Pero Dios está diciendo a la gente lo que sucederá. Es como cuando el Huracán Katrina. Todo el mundo en Louisiana estuvo advertido antes de que sucediera. Los muertos en la zona murieron por testarudos y no obedecer las advertencias de las personas que sabían más del asunto. Ese desastre no se compara con el que Dios va a traer sobre los que tengan a poco el trabajo que se está haciendo para educar a la gente en la verdad. Quien no quiera escuchar, morirá por cuenta propia.
Eze 33:1  Vino a mí palabra de Jehová,  diciendo:
2  Hijo de hombre,  habla a los hijos de tu pueblo,  y diles:  Cuando trajere yo espada sobre la tierra,  y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, 3  y él viere venir la espada sobre la tierra,  y tocare trompeta y avisare al pueblo, 4  cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere,  y viniendo la espada lo hiriere,  su sangre será sobre su cabeza. 5  El sonido de la trompeta oyó,  y no se apercibió;  su sangre será sobre él;  mas el que se apercibiere librará su vida. 
6  Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta,  y el pueblo no se apercibiere,  y viniendo la espada,  hiriere de él a alguno,  éste fue tomado por causa de su pecado,  pero demandaré su sangre de mano del atalaya. 7  A ti,  pues,  hijo de hombre,  te he puesto por atalaya a la casa de Israel,  y oirás la palabra de mi boca,  y los amonestarás de mi parte.
8  Cuando yo dijere al impío:  Impío,  de cierto morirás;  si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino,  el impío morirá por su pecado,  pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
9  Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él,  y él no se apartare de su camino,  él morirá por su pecado,  pero tú libraste tu vida. 10  Tú,  pues,  hijo de hombre,  di a la casa de Israel:  Vosotros habéis hablado así,  diciendo:  Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros,  y a causa de ellos somos consumidos;   ¿cómo,  pues,  viviremos? 
11  Diles:  Vivo yo,  dice Jehová el Señor,  que no quiero la muerte del impío,  sino que se vuelva el impío de su camino,  y que viva.  Volveos,  volveos de vuestros malos caminos;   ¿por qué moriréis,  oh casa de Israel? 
12  Y tú,  hijo de hombre,  di a los hijos de tu pueblo:  La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare;  y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad;  y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. 13  Cuando yo dijere al justo:  De cierto vivirás,  y él confiado en su justicia hiciere iniquidad,  todas sus justicias no serán recordadas,  sino que morirá por su iniquidad que hizo. 14  Y cuando yo dijere al impío:  De cierto morirás;  si él se convirtiere de su pecado,  e hiciere según el derecho y la justicia, 15  si el impío restituyere la prenda,  devolviere lo que hubiere robado,  y caminare en los estatutos de la vida,  no haciendo iniquidad,  vivirá ciertamente y no morirá. 16  No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido;  hizo según el derecho y la justicia;  vivirá ciertamente. 
17  Luego dirán los hijos de tu pueblo:  No es recto el camino del Señor;  el camino de ellos es el que no es recto. 18  Cuando el justo se apartare de su justicia,  e hiciere iniquidad,  morirá por ello. 19  Y cuando el impío se apartare de su impiedad,  e hiciere según el derecho y la justicia,  vivirá por ello. 20  Y dijisteis:  No es recto el camino del Señor.  
Yo os juzgaré,  oh casa de Israel,  a cada uno conforme a sus caminos.