En el imaginario colectivo evangélico ha cobrado status de legitimidad la frase del epígrafe, no porque esté en la Biblia –que no está- sino porque todos los pastores y predicadores la usan como si estuviesen simplemente citando un versículo bíblico.
Cuando era un niñito con frecuencia escuchaba decir a mi abuela:
-Dios dice: “Ayúdate, que yo te ayudaré”.
Después de convertido busqué en la Concordancia el texto y no lo hallé.
Lo mismo me pasó con otras frases favoritas de los expositores bíblicos:
-En la multitud de los consejeros está la sabiduría.
-Abraham, el padre de la fe.
-Dios habita entre las alabanzas de su pueblo.
-El diezmo es del Señor.
La frecuencia y seguridad con que escuchaba a conceptuosos predicadores citar estas frases como si de versículos bíblicos se tratase, llevó a que repitiera yo mismo algunas de ellas con igual certeza.
Me preocupa la idea de vaya a saber si todavía sigo diciendo cosas como si fueran versículos, y que no son más que bolazos que algún “famoso” lanzó y otros repitieron como divinamente inspirados. Por supuesto que siempre aparecerá algún versículo parecido, pero “parecido” no es igual.
He recorrido la Concordancia buscando “aborrecer” y derivados; “pecado” y derivados; “amar” y derivados; pero no encontré la cita.
¡Claro, se me pudo haber pasado! O quizás esté en una versión que no uso.
Quizás el concepto esté claro en algunos pasajes, aunque no precisamente con esas palabras, y de ahí mi despiste.
Comprendo que todos tenemos derecho a decir lo que se nos venga en gana, mas no haciéndolo como si citáramos textualmente de la Biblia, ya que nada podemos agregar a la misma.
Recordamos también aquello “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios” (1Pe 4:11).
El caso es que cuando conversando con hermanos alguno se apoya en el “Dios aborrece al pecado pero ama al pecador” a mí me suena como las calcomanías pegadas en parabrisas o parachoques de los automóviles:
Sonríe, Dios te ama. Cuando manifiesto mi extrañeza ante la cita, me ven con cara de hereje que no acaba de ubicar en su Biblia Jn 3:16.
Aquellos foristas con talento de pesquisantes ¿podrán ayudarme?
Cordiales saludos.
Ricardo
Cuando era un niñito con frecuencia escuchaba decir a mi abuela:
-Dios dice: “Ayúdate, que yo te ayudaré”.
Después de convertido busqué en la Concordancia el texto y no lo hallé.
Lo mismo me pasó con otras frases favoritas de los expositores bíblicos:
-En la multitud de los consejeros está la sabiduría.
-Abraham, el padre de la fe.
-Dios habita entre las alabanzas de su pueblo.
-El diezmo es del Señor.
La frecuencia y seguridad con que escuchaba a conceptuosos predicadores citar estas frases como si de versículos bíblicos se tratase, llevó a que repitiera yo mismo algunas de ellas con igual certeza.
Me preocupa la idea de vaya a saber si todavía sigo diciendo cosas como si fueran versículos, y que no son más que bolazos que algún “famoso” lanzó y otros repitieron como divinamente inspirados. Por supuesto que siempre aparecerá algún versículo parecido, pero “parecido” no es igual.
He recorrido la Concordancia buscando “aborrecer” y derivados; “pecado” y derivados; “amar” y derivados; pero no encontré la cita.
¡Claro, se me pudo haber pasado! O quizás esté en una versión que no uso.
Quizás el concepto esté claro en algunos pasajes, aunque no precisamente con esas palabras, y de ahí mi despiste.
Comprendo que todos tenemos derecho a decir lo que se nos venga en gana, mas no haciéndolo como si citáramos textualmente de la Biblia, ya que nada podemos agregar a la misma.
Recordamos también aquello “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios” (1Pe 4:11).
El caso es que cuando conversando con hermanos alguno se apoya en el “Dios aborrece al pecado pero ama al pecador” a mí me suena como las calcomanías pegadas en parabrisas o parachoques de los automóviles:
Sonríe, Dios te ama. Cuando manifiesto mi extrañeza ante la cita, me ven con cara de hereje que no acaba de ubicar en su Biblia Jn 3:16.
Aquellos foristas con talento de pesquisantes ¿podrán ayudarme?
Cordiales saludos.
Ricardo