisfacer el hambre. A todos ellos les causaban gran angustia las declaraciones de los sacerdotes. Estos se jactaban de su piedad; aseveraban ser los guardianes del pueblo; pero carecían en absoluto de simpatía y compasión. En vano los pobres, los enfermos, los moribundos, pedían su favor. Sus sufrimientos no despertaban piedad en el corazón de los sacerdotes.

Al entrar Jesús en el templo, su mirada abarcó toda la escena. Vio las transacciones injustas. Vio la angustia de los pobres, que pensaban que sin derramamiento de sangre no podían ser perdonados sus pecados. Vio el atrio exterior de su templo convertido en un lugar de tráfico profano. El sagrado recinto se había transformado en una vasta lonja.
Cristo vio que algo debía hacerse. Habían sido impuestas numerosas ceremonias al pueblo, sin la debida instrucción acerca de su significado. Los adoradores ofrecían sus sacrificios sin comprender que prefiguraban al único sacrificio perfecto. Y entre ellos, sin que se le reconociese ni honrase, estaba Aquel al cual simbolizaba todo el ceremonial. El había dado instrucciones acerca de las ofrendas. Comprendía su valor simbólico, y veía que ahora habían sido pervertidas y mal interpretadas. El culto espiritual estaba desapareciendo rápidamente. Ningún vínculo unía a los sacerdotes y gobernantes con su Dios. La obra de Cristo consistía en establecer un culto completamente diferente.

Con mirada escrutadora, Cristo abarcó la escena que se extendía delante de él mientras estaba de pie sobre las gradas del atrio del templo. Con mirada profética vio lo futuro, abarcando no sólo años, sino siglos y edades. Vio cómo los sacerdotes y gobernantes privarían a los menesterosos de su derecho, y prohibirían que el Evangelio se predicase a los pobres. Vio cómo el amor de Dios sería ocultado de los pecadores, y los hombres traficarían con su gracia. Y al contemplar la escena, la indignación, la autoridad y el poder se expresaron en su semblante. La atención de la gente fue atraída hacia él. Los ojos de los que se dedicaban a su tráfico profano se clavaron en su rostro. No podían retraer la mirada. Sentían que este hombre leía sus pensamientos más íntimos y descubría sus motivos ocultos. Algunos intentaron esconder la cara, como si en ella estuviesen escritas sus malas acciones, para ser leídas por aquellos ojos escrutadores.
La confusión se acalló. Cesó el ruido del tráfico y de los negocios. El silencio se hizo penoso. Un sentimiento de pavor dominó a la asamblea. Fue como si hubiese comparecido ante el tribunal de Dios para responder de sus hechos. Mirando a Cristo, todos vieron la divinidad que fulguraba a través del manto de la humanidad. La Majestad del cielo estaba allí como el Juez que se presentará en el día final, y aunque no la rodeaba esa gloria que la acompañará entonces, tenía el mismo poder de leer el alma. Sus ojos recorrían toda la multitud, posándose en cada uno de los presentes. Su persona parecía elevarse sobre todos con imponente dignidad, y una luz divina iluminaba su rostro. Habló, y su voz clara y penetrante -la misma que sobre el monte Sinaí había proclamado la ley que los sacerdotes y príncipes estaban transgrediendo,- se oyó repercutir por las bóvedas del templo: "Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa de mi Padre casa de mercado."

Descendiendo lentamente de las gradas y alzando el látigo de cuerdas que había recogido al entrar en el recinto, ordenó a la hueste de traficantes que se apartase de las dependencias del templo. Con un celo y una severidad que nunca manifestó antes, derribó las mesas de los cambiadores. Las monedas cayeron, y dejaron oír su sonido metálico en el pavimento de mármol. Nadie pretendió poner en duda su autoridad. Nadie se atrevió a detenerse para recoger las ganancias ilícitas. Jesús no los hirió con el látigo de cuerdas, pero en su mano el sencillo látigo parecía ser una flamígera espada. Los oficiales del templo, los sacerdotes especuladores, los cambiadores y los negociantes en ganado, huyeron del lugar con sus ovejas y bueyes, dominados por un solo pensamiento: el de escapar a la condenación de su presencia.

El pánico se apoderó de la multitud, que sentía el predominio de su divinidad. Gritos de terror escaparon de centenares de labios pálidos. Aun los discípulos temblaron. Les causaron pavor las palabras y los modales de Jesús, tan diferentes de su conducta común. Recordaron que se había escrito acerca de él: "Me consumió el celo de tu casa." Pronto la tumultuosa muchedumbre fue alejada del templo del Señor con toda su mercadería. Los atrios quedaron libres de todo tráfico profano, y sobre la escena de confusión descendió un profundo y solemne silencio. La presencia del Señor, que antiguamente santificara el monte, había hecho sagrado el templo levantado en su honor.
En la purificación del templo, Jesús anunció su misión como Mesías y comenzó su obra. Aquel templo, erigido para morada de la presencia divina, estaba destinado a ser una lección objetiva para Israel y para el mundo. Desde las edades eternas, había sido el propósito de Dios que todo ser creado, desde el resplandeciente y santo serafín hasta el hombre, fuese un templo para que en él habitase el Creador. A causa del pecado, la humanidad había dejado de ser templo de Dios. Ensombrecido y contaminado por el pecado, el corazón del hombre no revelaba la gloria del Ser divino. Pero por la encarnación del Hijo de Dios, se cumple el propósito del Cielo. Dios mora en la humanidad, y mediante la gracia salvadora, el corazón del hombre vuelve a ser su templo.

Dios quería que el templo de Jerusalén fuese un testimonio continuo del alto destino ofrecido a cada alma. Pero los judíos no habían comprendido el significado del edificio que consideraban con tanto orgullo. No se entregaban a sí mismos como santuarios del Espíritu divino. Los atrios del templo de Jerusalén, llenos del tumulto de un tráfico profano, representaban con demasiada exactitud el templo del corazón, contaminado por la presencia de las pasiones sensuales y de los pensamientos profanos. Al limpiar el templo de los compradores y vendedores mundanales, Jesús anunció su misión de limpiar el corazón de la contaminación del pecado de los deseos terrenales, de las concupiscencias egoístas, de los malos hábitos, que corrompen el alma. "Vendrá a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? o ¿ quién podrá estar cuando él se mostrará ? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y sentarse ha para afinar y limpiar la plata: porque limpiará los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata." "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es." Ningún hombre puede de por sí echar las malas huestes que se han posesionado del corazón. Sólo Cristo puede purificar el templo del alma. Pero no forzará la entrada. No viene a los corazones como antaño a su templo, sino que dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él." El vendrá, no solamente por un día; porque dice: "Habitaré y andaré en ellos; . . . y ellos serán mi pueblo." "El sujetará nuestras iniquidades, y echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados." Su presencia limpiará y santificará el alma, de manera que pueda ser un templo santo para el Señor, y una "morada de Dios, en virtud del Espíritu."

Dominados por el terror, los sacerdotes y príncipes habían huido del atrio del templo, y de la mirada escrutadora que leía sus corazones. Mientras huían, se encontraron con otros que se dirigían al templo y les aconsejaron que se volvieran, diciéndoles lo que habían visto y oído. Cristo miró anhelante a los hombres que huían, compadeciéndose de su temor y de su ignorancia de lo que constituía el verdadero culto. En esta escena veía simbolizada la dispersión de toda la nación judía, por causa de su maldad e impenitencia.

¿Y por qué huyeron los sacerdotes del templo? ¿Por qué no le hicieron frente? El que les ordenaba que se fuesen era hijo de un carpintero, un pobre galileo, sin jerarquía ni poder terrenales. ¿Por qué no le resistieron? ¿Por qué abandonaron la ganancia tan mal adquirida y huyeron a la orden de una persona de tan humilde apariencia externa?
Cristo hablaba con la autoridad de un rey, y en su aspecto y en el tono de su voz había algo a lo cual no podían resistir. Al oír la orden, se dieron cuenta, como nunca antes, de su verdadera situación de hipócritas y ladrones. Cuando la divinidad fulguró a través de la humanidad, no sólo vieron indignación en el semblante de Cristo; se dieron cuenta del significado de sus palabras. Se sintieron como delante del trono del Juez eterno, como oyendo su sentencia para ese tiempo y la eternidad. Por el momento, quedaron convencidos de que Cristo era profeta; y muchos creyeron que era el Mesías. El Espíritu Santo les recordó vívidamente las declaraciones de los profetas acerca del Cristo. ¿Cederían a esta convicción?

No quisieron arrepentirse. Sabían que se había despertado la simpatía de Cristo hacia los pobres. Sabían que ellos habían sido culpables de extorsión en su trato con la gente. Por cuanto Cristo discernía sus pensamientos, le odiaban. Su reprensión en público humillaba su orgullo y sentían celos de su creciente influencia con la gente. Resolvieron desafiarle acerca del poder por el cual los había echado, y acerca de quién le había dado esta autoridad.

Pensativos, pero con odio en el corazón, volvieron lentamente al templo. Pero ¡qué cambio se había verificado durante su ausencia! Cuando ellos huyeron, los pobres quedaron atrás; y éstos estaban ahora mirando a Jesús, cuyo rostro expresaba su amor y simpatía. Con lágrimas en los ojos, decía a los temblorosos que le rodeaban: No temáis; yo os libraré, y vosotros me glorificaréis. Por esta causa he venido al mundo.

La gente se agolpaba en la presencia de Cristo con súplicas urgentes y lastimeras, diciendo: Maestro, bendíceme. Su oído atendía cada clamor. Con una compasión que superaba a la de una madre, se inclinaba sobre los pequeñuelos que sufrían. Todos recibían atención. Cada uno quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviera. Los mudos abrían sus labios en alabanzas; los ciegos contemplaban el rostro de su Sanador. El corazón de los dolientes era alegrado.

Mientras los sacerdotes y oficiales del templo presenciaban esta obra, ¡qué revelación fueron para ellos los sonidos que llegaban a sus oídos! Los concurrentes relataban la historia del dolor que habían sufrido, de sus esperanzas frustradas, de los días penosos y de las noches de insomnio; y de cómo, cuando parecía haberse apagado la última chispa de esperanza, Cristo los había sanado. La carga era muy pesada, decía uno; pero he encontrado un Ayudador. Es el Cristo de Dios, y dedicaré mi vida a su servicio. Había padres que decían a sus hijos: El salvó vuestra vida; alzad vuestras voces y alabadle. Las voces de niños y jóvenes, de padres y madres, de amigos y espectadores, se unían en agradecimiento y alabanza. La esperanza y la alegría llenaban los corazones. La paz embargaba los ánimos. Estaban sanos de alma y cuerpo, y volvieron a sus casas proclamando por doquiera el amor sin par de Jesús.

En ocasión de la crucifixión de Cristo, los que habían sido sanados no se unieron con la turba para clamar: "¡Crucifícale! ¡ crucifícale ! " Sus simpatías acompañaban a Jesús; porque habían sentido su gran simpatía y su poder admirable. Le conocían como su Salvador; porque él les había dado salud del cuerpo y del alma. Escucharon la predicación de los apóstoles, y la entrada de la palabra de Dios en su corazón les dio entendimiento. Llegaron a ser agentes de la misericordia de Dios, e instrumentos de su salvación.

Los que habían huido del atrio del templo volvieron poco a poco después de un tiempo. Habían dominado parcialmente el pánico que se había apoderado de ellos, pero sus rostros expresaban irresolución y timidez. Miraban con asombro las obras de Jesús y quedaron convencidos de que en él se cumplían las profecías concernientes al Mesías. El pecado de la profanación del templo incumbía, en gran medida, a los sacerdotes. Por arreglo suyo, el atrio había sido transformado en un mercado. La gente era comparativamente inocente. Había quedado impresionada por la autoridad divina de Jesús; pero consideraba suprema la influencia de los sacerdotes y gobernantes. Estos miraban la misión de Cristo como una innovación, y ponían en duda su derecho a intervenir en lo que había sido permitido por las autoridades del templo. Se ofendieron porque el tráfico había sido interrumpido, y ahogaron las convicciones del Espíritu Santo.

Sobre todos los demás, los sacerdotes y gobernantes debieran haber visto en Jesús al Ungido del Señor; porque en sus manos estaban los rollos sagrados que describían su misión, y sabían que la purificación del templo era una manifestación de un poder más que humano. Por mucho que odiasen a Jesús, no lograban librarse del pensamiento de que podía ser un profeta enviado por Dios para restaurar la santidad del templo. Con una deferencia nacida de este temor, fueron a preguntarle: "¿Qué señal nos muestras de que haces esto?"

Jesús les había mostrado una señal. Al hacer penetrar la luz en su corazón y al ejecutar delante de ellos las obras que el Mesías debía efectuar, les había dado evidencia convincente de su carácter. Cuando le pidieron una señal, les contestó con una parábola y demostró así que discernía su malicia y veía hasta dónde los conduciría. "Destruid este templo --dijo, -- y en tres días lo levantaré."

El sentido de estas palabras era doble. Jesús aludía no sólo a la destrucción del templo y del culto judaico, sino a su propia muerte: la destrucción del templo de su cuerpo. Los judíos ya estaban maquinando esto. Cuando los sacerdotes y gobernantes volvieron al templo, se proponían matar a Jesús y librarse del perturbador. Sin embargo, cuando desenmascaró ese designio suyo, no le comprendieron. Al interpretar sus palabras las aplicaron solamente al templo de Jerusalén, y con indignación exclamaron: "En cuarenta y seis años fue este templo edificado, ¿y tú en tres días lo levantarás?" Les parecía que Jesús había justificado su incredulidad, y se confirmaron en su decisión de rechazarle.

Cristo no quería que sus palabras fuesen entendidas por los judíos incrédulos, ni siquiera por sus discípulos en ese entonces. Sabía que serían torcidas por sus enemigos, y que las volverían contra él. En ocasión de su juicio, iban a ser presentadas como acusación, y en el Calvario le serían recordadas con escarnio. Pero el explicarlas ahora habría dado a sus discípulos un conocimiento de sus sufrimientos, y les habría impuesto un pesar que no estaban capacitados para soportar. Una explicación habría revelado prematuramente a los judíos el resultado de su prejuicio e incredulidad. Ya habían entrado en una senda que iban a seguir constantemente hasta que le llevaran como un cordero al matadero.

Estas palabras de Cristo fueron pronunciadas por causa de aquellos que iban a creer en él. Sabía que serían repetidas. Siendo pronunciadas en ocasión de la Pascua, llegarían a los oídos de millares de personas y serían llevadas a todas partes del mundo. Después que hubiese resucitado de los muertos, su significado quedaría aclarado. Para muchos, serían evidencia concluyente de su divinidad.

A causa de sus tinieblas espirituales, aun los discípulos de Jesús dejaron con frecuencia de comprender sus lecciones. Pero muchas de estas lecciones les fueron aclaradas por los sucesos subsiguientes. Cuando ya no andaba con ellos, sus palabras sostenían sus corazones.

Con referencia al templo de Jerusalén, las palabras del Salvador: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré," tenían un significado más profundo que el percibido por los oyentes. Cristo era el fundamento y la vida del templo. Sus servicios eran típicos del sacrificio del Hijo de Dios. El sacerdocio había sido establecido para representar el carácter y la obra mediadora de Cristo. Todo el plan del culto de los sacrificios era una predicción de la muerte del Salvador para redimir al mundo. No habría eficacia en estas ofrendas cuando el gran suceso al cual señalaran durante siglos fuese consumado.

Puesto que toda la economía ritual simbolizaba a Cristo, no tenía valor sin él. Cuando los judíos sellaron su decisión de rechazar a Cristo entregándole a la muerte, rechazaron todo lo que daba significado al templo y sus ceremonias. Su carácter sagrado desapareció. Quedó condenado a la destrucción. Desde ese día los sacrificios rituales y las ceremonias relacionadas con ellos dejaron de tener significado. Como la ofrenda de Caín, no expresaban fe en el Salvador. Al dar muerte a Cristo, los judíos destruyeron virtualmente su templo. Cuando Cristo fue crucificado, el velo interior del templo se rasgó en dos de alto a bajo, indicando que el gran sacrificio final había sido hecho, y que el sistema de los sacrificios rituales había terminado para siempre.
"En tres días lo levantaré." A la muerte del Salvador, las potencias de las tinieblas parecieron prevalecer, y se regocijaron de su victoria. Pero del sepulcro abierto de José, Jesús salió vencedor. "Despojando los principados y las potestades, sacólos a la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo." En virtud de su muerte y resurrección, pasó a ser "ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no hombre.' Los hombres habían construido el tabernáculo, y luego el templo de los judíos; pero el santuario celestial, del cual el terrenal era una figura, no fue construido por arquitecto humano. "He aquí el varón cuyo nombre es Vástago: [V.M.] . . . él edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y será sacerdote en su solio."

El ceremonial de los sacrificios que había señalado a Cristo pasó: pero los ojos de los hombres fueron dirigidos al verdadero sacrificio por los pecados del mundo. Cesó el sacerdocio terrenal, pero miramos a Jesús, mediador del nuevo pacto, y "a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel." "Aun no estaba descubierto el camino para el santuario, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie.... Mas estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, ... por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención.'

"Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.' Aunque el ministerio había de ser trasladado del templo terrenal al celestial, aunque el santuario y nuestro gran Sumo Sacerdote fuesen invisibles para los ojos humanos, los discípulos no habían de sufrir pérdida por ello. No sufrirían interrupción en su comunión, ni disminución de poder por causa de la ausencia del Salvador. Mientras Jesús ministra en el santuario celestial, es siempre por su Espíritu el ministro de la iglesia en la tierra. Está oculto a la vista, pero se cumple la promesa que hiciera al partir: "He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.' Aunque delega su poder a ministros inferiores, su presencia vivificadora está todavía con su iglesia.

"Por tanto, teniendo un gran Pontífice, ... Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para el oportuno socorro."

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Daniel 9:27

Los sacrificuos despues de la muerte por supuesto que no tenian ningun valor, pero no estamos tocando eso, sino que si a pesar de eso se hizo cesar el sacrificio, es decir ya nunca mas se hizo sacrificos por los sacerdotes en el templo.